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Revista de estudios filológicos
Nº22 Diciembre 2012 - ISSN 1577-6921
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ALIMENTO LA MEMORIA

 

Los cuadernos de CAVISUR

 

Nº  7

 

Carmen  Agulló  Vives

 

Albacete 2012

 

 

 

 

Í N D I C E

1.   DESCIFRANDO CONTENIDO

2.   EL NOVIO DE LA MUERTE

3.   DAVID Y GOLIAT HOY

4.   LOS ÁNGELES DEL “MISTERI”

5.   CORREO URGENTE

6.   LA ESCALADA

7.   DE PATRÁS A OLIMPIA

8.   FOTOS PARA LA HISTORIA

9.   IL MONDO DEI PIÙ

10.       REPRODUCTION INTERDITE

11.       LA ÚLTIMA CARTA

12.       MEMORIA DE LUIS AGUILÉ

13.       GÓNGORA Y LOS ACADÉMICOS

14.       LA SONRISA BEATÍFICA

15.       ¿DÓNDE ESTÁ EL NEGRO?

 

 

1.   DESCIFRANDO CONTENIDO

                                                                 

Analicemos el octosílabo que da título al Cuaderno nº 7, ante el que nos encontramos.

 

¿Qué nos dice CAVISUR en “Alimento la memoria”? ¿Habla en primera persona utilizando una simple oración transitiva compuesta de sujeto implícito y predicado verbal (verbo+objeto directo)? ¿Tal vez da un giro al esquema a que nos tiene acostumbrados con ese movimiento en zig-zag jugando con tiempos, lugares y temas, del verso a la prosa, del humor a lo serio, de lo divino a lo humano? ¿Se convierten las memorias en diario? ¿Cómo, si no, alimenta la memoria? ¿No se alimenta con cada segundo que transcurre, pasado inmediato, resistente al olvido? ¿Acaso ese alimentar la memoria aluda a la inyección de fármacos que esta necesita, dada la edad de nuestra autora, para no perderla? Ya le recomendó el médico Tanakene, solución oral para vértigos, cefaleas, pérdida de memoria, descenso de las facultades intelectuales……Hemos dado por supuesto que el tal octosílabo es un sintagma oracional, primera persona en presente. Reflexionemos.

 

Gramaticalmente, cabe la posibilidad de que se trate de dos sustantivos en aposición. Conviene echar una mirada a los títulos de anteriores Cuadernos. En ellos el lector agudo habrá observado una constante: todos tienen su base en textos literarios a cuyos autores se hace un guiño: a Jardiel en el nº 1, a Miguel Hernández en el 2, a Cervantes en el 3, a Quevedo en el 4, Lope, literal, en el 5, la Santa de Ávila en el 6. Las portadas evidencian las alusiones.

 

Aparecen varias imágenes en la presente portada: Góngora con firma autógrafa[1], un paisaje nevado[2], el Hidalgo manchego con su escudero[3] y  el Cristo de los Faroles[4]. Córdoba y La Mancha reunidas.

 

Recordemos que el Cuaderno anterior[5] en su portada hacía referencia a “1961-2011, 50 ANIVERSARIO DE MI TRASLADO DE CÓRDOBA A ALBACETE, REGRESO AL DISTRITO UNIVERSITARIO DE MURCIA”. En esas estamos, amigo lector, que un cincuentenario comienza en la fecha de su inicio y termina en la misma fecha del siguiente año.

 

Escribe CAVISUR: el 30 de septiembre de 1961, con el alma traspasada, llegué a Albacete a tomar posesión de mi nuevo destino. No había nieve en las calles pero supe que llegaba del calor al frío, de la alegría andaluza a la adustez de la meseta. Hace cincuenta años y aquí sigo haciendo honor al refrán: “Albacete, toma café y vete, que si asomas las narices echarás raíces”. Más de media vida.

 

Si Córdoba tiene su Góngora, amén de una lista interminable “de plumas y espadas”, en La Mancha asedia por todos los rincones la figura del Hidalgo, tan querido. Se está bien aquí. Cierre este Cuaderno el cincuentenario rindiendo homenaje a todo lo vivido ya en Albacete, ya en Córdoba o en cualquier rincón del mundo, jugo de la memoria, mientras funcione con decoro.

 

Pero volvamos al título. A estas alturas más de un lector habrá adivinado que lo compuse “gongorinamente”, dando la vuelta a un verso del archiconocido soneto  “Oh excelso muro, oh torres coronadas….”

 

Tentada estuve de añadir un subtítulo, celebro cincuentenario, con lo cual amenazaba romance y reforzaba la ambigüedad de alimento, presente de indicativo. Demasiadas bromas gramaticales.

 

Quede el octosílabo construido como dos sustantivos en aposición. Vayamos al ser más que al acontecer. Por si este es el último cuaderno que escribo[6], quede en él algo de mí entrevisto bajo la capa de las anécdotas, los escenarios, las circunstancias.

Hay mucho material inédito y otro tanto viviendo en la memoria a la espera del parto de los montes.

 

 

 2. EL NOVIO DE LA MUERTE

 

 

Caballeros legionarios procedentes del Tercio "Duque de Alba" trasladan al Santísimo Cristo de la Buena Muerte desde su templo hasta la Casa Hermandad

 

Caballeros legionarios procedentes del Tercio "Duque de Alba" trasladan al Santísimo Cristo de la Buena Muerte desde su templo hasta la Casa Hermandad - Foto: Efe

21 Abril 11 - Málaga – Efe. Del periódico LA RAZON.es

Los legionarios han llegado a la capital a bordo del buque Contramaestre "Casado" a las 12.00 horas y, tras pedir permiso para iniciar los desfiles por la ciudad, han marchado por las calles hasta la Iglesia de Santo Domingo, (….)
(….) una docena de militares han entrado en el templo donde se encuentra la talla conocida popularmente como Cristo de Mena, y la han transportado hasta la plaza donde esperaban diversas autoridades, (…..)   

 El crucificado, que en algunos momentos fue sostenido a pulso por los soldados, ha sido trasladado hasta la Casa Hermandad, donde los hermanos de la cofradía lo han colocado en su trono, sobre el que saldrá en procesión esta tarde (….) La Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y Nuestra Señora de la Soledad se fundó en 1915 tras la fusión de la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte, que fue creada en el siglo XIX, y de la antiquísima Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, de la que se tienen referencias de 1579.
La Legión se vinculó definitivamente en 1921 a la Congregación del Cristo de Mena (….) Los militares de Ceuta acompañarán al Cristo de Mena a pesar de la entrada en vigor de la nueva normativa, que sólo afecta en el sentido de que los militares no pueden rendir honores a las Imágenes religiosas pero sí pueden acompañar las procesiones.”

Hasta aquí, fragmentada, la crónica de prensa. He de confesar que es la primera vez que he visto en TV este acto de Málaga -nunca lo presencié in situ- y me ha impresionado por su belleza y porque, al escuchar el canto de los legionarios, he ido recordando letra aprendida en la infancia con las alteraciones correspondientes al proceso de trasmisión oral (jamás en mi mano papel escrito) y más tratándose de niños.[7]

          Es tema recurrente en la literatura el de la muerte y el amor. Recordemos la tradición cancioneril y los ecos de la canción del Comendador Escrivá “Ven, muerte tan escondida, / que no te sienta conmigo…” y las múltiples variantes que genera. O los magníficos estudios de Dámaso Alonso sobre el tema de la literatura a lo divino. Interesa aquí lo relativo a la poesía lírica y los ejemplos clásicos de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, sobre todo este último en ese prodigio de “El pastorcico” en cuya estrofa final se produce la divinización del amor eclipsando las Redondillas anónimas halladas por  José Manuel Blecua en un manuscrito de la Biblioteca Nacional de París. Compare y juzgue el lector: “Imaginase ya estar apartado / de su bella pastora en tierra ajena, /y quedase tendido en el arena, / y el pecho del amor muy lastimado”. Esta estrofa se convierte en San Juan en la siguiente: “Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado / sobre un árbol do abrió sus brazos bellos, / y muerto se ha quedado, asido de ellos, / el pecho del amor muy lastimado”. Por poco conocimiento que se tenga del cristianismo no creo que alguien ignore que se trata del árbol de la Cruz y que el tal pastorcico -“yo soy el buen pastor”- es Jesucristo.

          Lo que me ha sorprendido es comprobar que esta tradición continúa hasta nuestros tiempos. No lo sospechaba hasta que, revisando papeles, me encuentro con la fotocopia de una página que me debió interesar en su momento[8] por el poema publicado que transcribo íntegro, para asombro del lector:

Bienvenida a la muerte

Seas, MUERTE, bienvenida. / Ven a cara descubierta, / porque tú me abres la puerta / de la Vida.

Un día te prometí / imitar tu vida santa. / ¡Hoy me avergüenzo de tanta / promesa que no cumplí! / Muerto inocente de mí, / Jesús, en la cruz al verte, / te ruego me des la suerte / de un final a mi medida: / que pues no imité tu vida, / imite, al menos tu muerte. / Seas, MUERTE, bienvenida…etc.

Me diste una vida larga / para gozar tu amistad. / Mi dicha fue tu piedad, / mis pecados una carga. / La muerte no será amarga / si vienes, Señor, detrás / y el don supremo me das / de acabar con mi flaqueza / y gozar de la certeza / de no ofenderte jamás. / Seas, MUERTE, bienvenida…etc.

Ochenta son muchos años / para quien los ha vivido / amando a un Dios escondido / entre mil rostros extraños. / Acaben estos engaños / que no sacian a un amante. / Una hermosura bastante / no me ofrecen otros seres…/ ¡Muestra, mi Dios, cómo eres / y sácieme tu semblante! /Seas, MUERTE, bienvenida…etc.

Desde mi primer aliento / me regalaste la fe. / Gocé, sufrí, trabajé / sobre este firme cimiento. / Ya llega a su cumplimiento / mi esperanza seductora. / ¿Por qué temer esa hora, / mi Dios, si no es más que un paso / con apariencia de ocaso? / ¡Contigo llega la Aurora! /Seas. MUERTE,

Tu amor cayó sobre mí / antes que te conociera / para que amarte pudiera / desde que te conocí. / Seguir viviendo sin ti / es constante desconsuelo. / Ven, Jesús, cumple mi anhelo / y desata esta envoltura / que me oculta tu figura: / que verte será mi cielo. / Seas, MUERTE,…

Recuerda, Virgen María / que mil veces te he rogado / para que estés a mi lado / en mi postrera agonía. / Sé que vendrás, Madre mía, / y sé que tu amor me augura / una apacible ruptura / de cuanto hoy aquí se ve, / y luego me gozaré / del fulgor de tu hermosura. / Seas, MUERTE,  etc…

Ven, Muerte, como un amigo. / No vengas como ladrón, / pues sabe mi corazón / que Jesús viene contigo. / Ven, Muerte, como testigo / del gozo que en este adiós / me traéis juntos los dos. / Quien tiene fe no se asombra / que detrás de esta tu sombra / alumbra la luz de Dios. / Seas, MUERTE, bienvenida. / Ven a cara descubierta, / porque tú me abres la puerta / de la Vida.

El autor es Juan Plazaola Artola, S.J. (1919-2005).  Seis años sobrevivió a la redacción del poema. Invito al lector a que siga en Google la brillante trayectoria de este intelectual jesuita de cuya existencia -cuántas lagunas, Señor- no tenía noticia hasta que me ha picado la curiosidad el reencuentro con poema de factura tan clásica, atribuible a Lope o Valdivielso.[9] Me ha estremecido ahora su lectura al aludir a los ochenta años cumplidos por el autor. Los que, en este año de gracia de 2011, ha cumplido quien esto escribe. Y vaya mi cuarto a espadas con los versos, recién escritos, para el día primero de noviembre.

En el corazón del otoño

 

Es el día primero de noviembre

fiesta contradictoria en estos tiempos.

Luz y tinieblas, cielo y tierra muestran

distinta concepción de vida y muerte.

Estupor ante un nuevo carnaval

de tétricas figuras, cuyo nombre

ni siquiera se dice en español.

¿Dónde los traductores del invento?

Cementerios en flor, día primero

de noviembre en la aldea

donde no llega la televisión.

Homenaje a los santos que vivieron

tan cerca de nosotros, sus virtudes,

en búcaros ocultas,

tan solo Dios valora justamente.

Noviembre, mes de Ánimas,

día a día presentes los ausentes:

esa madre que deja niños huérfanos,

belleza intacta en el retrato joven…

anciano padre en el sillón vacío

que nadie osó ocupar…

la joven que se fue cual golondrina

y no volverá al nido…

Hojas verdeamarillas, remolinos

dibujan en los parques, se desnudan

los troncos a la espera

de la nueva estación primaveral.

Ellos, los que se fueron, nos esperan,

hojas en espiral que eleva el viento

el día que Dios mande a la del alba:

Hermana Muerte la llamó Francisco,

con rostro alegre sea recibida.

¡Vamos hacia la Luz!

 

Albacete, 24 -10-2011

 

 

 

 

 

3. DAVID Y GOLIAT HOY

 

          Lunes, 14, 11, 2011, 19 horas, firmo el documento que me entrega un funcionario y quedo con la copia cuyo contenido resumo:

          “..…Examinados los hechos objeto de demanda en relación con la documentación aportada, se procedió a dar traslado a la empresa a los efectos de que realizase las pertinentes actuaciones, de la que se adjunta una copia. Así pues, habiendo finalizado las actuaciones mediadoras que es posible realizar desde la O.M.I.C. (….) se procede al archivo del expediente, con resultado positivo. El Secretario General (El sello dice: Ayuntamiento de Albacete. Oficina de Información al Consumidor)

 

Dicho en roman paladino: he ganado un pleito a través de un servicio gratuito, que ha actuado con gran celeridad, presenté la demanda el 31, 8, 2011.¿Contra quién? Pues nada menos que la poderosa empresa TELEFÓNICA MÓVILES ESPAÑA, S.A. que ha cantado la gallina con una carta algo ambigua de la que destaco las líneas finales:

 

“… analizados los argumentos desarrollados por la clienta en su escrito y considerando las circunstancias reflejadas, hemos decidido proceder a la cancelación de los importes pendientes de pago de la línea 696460380”. Tal vez algún lector amigo, de buena memoria, recuerde este número como el de mi teléfono móvil por muchos años contratado con Telefónica.

 

Comienzo la historia por su final jubiloso pues mi honda y mis guijarros han sido las palabras, por medio de las cuales he conseguido sojuzgar  los automatismos del lenguaje comercial y leguleyo.

 

Corría el mes de marzo de 2011 cuando decidí cancelar mi contrato con Telefónica Móviles, el número en cuestión arriba reseñado.  Para no ser reiterativa incluyo copia del BUROFAX que tuve que enviar a la Empresa dado el cariz que tomaban los acontecimientos.

 

A TELEFÓNICA MÓVILES ESPAÑA

MOVISTAR

 

          La abajo firmante, Carmen Agulló Vives, con NIF 21824588A, en respuesta a la carta de ese Organismo fechada el 21-06-11, 2º AVISO DE PAGO, relativo a la factura 28-F1MO-082083  emitida INDEBIDAMENTE POR USTEDES como voy a demostrar, DECLARA LO SIGUIENTE:

 

1º- Entre MARZO Y ABRIL pasados, no recuerdo el día, solicité la anulación del contrato establecido con ustedes por el servicio del teléfono móvil 696460380. Se hizo la operación por teléfono y no poseo documento escrito. Solo mi palabra de honor que vale mucho. Una señorita muy amable me advirtió que la Compañía se reservaba un plazo legal de quince días para la anulación. Acepté las condiciones.

 

          2º. Con fecha 1 de abril, 2011, pagué la factura correspondiente a las llamadas (18 Feb. A 17 Mar. 11). La señorita ya me advirtió que el último recibo que me pasarían al cobro sería en 1 de mayo y con ello quedaba cancelado totalmente el contrato

 

          3º. Efectivamente, el 1 de mayo pagué la factura 28-E1MO-080972, importe de las llamadas (18 Mar. A 17 Abr. 11).

 

          4º. Inmediatamente di orden a mi Banco para que anulara la domiciliación del servicio Movistar que ya no existía.

 

          5º Siguiendo mis órdenes el Banco devolvió el recibo de 1 de junio, puesto al cobro INDEBIDAMENTE, repito, por ustedes. Prueba de ello es que en dicho recibo ni se indica servicio y fechas de llamadas porque no existió y yo al móvil le quité la tarjeta SIM y la rompí como  me aconsejaron.

 

          6º Me puse en contacto con esa Entidad por teléfono y, como siempre, me atendieron con gran amabilidad y, hechas las comprobaciones pertinentes, me dieron la razón confirmando que el contrato estaba ya anulado.

 

          7º. No me corresponde a mí dar las órdenes pertinentes para que no se sigan emitiendo facturas AUTOMÁTICAMENTE, hasta el fin de los tiempos pero está claro que

 

          CUALQUIER CARTA O REQUERIMIENTO QUE RECIBA DE ESA ENTIDAD LA ECHARÉ AL BUZÓN DE CORREOS CON LA INDICACIÓN DE REHUSADO, SIN ABRIRLA. No quiero tener comunicación con ustedes por ahora.

 

          Mando este escrito por BUROFAX y para mí ya es un documento demostrativo de que NO DEBO NADA A MOVISTAR, salvo que todas las operaciones  realizadas por teléfono con señoritas y caballeros muy amables no sean válidas, cosa que sería el descrédito de la Compañía. Por eso al recibir la carta a la que aludo al principio no me he molestado ya en llamar al 1004 como ustedes mismos recomiendan. Verba volant, scripta manent. ¿Sabe latín quien me lee?

Atentamente

(firma ilegible)

 

Carmen Agulló Vives

NIF 21824588A

 

En Albacete a 28 de junio de 2011

 

          Con rapidez recibí un telegrama en el que un empleado de la Empresa con su nombre, apellidos y DNI, se hacía cargo de mi escrito.

 

          Pues, la callada por respuesta y siguieron mandando facturas en julio y agosto, hasta no sé cómo descubrieron mi dirección de c.e. y me invitaban a que descargara la factura por Internet, sí, sí, corriendo lo iba a hacer. También me llegó una carta de abogados invitándome a que pagara “amistosamente” la deuda antes de que me tuvieran que demandar judicialmente.

 

          A todo esto estaba en Santa Pola y allí mismo acudí a la Oficina Municipal de Información al Consumidor. Un señor muy amable me explicó los trámites gratuitos que se podían hacer incluso desde allí pero yo tenía en Albacete la documentación y me aconsejó que regresara rápidamente “para presentar mi reclamación antes de que actuaran los abogados amenazantes”.

 

          No me pena haber perdido algunos baños de mar, era ya 25 de agosto. En el Ayuntamiento de Albacete presenté un abultado expediente, rellenando un impreso en el que se resumía mi declaración, escrita a mano porque tenía que “encajarla” en determinados recuadros, burocracia, burocracia…

 

          Primer recuadro, tras los datos de reclamante y reclamado, RECLAMACIÓN, RELATO DE LOS HECHOS:

 

          “Con fecha 1, mayo, 11, pagué la última factura y quedó cancelado el contrato de móvil a mi nombre  696460380.La Empresa me sigue mandando facturas. Se adjunta BUROFAX    (con acuse de recibo) en el que razono y solicito que anulen facturas posteriores a mayo, 2011. No recibo respuesta ¿por qué? Ahora me dicen que debo a la Empresa 30,09 euros ¿Por qué?”

