REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS


ENTREVISTA CON ÓSCAR LOUREDA LAMAS,

por Eugenia Bojoga

 

Óscar Loureda Lamas es Doctor en Filología Hispánica, Profesor Contratado Doctor de Lengua española en la Universidad de La Coruña y Becario de la Fundación Alexander von Humboldt en la Universidad de Tübingen (Alemania). Su labor docente e investigadora se centra fundamentalmente en la semántica léxica del español, la gramática del texto del español, la etnolingüística, la tipología textual y la lingüística del texto. Ha impartido conferencias y cursos en diversas universidades españolas y extranjeras, por ejemplo en Salamanca, Pamplona, Leipzig, Heidelberg, Colonia, Potsdam, Erlangen y Tübingen (Alemania), La Habana (Cuba), Chicago (EE.UU.), Szged (Hungría), Padua (Italia), Aix-en-Provence (Francia), Piura y Lima (Perú), Monterrey (Méjico), etc. Entre sus publicaciones recientes destacan los libros Introducción a la tipología textual (Madrid: Arco Libros. 2003), Lenguaje y discurso [con textos de Eugenio Coseriu] (Pamplona: EUNSA. 2006), en colaboración con Manuel Casado y Ramón González, Estudios sobre lo metalingüístico (en español) (Frankfurt a.M: Peter Lang. 2005), y la edición crítica de Lingüística del texto. Introducción a una hermenéutica del sentido (Madrid: Arco Libros, 2007).

 

Estimado Prof. Óscar Loureda, Vd. acaba de publicar dos libros de Coseriu, Lingüística del texto. Introducción a la hermenéutica del sentido y Lenguaje y discurso. A mi modo de ver, se trata de todo un evento.

La edición crítica en español de la Textlinguistik (original de 1980) acaba de publicarse en la editorial española Arco Libros; la antología Lenguaje y discurso sí está ya publicada. En ambos casos, en efecto, son ya obras del receptor, no del emisor.

 

Hablemos primero del volumen recopilatorio. ¿Como surgió la idea de preparar dicha antología?

Como tantas otras buenas ideas en España, la idea nació alrededor de una comida. Un buen amigo de Coseriu, Manuel Casado, me sugirió la posibilidad de recoger en un volumen algunos trabajos de Coseriu publicados en distintas revistas españolas, pues algunos de ellos resultaban de muy difícil acceso para un público no español y otros habían sido publicados con los rasgos de su original oralidad, de modo que aún no presentaban la precisa formulación que era costumbre en los textos revisados Coseriu. Estos trabajos, además, eran fácilmente agrupables, pues presentaban una unidad temática profunda: aspectos esenciales del lenguaje en general y, sobre todo, del texto como nivel más concreto de lo lingüístico, ya sea en relación con su individualidad, ya sea en relación con algunos de sus tipos, o ya sea en relación con la configuración de la ciencia que debe ocuparse de su análisis.

 

En el volumen no sólo se recogen trabajos ya publicados.

Es cierto. La preparación del volumen coincidió con mi llegada a la Universidad de Tübingen, a la cátedra de Johannes Kabatek, como becario de la Fundación Alexander von Humboldt. Aquí encontré pronto numerosos documentos que contribuyeron de manera decisiva a completar coherentemente los documentos originales. Aunque la relación de sus escritos publicados supera la cifra de trescientos sesenta títulos, en realidad se trata sólo de la punta del iceberg, pues gran parte del legado manuscrito de Coseriu (y no lo digo únicamente desde el punto de vista cuantitativo) hasta el momento no ha sido publicada. Por ejemplo el breve artículo “La lingüística del texto como hermenéutica del sentido” constituye la base de una conferencia pronunciada en 1995 en la Universidad de La Coruña y se publica ahora por primera vez en español porque el original no pudo ser conservado. En esta síntesis, cuya brevedad es inversamente proporcional a su densidad, se exponen algunos de los fundamentos de una ciencia capaz de analizar e interpretar enteramente el contenido de todos los discursos: la lingüística del texto. Estos fundamentos se desarrollan por extenso en Textlinguistik. Eine Einführung obra que, pese a haber salido de la prensa hace veintisiete años, lamentablemente en el mundo hispánico ha tenido un impacto muy limitado.

 

Dicen que lo breve, si bueno, dos veces bueno.

Eso dice la sabiduría popular y su experiencia, pero a veces la brevedad también dificulta una rápida recepción, sobre todo si la investigación en español no cuenta con otros puntos de apoyo dentro de la obra coseriana. Hay que decir en este sentido que la recepción general de la lingüística del texto de Coseriu fue realmente limitada, por un lado, porque la lingüística textual alemana, la pragmática y el análisis de discurso, salvo algunas excepciones, tardaron bastante en encontrar una recepción plena, y por otro lado, salvo los trabajos pioneros como “Determinación y entorno”, los escritos de Coseriu sobre este tema son ya de su “época alemana” y no han sido publicados aún en lengua española, ni en francés, ni en inglés, ni siquiera en rumano, por lo menos su obra principal, Textlinguistik. La publicación de esta antología es, pues, un primer paso importante.

 

¿Importante para qué?

Más importante para el futuro que para el pasado. Mi objetivo con la edición y el comentario que hago de estos dos libros no es historiográfico, o no es principalmente historiográfico, aunque es posible que sirva para modificar esa imagen inexacta o incompleta que se ha dibujado de Coseriu como un estructuralista. Es más significativa la gran modernidad que hay en él y que aún debe ser desarrollada: nadie había propuesto tan temprano, a mediados de los años cincuenta, ni con tanta claridad una ciencia del texto.

