Por Ferney Yesyd Rodríguez
Se
acercaban las vacaciones de mitad de año en el colegio cristiano
en el que estudiaba Juanito, por lo que se veía venir la gran cantidad
de tareas que los profesores dejarían a sus estudiantes. La maestra
de religión no podía ser la excepción, por lo que
encomendó a sus estudiantes elaborar un escrito sobre la validez
literal de la Biblia en nuestra época.
Juanito como era muy
pilo y amaba las ciencias naturales, decidió que demostraría
que muchas de las narraciones de la Biblia no son inverosímiles,
como afirmaban muchos incrédulos. Juanito decidió que demostraría,
en parte, que el Diluvio Universal sí pudo haber ocurrido. Pero
éste presentaba un inconveniente: Si ocurrió un Diluvio Universal
que cubrió toda la Tierra por 40 días y 40 noches entonces
todas las plantas deberían tener semillas capaces de germinar después
de haber estado en agua salada, tal como les debió ocurrir a todas
las plantas que germinaron después de tan espantosa vorágine.
Juanito también recordó que Noé envió al final
del diluvio una paloma, la cual regresó con una rama de olivos viva
en su boca, por lo que se podía inferir que algunos árboles
sobrevivieron a tal desastre, o que germinaron sus semillas exitosamente.
Los pasos en el experimento de Juanito fueron:
- Tomar una matera de mamá
y sumergirla por 40 días y 40 noches en agua algo salada, lo mismo
hizo con las semillas de esa misma especie.
- Registrar los cambios ocurridos
día a día.
- Realice los pasos anteriores
con diferentes especies de plantas.
Como Juanito observó
las plantas totalmente muertas al día 15 y las semillas no pudieron
germinar, no pudo comprender como la paloma que Noé envió,
después de llevar una año en el arca, pudo regresar con una
rama viva de olivos en su pico. Aunque perplejo, Juanito decidió
cambiar de experimento.
Otro de los tantos problemas
planteados por el Diluvio Universal, es que Noé no metió
al arca los peces, y dado que el diluvio cubrió toda la Tierra,
se mezclaron las aguas dulces con las marinas, por lo que es dudoso pensar
que los peces de agua dulce pudiesen sobrevivir en una solución
de agua salada, lo mismo puede decirse de los peces marinos en agua con
menor cantidad de sal. Los pasos del segundo experimento de Juanito fueron:
- Comprar dos acuarios; uno
con peces de agua marina y el otro con pececitos de agua dulce.
- En un tercer acuario mezcle
las dos aguas teniendo en cuenta que el agua salada debe constituir la
gran mayoría (así está distribuida en el planeta)
- Introduzca ambos grupos
de peces en este tercer acuario.
- Observe y apunte los resultados.
Afortunadamente, al ver
Juanito los pececitos flotando en la superficie, no pensó que se
tratase de peces caminando sobre el agua, cual Cristo sobre el mar de Galilea,
sino que decidió leer más sobre la regulación osmótica
de los peces de aguas dulce y los de agua salada. Problemas similares tuvo
Juanito al intentar explicarse como habrían sobrevivido los peces
antárticos, y los peces de arrecifes de coral en el diluvio. Pues
los primeros están adaptados a vivir a –1,9°, mientras que los
peces tropicales funcionan normalmente a 25°. Un diluvio que cubriese
toda la Tierra, habría implicado un cambio en las corrientes marinas,
lo que en últimas habría afectado a los peces antárticos
y tropicales, al punto de causarles la muerte. El escepticismo de Juanito
empezó a hacerse presente.
Sin embargo, Juanito
había escuchado a su maestra decir que lo que dice la Biblia tiene
que creerse al pie de la letra, decidió hacer un tercer experimento.
Al fin de cuentas tenía que hacer su escrito de vacaciones.
Juanito recordó
una de las historias bíblicas narradas por la profesora: La de Génesis
30, en la que el Patriarca Jacob acordó con su suegro que él
recibiría por muchos años de trabajo todas las ovejas con
manchas mientras que Labán, su suegro, se quedaría con las
ovejas de tonos oscuros. Juanito recordó que Jacob había
descortezado ramas verdes de álamos, avellanos y castaños
y las colocó frente a las ovejas para que pariesen ovejas con manchas
y de esta manera hacer trampa y quedarse con un rebaño más
grande.