 

          Segundo recuadro, PETICIÓN CONCRETA: “Que Telefónica Móviles Movistar A N U L E las facturas posteriores a Mayo 2011 que se me imputan por el teléfono cancelado 696460380”.

 

          Si el paciente lector ha llegado a este punto se preguntará perplejo ¿todo esto ha hecho CAVISUR para no pagar 30,09 euros?

 

          Ni 30, ni 20, ni ná. Lo que no debo no lo pago. Y tal vez haya gastado esa cantidad entre el BUROFAX, las fotocopias y demás zarandajas. A Telefónica ni un céntimo. ¿Y lo que me he divertido a posteriori comprobando que la lengua es un tesoro cuya posesión nunca agradeceremos bastante?. Ya lo dijo Dámaso: “Dejar de hablar es morir”. “Hermanos en mi lengua, qué tesoro, nuestra heredad….” Belleza hasta en la lucha de David con Goliat.

 

 

  

 

 

4. LOS ÁNGELES DEL “MISTERI”[10]

 

[11]

          Mucho se ha dicho y escrito sobre el Ángel de la Festa. El ángel de la “mangrana”, el ángel mensajero que cautiva con su voz y conmueve con esa su aparición triunfante, aparatosa, extraordinaria, digámoslo. Es el prodigio, el milagro en forma de globo celeste envuelto en armonías.

 

          Pero yo quisiera detenerme un poco y considerar al ángel, a los ángeles, en su total intervención en el Misterio y no analizando solamente el momento de lo que tradicionalmente llamamos “la bajada del ángel”. Y entonces nos sorprende, al menos a mí, que el Misterio, además de ser una joya de arte, está transido de dogma por todas partes, hasta en los más pequeños detalles. No es solo la exposición artística del dogma de la Asunción de María; es un hacer visible lo ordinariamente invisible: la existencia de los ángeles y su intervención en el mundo.

 

          Hora es ya de explicarnos: yo veo tres jerarquías distintas de ángeles en la “Festa” y cada una de ellas de acuerdo con la doctrina de la Iglesia acerca de las jerarquías angélicas.

 

          Los primeros ángeles que aparecen son los ángeles de almohada; esos simpáticos y silenciosos actores (y sin embargo presentes) me hacen pensar en la presencia y existencia de los ángeles custodios que acompañan a cada hombre desde la cuna a la sepultura sin decir nada, en una presencia silenciosa y eficaz.

[12]

 

 

          Después, un poco como en contraste con esos ángeles callados, el chorro de oropel y música del ángel mensajero, el que trae la embajada divina a María, el que hace algo un poco fuera de lo ordinario, de lo de todos los días y por eso necesita también de la aparición extraordinaria ¿Verdad que pensamos en los Arcángeles, y en sus apariciones extraordinarias como nos las cuenta la Sagrada Escritura? En San Rafael acompañando a Tobías, en Gabriel anunciando el Misterio de la Encarnación a la Señora…

 

          Y por último, los ángeles del Araceli. Estos aparecen, es verdad, con aparato y podríamos asociarlos  al ángel de la “mangrana”. Pero hay matices. Los ángeles del Araceli cantan a coro, no individualmente, y no traen ninguna embajada de parte de Dios. Más bien son los acompañantes de María en su Asunción gloriosa, primero de su alma, luego de cuerpo y alma juntos. Hay ángeles en el cielo cuya única y elevada misión es la de estar adorando a Dios y celebrar su grandeza y majestad. Estos ángeles del Araceli no pueden callar, cantan celebrando las grandezas de María, la criatura a la que se ha podido decir: “Más que tú, solo Dios”.

[13]

          Ángeles silenciosos, arcángel mensajero, coro angélico enamorado de María…presencia y vivencia del Dogma hecho arte.

 

. . . . . . . . . . .. . . . .  . .

 

Autocrítica, cincuenta años después[14]

 

          Me encuentro en ese almacén de libros, revistas y carpetas que es mi biblioteca -mil veces truncado el proyecto de fichero-, con la Revista de la cual acabo de digitalizar mi artículo escrito hace medio siglo.

 

          Lo leo con atención y me pregunto si tiene vigencia hoy tal como lo escribí.           La respuesta es afirmativa en cuanto al tema genérico de que trata: la FESTA, MISTERI, o MISTERIO DE ELCHE dicho en español, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, y representado cada agosto, amén de los años pares en noviembre, reclamo turístico desde las instituciones, difundido en concierto por distintos lugares en España y fuera de ella, hasta Roma llegó recientemente.

 

          Interesa entrar en lo específico, no olvidemos el título Los ángeles del “Misteri”, y analizar su contenido y tratamiento.       Me pregunto si esa distinción que establezco entre las jerarquías angélicas responde a la doctrina de la Iglesia Católica después del Vaticano II o procede del de Trento y hoy ha perdido vigencia.

 

          A la memoria viene algo aprendido no sé si en el catecismo de Ripalda al prepararme para la Primera Comunión, o algo más tarde en un manual de Religión en el Bachillerato. Pero ¡con qué claridad recuerdo lo de tres, tres, tres, en las categorías angélicas! : 1.Serafines, Querubines y Tronos. 2. Dominaciones, Virtudes y Potestades. 3. Principados, Arcángeles y Ángeles. Supongo que se proponía de tal modo para facilitar la memorización.

 

          Me satisface y tranquiliza comprobar que no he de modificar el texto una vez consultado el actual Catecismo de la Iglesia Católica[15].En él se dedican a los ÁNGELES los números 328 al 336 (páginas 80-82), y en verdad la doctrina es expuesta con claridad y avalada con citas bíblicas y de los Santos Padres.  Ilustro al lector  con algunas de ellas, por si la curiosidad lo lleva al texto completo: “S. Agustín dice respecto a ellos: “Angelus officii nomen est, non naturae. Quaeris nomen huius naturae, spiritus est; quaeris officium, angelus est: ex eo quod est, spiritus est, ex eo quod agit, angelus” (Nº 329) “Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él” (Col. 1,16) (Nº 331). “Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida” (S. Basilio, Eun. 3,1) Nº 336.

 

          Mas he aquí que el artículo, aparentemente correcto y actual, tiene un fallo de origen que intento subsanar aunque muy tarde.

 

          Retrocedo medio siglo y me veo en el atrio de la Basílica, al que se accede por la llamada Puerta Chica y que conduce por una parte a la Sacristía y por otra al interior del templo. Se me cruza don Antonio Hernández, un joven sacerdote, hijo de una amiga de mi madre, y me dice con cierto aire de reproche, más o menos: ¿Conque los ángeles del Misteri? ¿Y dónde has dejado a los de la Coronación? Aún se me encienden las mejillas al recordarlo. El momento final apoteósico del drama, cuando hasta se contiene la respiración de los miles de asistentes para no perder el sonido de la lejana, altísima melodía, dos niños cuyas voces apenas se perciben con la del sacerdote que representa al Padre Eterno, todos a la espera de la palabra final, CORONADA, y la corona que cae sobre las sienes de la Señora, las campanas al vuelo, el órgano a todo fuelle, los cohetes, los Viva María Santísima, sin hablar de los aplausos, moda impuesta no hace mucho tiempo, en mi infancia la gente lloraba de emoción y rezaba una Salve.

 

          ¿Por qué me olvidé de esos Serafines o Querubines? No tengo la respuesta. Sí el “yo pequé” que ahora escribo compungida.

 

          Va por usted, don Antonio,  gran músico, Maestro de Capilla del Misterio durante unos años, Padre Eterno con la corona en sus manos desde el aparato de la Coronación, ¿cuántas veces la dejó caer? Hoy goza ya de la visión beatífica, falleció en 2008,  la Virgen lo habrá acogido con amor. Aunque tarde, vea el lector la foto testimonio.

 

          Huelga decir que estos dos ángeles de la Coronación, según los he clasificado en el artículo original, quedan asociados a los que se integran en el Araceli, con función laudatoria, pero en grado más alto, los más cercanos a la Majestad de Dios.

 

 

 

[16]

 

 

5. CORREO URGENTE

 

          Muy querida colega, y sin embargo amiga: Tolero tus silencios que son palabra viva en cualquier parte del mundo, de Río de Janeiro a Santiago de Chile, vaya usted a saber por dónde andabas.

 

Tu voz me certifica en este caso que estabas ahí al lado, en Rotterdam gozando tulipanes. Todo está bien.

 

No tanto el escopetazo con que me anuncias que el 25 de este mes, el viernes próximo, te dedica la Universidad el Homenaje casi preceptivo por tu jubilación. Yo, prevenida, te he dedicado un trabajo en mi Cuaderno de CAVISUR, nº 6, que saldrá en la Revista www.tonosdigital.com nº 22, el próximo diciembre.

 

No obstante no puedo acostarme hoy, 22, sin escribirte un soneto. Es día de Santa Cecilia, Patrona de la Música y han de marchar mis versos por los aires a una de las tierras más filarmónica de España.

 

A la Santa me encomiendo y ella con el diapasón me da la nota. Fluyen los endecasílabos, uno tras otro, rítmicamente, en movimiento Presto, el que habitualmente cierra las sinfonías, pero no hay tiempo para Andantes, ni Allegros, ma non troppo, que me caigo de sueño, Pascualita, y sabes que soy la cenicienta en lo de la retirada en punto, que no en otros aspectos de la historia. Y digo la verdad en el soneto que sigue:

 

A  PASCUALITA MOROTE MAGÁN

(Para el día 25 de noviembre)

 

Nadie podrá quitarte lo vivido

en tu dedicación a la enseñanza:

merece tu labor justa alabanza

por el trabajo con amor cumplido.

 

Pones del corazón cada latido

-viva, eficaz, atenta, sin tardanza-

al ritmo de vaivenes, ya en bonanza,

ya en tormentas de mar embravecido.

 

Maestra de maestros, Pascualita,

sabia, cercana, siempre educadora,

en la investigación, número uno.

 

Dejas las aulas, tienes otra cita

a la que pronto acudirás ahora.

Yo, presente en ausencia, a ti me uno.

 

          “Espero que te guste”, como se dice en los envoltorios de los regalitos.           Cambio de metro para el fin de fiesta y completar el folio con unas seguidillas:

 

De La Mancha a Valencia

hay solo un paso,

a la gran jumillana

mando un abrazo.

 

Las coplas que ella sabe

no hay quien las cuente,

como del mar las olas

que van y vienen.

 

Seguidillas manchegas,

jota murciana,

alternan con Valencia

y sus rondallas.

 

Despidamos con bailes

a Pascualita;

yo los veré sentada

desde una silla.

 

Que no estoy para trotes,

solo palabras

saco para el festejo

desde mi manga.

 

Albacete, 22 de noviembre, 2011

 

 

 

 

 

 

Breve muestra gráfica de una larga amistad

 

 

Arriba: Ante el Monasterio de las Huelgas con motivo de nuestra asistencia al VII Congreso Nacional de Teatro Infantil y Juvenil; Burgos, 19-23 marzo, 1980. Hizo la foto una profesora de la Escuela de Magisterio burgalesa que fue nuestra magnífica anfitriona particular.

 

Abajo: Cáceres, julio, 2001, con colegas de la Universidad de Extremadura en casa de Paco Caja: Pascualita con el dueño -el del bigote-, Juan y su esposa Jacinta.[17] Estancia en Cáceres con motivo del  XXXVI Congreso Internacional de AEPE. Foto CAVISUR

 

  

 

 

 

 Pascualita, en la explanada de acceso al Monasterio de Guadalupe, posa para CAVISUR. Excursión desde Cáceres organizada por la AEPE en el ya citado Congreso de 2001

 

 

  

 

6.  LA ESCALADA

 

          Atractivo título para texto que todavía no se sabe de qué tratará. Supongo que la primera imagen que acude a la mente del lector es la de la montaña o el recuerdo de la película “La última cima”. Tal vez, los menos idealistas piensen que va de ascensión en la escala social, trabajo, prestigio…      Frío, frío. Lo peor es que no abordaré el tema de inmediato sino después de reflexiones previas.

 

          Lo de la escalada sucedió recién llegada a Albacete desde Córdoba, quizá en 1962. Época de la que recuerdo la mala impresión que me produjo la Escuela, edificio tan impersonal con su fachada de ladrillo, los amplios corredores de paredes desnudas, las aulas rectangulares, las ventanas con marco metálico, ay, mi Escuela cordobesa, con su patio empedrado, fuente central, maderas nobles, bien se aprovechó del edificio la Junta de Andalucía, en el centro mismo de la ciudad a espaldas de San Nicolás, calle de San Felipe, a tiro de piedra de las Tendillas por una parte, de la Avenida del Gran Capitán por otra, San Hipólito, el Teatro, el Casino…para qué seguir. Bien es verdad que aquel caserón no disponía de las instalaciones adecuadas a un moderno centro educativo, pero tenía tanto sabor a Córdoba…

 

          Ni imaginar podía yo en 1962 que, pasados más de veinticinco años, exactamente en abril de 1989, me despediría del edificio albacetense con un soneto y palabras previas en el diario LA VERDAD[18], texto que después rescaté en mi libro CRÓNICAS DE DOS SIGLOS[19] y que ahora incluyo en estas reflexiones previas, demasiado dilatadas.

 
“Adiós a la Escuela de Magisterio

Carmen Agulló Vives

 

          Llegué a Albacete en octubre de 1961 y, desde aquella fecha hasta el día de hoy, ejercí como Catedrática de Lengua y Literatura Española en la Escuela de Magisterio, sita en la Avenida de España, tan conocida de todos.

 

          Tantos años de vida profesional en el mismo edificio, que ahora dejamos, exigen una despedida a la casa que fue testigo de trabajos, desvelos, alegrías y decepciones. A su Salón de Actos, escenario de conferencias, homenajes, representaciones teatrales y un largo conjunto de actividades, dedico este soneto:

 

¿No quedará memoria de los ecos

que entre tus nobles muros resonaron?

¿Olvidaré las voces que encarnaron

tanto ser de ficción, hoy ya muñecos

 

inmóviles en álbum? Están secos

los árboles que frutos prodigaron

en el cercano ayer. Solo quedaron

palabras, cantos, ovaciones, huecos....

 

Solo el teatro, mudos los lugares,

ventanas, cortinajes, altavoces,

todo a la espera de la fatal hora,

 

consumidos sus días estelares.

Salve el recuerdo nombres, días, voces,

cuanto un sensible corazón añora. “

 

          Envié el recorte de prensa a varios amigos y muy variados fueron los comentarios. No resisto a la tentación de copiar unos fragmentos de la carta que recibí de un antiguo alumno, hoy Catedrático de Instituto,

          “...Me gustó el soneto y me dieron un vuelco los recuerdos mientras lo leía..... los recuerdos más entrañables de mi paso por la Escuela de Magisterio están unidos al Salón de Actos. En él se me entregó un premio literario, experiencia inolvidable para quien, adolescente aún, soñaba a solas con ser escritor. Aún conservo en la biblioteca el libro que recibí por un cuento breve... En él asistí a los ensayos de la primera obra de teatro que vi en mi vida, La barca sin pescador, envidiando secretamente a los compañeros que eran capaces de salir al escenario y maldiciendo mi incapacidad y mis escasas dotes de actor... En él asistí a un recital de García Lorca con acompañamiento de guitarra, que me dejó en el alma las mieles de la poesía y la música .....  Pasado el tiempo, se da uno cuenta de cuánto influyeron en su vida las esporádicas visitas a aquella sala inclinada, que me parecía enorme y misteriosa... lo que realmente deja huella en el alumno son, la mayoría de las veces, las experiencias que vivió fuera del aula...”    (1989)[20]

 

          Hasta aquí lo publicado en libro. Olvido decir que el desalojo del edificio se debía a nuestro traslado a la Nueva Escuela de Magisterio construida en el Campus albacetense de la flamante recién nacida Universidad de Castilla-La Mancha. Me asombra ahora recordar las mil actividades llevadas a cabo en esta nueva sede tan solo durante tres años, dada la prisa que me di solicitando la jubilación voluntaria anticipada[21]. Adaptada como estaba a Albacete después de tantos años, el cambio de edificio fue asumido con rapidez y gozo.

 

          Hora es de volver a aquella fatídica tarde en la que se produjo la escalada.

 

          A poco de llegar a Albacete me cayó la Dirección de la Escuela Femenina, si no como una losa, sí como una gran responsabilidad dada mi juventud e inexperiencia en tales lides. Algo traía de Córdoba donde ejercí de Secretaria, pero no era lo mismo.

 

          Eran tiempos con horarios de clases muy apretados, incluso los sábados por la mañana, y siempre me faltaba tiempo para los asuntos de la Dirección. Ello me obligaba a encerrarme en la Escuela algún que otro domingo por la tarde, yo sola en aquel edificio, en el ático estaba la vivienda de la Portera, a la que se accedía por la escalera principal, sin comunicación directa con las plantas de clases y servicios.

 

          Pues eso, que tuve necesidad de ir al servicio y aunque había un cuartito con su cerradura de acceso para profesores, anejo a la serie de unos cuatro para alumnos, estos con manivela en cada puerta y tabiques divisorios que no llegaban al techo con un pasillo de espera, la puerta casi siempre abierta, digo que, pues eso, yo tan democrática en 1962, me metí en un servicio de alumnos. Cerrose la puerta, quizá por un golpe de aire, yo la hubiera dejado entreabierta, estaba absolutamente sola, domingo por la tarde. Para mi congoja se atascó la manivela de tal modo que no había manera de abrirla.

 

          Mi privilegiada memoria es incapaz de recordar los sentimientos en aquella hora. Sí que estaba decidida a encontrar una solución. Arriesgada fue. Calculé altura del tabique lateral, distancia a este desde la cisterna, grosor del mismo que me permitiera deslizarme por él hasta el exterior…y me lancé. Primero me encaramé sobre la tapa del inodoro, de allí, agarrada al tubo de la cisterna fui escalando no sé cómo pero llegué a poner pie en el tabique, monté en él como si se tratara de cabalgadura, me fui arrastrando poco a poco y llegué al punto en que este tabique se unía perpendicularmente al tabique exterior donde estaba la malhadada puerta cerrada a cal y canto con la pérfida manivela.

 

          Si dura fue la escalada más arriesgado fue el descenso pues era necesario buscar punto de apoyo a las manos para no caer de bruces y romperme la crisma o alguna pierna en el mejor de los casos.

 

          Salí ilesa del trance, volví a la Residencia, creo que aún no había puesto piso, a nadie lo comenté y es hoy, pasados casi cincuenta años, cuando lo cuento para aviso de imprudentes. Los impulsos de la juventud. Y la sangre fría necesaria en tales trances. Ella me asistió y, desde luego, mi Ángel de la Guarda, que tenía órdenes de lo Alto.

 

          ¿Volví algún que otro domingo por la tarde a encerrarme en el Despacho? Tal vez, pero siempre con las puertas abiertas.