 

¿Podría presentar más ampliamente los estudios reunidos en este volumen?

La obra contiene siete textos de Coseriu. Dos de ellos tienen como objeto de estudio dos de las más definitorias dimensiones del lenguaje: la cognoscitiva y la político-social. En “El lenguaje entre fÀsei y qsei” desgrana, a partir de una original revisión histórica, sus tesis sobre tres problemas clásicos y perennes: la correspondencia naturalmente motivada entre la palabra y la cosa denominada, la naturaleza de los signos lingüísticos y la génesis del signo. Por su parte, en el artículo “Lenguaje y política” se estudian las relaciones entre lo político y la política, por una parte, y el lenguaje y la lingüística, por otra, con los objetivos de señalar precisamente los cauces que abren para la investigación y de mostrar las implicaciones que comportan para las comunidades lingüísticas. Los demás artículos tienen como objeto de estudio el nivel más concreto del lenguaje: el texto o discurso. Aparte del trabajo al que ya me referí, “La lingüística del texto como hermenéutica del sentido”, en los artículos “Información y literatura” y “Periodismo e historia” se consideran las similitudes y diferencias de tres modalidades de discurso: el discurso literario, el discurso periodístico y el relato histórico. En “Texto, valores, enseñanza”, Coseriu muestra las posibilidades de su lingüística del texto como procedimiento para ir más allá de la dimensión meramente lingüística de los discursos, esto es, como instrumento para señalar, por ejemplo, la ética, los valores o la ideología que forman parte de los textos; en consecuencia, la concibe como una herramienta valiosa para la enseñanza, hecho que demuestra por medio de varios ejemplos literarios e históricos.

 

Me ha hablado de seis ensayos, me falta todavía uno.

Ese último es “Orationis fundamenta. La plegaria como texto”. Constituye un último testimonio del análisis propio de la hermenéutica del sentido. Eugenio Coseriu desarrolla por extenso aquí las implicaciones de la definición general de la plegaria como tipo de texto: sus rasgos esenciales o su deber-ser, sus características lingüísticas y extralingüísticas, y el universo de discurso que exige. Por ejemplo, en relación con el concepto de universo de discurso, central en la lingüística, es el texto definitivo. Aparte de esto, el texto es un punto final, pues se trata del último ensayo que pudo escribir Coseriu.

 

Y a todo esto se añade un trabajo suyo.

Como dije, la idea inicial que impulsó la antología miraba más al futuro que al pasado. No se trataba sólo de poner al acceso de la investigación una serie de trabajos importantes de Coseriu, sino también de mostrar la unidad y la actualidad de su pensamiento. Y esto en un sentido universal, para la ciencia en general, y también en un sentido histórico, para la comunidad científica hispánica, a la que la que ahora, por primera vez, se le presentan unidos conceptos esenciales que Coseriu tenía acerca del texto. En este sentido, quise contribuir a la discusión científica  con un estudio en el que se explican, valoran y amplían algunas de las ideas sobre el texto que Eugenio Coseriu ha expuesto en diferentes publicaciones desconocidas –o casi– entre el hispanismo.

 

Parece evidente, entonces, que existe una relación entre esta antología y la edición española de la Textlinguistik que acaba de preparar.

Así es, en Lenguaje y discurso se anticipa una teoría sobre el texto que se trata sistemáticamente en Lingüística del texto. Introducción a la hermenéutica del sentido.

 

¿Por qué una edición en español de la Textlinguistik, casi 30 años después de su publicación en alemán?

Hay varias razones. La edición de la Textlinguistik se justifica, en primer lugar, a pesar de que hayan pasado casi treinta años desde su concepción. En las ciencias del espíritu treinta años no son nada. No lo dice Carlos Gardel en el tango –aquí sólo son veinte–, sino el principio de la tradición tal como Coseriu lo formuló en el Discurso pronunciado en el acto de investidura de doctor honoris causa en Granada, en 1993, página 31: “El principio del saber del hablante justifica también el principio de la tradición (que, si se quiere, puede reducirse a la fórmula: tradición y novedad). En efecto, si, para la lingüística, el hablante es la medida de todas las cosas, si la lingüística se propone explicitar el saber de los hablantes, si el fundamento de las ciencias de la cultura es el saber originario, y admitiendo –como hay que admitir– que los hombres han sido siempre seres pensantes, es lícito suponer que en la tradición de la disciplina se encontrarán con frecuencia los mismos problemas que hoy se plantean, planteamientos y enfoques análogos a los actuales y también soluciones análogas. ‘La cultura’ –observó cierta vez Menéndez Pidal– ‘es tradición y dentro de la tradición lo espontáneo, lo inventivo’. Y esto se aplica también a la lingüística y a todas las ciencias culturales. Más aún: quien, en el ámbito de una ciencia cultural, ignora o rechaza deliberadamente toda la tradición y dice (o pretende decir) sólo cosas nuevas, no dice nada culturalmente válido, ya que no responde a una exigencia de la comunidad correspondiente y no se inserta en la cultura a la que pretende contribuir”. Es cierto que la Textlinguistik original no es la última palabra, si eso existe en las ciencias humanas, pero, en muchos casos, sí es la primera: más que un ensayo, la Textlinguistik es un programa de trabajo, un programa de trabajo, en realidad, sólo desarrollado fragmentariamente.

