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LA POESÍA COMO FÓRMULA DE MEMORIA Y BÚSQUEDA. ABSURDOS PRINCIPIOS VERDADEROS, DE
SANTIAGO MONTOBBIO
por Albert Torés García
Absurdos principios verdaderos, Santiago Montobbio, Col. Biblioteca íntima, March
Editor, El Vendrell, 2011
Sin duda la obra poética de Santiago Montobbio (pienso en poemarios como Ética confirmada, Hospital de
inocentes, Tierras, Los versos del fantasma, El anarquista de las bengalas o Los colores del blanco) puede percibirse
como la meticulosa correspondencia de una total implicación con el texto
poético. Ahora, con buen criterio se nos presenta en March
Editor su nuevo poemario, titulado Absurdos
principios verdaderos, concretamente en la colección Biblioteca íntima. Una
colección de esmeradas ediciones, rigurosos criterios literarios con diseños
que combinan tradición y modernidad.
El nuevo libro de Santiago Montobbio cumple pues con las premisas de la colección que
no son sino pulsar las diferentes culturas de un mismo instrumento: la palabra, tratando además de
reunir a la manera borgiana el interés por lo íntimo
y lo universal.
El poeta barcelonés plantea desde el
inicio una invocación para que las palabras sean como el mármol pulido, suave y
resistente y con voluntad de singularizar su propia voz poética, consideración ratificada
desde el texto inicial:
En el sueño pájaro, de la realidad mendigo,/mis ojos
no han de anunciar la tierra/ni tener forma de espada/ que haga del olvido
olivo./A mis ojos no les queda por perder ni una batalla/y en un lento fuego
sólo puedo hacer de ellos/ahogadas cajas de música para ver/si tontamente
cantan/ que en clave de insomnio/ te regalo un miedo.
Ese concepto de ver el poema como si
de una talla escultórica se tratase, encierra cuando menos el oficio y el
esfuerzo humano. En este sentido, viene
a colación recordar lo que Anthony Burguess a
propósito de la humana ecuación energética de creación-destrucción, decía “si
eres escultor, quieres crear una imagen a partir de una piedra, pero, para ello
al mismo tiempo te propones destruirla”.
En cualquier caso, cierto es que la
recompensa de este contradictorio esfuerzo está en lograr la belleza. Esta
labor, es la que quiere y realiza el poeta tallador, quizá “porque el hombre no
puede escapar a su destino” y desde luego porque la belleza expresada a través
de la palabra poética es uno de los verdaderos principios de su eje
constructivo. Puesto que nos centramos en el título, en efecto, Absurdos principios verdaderos, puede
reflejar una paradoja conceptual, aparente pero en cambio no registra ninguna idea descabellada, sino
más bien una reflexión en toda regla sobre la pérdida de confianza de la
sociedad en lo correcto de sus descripciones sobre sí misma, proponiéndose la
poesía como surtidor auténtico de sabiduría y sueños. Nos lo confirma, entre
otros muchos, en el poema “No queda ya
justicia, pero el poeta lo sabe, /lo sabe sabe, igual
que la vida se pierde así,/tras juegos olvidados, en cualquier parte,/o puede
ser que acaso no recuerdes los pájaros/y huidas que abrían mundos/para que
generosos sueños/de miradas los poblaran”.
Sin duda, para sumergirse en la
peculiar poesía de Montobbio, conviene no fijar la
mirada en un punto exclusivo, pues la interdisciplinariedad practicada desde el
mayor respeto a la libertad de elaboración textual que denota a todas luces una
voz original que por la forma en que nos llega, se diría que ha pasado por el
filo de una cuchilla, parafraseando al escritor austríaco
Thomas Bernhard.
La obra supone una reflexión certera
sobre el tiempo y cómo cubre la existencia de los seres queridos y de las cosas
que amamos, a la vez que es una permanente labor de búsqueda y de reflexión
sobre el propio quehacer literario. Así por ejemplo son numerosos los poemas en
los que el poeta se hace visible tras esa misma fórmula: “el poeta” a lo que
añade siempre una acción. El poeta reflexiona entonces desde sus circunstancias
y experiencias vitales haciendo una triple proyección hacia el pasado, el
presente y el futuro. A pesar de que lo vivido tenga mucho más peso no estamos
ante un libro nostálgico porque también se atisban esperanzas en el futuro. En
algunos de los poemas se hace balance de los aprendizajes. Inevitablemente,
incluye consideraciones sobre el sentido
de la existencia y sobre la muerte, estableciendo lazos con poetas de nuestra
tradición aunque sin nombrarlos, como si quisiera subrayar su acto de libertad
y soledad. Los mundos de significados se concretan y se forjan en un continuado
y sugerente uso de la sinestesia, como esas vivencias invocadas a través del
gesto o del aroma, en cierto, el poemario en sí es una invitación al mundo de
los sentidos.
El poemario de Montobbio
podría partir en su esencia del libro del desasosiego de Pessoa, por ese
paralelismo personal de “soy lúcido y triste como un día frío”, porque
probablemente como señala el propio poeta barcelonés en su poema final “el
hombre no puede escapar a su destino”, para llegar a la premisa de Montaigne en virtud de la cual “todo es movimiento
irregular y continuo”, esto es, toda su poesía sigue y consigue el movimiento
de la vida y de la conciencia. Con mayor nitidez nos lo expresa el poeta:” el
poeta más que mentir anuncia y a la vez retarda”.
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