 

Albacete, 1º de diciembre, 2011

 

         

7. DE PATRÁS A OLIMPIA

 

A María del Carmen Lissos Andreu (Alias Poti Liso)[22]

 

          No se insistirá bastante en el hecho de que cualquier texto escrito tiene tantas versiones como lectores. Unos pasan por alto párrafos determinantes para la correcta interpretación del mismo, otros, los más agudos, amén de penetrar, hasta donde la aproximación lo permite, en  el mensaje del autor, se detienen en detalles mínimos, insignificantes casi, porque encuentran un especial e inesperado eco en sus vivencias personales.

         

Poti ha de ser la destinataria de este artículo pues sin su contribución nunca hubiera sido escrito, al menos no entraba en mis proyectos.

 

          Surgió la palabra mágica: Patrás. He tenido que volver al Cuaderno nº 5 para reconocerla en su contexto. Y comprobar, ahora que los recuerdos se avivan, que no fue en Patrás donde la profesora Profeti renovó su vestuario[23] y el topónimo debió escribirse por orden de Apolo para que Poti lo leyera y me escribiera de inmediato : “…¿qué recuerdos tiene Vd. de Patrás? ¿Cómo es, qué destacaría? El día que pierda el miedo al avión tengo que ir. Me interesa Grecia. Y Patrás de una forma especial….”

 

          Tras leer el mensaje fui yo la sorprendida y acudí al teléfono. Resulta que su apellido Lissos procede de Patrás y su padre conservaba documentos antiguos relativos a su estirpe. Con el tiempo se le han ido cayendo unas ESES y ha quedado la imprescindible para mantener la palabra bisílaba.

 

          Ha sido un verdadero placer volver al tema del inolvidable Congreso de Lepanto[24]; material no falta para documentarse pues, con los dos voluminosos libros de Actas[25], conservo la enorme cartera que fue engordando sobre la marcha con programas adicionales, y, entre lo más preciado, los folios manuscritos con mis anotaciones, a veces hechas en los programas impresos. Digo esto porque me ha llamado la atención la especie de estadística en la que me entretuve -¿en qué tiempo libre, si no lo había, tal vez ya en Albacete?- anotando el número de asistentes y su procedencia, elaborada sobre la Relación de Congresistas inscritos, impresa al final del programa.

 

          Don José María, tan explícito y original, a la lista alfabética de personas añadía las siguientes siglas: [CO]= perteneciente a la Comisión organizadora, CP= conferenciante plenario, P= ponente, C= comunicante, O= oyente, A= acompañante, I= intruso. Se localizan las actuaciones mediante las siglas D(omingo), L(unes), M(artes), X(miércoles), J(ueves), V(iernes, m(añana) o t(arde) y la Sala A,B,C o S(alón de actos). Por citar algunos colegas con quienes todavía hoy mantengo contactos aparecen Carlos Romero Muñoz (Italia)… P-VmC , Bénédicte Torres (Francia)…C-MmA, Alicia Parodi (Argentina)…P-JmA,  José Montero Reguera (España)…CP-VtS, José Mª Casasayas  (las Nubes) [CO]….O, Carmen Agulló Vives (España)…O; ya ven que tengo la misma categoría que el Presidente (aunque nada tuve que ver con la Comisión Organizadora), cuyo país de origen aún no he localizado….¡Ah! el I(ntruso) es Apolo (Parnaso) [CO].

 

          Eliminados de mi estadística el Parnaso y las Nubes, asistieron: de España 85 personas, de USA 40, de Italia 16, de Grecia 14, de Argentina 10, de México 10, de Francia 6, de Canadá 4, con 2 asistentes están representados Turquía, Venezuela, Luxemburgo, Corea del Sur, Polonia, Colombia, Marruecos, Rusia, Alemania y Bélgica, y con 1 Portugal, Brasil, Inglaterra, Costa Rica, Bulgaria, Finlandia, Irlanda e Israel. En total 213 asistentes de 26 países distintos repartidos en cuatro continentes.[26] Es que Cervantes es mucho Cervantes.

 

          Impaciente estarás, Poti, por saber de Patrás. Vamos a ello.

 

          Según el programa oficial, el Miércoles, 4 de octubre de 2000 debíamos salir de Lepanto sobre la 9,30 hacia Patrás, en cuya Universidad Abierta se daría la Conferencia Plenaria a cargo del Profesor Florencio Sevilla Arroyo. “Y luego recepción ofrecida por el Rector de la Universidad. Acto seguido visitaremos las ruinas de Olimpia. La comida en Olimpia se determinará según la hora en que terminen los actos de Patrás. Sobre la caída de la tarde, regreso a Lepanto”.

 

          Puntual fue la salida y placentera la breve navegación de la que obtuve muestras fotográficas

 

          Me ha refrescado la memoria de lo ocurrido, una vez desembarcados en la otra orilla, una anotación manuscrita en el programa oficial: (No ha venido). El anunciado Ponente de la 3ª sesión Plenaria fue sustituido por los encargados de la 4ª Plenaria el día 6, a las 17,15 con lo que quedó el programa muy bien, pues tuvimos un tiempo de descanso ese día hasta la actuación de la Coral Rotaria de Mallorca. Hay que reconocerle a don José María, entre otras muchas cosas, como contar con sus paisanos para la música y la escultura, que supo apostar por la juventud y dar oportunidades a profesores que prometían desde el comienzo de su incorporación al cervantismo. Tal era el caso de José Montero Reguera y José Manuel Martín Morán que se repartieron la investigación sobre la crítica quijotesca en el siglo XX, dividido este en sus dos mitades.[27]

 

 

          Tampoco puedo olvidar a otro joven, hoy mi querido amigo Santi(ago) López Navia, que menudo curriculum tiene a día de hoy.

 

          Antes de llegar a la Universidad pasamos por una gran Iglesia dedicada a San Andrés pero solo vimos la hermosa fachada. La Universidad, en cambio, era un edificio funcional, moderno, con un Salón que recuerdo algo destartalado. Los ponentes estuvieron bien y después se sirvió la anunciada recepción a base de copa, bandeja y sálvese quien pueda. Se come bien en Grecia pero nada comparable a la comida servida en el Monasterio por aquellos benditos monjes. En Patrás todo era luminoso y azul.

 

          Llegamos a Olimpia y allí nos esperaba una tormenta de otoño que me sorprendió sin paraguas como a otros congresistas. Nos guarecimos bajo enormes y frondosos árboles y pude fotografiar a los prevenidos que aparecen yendo y viniendo por el mítico lugar origen de las Olimpiadas que tantos siglos duran…

 

         

En las notas manuscritas que conservo con los programas he hallado la respuesta a la pregunta que me estaba haciendo en cuanto comencé a escribir el tema. ¿Recordé el día de Patrás a mis padres? El 4 de octubre siempre ha sido una fecha especial para nosotros: el Santo de mi padre, Francisco de Asís, y el cumpleaños de mi madre. Fallecida esta en noviembre de 1998, en 2000 aún dolía su ausencia.

 

          Me ha emocionado encontrar la nota escrita el día 3 por la tarde después que casi todos los congresistas, terminadas las sesiones de trabajo, se bajaron a Lepanto:

 

 “Yo, a mi aire, sola para cenar en el Monasterio. Necesitaba horas para mí, sin gente, para preparar el día 4, mañana; estaré de excursión a Patrás todo el día, no podré aislarme. He entrado en la iglesia. Yo hacía mi oración y los monjes sus vísperas con gran solemnidad. Después ya no llovía y he paseado por los alrededores. Qué olor a pino y tierra mojada. Al fondo las luces de Lepanto, la masa, el mundo. Aquí, oasis de silencio. He cenado con un pequeño grupo. Gracioso el encuentro con la señora argentina y su canto al “amor de madre”. Cómo el Espíritu actúa y se establecen las afinidades. Es maravilloso. Estoy disfrutando con los hispanoamericanos ¡Qué buena gente! Vienen muchos de Universidades Católicas. El matrimonio de Maracaibo encantador. Y la familia mexicana no digamos. Estoy contenta al ver cómo disfruta Carmen Bautista[28]. Comprendo que todo esto lo tengo que madurar pero, qué ganas de hacer versos ante tanta belleza. Mañana, mis padres, San Francisco (ambiente muy franciscano el del Monasterio, ¿saldrán las fotos de los ciervos, los cisnes, los pavos reales?). Esta Comunidad es un milagro como dijo el Superior.”

 

       Alguien observaba mi conducta y me dijo un día: “Parece que estás en el Congreso y aprovechas para hacer Ejercicios Espirituales”.[29]

 

          Entiendo que Alicia Villar, otra joven promesa descubierta por Casasayas, a quien le gustaban las guapas, esté enamorada de Grecia y su Cultura. Con ella puedes conectar, Poti, para que te anime a viajar en busca de las raíces paternas. Y recupera las ESES que se perdieron.

 

Albacete, diciembre, 2011

 

 

  

 

 

8. FOTOS PARA LA HISTORIA

 

I

 

El agudo lector me reconocerá, vestida “de paisano” entre los actores que posaron para el público al final de la representación. Era la Directora de escena. Se me dio bien en Albacete lo de la Dirección. Cierto es que gozaba más de la teatral -era lo mío- que de la docente-administrativa.

 

He rescatado un conjunto de fotografías que dan fe de las actividades añadidas a las ordinarias en el diario vivir en la Normal de Albacete desde 1961 -es mi año jubilar el presente- hasta 1992, el de mi jubilación anticipada.

 

En esta ocasión no me preocuparé demasiado de precisar fechas; lo haré solo cuando las identifique con facilidad como es este primer caso. Difícil olvidar la primera función de teatro que montamos en el mismo curso 61-62 con los alumnos de tercero. Y me sorprende el hecho de haber elegido el mismo autor del que me serví en Córdoba, curso 58-59, o 59-60, para estrenarme como directora de escena.

 

En la ciudad de la Mezquita se trataba de la traducción -más bien versión- al español de la comedia “Le médecin malgré lui” de Molière, hecha por Leandro F. de Moratín con el título de “El médico a palos”. Incluso me permití algunas licencias con el texto  para ambientar la obra en tierras cordobesas, cuando Moratín lo había hecho en tierras madrileñas. Aquello tuvo un efecto extraordinario. A la vis cómica del texto se añadía la sorpresa de oír los topónimos cercanos. El Miraflores de la Sierra se convertía no sé si en Almodóvar del Río o en Cabra, tanto monta. Y los chicos bordaron la representación. Era su bautismo teatral y también el mío. Sé que lo siguen recordando, ya jubilados.

 

En Albacete, para estrenarme en otra plaza, volví a Moratín con su obra original más representativa. Imagino que por las indumentarias se habrá adivinado que fue “El sí de las niñas”. He de reconocer que persona experta me recriminó lo poco adecuado de los vestidos de la “niña” y la “criada” para el siglo XVIII pero no encontramos cosa mejor. Sí estuvimos bien surtidos de vestimenta militar gracias a que un actor era hija de Guardia Civil y pudimos utilizar los distintos uniformes desde el de gala al más ordinario prescindiendo de los tricornios para disimular.

 

De aquella función, muy aplaudida, destaco dos circunstancias: la primera, que el profesor de dibujo realizó una meritoria labor dirigiendo la construcción de unos bastidores con cuatro puertas practicables que debían “encajar” en el espacio mínimo de escenario disponible. Téngase en cuenta -en otras fotos se podrá apreciar- que el salón de Actos estaba pensado para actos académicos con un mínimo espacio para la mesa de presidencia, eso sí, con cortinas que podían cerrarlo, menos mal. Lo cierto es que quien entraba en uno de los “cuartos” de la posada se quedaba de perfil pegado a la pared hasta que le tocara salir de aquel emparedamiento. El loro era disecado y no protestaba.

 

Ay, la segunda circunstancia. Imposible de olvidar. Se les ocurrió a los alumnos que podíamos ir por los pueblos representando la obra con el fin de recaudar fondos para los dichosos viajes de fin de carrera. Entonces las Escuelas estaban divididas en Masculina y Femenina; yo solo era Directora de la segunda. Me resistía a tal proyecto porque los chicos, por su cuenta querían contratar autobuses y yo no quería que el asunto se me fuera de las manos. Además, dado que las funciones serían de tarde se regresaría de noche a Albacete. El primer lugar elegido, nunca lo fuera, estaba en la sierra del Segura, hacia el sur de la provincia, paraje natural magnífico, AYNA[30], pero qué carretera hasta llegar allí -estamos en 1961- y qué impresionantes rocas.  Todavía las estoy viendo.

 

Yo era responsable de un autobús con la “Compañía” y alumnas agregadas. A los chicos los vi llegar en otro coche, hechos consumados. Visitamos al Alcalde que nos ofrecía amablemente un local donde se celebraban bailes, de medianas dimensiones, pero la función, si queríamos que asistiera la gente del pueblo tenía que ser después de cenar. Imaginen, regresar por esos andurriales de madrugada a la capital. Yo estaba verdaderamente horrorizada y los alumnos empeñados en hacer la obra. Dios vino a visitarme, sea loado, de forma insólita. ¿¿??

 

El joven que hacía el papel de don Diego -véanlo que bien vestido estaba en la foto superior y, a mi izquierda, en la inferior- al ver el local, solo alumbrado por débiles bombillas de 40, sin pantalla alguna, dijo que se negaba rotundamente a actuar en sitio tan poco digno. Apoyada en su actitud tan noble y “profesional” me despedí a toda prisa del Alcalde y se corrió la voz de “retirada” aunque sin trompetas. No sé qué fue del autobús masculino autónomo. El contratado por mí llegaba a Albacete con las últimas luces de la tarde. Esta mañana mismo me ha saludado por la calle la madre de doña Paquita; está viuda y jubilada ¿recordará aquel percance? Por cierto que “en la vida real” don Diego es su hermano. Supongo que vive aunque no lo veo por aquí.

 

  

 

I I

 

 

Como anuncié en páginas anteriores, he aquí el “escenario” del Salón de Actos al que tuvimos que adaptar en varias ocasiones para que se convirtiera en espacio teatral a la italiana.

 

En tres fotografías se vislumbra la estructura del Salón, en forma de anfiteatro construido en el vértice del edificio. Este tenía dos alas formando ángulo recto con esquina a la Avenida de España y la calle Muñoz Seca. Precisamente en esta calle está hecha la foto del grupo de alumnos que me acompañan a la puerta de la Escuela Masculina cuyas instalaciones estaban en ese lado del edificio. A la Femenina se entraba por una puerta situada en la Avenida, casi en la pared medianera con el edificio contiguo. En la misma Avenida, cerca de  la esquina, estaba la puerta de acceso a la Escuela Aneja de Niñas y al dar la vuelta se entraba a la de Niños, por la calle Muñoz Seca. De tal forma que las dos primeras plantas estaban ocupadas por las Escuelas Anejas y las dos superiores por las de Magisterio. Esto permitía que al Salón de Actos se accediera por dos puertas enfrentadas desde el piso tercero, parte alta del anfiteatro, para los alumnos de Magisterio, y por otras dos puertas a nivel del escenario y del piso segundo, por las que entraban los niños desde las Anejas. Quedaba un espacio pequeño aprovechable en el hueco que se producía debajo del plano inclinado del salón. Allí se ubicó una pequeña Capilla a la que accedían los niños por sus puertas enfrentadas y los alumnos de Magisterio descendiendo por el Salón. Pero de ese espacio ya saldrán las fotos. Volvamos al Salón.

 

Es un 23 de abril de 1963, fiesta del Libro, celebrada conjuntamente según vemos en la foto inferior donde una niña recibe su regalo de manos de una sonriente señora. Ni imaginar podría el lector que está viendo a la mismísima Pilar, Inspectora Jefe de Enseñanza Primaria, aquella que me acompañó en la aventura del “Homenaje a Berlanga”[31], empeñada en que nos encasquetáramos el sombrerito.

Al mismo acto pertenecen las dos fotos superiores; en una, doña Pilar dirige al coro mixto que nos deleita con sus afinadas voces, en la otra, un grupo de alumnos se ejercita en una sesión de “teatro leído” muy de moda entonces, con el juego de los flexos que se encendían y apagaban para dar entrada al personaje cuyo nombre figuraba ante el lector. Ni idea tengo de qué estaban leyendo, pero no sería muy desatinado pensar en un entremés de Cervantes dada la fecha.

 

Y pese a mi memoria privilegiada no acabo de recordar qué función representamos un año en la que un personaje debía aparecer en escena con una liebre que acababa de cazar en el campo. Solo recuerdo que el problema de la liebre yo proponía resolverlo con un conejo comprado en una carnicería a condición de que nos lo vendieran con su pellejo. Los alumnos no estaban de acuerdo y un tal Juanito se comprometía a cazar él la liebre el mismo día de la función. Aseguraba ser buen cazador y que no podía fallar su escopeta ni escasear las liebres en el lugar muy conocido por él. Estoy viéndolo entrar triunfante en el Salón a tiempo mostrando la liebre, su trofeo de caza más preciado. No he encontrado fotos que detallen fecha, obra, reparto…nada. Solo un nombre propio, Juanito, y la liebre en sus manos quedan como testimonio. Pero estoy segura de que aquello sucedió.

 

Como la representación de “La barca sin pescador” de Casona, de la que di buena cuenta en libro[32]

 

 

 

 

I I I

 

(De nuevo la palabra mágica)

 

          En este caso ha sido LIBRO. Acudo al estante y compruebo que es en “Crónicas de dos siglos” donde incluí un artículo, escrito en 1988, dedicado a la obra de Casona. En 2003, fecha de publicación, se cumplía el primer centenario del nacimiento de Casona, de ahí la oportunidad de recuperar el añejo artículo.

 

          No tengo más remedio que reproducirlo porque es el adecuado contexto para completar el texto lleno de interrogantes sobre Juanito y la liebre arriba escrito. Lo leo y no lo creo. Mi cerebro tiene muy bien organizada la memoria pues los “espacios en blanco” encajan con lo conservado a la perfección. Vayamos al libro:

 

Bodas  de  Plata  teatrales

 

          Justificaba ante los alumnos la elección de una obra de Casona, Los árboles mueren de pie, para iniciar el Seminario de teatro en video que llevamos entre manos y pantallas. El Salón de Actos de la Escuela de Magisterio fue escenario, hace 25 años, el 10 de marzo de 1963, de la representación, por parte de los alumnos de Tercer Curso en aquel remoto año académico, 1962-63, de otra obra del dramaturgo asturiano, La barca sin pescador. Se impone la evocación. Hoy la técnica audiovisual me permite con un mínimo esfuerzo (conectar unos cables, introducir una cinta en la ranura de un aparato, pulsar suavemente un botón y...a ver teatro en lata) poner a mis alumnos en contacto con representaciones dramáticas sin salir del Centro.

 

          Lejos los días de hace 25 años, los repetidos ensayos, las constantes correcciones, el mismo diálogo recitado cientos de veces en busca de la expresión adecuada, el tono convincente, las listas de objetos y útiles imprescindibles para la adaptación del mínimo espacio escénico con que se contaba: calculo unos diez metros cuadrados, tal vez menos, de superficie trapezoidal, amén de tres escalones adaptables a la escena, más dos puertas laterales, entrada a las galerías de la Escuela Aneja, que convertiríamos en almacén, camerinos y entre bastidores, todo en una pieza.