Se justifica, en segundo lugar, porque pese a tratarse de una obra que la crítica y la investigación en cierta medida tuvieron en cuenta, el conocimiento que se tiene del texto es desigual. Se conoce y se cita en su contexto inmediato alemán, pero no más allá. Es más, fuera del ámbito alemán se ha desarrollado sobre todo la gramática del texto, es decir, aquella lingüística del texto que, según Coseriu, no es la “verdadera” y “propia” lingüística del texto, por lo que la publicación permite descubrir nuevas posibilidades para la ciencia.

Se justifica, en tercer lugar, porque aunque los conceptos de Coseriu hayan sido divulgados por publicaciones previas y posteriores a la Textlinguistik no implica que el libro no sea novedoso, por lo menos en dos sentidos: en relación con la propia obra coseriana, en la medida en que se trata de la monografía sobre el texto, y en relación con lo que en aquellos momentos, finales de los setenta, se denominaba Textlinguistik, pues no se trata de una introducción más, sino de una introducción con planteamientos de fondo, forma y objetivos muy distintos.

Se justifica una edición de la Textlinguistik, finalmente, aunque ya existan otras versiones del texto (en alemán y la traducción italiana). No hay, sin embargo, ninguna que recoja sistemáticamente sus relaciones paradigmáticas, relaciones paradigmáticas que en muchos casos aportan explicaciones más extensas y definitivas sobre algunas tareas de la lingüística del texto.

 

¿Su versión en español es la primera?

 

           Sí y no. Me explico. En 1981 Coseriu se desplazó a Argentina para recibir la distinción como doctor honoris causa por la Universidad Nacional de San Juan y para participar en el II Congreso Nacional de Lingüística. Impartió allí un curso titulado Lingüística del texto. Dos años más tarde se editó el curso. No se trata, sin embargo, de la versión del texto original alemán que pone en negro sobre blanco las lecciones de la Universidad de Tubinga, sino de una versión sintética y divulgadora. Como publicación, la Lingüística del texto en español tiene varios lastres: la tirada fue muy limitada, no se publicó por cauces adecuados para una rápida y eficaz distribución, y la edición en sí, pese a ser autorizada por Coseriu en el “qué”, no lo fue en el “cómo”. No lo digo yo; lo dice el propio Coseriu en el libro-entrevista con Johannes Kabatek y Adolfo Murguía, Die sachen sagen, wie sie sind (Tübingen, Narr, 1997, pág. 137), cuando se lamenta de los problemas que existen con la fijación de su doctrina en algunos de sus textos, concretamente en publicaciones procedentes de sus cursos que no pudo revisar: “Así se originan cosas a veces que en absoluto son aprovechables. Eso sucedió, y aun de forma terrible, en Argentina, donde se publicaron en 1983 dos cursos, Más allá del estructuralismo y Lingüística del texto, mucho antes que en alemán y lamentablemente con muchas deficiencias. Con estos libritos de Argentina ocurre como con Hegel, quien bajo un conocido retrato suyo escribió: ‘Todo lo que se conoce debe ser reconocido. Quien me conoce en esto me reconocerá’, pero quien no me conozca tampoco me reconocerá aquí”.

           En el texto publicado en Argentina se añade un dato en la nota a pie de página que el libro Lingüística del texto está “próximo a aparecer en edición en español”. En 1983 Ana Agud Aparicio realizó una traducción al español de la edición de Jörn Albrecht. Cuando la recibió, Coseriu comenzó a corregirla, pero apenas un par de páginas de la traducción fueron revisadas sistemáticamente. Hasta hoy durmió el sueño de los justos. La publicación anunciada, en efecto, no llegó a ver la luz; más exactamente, sólo se difundió entre un reducido grupo de discípulos de Coseriu que pudieron utilizar la traducción para conocer el texto alemán. Para ser precisos, esta traducción sí vio la luz: el libro publicado bajo el título Introducción a la lingüística del texto por Luis Miranda Esquerre (Lima, Universidad Ricardo Palma, 2002) es un volumen coincide casi exactamente con la traducción hecha por Ana Agud.

 

¿Qué supone científicamente esa nueva versión de la Textlinguistik?

Se trata, en realidad, de un trabajo nuevo. Las versiones existentes se corresponden con el texto del curso dictado en Tübingen en 1978. Desde entonces, Coseriu ha hecho algunas aportaciones nuevas a la lingüística textual, y las que hasta entonces había realizado, sobre todo en sus manuscritos de Montevideo, tampoco estaban recogidas en el texto editado originalmente en alemán. Publicar una versión en español de la Textlinguistik ceñida exclusivamente al texto original implicaría ocultar una parte considerable de la concepción coseriana del texto; mostrar la lingüística del texto de Coseriu –sin cursiva, como disciplina– exigió, en realidad, la construcción de un “nuevo” texto.

 

¿Un nuevo texto “de” Coseriu “sin” Coseriu?