Juanito decidió
que ésta singular manera de determinar el fenotipo de un mamífero
podría reproducirse en su casa, pero tener ovejas en casa le traería
serios problemas con su mamá, además que demoraban mucho
en gestación, por lo que decidió simplificar el experimento
utilizando unos ratones de laboratorio. Para conseguir las ramas verdes
de olivos, castaños y avellanos, tuvo que cometer una pequeña
pilatuna en el jardín botánico de su ciudad. Luego colocó
las ramas delante del bebedero de los ratones en su jaula (Tal como lo
hizo Jacob con las ovejas). Después que las ratonas de laboratorio
dieron sus crías, las varas no resultaron ser eficaces. El resultado
obtenido asombró a Juanito: La prueba estadística aconseja
aceptar la hipótesis nula (el color del pelaje no se ve influenciado
por pasar hembras de mamíferos sobre ramas verdes descortezadas
de álamos). Como los ratones no nacieron como podría predecirse
de la Santa Escritura, Juanito decidió leer sobre los genes. Sus
dudas sobre la inexactitud de la Biblia crecieron aún
más.
Juanito ya harto de
los experimentos decidió buscar algunas declaraciones sobre zoología
que pudiese contener la Biblia, por lo que Juanito se remitió al
capítulo 11 del libro de Levítico, que contiene la mayor
lista de animales de toda la Biblia. Cual sería la sorpresa que
se llevó este chiquillo experimentador cuando encontró a
los murciélagos mencionados como aves, además se decía
que los insectos tenían 4 patas, cuando en verdad tienen 6, y los
conejos y liebres aparecían descritos como rumiantes ¿Pero
cual ignorante escribió estas sandeces? –Se pregunto Juanito.
Con la microbiología
no le fue mejor, pues Juanito pudo leer como en Levítico 14, se
dice que la lepra puede contagiar las paredes de una casa, y también
la ropa. Juanito se enteró por los libros de microbiología
que esto no puede ser cierto, pues la lepra es producida por el Mycobacterium
leprae, que no ha podido hasta ahora cultivarse in vitro en los laboratorios,
por lo que mucho menos puede contagiar la ropa y las paredes de una morada.
También, cualquier intentó por conciliar la Biblia con la
astronomía quedo esterilizado cuando leyó sobre el sol en
el Salmo 19: "...Se alegra cual gigante en recorrer su camino. De un extremo
de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos.."
Y como Juanito sabía que la Tierra se mueve alrededor del sol, y
no al contrario decidió echar por la borda sus intentos demostrativos.
En el regreso a clases,
la profesora de religión de Juanito casi muere de un infarto al
leer el siguiente informe en forma de carta:
Estimada profesora:
Dañé las
plantas y semillas favoritas de mamá y vi morir a unos pececitos
por intentar demostrar que el diluvio narrado en la Biblia no es contradictorio
con los hechos, luego inundé la casa con ratones (se escaparon de
la caja de cartón cuando ya eran demasiados) al intentar obtener
ratones manchados a partir de ratones blancos, después de hacerlos
pasar bajo ramas de álamos, avellanos y castaños, tal como
fue hecho por el patriarca Jacob con las ovejas. Hice todo esto sin lograr
demostrar nada, excepto que es "altamente probable" que la Biblia sea tan
sólo el logro literario de una montonera de criadores de cabras
del desierto, que no tenían la menor idea que los murciélagos
son mamíferos y no aves, y que el Sol no se pasea "alegre cual gigante"
alrededor de la Tierra. Por lo tanto he elaborado una lista de 10 recomendaciones
sobre los usos actuales que Ud. puede darle a su Biblia. (Nota: Estos 10
usos también son aplicables a las revistas Atalaya, el Libro de
Mormón y similares.)
-
Recíclala. Quiere
tu Planeta.
-
Arranca las páginas
y cubre con ellas el piso de la jaula de tu canario.
-
Utilízala remojada
para alimentar lombrices rojas californianas; estos anélidos la
convertirán en algo más útil y ecológico: Abono
orgánico.
-
Sáltate las partes
religiosas y morales y sólo lee las partes pornográficas,
como Ezequiel 23.
-
Distribuye biblias en países
fundamentalistas islámicos, luego corre por tu vida.
-
Escribe comentarios apropiados
y excepciones, subraya las innumerables partes raras, e ilustra los pasajes
más bizarros, y distribuye tales biblias en iglesias, hoteles y
bibliotecas. Para empezar sugiero subrayar con rojo e ilustrar Salmos 137:9
"Dichoso el que tomare y estrellare a tus niños contra la peña".
-
Si tienes una Biblia de
tapa gruesa y dura, úsalas para colocarlas en tus rodilleras para
patinaje (especialmente si eres un roller malo, de esos que se la pasan
cayéndose, y no quieres estropear una cosa de veras valiosa como
las rodilleras).
-
Utiliza la Biblia como
portavasos para tu cerveza. Trata que los rastros de humedad formen el
rostro de Jesús (o de la virgen de Chiquinquirá).
-
Dásela a cachorros
de rottweiler, bóxer, pastor alemán y labrador para que fortalezcan
su mordida. Los harás muy felices.
-
Si alguna vez andas con
tu Biblia en una noche fría y te da escalofríos e hipotermia,
¡quémala! ¿Quién dijo que la Biblia no podía
salvarte?
Atentamente: El escéptico
Juanito Cifuentes.