 

          Contemplo ahora las viejas fotografías (las llevé a clase y esto provocó que otro día Marta aportara unas en las que su padre intervenía en Las de Caín, representada en un coliseo madrileño, qué casualidad, doña Carmen, son casi de los mismos años, las de mi padre, 1959, y llevan los trajes tal cual, como en la foto esa de los cuatro chicos con su bigote pintado y los sombreros en la mano, tal cual....) y ahí está el panel frontal con las máscaras construido para rebajar la excesiva altura del techo, cuánto costó colocarlo y qué sufrimiento el mío viendo a los “tramoyistas” encaramados en la altísima escalera haciendo equilibrios como profesionales de circo, Dios mío, si se me cae alguno, el piano vertical, con su globo terráqueo encima para el primer acto, convertido en soporte oculto de la vieja chimenea en la casa de los pescadores, cómo huele a humo desde la fotografía, ilusión del papel pintado, y el enorme gráfico indicador de la fluctuación bursátil en el despacho de Jordán (¿se llamaba así?, no tengo el texto a mano y hace 25 años) oportuno telón desde el que se atisba una puerta abierta, salida de la casa hacia el mar, olas al fondo, barca mágica en primer plano, qué sensación de profundidad, me entusiasma la mentira del teatro, y los dos remos cruzados sobre la pared frontal, qué decorativos, débiles listones, madera casi de desecho en la carpintería a la que hubo que acudir para los armazones de los paneles, y las redes, quién diría que las consiguieron prestadas por un equipo de balonmano, mucho trabajó la gente en el montaje, el profesor de dibujo se volcó en los decorados, aquello salió digno y bien, como si de una compañía profesional se tratara. El recuerdo más entrañable para mí es el del barco que tallaba el viejo marinero. Dos filigranas de barquitos traje de Santa Pola, el puerto de mis amores, prestados por un amigo de mi padre, tú mismo, papá, los trajiste con las mil recomendaciones de tu amigo Pepe para que fueran devueltos sanos y salvos, y así fue. Casi se me saltan las lágrimas al ver las fotos. El mantelillo de la mesa lo llevó de su casa una de las actrices, que entonces andaba yo de pupila en la Residencia y no podía aportar ropa de casa como no la trajera de Elche. No recuerdo de dónde salió el quinqué. Qué éxito de representación y de público. Pasados unos meses, la Compañía de Enrique Diosdado, con un elenco de categoría, Mª Dolores Pradera, Milagros Leal, Julieta Serrano, Salvador Soler Marí y el propio Director en los papeles principales presentó en el Teatro Circo la misma obra. No asistí a verla pero conservo en la memoria el comentario, muy halagador, de una amiga, con toda sinceridad, tus alumnos la representaron mejor, y no digamos los decorados, una birria, ni compararse podían con los que hicieron los chicos.....

 

          Bien nos fue con Casona y, en 1967, repetimos autor, esta vez con la Fablilla del secreto bien guardado. Una sola anécdota. Se necesitaba una liebre. Como la función se hacía en domingo, sugerí que se comprara un conejo en el mercado el sábado pero no hubo manera de convencer a los chicos. Se decía liebre y liebre debía ser. Un tal Juanito se comprometía a salir al monte y cazarla el mismo domingo por la mañana. Argumentaba yo, terca: “¿Y si, pese a sus buenas intenciones, no consigue cazar nada?”

 

Por favor, doña Carmen, ¿salir yo al campo y volverme de vacío? ¡Quién piensa!

 

          Ni un campeón olímpico haría entrada más triunfal que nuestro Juanito con su liebre, brazo en alto, como una bandera, a la hora en punto de la representación.

 

Albacete, 7, marzo, 1988

 

          Hasta aquí el artículo publicado en libro. De la “Fablilla” no conservo fotos, sí de “La barca…”, publicadas como apéndice y  escaneadas ahora

 

 

 

Fotos del primer acto

 

 

Fotos del segundo acto

 

 

Saludan los alumnos al final de la representación

                                                                                                   

 

I V

 

(Actividades deportivas)

 

          Las fotos que siguen deben corresponder ya a finales de los años 60 o comienzos de los 70. Reconozco entre los muchachos a alumnos del Plan 67, ya se exigía para ingresar en Magisterio el Bachiller Superior aunque todavía no estábamos integrados en la Universidad. Y ahí está el testimonio gráfico de chicas que practicaban deporte y ganaban copas. Por la indumentaria estamos en otoño-invierno, y por los ramos de flores se supone celebración ¿el Día del Maestro? Creo recordar que se nombraba una Madrina de los festejos. Y, claro, a la “Dire” había que obsequiarla también con flores, para que no se dijera…

 

          Me correspondió, durante mi mandato, gestionar y llevar a término la construcción de un Gimnasio que no se pudo hacer en el mismo edificio y quedó ubicado a unos 500 metros, con la carretera de circunvalación por medio. Recordarán los interesados las carreras que se daban en el ir y venir  y el difícil acoplamiento de horarios.

 

          Las vueltas que da la vida. Pasados los años, cuando nos instalamos en el Campus, ya en la Universidad, el tal Gimnasio quedaba a un tiro de piedra de la Escuela y creo que ha sido utilizado bastante y no solo por alumnos de Magisterio. Al menos tengo la satisfacción de asegurar que he sido testigo del buen servicio que ha prestado a los gimnastas en ciernes. Por cierto, a día de hoy, Ginés Meléndez es el Seleccionador Nacional de Fútbol Sub-19, Campeón de Europa 2011, con lo que le han concedido la Medalla de Oro de la provincia de Albacete y ha sido el Pregonero de la Feria de Albacete, 2011. Fue alumno mío en Magisterio y me ha mandado recuerdos con don Vidal, también profesor suyo, con el que mantiene contacto y le dice que no olvidará la formación humana recibida en la Normal de Albacete. Los hay agradecidos.

 

 

 

V

 

(Llegó el color)

 

 

 

          Cuando se implantó el plan de Estudios 1967, con la posibilidad de acceso directo al Cuerpo de Profesores de Enseñanza Primaria para aquellos alumnos de mejor expediente, el nivel en la Escuela subió por el estímulo que suponía el librarse de unas Oposiciones y tener plaza asegurada al término de la carrera. Dicho Plan incluía un curso completo de Prácticas docentes en Escuelas Públicas con la obligación de asistir a la Normal, tras la jornada escolar a una serie de Seminarios ofrecida por el Centro con la supervisión del ICE de la Universidad de Murcia. Ante mí tengo el folleto del Año de Prácticas 1971-72. En él se ofrecen 12 Seminarios de los cuales cada alumno debía elegir un mínimo de cinco. La mano de don Manuel Muñoz Cortés no anduvo lejos en la programación pues quien esto escribe aparece como responsable de dos Seminarios: Expresión Lingüística y Medios Audiovisuales. Este segundo fue de los más elegidos por las opciones que ofrecía en la modernización de los recursos pedagógicos al utilizar medios técnicos recién inventados. Don Manuel era un apasionado de este mundo, incluso vino a Albacete a dar una conferencia sobre el tema, y me contagió. Espero tener ocasión de escribir sobre algunos proyectos realizados. Ahora lo traigo a colación porque creo intuir que las fotos precedentes fueron obra de algún estudiante matriculado en este Seminario.

 

 Se ve en la primera, la visita a la exposición de trabajos presentados a concurso con motivo de la declaración, en 1970, por Pablo VI, de Santa Teresa como Doctora de la Iglesia[33]. En la foto central, qué bien lo pasaban trabajando en equipo en la Biblioteca. O tal vez fue lo alborozados que se sintieron al verse fotografiados por sorpresa. La foto inferior presenta en primer plano a cinco profesores, muy atentos en el Salón de Actos. ¿Quizá me escuchaban? Me emociona recordarlos, sobre todo a los dos que ya dejaron este mundo.

 

  De izquierda a derecha: don Vidal, joven profesor de Religión, afortunadamente vivo hoy, con achaques, pero la mente tan lúcida y equilibrada como siempre; Consuelo, profesora de Manualidades, apenas la veo, está casi ciega y con cuarenta años más que en la foto; Emilio, gran matemático, hoy en Zaragoza, se niega a responder al teléfono por su sordera, tengo que hablar siempre con su hermana; mi querida Manoli, la filósofa de la casa, sostenía en algunas discusiones que filosóficamente no era demostrable que el hombre está condenado a morir sin remedio, ella no ha sido excepción a la común experiencia, por  la que ha pasado también ya Abelardo, pintor, catedrático de Dibujo. Le dediqué un soneto a su jubilación que tiene su historia, don Mariano la conoció muy bien.

 

Es el caso que apareció publicado el soneto en la prensa para sorpresa mía -¿lo mandó el propio Abelardo? Nunca lo supe- y yo le escribí a don Mariano muy apurada por si tal publicación, -a mi juicio el texto era mediocre- iba “en detrimento de la Cátedra que ostentaba”. El maestro, siempre indulgente conmigo, me tranquilizó escribiendo -cito de memoria pero está en alguna de sus cartas- que más bien era el “adecuado complemento de la misma”. En teoría un profesor de Literatura es potencial escritor, eso lo añado yo, no es de don Mariano. Y, demostrado está, que si no “escritora”, al menos soy “escribiente” experimentada con tanto darle a la tecla.

 

 

VI

 

(Vuelve el blanco y negro)

 

 

 

 

Las precedentes fotos nos hacen retroceder a la década de los 60.

 

En la primera vemos la celebración de la Misa de los sábados -8,30 de la mañana, asistencia voluntaria- en la Capilla ubicada en el hueco del anfiteatro del que ya hablamos arriba. Fácil fecharla antes de 1965 por la colocación del altar. Y menos mal que estaba adosado a la pared, de lo contrario hubiera quedado menos espacio para los fieles en la pared contraria. Reconozco entre los dos alumnos que ayudan a don Vidal al de las gafas, Alfonsito, que menuda trastada me hizo en cierta ocasión. Y ahí con cara de santo. Los alumnos del Plan 1950 ingresaban tempranamente, tras superar el Bachiller Elemental, con solo quince años. Y realizaban tres años de estudios para convertirse en Maestros de Enseñanza Primaria. No niego que de tal Plan salieron excelentes profesionales, curtidos por los años de ejercicio, sobre todo los que asumieron su trabajo como auténtica vocación. Pero tampoco es de extrañar que a los quince años se comportaran como los adolescentes que eran, con cierta irresponsabilidad.

 

Un sábado -entonces la mañana era lectiva- se me presentó en el Despacho un tal Pompeyo denunciando que le había desaparecido la gabardina y no podía marchar a su casa sin tal prenda. Movilicé a todo el personal que todavía permanecía en el Centro y no hubo manera de encontrarla. Abandonamos la búsqueda y quedó pendiente el asunto para el lunes; el “afectado”, medio tiritando salió a todo correr. Pero el domingo se presentó en mi busca cubierto con la gabardina de su hermano menor cuyas mangas le llegaban solo al codo y los faldones por encima de las rodillas; daba pena verlo. En nombre de sus padres me pedía una explicación y acción contundente. Como pude lo calmé y le dije que el lunes intentaría dar una solución al asunto. Reunidos en el aula que correspondía a su curso y presentes los alumnos, empleé todos mis recursos verbales para que diera el paso al frente el autor del hurto. Por fin Alfonsito, no compungido, sino divertido, subió al estrado, se acercó a la mesa del profesor, abrió con parsimonia el cajón de la misma, cajón del que nadie hacía uso, y extrajo muy dobladita la prenda desaparecida. ¡En un Centro de Formación de Maestros! Ocurrió esto entre 1963 -fecha en que me hice cargo de la Dirección de las Escuelas unificadas, masculina y femenina, y el 65, fecha de Clausura del Concilio Vaticano II, por lo dicho antes. Descanse en paz Alfonsito, supe que hizo su vida en Barcelona y que ha muerto, no sé en qué circunstancias; espero que no hayan sido tan trágicas como las del fallecimiento de Pompeyo. Sucedió que este chico, buen estudiante, ganó plaza de Maestro pronto y estaba ejerciendo en un pueblo de la provincia. Un sábado salió a la carretera para venir a Albacete haciendo auto stop, lo recogió un automovilista y se estrellaron. No murió el conductor pero sí Pompeyo. Y la Directora vive para contarlo.

 

Tendré que seguir hablando de difuntos pues, en la foto central -un acto más en el Salón, no posterior a 1963 pues veo a Teodoro Sáez en la primera fila de profesores y él marchó ese año a Guinea, todavía española- aparecemos ocho profesores de los cuales quedamos vivos el 50%. Cito, de izquierda a derecha a Jerónimo Cebrián y Paco Pérez, ya ausentes, seguimos Teodoro y yo vivos, doña Paquita Garrote, mi predecesora en la Dirección y Pilar García Franco, ausentes, no nombro a los otros dos vivos que aparecieron en una foto en color ya comentada. Las bromas de la Parca, dos muertos, dos vivos, dos muertos, dos vivos. Y yo con el consabido ramo de flores.

 

En la tercera foto no me encuentro pero reconozco a la izquierda, pegadas a la pared, en primer lugar una alumna que salió en “La barca sin pescador” seguida de tres profesoras, las citadas doña Paquita y Pilar, y entre ambas doña Edeltruda Febronia González Villoldo, Regente de la Escuela Aneja Femenina, que atendía por doña Fe. ¿Verdad que su nombre recuerda los inventados -¿o no?- por Cela para algunas de sus novelas? Todo un artículo merecería doña Fe por su entrega, su profesionalidad, su buen hacer, su generosidad….guardo con veneración una medalla de oro, con su cadena, de la Virgen de Guadalupe que le trajeron unos primos de México y tuvo el gesto de regalármela con una edición de la “Flor Nueva de Romances Viejos” de 1933.

 

Mil perdones pido al paciente lector por tan dilatado artículo. Queda más en el tintero ¿para otra ocasión y otro Cuaderno?

 

Albacete, enero, 2012

 

 

9. IL MONDO DEI PIÙ[34]

 

          Dos enfoques posibles para este artículo: Filosofar  sobre esa realidad misteriosa ultraterrena considerada desde las coordenadas cartesianas (en efecto se trataría de una mayoría inconmensurable, la DEI PIÙ) o simplemente dedicar un tiempo a recordar a los muchos (demasiados ya) seres queridos que se marcharon.

 

          Restrinjo más aún la materia, y será larga, refiriéndome hoy a algunos de mis más queridos profesores aún a riesgo de repetir lo publicado en libro.

 

          Es que hoy es 2 de enero de 2012 y se cumplen exactamente 35 años de la muerte en Madrid de don Ángel Valbuena. He encontrado la fotocopia de la página 28 de ABC, 5, enero, 1977, con una crónica de Redacción dedicada al maestro y un recuadro que firma José Camón Aznar: LUTO POR LAS LETRAS ESPAÑOLAS. No creo que esté digitalizado y ni pensar podría su autor que iba a seguir a don Ángel tan solo dos años después. Es muy hermoso el texto:

 

          “¡Gran luto para las letras españolas con la muerte de Ángel Valbuena Prat!

 

          Es el creador de un nuevo sentido de la crítica y la historia literaria, vistas desde el complejo cultural que las rodea. Y no sólo desde su ambiente histórico sino desde las sugestiones que emanan de la obra misma historiada. Claro que para ello hace falta la enorme sabiduría de Ángel Valbuena, dominador de idiomas clásicos y modernos y, sobre todo, con una sensibilidad que le hacía acudir a los fenómenos culturales contemporáneos para explicar la raíz misma, el sentido esencial, de las creaciones literarias. Esta es la gran innovación que hace de sus obras un puro deleite de fluidez, belleza y erudición.

 

          Muy singularmente interpreta o justifica las obras literarias desde las artísticas. Encontrando su paralelo o su coincidencia en el mundo del arte. Y también desde la pura teología viendo el sustrato religioso que las anima. Además su dominio de la literatura española no tuvo límites. Ahí está su gran Historia de nuestra literatura, que extiende también sus alas por el mundo americano. Desde los primeros balbuceos de nuestra lengua hasta las más modernas creaciones de hoy, todo está allí dilucidado, explicado con pasión, justificado con un ardor expositivo que hace de esta obra no sólo su gran resumen histórico, sino una creación de las más altas calidades literarias.

 

          Es el teatro español, al que ha dedicado varios libros, el más trabajado en todos sus aspectos, y muy singularmente Calderón de la Barca, que sombreado por Lope, después de los estudios de Menéndez Pelayo[35], ha vuelto a renacer con toda su enorme potencia conceptual. Pero esta especialidad no limitaba su pluma. Los grandes temas literarios, muy singularmente del barroco y Romanticismo han sido abordados con esa  base de cultura total a la  que nos hemos referido. No fue casual la galanura de su expresión literaria, pues creador él mismo -poeta y novelista-, todos sus trabajos están canalizados por una poderosa inteligencia de sensibilidad poética, y ésta sí que es otra verdadera novedad de este hombre bueno, sencillo, inocente, solitario siempre, en una angelical soledad nutrida de la excepcionalidad de su misma personalidad.”[36]

 

          Curiosamente en la misma página de ABC se inserta la noticia de que a Camón Aznar le otorgaron por unanimidad el premio, en la edición de 1976, del Hispanic International Research Institute por ser “uno de los literatos de habla hispana más destacados”. Entre sabios anda el juego.

 

          Y esta privilegiada alumna se atrevía a publicar en 2001[37] artículo que remitía a los acontecimientos de 1984, siete años después de la muerte de don Ángel. Merece versión digital.

 

Fin de curso

 

          El 13 de junio de 1984, el mismo día y mes que en 1901 lo hacía Clarín, murió en Murcia don Mariano Baquero Goyanes. Unió la muerte al gran novelista asturiano y al  estudioso de su obra -acababa de publicar una excelente edición de LA REGENTA-; oportuno recordar a ambos en este año centenario de Clarín.

 

          Por lo que tienen de testimonio, transcribo versos prosaicos escritos a la memoria de don Mariano el 14 de junio del citado 84.

 

Lope de Vega por el hijo muerto

evoca flores y divinos pájaros;

Miguel Hernández por el muerto amigo

araña tierra por desenterrarlo;

Luis Rosales despide a don  Ramón,

que a punto estuvo de cumplir cien años.....

Tan solo doce lustros de existencia

-la mortal digo, la perecedera,

que no se apagará ya su memoria-

concedió Dios a nuestro don Mariano.

Llamó la Muerte y respondió el maestro:

Nadie es eterno en esta tierra. Vamos.

Puntual a la cita, -como siempre-

desde su condición de buen cristiano

a Dios devolvió el alma y en la tierra

quedó su buen hacer : siembra fecunda

en el silencio del bregar diario

con los papeles y con los discípulos.....

Profesor, Académico, estudioso,

amante de su cátedra y trabajos,

-¡cuántos acometió y qué bien hechos!-

siempre maestro, caballero siempre,

casi ya no era de este mundo amargo....