Es un texto “de” Coseriu… y en todo caso “no sin” Coseriu. La dificultad de esta tarea reside en hallar un equilibrio entre dos puntos de vista y objetivos que sólo parecen mezclables como el agua y el aceite: por un lado, conservar en la mayor medida posible las características prístinas del texto; por otro, publicar el texto actualizado para asegurarle una posición adecuada en la discusión científica actual. Es obvio que durante la vida de Coseriu el segundo planteamiento resultaba más legítimo que ahora, porque el resultado podía ser tutelado por él; tras su muerte, en cambio, el texto debe pasar de ser objeto de formulación a objeto de edición. Por eso las intervenciones del editor en el interior del texto deben ser las justas, mientras que debe aumentar la dimensión paratextual. Así, se ha reelaborado la traducción ya existente, depurando los ecos de la oralidad original que perviven en las distintas versiones, y se ha completado el texto con numerosas anotaciones que revelan las fuentes de las ideas de Coseriu, que muestran las investigaciones de sus discípulos directos e indirectos en relación con el contenido de la monografía y que indican las relaciones de la lingüística del texto coseriana con otras orientaciones de la lingüística textual. En una palabra, se presenta aquí un texto “histórico”, en el que, más que la Textlinguistik, como libro de 1980, se muestran las ideas de Coseriu acerca el discurso. Es cierto que el equilibrio total entre la documentación y el cumplimiento de la intención original de la obra de Coseriu no puede evitar la crítica y no puede conseguir el aplauso general; sin embargo, las pautas que se encuentran en el Archivo Coseriu –en lo que puede denominarse obra latente de Coseriu– en buena medida permiten actualizar el texto inicial sin dañar la idea del autor.

 

Hay que tener en cuenta que, en rigor, tampoco la Textlinguistik de Coseriu y la posterior versión italiana, Linguistica del testo. Introduzione a una ermeneutica del senso, son un texto “de” (= “escrito por”) Coseriu, sino una elaboración de sus discípulos autorizada expresamente por él.

Tiene usted razón, la Textlinguistik de Coseriu es, en cierto sentido, un contenido de la primera persona del singular, Coseriu, pero un texto de la primera persona del plural, sus discípulos.

 

¿Ha pensado en traducir este texto a otras lenguas?

Hay un gran interés, manifestado en diversas ocasiones, por la elaboración de la versión en rumano, pues los estudios sobre el texto de Coseriu tienen un considerable eco en Rumanía, por ejemplo en los trabajos de tipología textual de Emma Tămâianu-Morita o en los trabajos de poética de Mircea Borcilă. Pienso que en breve se comenzará esta labor y que durante el año 2008 dispondremos de la versión en rumano. Por otra parte, en colaboración con profesores de la Universidad Federal de Paraná, en Brasil, hemos comenzando a elaborar la versión en portugués.

 

Hablemos un poco del contenido de la Lingüística del texto.

En su contexto inmediato, la Textlinguistik de Coseriu es, sin duda, original: en nada o en muy poco se parece a las otras “introducciones” publicadas en aquellos años, pues tiene más de poética, de semiótica y de teoría de la traducción que de gramática del texto, y tiene más de estilística que de teoría de la comunicación y de pragmática. Es un hecho histórico que las exigencias de Coseriu en relación con el análisis textual pillan con el paso cambiado a la lingüística de su tiempo: cuando publica “Determinación y entorno”, en donde afirma la necesidad de una lingüística del texto, es demasiado pronto, pues aunque a mediados de los años cincuenta ya había apuntes para la constitución de la pragmática y del análisis del discurso, la lingüística del texto no había sido formulada; y cuando publica la Textlinguistik llega tarde para rectificar la trayectoria de una lingüística del texto que, nacida desde paradigmas distintos de los de Coseriu, ya tenía algo más de una década de historia y se presentaba sobre todo como una gramática del texto.

 

¿Es, entonces, la Lingüística del texto una “reacción”?

         En cierto sentido sí. Es una reacción contra la “lingüística del texto” que entonces, más o menos a partir de 1968, se hacía en Alemania. Coseriu critica abiertamente distintas tendencias que se habían hecho llamar “lingüística del texto”: dice que lo que hacen en la mayor parte de los casos no es y no puede llamarse “lingüística del texto”, sino “gramática del texto”, porque se trata de estudiar los procedimientos propios de cada lengua para el nivel del texto; propone una lingüística del texto de carácter hermenéutico y con una base muy clara en la estilística, ya por entonces una disciplina en proceso de extinción; y a los que no practican esa ampliación de la sintaxis (esto es, a los que intentan desarrollar esa hermenéutica que sobrevive en la lingüística en forma de estilística de las desviaciones, de estilística del habla o, incluso, de poética generativista) les hace llegar la insatisfacción que sus propuestas le producen.

Ahora bien, reducir la Textlinguistik de Coseriu a una mera reacción es un error. Partiendo de los niveles del lenguaje (universal, histórico, individual), y en lo que respecta a los objetivos más generales de la obra, se trata de distinguir netamente dos conceptos de texto: el texto como nivel autónomo de lo lingüístico y el texto como nivel de estructuración idiomática superior a la oración, a la cláusula, al sintagma, a la palabra y a los elementos mínimos portadores de significado. Esta distinción funcional, prosigue, exige dos disciplinas distintas: una gramática del texto que estudie los procedimientos estrictamente idiomáticos para la construcción de los textos y una lingüística del texto capaz de revelar el sentido de todos los discursos. Dicho de otro modo, hay que distinguir netamente entre una lingüística del nivel histórico (o sintaxis supraoracional) y una disciplina del nivel individual.

 

¿La lingüística del texto se ocupa sólo de los textos como hechos individuales?

Coseriu denomina al análisis del texto como nivel último del hablar lingüística del texto o lingüística del sentido. Pero esta lingüística del texto es, en realidad, “tres veces lingüística del texto”. Los textos son hechos individuales, pero no absolutamente singulares, pues presentan, además, una dimensión universal, que incluye aquellos rasgos de la textualidad, y una dimensión histórica que hace que compartan tradiciones y moldes expresivos; dicho de otro modo, la lingüística del texto debe explicar, primero, qué es un texto en general y cómo se configura, de modo que en este sentido de trata de una teoría general del texto; segundo, debe explicar qué rasgos comparten distintos textos y qué función tienen en el hablar, de modo que se trataría de una lingüística de la dimensión tradicional del hablar; y tercero, debe explicar qué significa, en toda la extensión de la palabra, tal o cual texto en tal o cual situación, es decir, debe ser una hermenéutica de los textos o filología.