(Gracias, Señor, por este buen maestro

que pasó por mi vida, claro espejo

en el que yo quisiera contemplarme

y, a mi vez, reflejar en mis alumnos

lo mucho bueno que de él recibí )

 

          Me atreví a trasmitir, como recuerdo de fin de curso, a mis estudiantes de Magisterio, en Albacete, la sarta de endecasílabos, muestra de mi “discurso poético directo y no exento de prosaísmo” como el propio don Mariano calificó, precisamente en su homenaje, por dos razones: primera, porque a él no le disgustaban mis versos tan espontáneos y  sin pretensiones, así de sencillo era; y segunda, porque ellos me servían de pretexto para incluir unas palabras suyas de gran valor. Las escribió en una carta dirigida a mí el 6 de abril de 1981:

 

  ...Puede que yo nunca haya sido -ni, por supuesto, vaya a serlo ahora- eso que suele llamarse un intelectual; pero, en cualquier caso, a la altura de estos años de mi vida veo con claridad -para mí ya no se trata de un descubrimiento reciente- que más importantes que esos saberes que parecen definir al intelectual son esos otros que se relacionan con lo humano, lo afectivo, lo sensible.....

 

          Tuve en la Universidad de Murcia dos grandes maestros que me enseñaron a amar la Literatura: el citado Baquero Goyanes y don Ángel Valbuena Prat. Sobre este último el mismo Baquero me escribía el 3 de febrero de 1982:

 

...no quiero dejar de dar respuesta -un poco retrasada- a su envío último que, como V. bien adivinaba, no podía dejar de emocionarme. Me refiero, claro, a la carta a D. Ángel. Para quien tuvo el privilegio de compartir Cátedra y tardes de Seminario con aquel hombre excepcional, una líneas como las suyas, tan bellas, hondas y sinceras, no pueden suscitar sino una muy profunda emoción. Y melancolía...

 

          Versión abreviada de la citada carta se ha publicado en el número 5, 3ª época, 2000, de la Revista MONTEAGUDO, Universidad de Murcia, conmemoración centenaria del nacimiento de Valbuena Prat.  Aquí recojo la versión íntegra:

 

          Carta escrita veinticuatro horas antes pero cinco años después.....

 

          Mi querido don Ángel: Mañana, como todos los años, al filo del mes de enero, y desde hace cinco, le dedicaré una clase extraordinaria, en la mía de Literatura, “in memoriam”.

 

          Sé que me he retrasado mucho en escribirle y ahora vengo a hacerlo inoportunamente, pues más lógico sería contarle la clase, las reacciones de mis alumnos, los poemas que eligen de los que pienso leer...Y, sin embargo, siento la necesidad de escribir ahora, en este momento del atardecer triste y solitario. Es que temo emocionarme demasiado. Ya lo haré mañana, lo presiento.

 

          Dejemos Albacete (¿sabe que estoy en Albacete, en la Escuela Normal, por este nombre la reconocerá más que por lo de Escuela Universitaria, bla, bla, bla?) y vayamos a Murcia, la de su destierro glorioso y amorosamente aceptado. ¡Cuántas veces agradeceré a los avatares bélicos el enorme privilegio de haber sido alumna suya! No todo es negativo en las guerras....

 

          ¿Verdad que se encontraba usted feliz en Murcia? Es que usted lo era por naturaleza, aunque tormentas interiores lo asaltaran a veces. Todo hombre lleva dentro su lucha pero los hay que la ocultan recatadamente mientras otros parece que la quieren contagiar a todo el mundo haciéndolo responsable de la misma.... Su rostro apacible y sonriente hacía pensar en cosas alegres. ¿Tal vez nuestra juventud de entonces se prestaba gustosa a ello? No sé. Pero bien cierto es que me acompaña su recuerdo con la misma referencia: felicidad. Y no es que su rostro tuviera siempre la misma expresión. Tampoco es eso. Usted fue una persona de matices, de contrastes; ya era la distraída mirada perdida en el vacío, más bien hacia arriba, ya la carcajada rotunda y franca, ya la alteración nerviosa al sentirse contrariado en clase por nuestra falta de ciencia literaria.....

 

          ¡Aquellos cambios bruscos, coscorrones con la realidad estudiantil bárbara e inculta, que casi le hacían llorar! ¿Pero es posible que ustedes no sepan...? ¿para quién estoy hablando, entonces? Desencanto al no encontrar la sintonía esperada en los temas tratados desde su elevada perspectiva (perdón, creo que acabo de escribir algo bastante cursi y retórico, no merece esta prosa el maestro de la sencillez. Esto me ocurre por escribir tan en directo. También usted lo hacía en circunstancias familiares como aquella de las dedicatorias de su libro de texto a los alumnos que terminábamos la carrera. En el mío estampó una hermosísima, de la que presumo cuando puedo, y que, nada más escrita, provocó en usted un reparo:¡vaya, cómo se han prodigado los finales en –ente! Excelente (alumna), cordialmente...sobresalientes (reiterados)... ¡Déjelo así, don Ángel, ha quedado precioso!”)

 

          ¿Y qué decir de las sabrosas charlas en los pasillos de la Universidad, entre clase y clase?  Las malas lenguas decían que a usted le gustaba en exceso conversar con las muchachas. No penetraban en el hondo sentido de aquellos encuentros. Hasta que sus hijos no le trajeron al hogar nueras y nietos, echaba de menos la presencia femenina joven en la casa. Y la encontraba en la Universidad. Recuerdo haberle oído decir que nosotras éramos como sus hijas. Y como a tales nos trataba. Mejor diría yo. Su natural indulgencia siempre se inclinaba hacia nosotras...Y ahora tengo que confesarle algo que usted ni sospecharía entonces. ¿Creerá que estudiaba como una loca, y leía más, pensando que si no lo hacía era como traicionar su buena fe y, sobre todo, su confianza? Siempre he tenido el escrúpulo de estar engañándole. Eso de que pensara de mí que sabía tanto y cuanto me pesaba a veces como una losa.

 

          Esta es la primera carta que le escribo ¡a qué alturas! Vergüenza debería darme cuando se me ocurre pensar si mis alumnos son más o menos expresivos, más o menos agradecidos; ¿y yo? ¡Tantas cosas debería haberle dicho y no lo hice jamás! Por eso ahora con don Mariano me voy al extremo opuesto y tal vez lo abrumo con tanto papel tonto como le envío. Y qué tranquila me quedo cuando lo  hago. ¿Sabe que ya no está tan joven como el día de la emocionante presentación? Ni tampoco nosotras. Y, sin embargo, como diría Azorín, queda la fragancia del vaso....

 

18, enero, 1982.

 

Comencé escribiendo sobre el profesor Baquero y vuelvo a citarlo, en mi descargo, porque, si poco valen los versos dedicados en su muerte, gran honor me cupo el verme convertida en “ente de papel”, personaje literario del cuento escrito por Pepe Calero Heras, alumno que fue mío en Albacete y de don Mariano en la Universidad. Se publicó en el nº 87, de MONTEAGUDO, Universidad de Murcia, año 1984, Extraordinario para el maestro fallecido, fundador de la Revista.

 

Se titula “Según don Mariano Baquero....” y todavía recuerdo la “encerrona” a la que me sometió el profesor Díez de Revenga en su despacho para hacerme leer el texto antes de la presentación de la Revista. Yo no sabía nada y, cuando me sentí identificada con la doña Carmen que había traído inusitadas novedades que amenazaban con poner patas arriba la amodorrada Escuela de Magisterio, solté una carcajada tan sonora como las de don Ángel.

 

          Es hermoso comprobar que se hace escuela, que la trasmisión de saberes no importa tanto como el sentirse vinculado a unos maestros, a un estilo, a un talante universitario especial.

 

          Y termino rindiendo mínimo homenaje a mis profesores del bachillerato. Gracias sobre todo a doña Carmen Sainz y doña Mariate Vega -ellas procedían de la Escuela  de Menéndez Pidal- ingresé en la Universidad con un base humanística sólida (Latín, Lengua y Literatura, Historia y Geografía, plan 38, siete cursos más Examen de Estado) que me permitió culminar la carrera con cierta brillantez y más tarde acceder a la Cátedra.

 

          A todos los recuerdo en este fin de curso, que no es ya el del año 1984 sino 17 años después.

 

          En el mismo curso 1977-78 dediqué en mi Escuela de Albacete una clase extraordinaria al recién fallecido profesor y entregué una hojas con una sucinta biografía, un fragmento del artículo de Camón Aznar, y una selección de poemas de don Ángel entre los que figuraba el SONNET POUR LUI MÊME, inédito, de 1967 y rescatado por Sainz de Robles para su Historia y Antología de la Poesía Española de Aguilar[38]. Escrito por su autor diez años antes de su muerte, su lectura estremece como una premonición. Aunque siento mayor preferencia por el soneto COMO LOS RUISEÑORES, dedicado a Lope, “casi hermano, amigo” voy a transcribir el antes citado:

 

SONNET POUR LUI MÊME

 

¿Soy este espectro que se asoma

a una ventana de misterio?

-Lejos, la luna y el salterio;

lejos, la cúpula de Roma.

 

Cadáver vivo que entra en coma,

en un nevado cementerio.

Está la herida sin cauterio

y seco el zumo de la poma.

 

Pero hay manzanas de la tierra

-tierra, humo y polvo- ; suave guerra,

y un leve rayo en blanca luz.

 

Todo este mundo es vanidades.

Busco un canto de Navidades.

Solo un descanso y una cruz.

 

          2012, dos de enero, “nel mondo dei più” don Ángel treinta y cinco años y “en mi memoria, en mis recuerdos tú” como canta la habanera. 

 

          Retrocedamos al 3 de octubre de 1985, fecha en la que escribí una carta, inicio de cordial amistad que me honra. Iba dirigida a doña Emilia de Zuleta, al Instituto de Literaturas Modernas de la Universidad de CUYO (Mendoza)  Argentina y decía así[39]:

 

          “Querida colega: Por la familia del profesor Baquero he tenido noticia de las jornadas de estudio que van a celebrar ustedes  en homenaje al maestro desaparecido.

 

Apresuradamente he redactado la comunicación que le envío. No  sé si tendrá cabida en las Jornadas. De cualquier modo los textos inéditos del profesor siempre serán de utilidad para ustedes y me resulta muy agradable poderlos enviar a esa Sección de Estudios que ha escogido como uno de sus maestros al que lo fue mío en la Universidad de Murcia hace ya….¡tantos años! Me precio de haber sido testigo de su “debut” como Catedrático.

 

También le envío, como anejo a la comunicación, fotocopia de una de sus cartas transcritas, con su letra tan inconfundible. Siempre escribía a mano.

 

Y, casi como carta de presentación mía, ahí va par usted copia del texto que entregué a mis alumnos como despedida (triste) del curso académico 83-84. Ya ve que no soy poeta, solo enamorada de la poesía y tan atrevida que a veces profano sus dominios con estos que siempre llamo “ejercicios de versificación”, ejercicios que, a veces, son la expresión de mis sentimientos más auténticos.

 

Reciba un cariñoso saludo de (rubricado) Carmen Agulló Vives, Catedrática de Lengua y Literatura Española en la Escuela Universitaria del Profesorado de Educación General Básica de Albacete (España)”

 

La carta, escrita hace tanto tiempo, la veo redactada en sus justos términos pero me sonroja lo impertinente de su desafortunado comienzo, “querida colega”. En primer lugar, me subí a las barbas de doña Emilia con tanta familiaridad en el “querida” y tanta “igualdad” en lo de colega. Se puede ser colega y no ser amigo, con lo que el “querida” es inadecuado. Y, si se es ambas cosas, prima en valor -para mí- la amistad con lo que resulta innecesario lo de “colega”[40].

 

Aceptado lo irremediable, diré en mi descargo que al recibir su respuesta, manuscrita -y siempre es así pese a los años pasados- con tanta cordialidad -no le dolieron prendas en “descender” a mi nivel-, supe cómo debía encabezar mis cartas en lo sucesivo: Querida doña Emilia.

 

Así ha sido durante veinticinco años, números redondos, y, aunque no ha contestado a mi última carta, acabo de tener el placer de oír su voz y verla en un You Tube descargado en Internet por el Canal AAL. 9, septiembre, 2010. “El poder de la palabra” por la Académica Emilia de Zuleta en el Día del Idioma 2010, 3 minutos. Elegante, con su peinado característico, vestida de negro, largo collar de perlas a juego con los pendientes, y una chaqueta de punto de amplio escote de ese color intermedio entre fresa y melocotón, no sé cómo llamarlo ahora, sí que yo tengo una chaqueta de verano que compré en Oviedo de ese mismísimo color, favorece mucho.

Pero volvamos a la respuesta a mi primera carta de contacto. Va escaneada tal cual, porque se lee muy bien.

 

 

En efecto, no tardó en contestarme dando cuenta de la realización de las Jornadas y más tarde me remitió el Boletín con el resumen de todas las comunicaciones. Por cierto que hasta se molestó en mandármelo dos veces pues el primero no llegó a mis manos. Sí el segundo en carta de 28 de junio de 1986 con el siguiente comentario:

 

 “Lamentablemente, hemos tenido una larga huelga de Correos que atascó la correspondencia, y luego otra de las líneas aéreas argentinas. Aquí va otro y confío en que llegará. Tampoco recibí su tarjeta de Navidad (En un año hemos tenido cientos de huelgas…)

 

          Va escaneada la portada del Boletín, que llegó seis meses después.

 

En sus 14 páginas se recoge el resumen de las comunicaciones precedido por una Introducción de doña Emilia de la que cito:

 

 “Hace unos pocos días, y con motivo de estas Jornadas, recibí una carta de Ana Luisa Escudero de Baquero Goyanes. En ella me decía: “Mariano se hubiera sentido conmovido ante esta muestra de reconocimiento hacia su obra, procedente de lectores y alumnos -que así los consideraba él- desconocidos, pero por los que sentía una especial devoción”. Aquí, tan lejos del riente paisaje de Murcia, hemos sido, en efecto, lectores y discípulos de Mariano Baquero Goyanes….”

 

En la relación de comunicaciones, es la primera PRINCIPIO Y FIN DE UN MAGISTERIO SINGULAR por Carmen Agulló Vives (Albacete-España). Siguen 18 comunicaciones de profesores argentinos y se cierra la relación con POESÍA Y NARRATIVA EN MIRÓ: EN TORNO A SUS CUENTOS por Francisco Javier Díez de Revenga (Murcia-España). Otro honor para mí compartir índice con el entonces joven profesor Díez de Revenga, el privilegio de la edad me otorgó el primer puesto.

 

Emilia de Zuleta

 

 

          He aquí a doña Emilia de Zuleta en la foto que ilustra su participación en el III Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Rosario (Argentina) 17-20 noviembre de 2004.

 

          Con su peinado característico, pero el pelo más negro, la conocí en Murcia once años antes. Acudió entonces al Congreso conmemorativo del Centenario de Jorge Guillén, 25-28, de lunes a jueves, octubre, 1993[41].

 

          De hecho yo no acudí al Congreso pero Ana Luisa quiso que la acompañara en la comida a la que quería invitar en su casa a doña Emilia, ya que esta no había tenido la suerte de conocer personalmente a don Mariano; al menos que viera su casa, su sillón, su despacho, su ambiente.

 

          El encuentro tan íntimo fue inolvidable. ¡Qué gran señora! La comida presentada con gusto y exquisitez pero en este momento solo recuerdo los preparativos, las consultas previas de Ana Luisa sobre si haría esto, o lo otro, o aquello… y la anécdota divertida.

 

          “Mira, he hecho un consomé de ave sin nada de grasa, suavecito, y le añadiré una tortilla a la francesa cortada en trozos pequeños ¿qué te parece?”. Pues muy bien.      Se inicia el yantar y doña Emilia, saboreando el consomé, pregunta “¿Es típico de Murcia?”. En la que nos vimos Ana Luisa y yo para contener la risa. ¿Cómo decirle que se acababa de inventar en su honor? Tampoco recuerdo la respuesta pero sí que no se desveló el secreto. Ya me gustaría que doña Emilia pudiera leer esta página. Activa sigue (nació en 1925, y pienso con nostalgia que don Mariano podía estar todavía con nosotros) pero no sé si ella se ha dejado atrapar por la RED.

                   

          No abandono Argentina puesto que no fue en 1984 cuando por primera vez la Universidad de Cuyo dedicó su atención a la española de Murcia.

 

          En 1949 se celebró en Mendoza el Primer Congreso Nacional de Filosofía y a él asistió el entonces joven Catedrático de la Universidad murciana don Adolfo Muñoz Alonso, maestro mío de Filosofía en Comunes y de Italiano en la especialidad de Románicas.[42]

 

          Este punto de encuentro en Mendoza me ha hecho reflexionar sobre el paralelismo existente, con las naturales diferencias, entre la vida y obra de don Mariano y don Adolfo. Mayor en edad el segundo (nació en 1915) ya era Catedrático en Murcia cuando llegó don Mariano precisamente en 1949 año en que don Adolfo disertaba en la Universidad de Cuyo. Quién le iba a decir al primero entonces que, sin viajar a Argentina, su obra sería estudiada y valorada en aquel país hasta el extremo de que, su prematura muerte, provocó la convocatoria de las Jornadas de Estudio organizadas por doña Emilia de Zuleta.

 

          Otro punto de coincidencia, triste en verdad, es el de que la vida de ambos quedó truncada cuando todavía se esperaba mucho de ellos. Comprobemos fechas: Muñoz Alonso (1915-1974) vivió 59 años; Baquero Goyanes (1923-1984), con  tan solo 61 nos dejó.

 

          Seguí muy de cerca la enfermedad dolorosa con final anunciado de don Mariano pero no recordaba cómo había sido la muerte de don Adolfo de quien había perdido un poco la pista desde su traslado a Valencia primero y después a Madrid. Alguna vez en Madrid me acerqué a la Librería Editorial Augustinus, continuadora de la pequeña AULA murciana, y siempre preguntaba a su hermano Mariano por don Adolfo.

 

Gracias a mi buena amiga y condiscípula Ana García Navarro[43] he podido reconstruir la noticia de la súbita muerte del maestro en plena actividad. Con la pista de Ana, acudo a mis papeles y encuentro fotocopia de lo publicado en la revista ilicitana FESTA D’ELIG, agosto 1974. A transcribirlo me dedico porque mi especial afecto por don Adolfo nace de su vinculación con mi ciudad, ya que se casó con mi paisana María Asunción Ferrández, muerta al poco tiempo de su matrimonio. He visitado su tumba en el Cementerio Viejo de Elche y me impresionó la inscripción, tan del maestro. Tras el nombre y dedicatoria de “su esposo e hijo”, en mayúsculas destaca el futuro, casi imperativo, latino SURGENT. Sintética declaración de fe en la resurrección de los muertos.

 

          Vayamos a la Revista[44]. Dos páginas se dedican al acontecimiento. En la primera aparece una foto de la nave central de Santa María en el momento final del “Misterio”, un recuadro IN MEMORIAM y la reproducción del poema ¡EN ELCHE FUE EL AMOR! En la página siguiente se imprime el artículo “Elche y su Misterio”, que también digitalizaré.

 

IN MEMORIAM

 

          El pasado julio, en las montañesas tierras santanderinas, halló la muerte don Adolfo Muñoz Alonso, hombre vinculado por varios motivos a nuestra ciudad. Entre ellos el de ser ilicitano su primer amor.

 

          El doctor Muñoz Alonso escribió mucho sobre Elche y en póstumo homenaje reproducimos en esta página el trabajo que le valió el máximo galardón en los Juegos Florales celebrados en el año 1944, y uno de sus múltiples trabajos sobre Elche y el “Misteri”.

 

¡EN ELCHE FUE EL AMOR!

 

En Elche fue el amor. A Elche retorno

Con la carga gozosa de encontrarte.

Dibujarán mis pasos el contorno

que conmovió mis venas para amarte.

 

¡Cómo me aprieta tu recuerdo! El día

con su espada de luces y de sombras

abre paso a tu imagen, rescatada

a un olvido desnudo. Tu presencia

fervorosa y constante, sin el peso

de la carne doliente, se ha hecho espuma

en este navegar atormentado

por reposar en Dios. En Él unidas

las miradas, los labios y .las almas

triunfaremos del tiempo. A tu prestancia

no le quebró hermosura el mandamiento

de la muerte. Milagro de agonías

fue tu tránsito. Loco por tu espíritu

se encendió aquel crepúsculo de estío

temblándole las alas de su vuelo

mientras la luz moriente de tu rostro

anunciaba a los ángeles canciones

de un nuevo serafín en sus altares.

Caridades y aromas derramados

fue la gloria a ti abierta. Las penumbras

vistieron sus rumores de tristeza

y las olas en flor del mar vecino

perdieron su trasluz. Fue aquella noche

misterio de dolor que se abre, aspado

en la cruz afilada de tu ausencia.

 

A Elche volví. Palabras silenciosas

resbalan su nostálgico secreto

aromando el afán de recobrarte.

Mientras tu cuerpo brisa, y las estrellas

trémula voz azul; mientras en Elche

evangelio de paz canten las palmas,

aunque la muerte finja su tesoro

en sepulcro sellado, mi recuerdo

nupcias celebrará cada alborada.

 

¡Porque Dios sólo es uno. Una es la Amada!

 

Adolfo Muñoz Alonso[45]

 

          Si el texto digitalizado da fe del poeta, su prosa deslumbrante, como su palabra hablada, se muestra en el artículo muy bien seleccionado para el caso.

 

ELCHE Y SU MISTERIO

 

          A Elche se puede llegar por tierra, mar y aire. Los visitantes llegan por tierra. Por aire no sé si alguno[46]. Por mar, la Madre de Dios. Y por el camino de la gracia y de la luz sólo los nacidos en Elche. Y se observa el caso paradójico de que los ilicitanos se sienten extraños en su propio suelo en estos días estivales de agosto ante los visitantes que llegan por tierra. No se reconocen entre la muchedumbre. Parecen ellos los peregrinos en su templo.

 

          El caminar descubre la condición del caminante. Cuando los peregrinos llegan al sepulcro del Apóstol, con las estrellas por guía y consuelo; o se acercan al Pilar, con el río por rumor y alivio, se sienten tímidos y gozosos, a la par. La timidez del que anhela el bien gracioso perdido por su culpa. El gozo de quien sabe que, doblada la rodilla, se renueva el corazón al ritmo de una plegaria.

 

          Pero en Elche, no. Son los peregrinos los que imperan, porque Elche se entrega a sus visitantes con una sencillez de ingenuidad encantadora. Por eso entristece el pensar en peregrinos que no sientan a Elche en los días de su Misterio vivo.

 

          Hay que imponer que los peregrinos se acerquen por mar o por aire. Y si por tierra, con los pies ensangrentados por el caminar áspero de penitencia; adelantando con la mirada anhelante el paso pausado del andar con fatiga. Todo, menos que Elche sea ciudad de turistas.

 

          En Elche no se puede ver nada que pueda escribirse en el reverso de una postal polícroma. Con irritaciones solares de canícula. Porque en los días de agosto en Elche, o el templo arciprestal o la terraza al sol. Pero nunca la dispersión por la ciudad en busca de lo típico.

 

          En Elche no hay más tipismo que el que algunos visitantes ofrecen a los ilicitanos. El Misterio de Elche en su representación, vivo a la mañana en el mismo retablo el Cuerpo Eucarístico, exalta  el sentido de la Festa y la corona. Las palmeras las airea la gracia de Dios para que sepan los extraños que el Misterio es verdad desde la raíz hasta la cima.

 

          El Misterio es Elche y todo Elche es Misterio. Yo no puedo entender que los que llegan a Elche por calzadas de animación y turismo sepan algo del Misterio o de Elche. Y si yo no lo entiendo menos podrán a quienes entenderlo no les importa. En quienes el corazón o la piedad es regocijo sensitivo.

 

          Puertas giran con goznes de historia y de siglos y pueblos viven con piedras pisadas por héroes que son declarados monumentos nacionales. Monumentos para que nadie los destruya -vana ilusión-, o para que el turista sepa donde ha de detenerse. Pero el Misterio es Monumento sin que se acreciente por ello su gloriosa figura.

 

          Elche es más Misterio católico que Monumento Nacional. Y los misterios católicos hay que vivirlos para saber algo de lo que significan y encubren.

 

          O renunciamos a Elche y a su Misterio o nos acercamos por mar como la Señora, por aire como los ángeles, por las rutas del corazón como los enamorados; que es, en definitiva, -examinadlo, si no- nacer en Elche por el camino de la gracia y la luz.

         

Si Elche abandonara un día el pregón y la gloria de su Misterio a voces empastadas en otros ensayos, por monumentos que fuesen, desvanecería en la grandiosidad de su primer concierto la perennidad inmarcesible de su polifonía ilicitana.

 

Adolfo Muñoz Alonso

 

          Termino la transcripción y quisiera tener a mi lado vivo -podría estarlo como algunos ilustres nonagenarios- para comentarle cuanto de premonitorio tiene este artículo suyo. Y hoy, sobre Monumento Nacional, lo de la UNESCO, que me irrita tanto, con todos los respetos. Pienso, como mi maestro, que por encima de la condición de Patrimonio de la Humanidad, en la que hoy se pone el acento hasta la saciedad en mi pueblo por parte de las Instituciones responsables, por encima, digo, está el valor intrínseco de la “Festa” como expresión anticipada del Dogma asuncionista.

 

          Y valga lo dicho para el Misterio también para el milenario palmeral, que parece haber salido de la chistera de la UNESCO al declararlo Patrimonio de la Humanidad para que los autobuses urbanos puedan exhibir el reclamo: Elche, dos Patrimonios de la Humanidad, creo que está escrito en valenciano o bilingüe, no recuerdo.

 

          Qué bien viene esta consideración mía, tan incorrecta políticamente que diría alguno, para despedir a don Adolfo y dar paso a otro querido maestro murciano, don Andrés Sobejano Alcayna, ante quien hay que descubrir el sombrero, a ser posible verde como el suyo.

Arriba: última foto de don Adolfo, conferencia pronunciada en Santander la víspera de su muerte.

 

Abajo: Santander, 1967, con el escritor Charles Moeller.

 

 

Don Andrés Sobejano[47]

 

          Aunque nació veinticinco años antes que don Adolfo, don Andrés Sobejano coincidió con él en la Facultad y fue profesor mío de Latín en Comunes y de Francés en la Especialidad.

 

          Me interesa destacar la coincidencia de ambos profesores en su amor a Elche y su Misterio. Don Andrés iba cada agosto a deleitarse viendo la FESTA y en más de una ocasión colaboró en la Revista FESTA D’ELIG ya citada. Precisamente, en su homenaje, quiero digitalizar aquí el poema que publicó en el mismo número en que aparecía lo mío de los ángeles, el de agosto de 1961.

 

          Está situado en el ángulo superior izquierdo de la página derecha, según se abre la Revista y deja ver bellas fotografías en blanco y negro de palmeras, en la página izquierda no hay texto, una belleza de composición tipográfica, acorde con la del texto que así dice:

 

Sitio y victoria de Elche

 

Batallones de altas palmeras

que el vasto campo congregó

ponen su cerco en las afueras

y trepan las secas laderas

del cauce del Vinalopó:

 

Son las innúmeras mesnadas

de erectas lanzas emplumadas

que el libre viento hace blandir,

en estrategia colocadas

prestas el poblado a invadir.

 

Luengos siglos ven el asedio;

mas la colonia sigue en medio

de oasis llanos que van al mar;

y, previniendo la escalada,

van el almendro y la granada

ciñendo un prieto valladar.

 

En su quietud serena, idílica,

velan y guardan la Basílica

donde la Virgen se adurmió;

y con murmurio inerme rezan,

mientras sus troncos enderezan

por ver a la que allí posó.

 

Pero con ímpetu y anhelo,

cuando María sube al cielo

rasgando ingrave el aéreo tul,

a la vez que vibran las almas

agitan sus brazos las palmas

del firmamento en el azul.

 

Bajo el sol, un ondular verde

de penachos allá se pierde

del agro extenso al litoral.

Y en el nocturno cielo luego

el fervor reviste de fuego

otro ilusorio palmeral.

 

Bronceados arcos de ballesta

frenan su asalto, de la “Festa”

ante el ignívomo clamor;

y cual de dardos un tesoro,

dátiles de ámbar y de oro

dan como ex-votos de fulgor.

 

ANDRÉS SOBEJANO

 

          Leído el texto, más se aprecia el atinado juicio del Profesor F. Javier Díez de Revenga cuando escribe[48]: “Es Andrés Sobejano un poeta muy singular, sobre todo por el gran bagaje de cultura que aporta a su faceta de creación. Su escogido léxico es muy significativo como nota estilística fundamental.” Confieso sin rubor que tuve que acudir al DRAE para consultar alguna palabra. Añadiría también que en este poema es muy importante el contexto. Quedarán sin comprenderlo a fondo quienes desconozcan la ciudad de Elche y su Misterio. Para mí es un placer cada vez que lo leo. Es evidente que don Andrés acudía el 13 de agosto para gozar de la “Festa” en lo que siempre hemos llamado “ensayo general”[49], y, tras una buena cena como invitado de honor, presenciar la “Nit de l’Albá”, el “ilusorio palmeral” del poema. Gracias, don Andrés, le perdono las veces que me anotó en su lista del cuadernillo negro de hule, al que iban a parar los infelices de pueblo que los lunes no llegaban a tiempo a la clase de Latín.

 

          Vistas las fechas de su nacimiento y muerte (1890-1969) me asombra que solo tuviera sesenta años cuando fue nuestro profesor. Y, añado, no fue tan larga su vida, que yo estaría criando malvas si la mía le igualara y aquí estoy dando a la tecla y cocinando nuestro “arroz con costra” que seguro saboreó él en más de una ocasión; es el plato ilicitano por excelencia.

         

Leo y releo la semblanza que dejó escrita del gran humanista el pintor murciano Luis Garay[50] porque -no olvidemos que escribe un pintor- parece que el personaje se sale de la página, es tal como lo recuerdo. Algunas citas:

 

          “Camina jadeante, siempre con prisa y haciendo esfuerzos como si se enredase en los pantalones. ¿Qué sastre le viste? ¿Quién confecciona tan desdichado pantalón? Produce la impresión de no ir vestido, sino liado en su indumentaria y estorbado por ella. ¡Pero qué simpático es en su desaliño personal! (….)

 Los ojos caídos, como cansados, denotan un alma inmensa, de gran poeta, y quisiera subrayarlo con mayúsculas. Su voz tiene suavidad aterciopelada, ritmo entonado….(….) Los años le han puesto obeso, pero recuerdo su juventud, magro, con barba nazarena como la usaba Juan Ramón Jiménez. Su despreocupación por la indumentaria es mayor cada vez. Portador constante de una cartera, que más que cartera parece maletín culpable de haber perdido el tren, va como empujado por ella. ¿Qué guardará en su interior? ¿Acaso aquella barba romántica del tiempo de la del poeta de Moguer?

 

(…..) Todos los años espero sus versos en la página extraordinaria que el diario murciano “La Verdad” le dedica a la Virgen de la Fuensanta el día de su romería al monte, y todos los años cumple puntualmente su ofrenda con la más fina fragancia de su corazón. (….) Es peligroso en la controversia y sutil en la ironía ¡sabe tanto! Formado en rígidos estudios de Humanidades, sus traducciones de obras francesas y, principalmente, italianas, le han acreditado como un valor auténtico. “

 

          Hubiera transcrito íntegro el artículo. Quede así no vaya a tener que pagar derechos de autor. Pero la “guinda” que le falta es la alusión al sombrero verde botella de don Andrés.

[51]

 

 

 

          Cierro capítulo con el último maestro fallecido -de los cinco en quienes he querido homenajear al resto de profesores que ya viven “nel mondo dei più”-, don Manuel Muñoz Cortés, mi querido “don Manolón”, el de vida más larga, aunque sus 85 años nos parecieran una eterna y dinámica juventud.

 

          Muy reciente el triste acontecimiento, con aquellos calores murcianos escribí lo que pasó luego a libro y ahora viene a TONOS[52]

 

Cambios  de  última  hora

 

Albacete, 1, 9, 2000

 

          Tenía comprado billete de tren Alicante-Albacete para el  29 de agosto desde hace casi dos meses. Así soy de prevenida, sobre todo en verano.

 

          La “dama del alba” se presentó sin aviso. Me llamó José Luis desde Murcia: acabo de oír por radio que ha muerto don Manuel Muñoz Cortés.

 

          Tú sabes, madre, de mi gran vinculación a este maestro de la Universidad. Día a día, desde hace cincuenta años, me has oído: que si don Manuel esto, que si lo otro, que si la Tesis, que si el ICE, que un Seminario en Madrid, que un Congreso, que México, que Austria, don Manuel, don Manuel, don Manuel...  A cuánta gente has conocido sin haberla visto. Y cuántos te han conocido por mis papeles, mis versos, mis recuerdos......

 

Has comprendido bien mi diligencia al cambiar el plan de regreso a Albacete por Murcia para tener la oportunidad de dar el último adiós a tan querido profesor....

 

Murió don Manuel el día de San Agustín, ese Santo al que tú encomendaste desde siempre el buen éxito en los estudios de tus hijas. Lo supe no hace mucho tiempo y me sorprendió. Nunca había oído que fuera especial protector de los estudiantes, pero tiene mucho sentido dada su preclara inteligencia y amor al saber. Buen día, su fiesta, para despedir a don Manuel, tan sabio y tan amante del estudio ¡Qué cosas! Nada sucede por casualidad. Seguro que el Obispo de Hipona ha intercedido por él.

 

Pascualita me llamó por teléfono esta mañana para leerme el artículo escrito en su homenaje. Yo he escrito casi una continuación en versos octosílabos.......

 

Carta urgente a un Maestro

 

Mi querido don Manuel:

Otra alumna se presenta

a rendirle un homenaje

en tan señalada fecha:

fiesta de San Agustín,

el gran Padre de la Iglesia,

eligió para dejarnos

y marcharse de la tierra-;

este agosto de dos mil

se marcó con piedra negra.

Y decía que “otra alumna”...

pues no he sido la primera;

se adelantó Pascualita

en prosa sentida y bella

y a mí, después de escucharla,

solo un recurso me queda:

el de escribir un romance

suscribiendo letra a letra

todo lo que ella ha expresado;

fue su alumna predilecta

y ha cumplido como debe,

a las claras se demuestra.

Evoca a Miguel Hernández,

también a Juan de Mairena...

qué bien traídas las citas

y cómo a mí me recuerdan

su pasión por don Antonio

y brillante conferencia

con que usted nos deleitó

allá en los años cincuenta....

-fue en enorme caserón,

hoy Moneo borró huellas-.

 

Permítame que a los clásicos

vuelva la memoria atenta

pues de Fray Luis aquel verso

de ¿Cuándo será que pueda

utilizo por contraste :

que si el de León desea

-según le dice a Felipe-

volar al cielo en la rueda

que le ayude a ver muy claros

los misterios de la tierra,

creo que usted, don Manuel,

dedicó su vida entera,

con gran pasión y entusiasmo,

a saciar su sed de ciencia

con los recursos humanos

que le dio Naturaleza.

Como no tenía prisa

de volar a las esferas,

Dios le ha dado larga vida,

rica, fecunda, completa.

Los que ahora le lloramos

quedamos con la certeza

de que su espíritu libre

ocupado estará en fiestas

con Dámaso, don Ramón,

con Baquero, con Valbuena,

con don Andrés Sobejano...

con un larguísimo etcétera

desde Quevedo a Cervantes

e innumerables poetas

anónimos que dejaron

el alma del pueblo impresa

en las coplas y romances

que tan de su gusto eran.

 

Y si San Pedro permite

que una ojeada a la tierra

lance usted de vez en cuando

verá quienes le recuerdan.

-Creo que seremos muchos,

de mí respondo sincera-.

 

A doña Marga remito

la carta; cuando la lea,

deseo que la disfrute

como si usted mismo fuera.

Que a los notables talentos

que le dio Naturaleza

hay que añadir la gran suerte

de hallar la esposa perfecta.

Con ella ha fundado estirpe

y de este modo, en la tierra

se queda, aunque se ha marchado

a las celestes esferas.

 

Hasta siempre, don Manuel;

hoy su muerte no está muerta.

 

En Albacete para Murcia, 1º de septiembre de 2000

 

          Cierro el círculo señalando fecha de la transcripción. Iniciado capítulo el 2 de enero de 2012, concluye el día 10 del mismo mes y año.

 

 

 

10. Reproduction interdite

 

          Es posible que esté vulnerando algunos derechos pero difícil que los  perjudicados lleguen hasta mí. En tal impunidad me amparo porque me apetece mucho reproducir, anverso y reverso de la postal con que Colette me felicita el año 2012.

 

          No describo el anverso puesto que será contemplado a continuación. Sobre la parte impresa del reverso llamo la atención del lector. Lo “interdite” parece que afecta al fotógrafo. ¿También al Editor? He entrado en la página  www.exbrayat.com y veo que se trata de empresa que vende por Internet sus productos. Y con cierta amplitud de criterio interpreto que lo “interdite” será fabricar postales al margen de la empresa y con ánimo de lucro. No es este nuestro caso.

 

          Yo he querido poner de relieve las posibilidades de la palmera no solo desde el punto de vista agrícola sino del artístico. No es pasión por lo propio, inspira a los artistas la palmera.

 

          Y no tendría más importancia este artículo si no se hubiera dado la circunstancia de que recibí la postal de Colette cuando estaba metida en harina con “il mondo dei più” y copiaba el hermoso poema de don Andrés Sobejano.

 

          Dos visiones tan distintas de la palmera: ejército en “Sitio y victoria de Elche”, imagina el poeta “las innúmeras mesnadas/ de erectas lanzas emplumadas”, para después recordar que la palma se rinde a los pies de la Virgen y acaba convirtiéndose en “ignívomo clamor”, “ilusorio palmeral” de fuegos de artificio.

 

          El cuadro de Catherine Gallian Saint-Clair se titula “Lorsque dansent les palmes”. En efecto, las tres palmeras dan la  impresión de estar bailando un ritmo caribeño, los dátiles son cinturones que abrazan los penachos en su ondular suave sobre el brillante azul.