 

Entonces resulta una disciplina muy compleja.

La lingüística del texto es, en realidad, “tres veces lingüística del texto”. Es, ante todo, explicitación del sentido de cada texto, esto es, una hermenéutica. Un discurso es un hecho semiótico: consta de signos, mejor dicho, de “significantes” que apuntan a un “contenido”. Por ello, como en todo el dominio de los hechos semióticos, analizar y describir un discurso significa propiamente interpretarlo; o sea, identificar de manera fundada el contenido que expresa.

 

Dijo que la lingüística del texto es también una lingüística de la tradicionalidad de los discursos.

Sí, porque los textos, como individuos, también tienen su historia. Esta tradicionalidad se manifiesta en la existencia de textos más o menos fijados en las comunidades de habla, en la existencia de moldes expresivos (géneros textuales, tipos de texto) y en la existencia de tradiciones discursivas.

Algunos textos, en efecto, están fijados en las comunidades lingüísticas: no pertenecen, por ejemplo, a la lengua española, sino a la tradición textual de los hablantes del español, con independencia de que puedan ser conocidos más allá de las fronteras de la comunidad en la que se originan. No pertenecen de ningún modo a la técnica idiomática, puesto que no equivalen a unidades combinables de ésta: son las formas que corresponden a textos completos (o a fragmentos de textos de sentido completo), como los refranes y los proverbios. Por ejemplo, fórmulas rutinarias para funciones distintas como el saludo (Buenos días, Bonjour) o la despedida (Au revoir, hasta pronto), refranes (Agua que no has de beber, dájala correr), o citas famosas (como “Liberté, egalité, fraternité”), no pertenecen a las lenguas española y francesa (= a sus técnicas actuales), respectivamente, sino, en cada caso, a la tradición textual de los hablantes del español y a la tradición textual de los hablantes del francés.

En otros casos, de lo que se trata es de estudiar los tipos de texto. Y aún hay que ir más allá de los tipos de texto, para explicar la formación y la extensión de las tradiciones discursivas, esto es, las reevocaciones de cualquier hecho del discurso (modalidades del hablar, elementos lingüísticos o situacionales, estructuras, etcétera) que han creado, y recrean mediante su repetición, modos expresivos particulares.

 

¿Y en qué consiste la lingüística de lo universal de los textos?

La lingüística del texto, en cuanto investigación teórica, se ocupa de establecer los elementos universales de los discursos; más exactamente, la teoría de los textos indica cuál es la posición de los textos dentro de la esfera de lo lingüístico. Además, pueden considerarse en relación con la lingüística del nivel universal de los textos las discusiones acerca del carácter sígnico del discurso, acerca de la índole de la traducción (= equivalencia entre textos) y acerca de la naturaleza del lenguaje poético. Dicho de otro modo, la lingüística del nivel universal de los textos asume tareas de la poética o teoría del lenguaje literario, y de la semiótica; e incluso de la teoría de la traducción, pues el problema de la traducción es fundamentalmente un problema de lingüística del texto.

 

¿Qué aporta la lingüística del texto coseriana a la discusión científica actual?

Si consideramos el presente, la lingüística del texto de Coseriu no es una orientación más, sino un modelo realista en el que, manteniendo algunas distinciones esenciales de base, tienen cabida las aportaciones de la Pragmática y del Análisis del discurso, aparte de las de la Estilística, las de la Hemenéutica lingüística o las de la Teoría de la traducción. Es, si se quiere, una lingüística del texto integral.

 

¿Una “lingüística del texto integral”?

Sí, incluso doblemente “integral”: respecto de su objeto, como acabamos de ver, pero también en cuanto a los procedimientos. En este sentido resulta un modelo particularmente atractivo. Desde hace más de medio siglo, el texto es uno de los objetos de la lingüística a los que mayor número de páginas se ha dedicado. Pero esta aparente unidad cuantitativa concerniente al objeto de estudio no siempre ha ido acompañada, sin embargo, ni de una homogeneidad de las líneas de investigación ni de una homogeneidad de los objetivos perseguidos. Es más, en realidad ni siquiera el objeto de estudio “texto” es el mismo en la mayoría de las ocasiones: por un lado, no es infrecuente que se tomen en consideración por separado distintas dimensiones del texto (por ejemplo, la dimensión individual para hacer un análisis crítico; o la dimensión tradicional, para hacer un estudio de los tipos de texto o de las regularidades existentes entre varios actos lingüísticos; o la dimensión propiamente gramatical, para hacer un estudio de sintaxis supraoracional); por otro lado, y a raíz de focalizar su atención en distintos aspectos del texto (bajo “texto” se designan, evidentemente, hechos muy diferentes), las orientaciones o disciplinas no coinciden ni en su metodología ni en sus objetivos. Precisamente por la falta de coincidencia en el objeto de estudio, en la metodología y en los objetivos conviven en la lingüística actual distintas modalidades de la investigación, como la Pragmática, la Lingüística del texto, el Análisis del discurso, la Teoría de la argumentación, la Teoría de la pertinencia, la Lingüística interaccional y el Análisis de la conversación, la Etnometodología, la Sociolingüística interaccional, e incluso algunas otras disciplinas que tradicionalmente le habían vuelto la espalda a los hechos del hablar, como la Gramática o la Semántica. Por ello no es infrecuente que en el aula y en los seminarios de discusión científica se planteen preguntas relativas a la posibilidad de definir el objeto “texto” universalmente, para que cada disciplina y cada enfoque puedan sentirse satisfechos, y a la posibilidad de reunir en una disciplina global todos los enfoques y orientaciones, de manera que, manteniendo sus respectivos objetivos, pudieran articularse para explicar globalmente las dimensiones reales y funcionales del texto. Desde el punto de vista epistemológico, esta idea eliminaría investigaciones redundantes y dotaría a la lingüística actual de unidad, y desde el punto de vista didáctico, contribuiría, sin duda, a facilitar a los docentes su tarea.