 

          Palma, arma para la guerra; palma, danza para la paz. Entre la guerra y la paz transcurre la historia.

 

          Cuadro y poema complementarios, hoy unidos pese a la gran distancia en espacio y tiempo.

 

          El cuadro de 1990 ambientado lejos de Europa. El poema publicado en 1961 con el palmeral ilicitano al fondo. Universal la palma.

 

 

          Aunque con retraso evidente doy por recibida la felicitación y…a la recíproca.

 

Albacete, febrero, 2012

 

 

11. La última carta

 

          Para tranquilizar al lector -no vaya a creer que se trata de carta de despedida del “mondo dei vivi” de nuevo personaje-, anticipo en portada el sobre con el inicio de la carta que escribí a mi familia desde México el 9 de agosto de 1980, ya ha llovido desde entonces y aquí estamos.

 

 

 

          La más significativa muestra del paso del tiempo es la letra, todavía bastante decente y legible que tengo ante mí. Hoy ni me atrevo a escribir carta manuscrita por atención a los destinatarios y porque no es grato “verme en el espejo de la letra” como mi madre se negaba a ser retratada con aquello de “ya tengo mi foto bonita de joven”. Qué piadosas mentiras nos dicen los amigos con el “estás como siempre, no pasan por ti los años….”. Pasan por nuestra piel, por los andares, por el rostro marchito, por el cabello reacio a tintes y afeites. A veces ralentizan su marcha en el cerebro y el corazón, es de agradecer.

 

          Sigo copiando la parte oculta de la carta, casi monumento arqueológico (bueno sería hacer una encuesta a la población actual comprendida entre los veinte y cuarenta años con la pregunta simple: ¿Cuándo escribió su última carta manuscrita particular? Invito a los desocupados a que hagan la experiencia con solo cien personas. Pueden enviar resultados a mi dirección de c.e. cavisur@hotmail.com ), carta encontrada en la “cartera de documentos” de mi madre, la conservó como un tesoro hasta su muerte: “ El aparato que me compró Jesús (el sobrino que cumplía servicio militar en Canarias donde se compraban a buen precio los últimos modelos en radios, grabadoras, tomavistas, etc.) me está sirviendo de mucho pues he recogido cosas interesantes pero no estaré tranquila hasta que llegue a España porque aquí en los hoteles por los que pasamos les van robando cosas a los compañeros del viaje. Yo, de momento, me he librado pero aún no me fío. Ya os contaré todas las peripecias. Tengo viaje para toda la vida y desde luego ha sido una lástima no haber hecho la gestión que yo pensaba hacer para volverme antes a España y no hacer el recorrido del Yucatán. Es mejor ir acompañado pero aquí es donde hace mucho calor (en los demás sitios la temperatura ha sido muy agradable) y yo estoy deseando que esto acabe. Aunque el papel es del Hotel de Oaxaca estoy escribiendo en Villahermosa que es la capital del Estado de Tabasco. Esto es zona petrolera y esta mañana también me he quedado en el hotel, que tiene aire acondicionado, mientras la gente se ha ido a ver otras ruinas en plena selva. (Me refería a Palenque cuyo  recorrido particular hice sobre los papeles a todo color que venían con la bolsa del Congreso, que aún no he dicho era el de AEPE julio-agosto 1980[53] y me quedé tan fresca cuando los colegas dijeron que Palenque era lo más digno de visitar en todo nuestro recorrido). Dicen que hay muchos mosquitos, y tenían que ir con pantalones y botas. Como no tenía aquí ropa adecuada y quiero terminar el viaje sana y salva me he quedado aquí a descansar. Ayer fue un día de campeonato. Fuimos en avión de Oaxaca a México, varias horas de espera en el aeropuerto y nuevo vuelo México-Villahermosa. Don Manuel Muñoz Cortés  tampoco ha ido hoy a la excursión. Ayer en México se dormía sentado en la sala de espera. Pascualita es la más valiente y no se pierde nada pero yo suelo ir más con esa señora mayor de Madrid que va algo más lenta aunque también le gusta verlo todo. (Se trataba de Obdulia Guerrero Bueno que fue Ayudante de Cátedra en Madrid con don Ángel Valbuena, nos hicimos muy amigas y yo, fiel a la comunicación, le estuve escribiendo durante cierto tiempo hasta que ella dejó de contestar. Intenté averiguar algo sobre ella, era soltera, vivía sola, ah, recuerdo el detalle de que, en México, compartía habitación con Domnita Dumitrescu, la guapa rumana, porque Obdulia iba a Rumania a consultar a una doctora especialista en geriatría, con métodos propios para evitar el envejecimiento. Domnita pudo escapar del paraíso comunista y se estableció en Estados Unidos, en Los Ángeles, también comunicamos un tiempo hasta que me devolvieron una carta por desconocida, se debió cambiar de domicilio sin dejar rastro, me mandaba las cartas en sobre rojo escarlata. Volviendo a Obdulia me llegó no sé cómo la noticia de su fallecimiento. He consultado en Google y queda su memoria en unos libros suyos que todavía están a la venta en librerías de segunda mano en distintos lugares de España, mira por donde volvemos al “mondo dei più”; largo ha sido el comentario pero Obdulia lo merece por la compañía que me hizo en México. Juntas visitamos la Universidad de Yucatán en Mérida que me recordó la nuestra de Murcia por el claustro y el pozo en el patio central). Terminaba la carta con un “Muchas felicidades de nuevo y ya hasta muy pronto. Carmen”

 

          Demasiados recuerdos ha puesto en pie la copia del manuscrito. El primero que, en Villahermosa, a la caída de la tarde con algo menos de calor, salí a pasear por un frondoso parque y me encontré con dos chicas de Bilbao que hacían turismo por su cuenta recorriendo México. Fue muy agradable la conversación. Esas escapadas en solitario o con una o dos personas me encantaban. En Mérida me veo con don Manuel entrando en una Escuela Secundaria a ver qué se cocía por allí. Los alumnos estaban de vacaciones y un señor muy amable que estaba en Secretaría fue contestando a las mil y una preguntas que a don Manuel se le iban ocurriendo: cuántos años duraba la Secundaria, que planes de estudio se seguían, de que nivel social eran los alumnos…qué sé yo. Y la visita al recinto de Guadalupe con Amparo subiendo hasta la primitiva Capilla del Tepeyac, encuentro con una familia muy simpática de Guadalajara, el pajarito de la buena suerte que con su pico me entregó el papelillo en que se me anunciaban felicidades sin cuento… la aventura con el taxista que no me sabía llevar a la Residencia de las Franciscanas a quienes tenía que devolver el dinero prestado pues, por mi enfermedad no había tenido tiempo de cambiar moneda… la enfermedad fue una colitis aguda iniciada en el mismo avión, cuando llegué a México creí que me enterrarían lejos de mi Elche si no se podía repatriar el cadáver, el doctor que me atendió en el Hotel me tranquilizó con un “la vamos a componer, mi reina” como si de un electrodoméstico se tratara. Pero me compuso y pude seguir el programa del Congreso, me refiero a las sesiones académicas, que la suspensión de algunas visitas a lugares arqueológicos no me preocupó demasiado. Eran tantos los Olmecas, Toltecas, Yucatecas…. Por suerte no me perdí la acogida en Veracruz por parte de las autoridades que nos ofrecieron una sesión folclórica espléndida con bamba incluida, ¿cómo no? Y el danzón tan lento y ceremonioso….llovía ligeramente en la plaza. Termino: lector amigo ¿cuándo escribiste la última carta manuscrita personal? La última mía de México fue seguida de otras muchas, aunque haya tenido que sustituir la pluma, léase bolígrafo, por la tecla. Otro día volveré a México desde mi particular Torre de Juan Abad. Queda con Dios.      

 

P.S. No he resistido a la tentación de seleccionar algunas fotografías tomadas en México para reproducirlas como apéndice.

 

Particularmente las relacionadas con algunos de los puntos tratados en la carta que tantos recuerdos ha puesto en pie.

 

 

  

 

 

 

1.   En Teotihuacán, 27-7-1980

 

2.   Guadalupe, 31-7-1980. Dice el pajarito: “Se te presentarán varias cosas y te serán ventajosas; la dicha y la abundancia te seguirán por todas partes, bla, bla, bla”

 

3.   Mercado de artesanía de Oaxaca. Sin fecha. Me la mandó desde Viena Sissi

 

1. Cancún, 15-8-1980, añorando España en el día de la Asunción

 

2. En el Tepeyac, 31-7-1980, contemplando la hermosura del lugar

 

3. Villahermosa. Una de las bilbaínas contempla al aborigen en piedra

 

4. Ya en España, mis sobrinas lucen en el campo los atuendos mexicanos

 

 

 

 

 

12. Memoria de Luis Aguilé

 

          Una querida amiga, que no le era de que le averiguaran la edad, decía que no hay que descuidarse tarareando canciones delante de la gente pues, de inmediato, pueden calcularte los años por los que tiene la canción evocada, casi con seguridad de moda en nuestra adolescencia o juventud.

 

          No lo van a creer: el día que caí en la cuenta de que, cincuenta años atrás, tomé posesión, 30 de septiembre 1961, de mi nuevo destino en Albacete, me lo pasé cantando a Luis Aguilé sustituyendo Cuba por Córdoba, que como buen esdrújulo mantiene el ritmo llano y además hay significativa coincidencia de sonidos. ¡Qué bien sonaba “Cuando salí de Córdoba/ dejé mi vida/ dejé mi amor./ Cuando salí de Córdoba/ dejé un pedazo/ de corazón”!

 

          Todo el día dando vueltas al estribillo y planificando un año cincuentenario de octubre a octubre, 2011-2012. Año que podría celebrar con los Cuadernos de CAVISUR nº 6, enero 2012 y nº 7 en julio del mismo año.

 

          Recordando las observaciones de la citada amiga,[54] he investigado en la Red la cronología de Luis Aguilé y me ha sorprendido la cantidad de entradas halladas con información para todos los gustos, no siempre coincidente. Me quedo con la de www.elmundo.es/2009/10/10 que me ha parecido muy fiable y de la que he copiado la foto que inserto más abajo. Invito al lector interesado.[55] A mí me interesa el dato de que “se estableció en España en 1963” y que “popularizó en los años 50 y 60 éxitos como “Cuando salí de Cuba” o “Juanita Banana””.

 

          Se confirma la teoría, pues, en los 50 y 60, andaba yo veinteañera, y entre estudio y estudio estaría al tanto de los éxitos musicales del momento.

 

          Me parece espléndida la foto elegida del cantante argentino-hispano (obtuvo la nacionalidad española) porque es la foto de la persona, no del personaje que él mismo creó para sus actuaciones en público.

 

Nos llevaría a largas reflexiones este tema de la persona y el personaje, no es el momento. Solo destacar que Aguilé tuvo la fortuna de envolverse en las corbatas multicolores y adoptar unos gestos inimitables, solo por medio de la parodia, que le valieron una gran popularidad. Recuerdo sus actuaciones en programas de televisión, El cantante de origen argentino Luis Aguilé. | Antonio Heredia

El cantante de origen argentino Luis Aguilé. | Antonio Heredia

muy celebradas.     Me ha llamado la atención la cantidad de comentarios a la noticia de su fallecimiento, todos entrañables y positivos, en especial los escritos desde Cuba.

          Es indudable que, en mi juventud, no me identifiqué con la dichosa canción como lo hice casi anteayer al introducir el trueque Cuba/Córdoba. Esa es la magia del espectáculo, cada asistente incorpora lo visto y oído según su estado anímico; toda comunicación es recreación, así lo pienso. Y al amparo de la Musas pongo todo lo que escribo para que sean propicias a los lectores y les hagan pasar un buen rato, que de eso se trata, no de buscar la gloria y el buen nombre…con aparecer como persona honrada basta y sobra. Sí, un pedazo de corazón quedó en la ciudad de la Mezquita, jirones de la vida dejamos en el espacio/tiempo que nos atrapa. Y miro atrás con gozo, por las vivencias cordobesas y las posteriores a mi salida. Sobre todo quiero rendir homenaje a las personas que allí traté desde Madre Camila y las Servitas a mis compañeras de mesa, ya en el “mondo dei più”, Ana María y Magdalena, o la inolvidable doña Emilia que ha muerto centenaria y el innumerable batallón con que lidié en el ejercicio de la docencia…Siguen vivas y en contacto conmigo las más sensibles, y valoro el silencio de las restantes. Palabra y silencio, valores complementarios. “Cuando salí de Córdoba…” Gracias, Aguilé.

 

13. Góngora y los Académicos (Febrero, 2012)

 

          Para entrar en situación traigo aquí textos ya publicados en libro  muy querido[56].

“A  Córdoba

Quiero volver a ti,

mi Córdoba lejana,

a rescatar la juventud perdida,

encontrar en tus calles

mi espíritu vagando

ojo avizor a la cancela oculta

protectora de patios,

riqueza vegetal, cobres lucientes...

Aquellos pasos míos, tan ligeros,

hoy cobran nuevo ritmo, lentamente,

-ya no espera la hora de la clase-

saboreando antiguo itinerario :

Plaza de Capuchinos,

San Miguel fascinante,

Gran Capitán ecuestre en las Tendillas,

calle de Gondomar, Viuda de Luque,

-¿seguirá en su lugar la Librería?-

la torre octogonal que está diciendo

a la vuelta se encuentra San Felipe....

Querido caserón ¡cómo acogiste

mi impulso juvenil entre tus muros!

Qué poco me importaban

grietas en las paredes, viejos bancos,

si ante mí todo un mundo de ilusiones

asomaba en los rostros sonrientes

de muchachas en flor, todas tan bellas,

el Vito siempre a punto

en su ágiles cuerpos.....

Quiero volver a ti, tengo una cita

con el abril eterno.

Albacete, 14 de febrero, 1999, día de San Valentín”

 

          Fueron versos escritos en vísperas de un viaje a Córdoba, tras larga ausencia, con el propósito de encontrarme con un pequeño grupo de antiguas alumnas con las que mantuve periódicos contactos. No esperaba que las tales tuvieran preparado un recibimiento por todo lo alto con aviso a la prensa para que diera cuenta de la gran comida en las afamadas Bodegas Campos y lo que siguió después. Solo pude contestar con alguna lágrima y los posteriores versos:

 

“Regreso

Tanta emoción no cabe

en el verso medido....

Rimas, callad; atrás endecasílabo,

dejad que el corazón se vierta en la palabra

desnudo, en su pureza,

atento a los latidos.

 

La ciudad me recibe con los brazos abiertos

-¿acaso estuve ausente?-

(paréntesis fantasma

los años cuya cuenta se ha perdido).

 

Virgen de los Dolores,

el mismo camarín, el coro alto

y la Hermana Cecilia que ayer mismo

andaba trajinando entre pucheros

-no la he podido ver por unos días-.

 

En San Felipe el patio remozado

-qué limpios los cristales, la escalera,

burocracia en las aulas de otro tiempo-.

 

La cuesta de Bailío

por la que subo y bajo

esquivando las fotos

del eterno turista, albino y asombrado.

 

Desde el pretil del río

la mirada se pierde

entre los remolinos de las aguas.

Multiplicada imagen,

San Rafael vigila y nos protege.

 

Parador del Brillante, las Ermitas,

te me muestran, ciudad, en bandeja de plata....

 

A las horas del gozo, íntimo y sosegado,

sucede el cataclismo, el genio de la tierra.

Córdoba no está sola,

ellas son muchedumbre y me agasajan

-me pregunto por qué-,

invade la emoción la garganta, los ojos....

-la sentencia de Séneca, la placa,

las flores, el discurso, los versos y las coplas,

y.... sevillanas-.

 

El recorte de prensa eternizó el momento.

Mis queridas alumnas,

por siempre amigas, GRACIAS.

 

Albacete, 25, mayo, 99”

 

          Comprometida quedé a volver a Córdoba en sucesivas primaveras y en prosa he dejado constancia de que, durante varios años, he sido fiel al compromiso. Así lo comunico a mis padres, ya  “nel mondo dei più”:

 

“Fidelidad  a  un  compromiso

 

          Los poemas que acabáis de leer, queridos padres, hipotéticos lectores, más encierran crónica rimada que pura poesía. Son la espontánea expresión de mis vivencias cordobesas, antes y después del viaje a la ciudad de la Mezquita, tras largos años de ausencia. El primer deseo cumplido, madre.

 

          Solo porque Andalucía es diferente podré entender el afecto demostrado por aquellas que fueron mis alumnas durante tres cursos académicos, yo entonces inexperta profesora, recién estrenada Cátedra.

 

          La cálida acogida en el marco de una ciudad ebria de luz, aromas y colores cala en lo más profundo. Y las coplas con una  tentadora invitación: para que, por primavera, vengas cuando quieras, Carmen Agulló.

 

          Es el tercer año consecutivo que acepto gustosa y por doble motivo pues el pasado 2000, no en abril sino en mayo, aproveché el viaje para reunirme con antiguas alumnas y asistir, invitada por la  académica Ana María Vicent, gran amiga desde los lejanos tiempos de mi estancia en Córdoba, al Día de Góngora que anualmente se celebra el domingo más próximo al 23 de mayo, fecha de la muerte del poeta, organizado por la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes y el Instituto de Estudios Gongorinos.

 

          Doble compromiso que hace más atractiva la visita anual a una de las ciudades de mi vida, Córdoba.

 

          El genio de don Luis me gasta bromas y no puedo sustraerme al vicio de los versos. A la vuelta de la hoja los últimos escritos, homenaje métrico en 2001. Y que siga la costumbre por muchos años.....

 

Crónica  abreviada

 

( Córdoba, 18-20, mayo, 2001 )

 

Vine a Córdoba la Vieja,

visité la Exposición,

luego cayó un chaparrón

que la Feria aguada deja.

Fotos hice ante una reja

y fui muy agasajada

por antigua muchachada,

hoy damas encantadoras ;

con Góngora estuve horas

y quedé de él contagiada.

¡Menuda aliteración

en el verso precedente!

Me precipité imprudente

y no espero compasión

del espíritu burlón

de nuestro gran cordobés.

Yo me postraré a los pies

de su urna en la Mezquita:

apostaré a que me invita

y un soneto hago después.

 

“Soneto casi culterano a mis primeras alumnas cordobesas

 

A la cita con Córdoba he venido

un año más en plena primavera,

jardín de rosas en sazón me espera

donde los dardos ya sembró Cupido.

 

Por los hijos y nietos tiempo mido,

años que al Sol circunvoló la Esfera,

volver a San Felipe yo quisiera

a rescatar mis sueños del olvido.

 

Bellas adolescentes bulliciosas

hicieron soportable y atractiva

esta que fue mi vida y afición.

 

No morirán tan singulares rosas

mientras mi mente se mantenga viva

y el pálpito me llegue al corazón.”

 

          No en el día de Góngora, 2001, sino en el anterior, el del año 2000 del que he encontrado el programa, quiero detenerme.