 

¿El modelo de Coseriu no puede reducirse a alguno de los enfoques anteriores de ellos?

No lo creo. La lingüística del texto coseriana no es Pragmática, porque la Pragmática, ya desde la propuesta de Grice, es esencialmente ciencia de la actuación lingüística en el nivel universal: los contextos, los actos de habla, las máximas de la conversación, las normas de textualidad, los principios ostensivo-inferenciales, la cortesía, etc. son posibilidades universales de los textos. La Pragmática se presenta, en la mayor parte de sus análisis, como una lingüística del texto del nivel universal o como una teoría general del texto; propuestas más concretas, como las de la Teoría de la pertinencia de Dan Sperber y Deirdre Wilson, son en cierta medida teorías relativas al plano universal del lenguaje, y no sólo al plano universal del texto, pues se trata aquí de los principios naturales que guían el comportamiento lingüístico humano. Por su parte, el Análisis crítico del discurso es una orientación más cercana por sus objetivos a la hermenéutica y a la lingüística del texto que la pragmática, pues analiza los valores sociales o individuales implícitos (la ideología) en los textos. También la teoría de la argumentación es parcial, aunque permite desarrollar conceptos decisivos para una sintagmática del discurso, ya sea propiamente idiomática, ya sea universal.

Es cierto que pese a una marcada tendencia a lo universal, dentro de la Pragmática hay propuestas que prestan una atención cada vez mayor a las condiciones sociales y culturales del uso lingüístico, lo que revela una fuerte influencia de los principios de la Etnolingüística y de la Sociolingüística. Se trata, entonces, de una Pragmática que se ocupa de la competencia comunicativa, es decir, según John Gumperz y Dell Hymes, de lo que el hablante debe conocer para comunicarse con éxito en situaciones socialmente relevantes. En este enfoque no se subraya tanto el estudio del enriquecimiento contextual del significado como el conocimiento de las reglas de interacción de una comunidad dada: por ejemplo, el saber que a los profesores en Alemania se les ustea, mientras que hacerlo con los padres ya no es una norma actual. En la medida en que estas normas de actuación lingüística dependen de situaciones comunicativas social e históricamente dadas, este enfoque se orienta más hacia la tradicionalidad de la comunicación que a la universalidad de la interacción. Frente al estudio de las tradiciones discursivas que actualmente se desarrolla en Alemania, sin embargo, se trata de un enfoque más situacional que intratextual.

El reconocimiento de que más allá de las dimensiones cognitiva, gramatical y situacional de la comunicación, privilegiadas desde la Pragmática, existen dimensiones (y dimensiones de variación) como la social, la etnográfica y la cultural, ha propiciado que la pragmática sea absorbida por una disciplina de mayor alcance: el Análisis del discurso. Como perspectiva heterogénea, podría parecer que coincide exactamente con esta lingüística del texto integral, de modo que descubrir la lingüística del texto integral sería como descubrir el Mediterráneo. Yo no lo creo, sobre todo porque en el Análisis del discurso no se considera la distinción explícitamente entre lo universal (lo dado por el conocimiento de las cosas), lo idiomático (lo dado en y por las lenguas) y lo individual (es decir, lo contextual). Entonces, en este modo de considerar el discurso se integra, en realidad, todo lo lingüístico, o dicho de otro modo, se considera lo lingüístico desde el hablar. Por esto, más que con la lingüística del texto integral, el Análisis del discurso o la lingüística de la comunicación coincide con la lingüística en su totalidad: en términos de Coseriu, el Análisis del discurso coincidiría con una lingüística del hablar (véase “Deterrminación y entorno”) o con una lingüística de la parole, esto es, con una lingüística que considera los problemas del lenguaje y de las lenguas desde el hablar. Con el nombre de “pragmática”, esta visión se aproxima a la de Jeff Verschueren.

 

Entonces la lingüística del texto de Coseriu no coincide con la lingüística a secas, sino que sería una disciplina más dentro de la “lingüística integral”.

Una de las aportaciones de Coseriu es que ni infravalora ni sobrevalora la lingüística del texto: infravalorarla significaría su identificación con la gramática del texto, esto es, limitarla al estudio de unos cuantos fenómenos gramaticales, por muy importantes que sean en tanto que parte del sistema de una lengua; sobrevalorarla significaría pedirle que explicase de raíz todo lo que aparece en el discurso, sin tener en cuenta que los hechos del significado y de la designación están en el texto como instrumentos para crear el sentido, pero no pertenecen por su naturaleza al nivel concreto del lenguaje. La lingüística del texto no puede explicar todo el lenguaje, de ahí que constituya sólo una parte de la lingüística integral: “integral” no sólo porque quiere explicar enteramente el lenguaje, sino también porque pretende hacer compatibles tres orientaciones distintas de la lingüística actual, como son la gramática generativa transformacional, la lingüística estructural y la lingüística textual. Como se sabe, según Coseriu cada nivel del lenguaje y sus funciones respectivas deben ser descritos por disciplinas diferentes y autónomas: los hechos de la designación pueden ser descritos por completo por la gramática generativa transformacional; los hechos del significado, por la lingüística estructural (= funcional); y los hechos del nivel del texto, por la lingüística textual. Coseriu advierte que las tres lingüísticas citadas tienden a invadir el campo de las otras, y que esta invasión limita, precisamente, su utilidad: la gramática transformativa quiere explicar el significado, la gramática funcional quiere explicar en no pocas ocasiones la designación y la gramática textual quiere explicar la totalidad del lenguaje desde el texto (= sólo desde el texto). Manteniendo cada orientación en sus dominios correspondientes, esto es, olvidando la pretensión de que cada una de ellas explique el lenguaje por sí sola, se logra una descripción del lenguaje “integral”.

 

         ¿Qué significa Coseriu en la lingüística?

La lingüística del siglo XX sometía a los hablantes a un severo régimen de pan y agua. Les hizo extraño el más familiar y al tiempo problemático de sus atributos: el lenguaje. Se les contaba que su hablar era en realidad un sistema de normas rígidamente fijado, un compuesto de diccionarios y gramática. Él fue el primero en poner el grito en el cielo muy a comienzos de los años cincuenta. Su robusta formación estética y humanística, que le permitió interpretar como nadie a Aristóteles, a Hegel, a Humboldt y a la tradición retórica, su conocimiento de la realidad lingüística, y su continuo y hercúleo quehacer fueron sus instrumentos para dar un giro copernicano a la situación. Fundó la semántica léxica; puso las bases para el estudio del texto; revisó críticamente la historia de la lingüística a partir de los textos originales, pues insistía cuanto podía en que en las ciencias humanas tenemos siempre la tradición, y con sorna avisaba de que sólo quien dice algo nuevo no dice nada nuevo; sintetizó originalmente el idealismo y el estructuralismo; explicó como nadie el cambio lingüístico; y, sobre todo, puso los puntos sobre las íes en las relaciones entre la lengua, el hombre y la cultura. Por eso el mundo académico le recompensó en vida con reconocimientos, y lo que es más importante, con numerosos discípulos diseminados por el mundo que supieron hallar entre las líneas de sus textos el sólido punto de partida para las suyas.

 

Pero a veces da la impresión de que la lingüística de Coseriu ha tenido un impacto desigual

La teoría del lenguaje de Eugenio Coseriu se ha hecho conocida en gran medida debido a su continua presencia en los foros de discusión lingüística durante las últimas décadas. Muchos de sus conceptos, por ello, forman parte de la cultura general de la lingüística, aunque esta familiaridad haya provocado a veces el olvido de su procedencia y, lo que es más importante, del edificio teórico en el que se encuentran. Sin embargo, como usted dice, pese a ser conocida, la lingüística de Coseriu no ha recibido el reconocimiento que merecería por su amplitud, su profundidad y coherencia. Este hecho tiene diferentes causas, algunas ya señaladas en los homenajes que Coseriu recibió en vida. Por ejemplo, se ha dicho que Coseriu no ha publicado casi nada en inglés: sus lenguas científicas preferidas fueron el español, el alemán, el francés, el italiano y el rumano. Un hecho más determinante parece el actual cariz metodológico de las humanidades, esto es, la orientación hacia la dimensión empírica (y positivista), y, en contra de la afirmación explícita de Coseriu, hacia el modelo de las ciencias naturales, especialmente hacia el de la biología.

 

Quizá haya alguna otra razón…

 

Debe añadirse, a mi juicio, aún una tercera causa importante, menos conocida que las dos anteriores y a primera vista acaso sorprendente: el estado precario de su obra publicada. Esto afecta, sobre todo, a las grandes monografías de la época de Montevideo (1951–1961), que no llegaron a ser transcritas completamente, y a los extensos manuscritos de lecciones y seminarios que fueron recogidos por los alumnos de Coseriu para que éste los revisara en su formulación antes de entregarlos a las editoriales. Por otro lado, algunos trabajos se dieron a conocer en revistas que hoy resultan de difícil consulta para los investigadores; otros se publicaron en una forma “poco trascendente”, esto es, como apuntes elaborados, de notable calidad de redacción, que, sin embargo, muestran, a causa de las “diferentes recepciones”, pequeños desajustes, perceptibles sobre todo si se considera la cuidadosa técnica de formulación coseriana. Quiere decirse, en síntesis, que una gran parte de la extensa obra de Coseriu todavía no está publicada; y aun en lo publicado existen sombras.

                                                                              

Todos estos hechos y circunstancias son conocidos desde hace algún tiempo.

Sí. Por ello, en los años noventa del siglo pasado se lanzó una primera iniciativa para recuperar la obra científica de Coseriu. Brigitte Schlieben-Lange, discípula y sucesora de Coseriu en la cátedra de Tubinga, solicitó un proyecto de investigación que fue aprobado en el año 1998. Todavía en colaboración con el propio Coseriu, la meta consistía, por una parte, en el inventario y descripción de todos los manuscritos y tratados existentes, y, por otra, en la preparación de alguno de ellos para su publicación.

 

Tengo entendido que el trabajo no fue nada fácil. La directora, Brigitte Schlieben-Lange, que había convertido el proyecto en su principal ocupación, enferma en el verano 1999 y fallece apenas un año más tarde. En septiembre de 2002 también fallece Coseriu

Así es. El proyecto tuvo que completar una parte de su camino sin su responsable y sin la valiosa cooperación de Coseriu. Pese a ello, el proyecto concluyó con éxito y sus resultados están a la vista. Casi todo el material manuscrito fue registrado y clasificado: mil seis documentos manuscritos fueron identificados y dotados de una descripción amplia (puede consultarse digitalmente en www.coseriu.de/archiv). Simultáneamente se elaboraron y publicaron, a partir del material del archivo, algunas obras de Coseriu, como el primer tomo de su obra más extensa, la Geschichte der romanischen Sprachwissenschaft: von den Anfängen bis 1492, texto que fue desarrollado, complementado y actualizado bibliográficamente en relación con el estado actual de la investigación por el propio Coseriu y por Reinhard Meisterfeld, la Geschichte der Sprachphilosophie: von den Anfängen bis Rousseau, trabajo revisado, actualizado y editado por Jörn Albrecht, o la traducción y edición de Hiltraud Dupuy-Engelhardt, Jean-Pierre Durafour y François Rastier, L’homme et son langage, cuyo objetivo era hacer más conocidos en el mundo francófono dieciséis textos nucleares de la teoría coseriana.

 

Y ahora sus trabajos. Desde el Archivo Coseriu se ha impulsado impulsado definitivamente el intento de publicar la obra coseriana como un todo

 

Hasta su inauguración, en una etapa que podríamos denominar “de constitución” del Archivo, se han identificado numerosos manuscritos y documentos adicionales (documentos de trabajo, documentos académicos, cartas de discusión científica, reseñas, trabajos en torno a los conceptos de la lingüística de Coseriu, etc.). En lo que se refiere a las publicaciones, Reinhard Meisterfeld ha editado un tomo con contribuciones de Coseriu a la filosofía antigua del lenguaje, Der Physei-Thesei-Streit. Y hay otros proyectos en marcha, como la publicación de los textos “mayores”, es decir, los textos que Coseriu dejó casi terminados, como El problema de la corrección idiomática, a cargo de José Polo, y Teoría lingüística del nombre propio, a cargo de María Xesús Bello Rivas y Johannes Kabatek. También se han programado traducciones al inglés de algunas obras clásicas de Coseriu (la primera, la de Sincronía, diacronía e historia). Además, se ha iniciado el proceso de edición de obras en parte ya publicadas: Reinhard Meisterfeld se ocupa del segundo tomo de la Geschichte der romanischen Sprachwissenschaft, volumen en el que Coseriu se ocupa de la historia de las lenguas románicas entre 1492, año de la publicación de la Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija, hasta 1601, cuando se publica el Trattato della vera origine, e del processo, e nome della nostra Lingua, scritto in vulgar Senese, de Celso Cittadini; Jörn Albrecht se ha propuesto la publicación del segundo tomo de la Geschichte der Sprachphilosophie; Jean-Pierre Durafour se encarga del segundo tomo de la miscelánea L’homme et son langage; y Hansbert Bertsch está integrando diferentes textos de Coseriu sobre el problema del latín vulgar en una monografía comentada. En una fase posterior está prevista una síntesis de los textos de Coseriu sobre la influencia del griego sobre el latín tardío y el protorromance, y la publicación de las lecciones de Coseriu sobre la gramática comparada de las lenguas románicas. En relación con la historia de las ideas lingüísticas se editarán las lecciones Sprachwissenschaft im 20. Jahrhundert, Einführung in die stratifikationelle Linguistik, Einführung in die transformationelle Grammatik y Geschichte der Phonologie: de estos trabajos se derivan las síntesis metodológicas de la ultima fase de la docencia de Coseriu en Tubinga. Finalmente, en el ámbito de la lingüística aplicada, se publicarán las lecciones Kontrastive Grammatik, Übersetzungstheorie y Soziolinguistik. Como puede ver, el trabajo es mucho, pero apasionante. Nuestra labor consiste en dar continuidad a la obra de Coseriu. Una vez que ya han sido registrados y clasificados los manuscritos de Coseriu, hay que elaborarlos y situarlos en la lingüística actual. Parafraseando el título de alguna de sus obras, también de él hay que hacer “tradición y novedad”.

 

¿Tradición y novedad?

Sí, volver a sus distinciones y propuestas para prolongarlas. Se trata de situar un modelo lingüístico realista en la discusión científica de hoy. La obra de Coseriu no pertenece ya a la historia, como un hecho “memorable” o “digno de ser recordado”; al contrario, es una obra en la que se plantean los problemas más actuales de la lingüística en numerosos campos: en la filosofía del lenguaje, en la teoría del lenguaje, en la metodología de la lingüística, en la fonología, en la teoría gramatical, en la semántica (en particular, en la semántica léxica), en la teoría del hablar, en la lingüística del texto, en la dialectología, en la sociolingüística, en la estilística, en la fenomenología metalingüística, en la teoría de la fraseología y del discurso repetido, en la gramática histórica y en la historia de la lengua, en la teoría de la traducción, en la didáctica lingüística, en la política lingüística y en los problemas de la estandarización, en la historia de la lingüística o en la historia de la filosofía lingüística, etc.

 

Este es un objetivo compartido por un gran número de discípulos de Coseriu

 

Así es. Sin ir más lejos, en septiembre se celebra la Universidad de Aix-en-Provence, Francia, un congreso sobre los ecos actuales de las teorías coserianas en tres campos: la filosofía del lenguaje, la semántica y la lingüística textual. Hay información sobre este evento en http://cosaix2007.googlepages.com/.