 

          Me comentaba Ana María las operaciones previas a la celebración de tal acontecimiento bastantes laboriosas. “Hija, qué trajines con el traslado del retrato y su caballete que tiene que presidir la sesión académica, y cada año pensar en la sede, necesariamente edificio conservado por lo menos desde el XVII, contemporáneo del poeta, como si su espíritu estuviera vagando por la casa, y no digamos el obligado funeral en la capilla de los Góngora donde están los restos… es que la Academia ese día sueña con que don Luis está vivo, con eso de la inmortalidad de los genios…”

 

Tuve suerte en el 2000 pues, cuando pensaba asistir a unos actos con personas desconocidas, salvo Ana María y Alejandro, mis anfitriones, encontré a varios Académicos y acompañantes que me conocían directamente o por referencias y no puedo olvidar el agradable desayuno que compartí con Carlos Clementson, todo el tiempo hablando de nuestra Universidad de Murcia. Y para colmo aquel año era Director de la Academia Ángel Aroca Lara, ilustre rodense que se interesó por mí al saber que residía en Albacete, capital de su ciudad, La Roda.  Así me ocurren las cosas.

 

Comenzaron los actos a las 9,30 con la Misa en la Catedral, en la Capilla de San Bartolomé.[57] Aunque hice fotos salieron muy mal y recurro a Internet para presentar la actual urna, -la foto del patio sí es mía- ante la cual recitó sus versos Clementson después de la Misa y la Ofrenda floral

 

 

La casa de la familia Nahmias -judíos residentes en París y muy amigos de Ana María- está frente al Museo Arqueológico y es una hermosa mansión del XVI-XVII. De allí no nos movimos hasta la caída de la tarde pues en distintas dependencias se celebró la solemne Sesión Académica, seguida de comida y recital de guitarra. Disertaron Antonio Cruz Casado -con quien más tarde he coincidido en Congresos de la Asociación de Cervantistas- y Manuel Gahete Jurado, del que he perdido la pista internáutica recientemente, nos hemos intercambiado publicaciones; hoy él está en lo más alto del panorama poético nacional, quizá internacional. Siento no poder decir nada de don Ginés Liébana que también disertó pero que hoy para mí es solo un nombre. Mil perdones por la ignorancia, lo buscaré en Google.[58]

 

Va escaneado el programa, prueba documental de que no poseo memoria tan prodigiosa, solo un papel ante mí. A cada cual lo suyo. Mi mérito haber encontrado un programa fechado hace doce años el 21 de mayo.

Dicen que a la tercera va la vencida, en este caso, la fallida. Le había tomado el gusto a lo del Día de Góngora, el de 2001 fue más ajetreado, de la Catedral a San Hipólito y de allí creo que al “Caballo Rojo”, pero muy bien todo.

 

Programé para el encuentro con alumnas fecha que coincidiera con el día gongorino de 2002 pero me fallaron las cuentas. Para consuelo y por no perder la costumbre le escribí a don Luis el siguiente romance:

 

 

Justificada  ausencia

 

Al señor don Luis de Góngora,

llamado el archipoeta

por don Francisco Cascales

-con malicia manifiesta-

en sus Cartas filológicas,

pues ataca en una de ellas

el estilo oscuro y culto

de las dos obras extensas,

Polifemo y Soledades,

que el gran don Luis escribiera,

hoy escribo esta misiva

no para volver al tema

de lo claro y de lo oscuro

-de tan viejo, no interesa-

sino para disculparme

por no asistir a la fiesta

que, como todos los años,

le dedica la Academia

de Córdoba, la Real

de Nobles Artes y Letras

y de no sé cuántas cosas,

que incluyo en un largo etcétera.

Para inter nos, señor Góngora,

no salieron bien las cuentas

a los nobles académicos

o es que yo estoy majareta.

Las noticias que me dieron

sobre la variable fecha

de su anual agasajo

se concretaban en estas :

siempre el domingo más próximo,

en mayo y en primavera,

al veintitrés, triste día

en que usted dejó la tierra,

se le rinde un Homenaje

que con exequias comienza

y que suele terminar

con guitarra y suculenta

comida, sin que olvidemos

la gran Sesión Académica.

Por más vueltas que le doy

a las actuales calendas,

no me cuadra que este año

el diez y nueve más cerca

se halle que el veintiséis

de la referida fecha.

Siempre tres son más que dos

¿ o es que ya así no se cuenta?

Yo partí de tal supuesto

y comprometí una fiesta

para el día veinticinco

con un grupo de maestras,

otro tiempo mis alumnas,

hoy amigas verdaderas.

Todo salía perfecto

y enlazaba las dos fechas

en días consecutivos,

que es lo que a mí me interesa....

Ay, don Luis, los Académicos

este año se van de Feria

y a usted me lo han colocado

en domingo que no era.

No puedo por tantos días

permanecer en su tierra,

a pesar del atractivo

que para mí representa,

y, puesta en la disyuntiva

de elegir entre su fiesta

y la que me han preparado

con tanto amor mis colegas,

la elección es bien sencilla:

me reuniré con ellas

pues pesan más treinta vivos

que un muerto, aunque ilustre sea

y la vida de la fama

inmortal lo considera.

Dispense la confianza

y perdóneme la ausencia.

Ya con este me despido,

que he llegado al verso ochenta.

 

En Albacete, para Córdoba, a 17 de mayo de 2002.[59]

 

En años sucesivos, no he vuelto a coincidir con los Académicos. Supongo que seguirán celebrando el día con todo esplendor y más ahora que todavía suenan los ecos del bicentenario de la Docta Institución fundada en 1810. Hay una página web muy bien elaborada. Recomiendo a los cultos un paseo por ella.

 

 

 

 

14. La sonrisa beatífica

 

A Peter Standish que me apremió a escribir.

 

          Sigo con referencias al Congreso de AEPE en Zaragoza, 1999[60] pues para mí tuvo una especial significación. Suponía incorporarme a los Congresos de la Asociación después de una larga ausencia de casi veinte años. Con el valor añadido de que me daba la oportunidad de visitar por primera vez la ciudad del Ebro famoso y encontrarme con queridos amigos a los que pude dedicar un par de sesiones con detrimento del programa que allí me llevó. No se notaron mis ausencias pues fue Congreso muy concurrido. Muchas caras nuevas para mí pero bastantes conocidas y recordadas desde el inolvidable Congreso de México en 1980.

 

          Otro motivo por el que recuerdo con especial simpatía lo de Zaragoza es que fue el último Congreso al que asistió el querido maestro Muñoz Cortés con su esposa. Largas charlas telefónicas mantengo con ella, tan lúcida a sus noventa años, reviviendo detalles y anécdotas del tiempo pasado. Un privilegio y un gozo.

 

          Allí se inició mi amistad con la extraordinaria Éva Mán (los húngaros usan y abusan de las tildes) y seguimos en contacto pese a que ninguna de las dos asistimos ya a reuniones de AEPE. Lo mismo me ocurre con Penina Meller. Y siento no citar más nombres pero habrá que entrar en materia.

         

Para ello me valgo de unas fotografías, divididas en dos bloques: las realizadas en Zaragoza y una pequeña muestra de las mil y una que hice durante las excursiones. Y por este segundo bloque comienzo.

 

          Desde Zaragoza casi llegamos a la frontera con Francia en un viaje asombroso que terminaba en Jaca pero con muchas paradas en lugares interesantes. Buena foto la primera (todas las hice yo menos la última que me regaló una señora al año siguiente en el Congreso de Almería y viene muy bien como testimonio del “caso” del que después se escribirá), ante el Monasterio de Veruela con resonancias becquerianas. Qué gusto ver a Antón tan contento y, en primer plano con camiseta blanca, a Peter Hartl, el pícaro parlanchín, inseparable del silencioso y sonriente Reinhard Gbúrek, a quien no sé por qué todos llamaban “Ricardo”.[61]

 

 

 

El tal “Ricardo” aparece en la segunda foto, también con camiseta blanca pero sin dibujos, ajeno a la explicación del profesor zaragozano que nos iba a introducir en el Castillo de Loarre, cuna del Reino de Aragón. Todas las suecas tan atentas y Ricardo, fascinado por los muros del castillo o los matorrales,  al margen del grupo. Se le había perdido Peter.

          La tercera foto me salió muy bien y se ve en el centro a don Manuel con doña Marga dialogando con el profesor. Nunca quedaba satisfecho con las explicaciones recibidas, tenía que seguir preguntando. Ahora estoy viendo en México a don Manuel, en una conferencia sobre las lenguas mayances, que fue larguísima, sesión plenaria en Jalapa, preguntando al profesor sobre pronunciación de fonemas extrañísimos y la gente sin atreverse a salir del hemiciclo pero horrorizada porque aquello no tenía aspecto de terminar rápidamente. Y ya puestos a hacer marcha atrás, vayamos a los tiempos de la Facultad, años 50 del pasado siglo, cuando don Manuel nos decía que Menéndez Pidal, después de una sesión de varias horas estudiando romances, preguntaba a los alumnos “¿verdad que esto es muy divertido?”

 

          Por cierto, contemplando la foto segunda veo detrás de una de las gemelas suecas, con blusa clara, chaqueta oscura, gafas y enorme bolso en bandolera, a la señora que me regaló la foto, no recuerdo su nombre. Era incansable, siempre iba con zapatones cómodos para no perderse nada. Modelo de congresista.

 

          Por no alargar el artículo prescindo de hermosas fotos realizadas en San Juan de la Peña y en Jaca.

 

          En aquellos parajes se cruzó con nuestro grupo una carrera ciclista y ello impidió a los autobuses subir a recogernos. Tuvimos que bajar  andando por una carretera con muchas curvas y enorme pendiente. Años después supe por mi médico que para bajar por esas pendientes tan pronunciadas hay que hacerlo andando en zig-zag. Por si alguien desconoce el dato a su disposición lo pongo. Lo pasé francamente mal bajando.

 

          Que regresamos todos sanos a Zaragoza doy fe y paso a comentar la segunda serie de fotos.

 

          La primera, una panorámica de la ciudad desde la Basílica del Pilar, para no ser de profesional me parece muy buena. Si no me alabo yo…

 

 

 

Preciosa la segunda con Éva en primer plano y otra persona al fondo que no logro reconocer. Bien enmarcada la entrada a la Diputación General de Aragón, foto tridimensional.

 

          Para quienes no me conocen les presento la foto en que yo disertaba sobre tema que no había escrito.

 

          Pensé asistir como oyente en aquella ocasión pero un problema  de última hora impedía a la profesora Morote Magán acudir a Zaragoza y exponer la Ponencia que tenía preparada. La buena amistad que nos une resolvió el asunto y me encargué de trasmitir su texto que versaba sobre canciones de tradición oral y era tan ameno que me permitió intercalar alguna observación de mi propia cosecha e incluso cantar.

 

          Y llegamos al “caso”. El para mí entonces casi desconocido “Ricardo” estaba sentado en la mesa individual de la cuarta fila al lado del pasillo. Y quedaba tan frente a mí que no tenía más remedio que estarlo viendo, no digo mirando porque el que miraba fijamente era él, con una sonrisa beatífica y a la vez enigmática, me estaba recordando a la Gioconda y me ponía nerviosísima.

 

          De repente -soy así de espontánea- interrumpo mi discurso y le digo algo desafiante: “Lo que daría por saber qué está usted pensando…”

 

El buen hombre se encogió un poco de hombros y quedó mudo. Unos segundos que se me hicieron eternos y salí del atolladero con un “sigamos”. Lo he comentado recientemente con doña Marga y ella recuerda que asistió a mi discurso pero no el detalle en cuestión. Es un alivio pensarlo. Espero comentario de Penina, que estaba más o menos en una de las primeras filas, al otro lado del pasillo. Si se llega a publicar este artículo y ella lo lee. ¿Recordará el incidente?

 

          Pasados los años, por Hartmut he sabido de la vida y andanzas de Ricardo y creo que no hubo nada de malicia en aquella sonrisa suya. Más bien timidez. Luis Chirinos mandó una carta colectiva para que los socios de AEPE se pusieran en contacto con Ricardo porque se encontraba muy solo. Le escribí mandándole un par de artículos algo divertidos pero no ha contestado. Sigue desconcertándome. ¿Cómo saber lo que hay detrás de un rostro? ¿Hasta qué punto conocemos a las personas con las que tenemos trato? ¿Nos conocemos a nosotros mismos? Y no sigo porque me voy a remontar a los griegos…   

  

 

 

15. ¿Dónde está el negro?

 

Era una tarde veraniega de 1952. Andaba yo por la calle llamada del Conde, hoy creo que de Pedro Ibarra, o tal vez Pere Ibarra. Es una calle estrecha y corta que une la Plaza de don Mariano Antón (cito callejero antiguo por la vinculación del pintor con mi familia) con la Corredera, arteria larga que va cambiando de nombre desde la plaza Mayor hasta la salida hacia Alicante.

 

          Vestía yo de luto riguroso por mi abuela Juana y lo llevaba con gusto porque adoraba a mi abuela y era la costumbre. Ya he dicho que era verano del 52. Mi atuendo, una falda recta estrecha y una blusa de seda artificial con escote ondulado en semicírculos muy graciosos a juego con los bordes  de las breves  mangas que dejaban los brazos al aire; con mucho aire debía andar pues un joven transeúnte que marchaba en dirección contraria, al pasar por mi lado exclamó: “¡Olé los angelitos negros!”[62]

 

          No me negarán que el piropo es lindo y propio del momento en que Antonio Machín popularizó la melodía.

 

          Este recuerdo me ha impulsado a navegar por Internet por si encontraba referencias actuales del pasado siglo.

 

          Mi asombro ha sido grande al comprobar cómo gustan y siguen editándose discos de Machín. Sobre todo los comentarios de gente de toda edad y condición, siempre positivos. Y no queda ahí la cosa pues se me ha revelado todo un mundo que mucho tiene que ver con la literatura española e hispanoamericana. Ya señaló Menéndez Pidal, como una de las características de nuestra literatura, la tendencia al trasvase de lo popular a lo culto y lo contrario. Pensemos en las letras para cantar de Lope de Vega incluidas en sus comedias y tomadas del folklore. O el caso contrario de romances cultos que el pueblo se apropia y circulan como anónimos en variantes.

 

          Volvamos al caso Machín. Siempre creí que la melodía “Angelitos negros” le correspondía en exclusiva. Autor y ejecutor de letra y música, con ella se hizo popular en España en los años 50 del pasado siglo. Este cubano universal nacido en Sagua la Grande en 1903, cuyo nombre completo era Antonio Lugo Machín, murió en Madrid en 1977. Recuerdo que tenía una Cafetería con su nombre en la calle de las Infantas, muy cerca de la Gran Vía, la calle hacía un recodo y salía junto a la Iglesia de San José. En la misma casa donde estaba la Cafetería, o quizá a su lado, estuve una vez hospedada con mi madre.

 

 

Carátula de un disco con 30 canciones, la primera Angelitos Negros

 

          He aquí que, navegando, encuentro la letra archiconocida de Angelitos Negros con un paréntesis previo que me deja intrigada:

Letra de Canción Angelitos negros de Antonio Machín

Angelitos Negros

01-Angelitos negros
(Alvarez/Maciste/Blanco)

 

Pintor nacido en mi tierra
con el pincel extranjero
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos

Aunque la Virgen sea blanca
píntame angelitos negros
que también se van al cielo
todos los negritos buenos

Pintor, si pintas con amor
por qué desprecias su color
si sabes que en cielo
también los quiere Dios

Pintor de santos de alcoba
si tienes alma en el cuerpo
por qué al pintar en tus cuadros
te olvidaste de los negros

Siempre que pintas iglesias
pintas angelitos bellos
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro

Pintor, si pintas con amor
por qué desprecias su color
si sabes que en cielo
también los quiere Dios

         

¿Qué significa  (Álvarez/Maciste/Blanco)? Todo un mundo se me abre para desmontar mi idea de que solo Machín fue el responsable de la canción. Falsamente le atribuí letra y música cuando se limitó a cantarla, muy bien por cierto, y difundirla por todo el mundo. Observo que el paréntesis invita al equívoco, a pensar en tres personas cuando se trata solo de dos. “Maciste” es el nombre artístico de Manuel Álvarez Rentería nacido en Tequila, en 1892 y fallecido en ciudad de México en 1960. Fue el autor de la melodía inspirándose en un poema del político y poeta venezolano Andrés Eloy Blanco (Cumaná 1896-México D.F. 1955). Es curioso comprobar la casi coincidencia en la trayectoria vital de ambos personajes, e incluso el hecho de haber fallecido en la misma ciudad. Más curioso todavía que estén implicados en la historia tres países hispanoamericanos próximos y caribeños.

          Se ha producido el salto de lo culto a lo popular del que hablamos antes, fenómeno antiguo, que aplicado a los últimos tiempos vemos anticipado al otro lado del Atlántico en la primera mitad del siglo XX y florecido en España algo después con la presencia de cantantes que se sirven de los poetas contemporáneos para difundir sus letras. Baste con citar a Juan Manuel Serrat y su popularización de Antonio Machado, Miguel Hernández o Alberti.

          Muy curioso el caso de “Angelitos negros”. No he podido encontrar libro de Andrés Eloy Blanco y tengo que servirme de las letras difundidas en distintos portales de Internet, no siempre coincidentes. Me decido por la más extensa por lógica y porque es la que aparece al pie de un mural enorme en Caracas. La letra es tan pequeña que opto por incluir por separado el mural y la letra a una columna y no a tres como aparece junto a la plaza dedicada al poeta. 

          Pero antes veamos al sonriente Álvarez “Maciste” que nació cuatro años antes que el venezolano, aunque murió cinco después.

 

 

 

 

 

 

 

Manuel Álvarez Rentería , “Maciste”, (Tequila,Jalisco,México 1892- México D.F. 1960)

 

          Esto de Internet ofrece muchas imprecisiones, datos no contrastados. Leo en un trabajo:[63] “una canción de Antonio Machín cuya versión musical era, al parecer, de M. Álvarez Maciste”. ¿Cómo se puede decir “al parecer” cuando en tantas páginas dedicadas a este sonriente señor lo dan por seguro y cierto y con fecha de la composición, 1946? Mi amor a México se rebela y lanza un cuarto a espadas a favor de Maciste que, además, tuvo el acierto de marchar a Ciudad de México abandonando sus primeros estudios musicales de Mérida. Se fue huyendo del calor de Yucatán. Quien lo ha soportado lo entiende.

          Vayamos a Venezuela.

Píntame angelitos negros

Píntame angelitos negros deAndrés Eloy Blanco
Mural en la plaza Andrés Eloy Blanco
en el centro de Caracas

Sigue el texto más completo que he logrado localizar en Internet:

 

PÍNTAME ANGELITOS NEGROS


Andrés Eloy Blanco

¡Ah mundo! La negra Juana,
¡la mano que le pasó!
Se le murió su negrito,
sí, señor.

- ¡Ay compadrito del alma,
tan sano que estaba el negro!
Yo no le acataba el pliegue,
yo no le miraba el hueso;
como yo me enflaquecía,
lo medía con mi cuerpo,
se me iba poniendo flaco,
como yo me iba poniendo.
Se me murió mi negrito;
Dios lo tendría dispuesto;
ya lo tendrá colocao
como angelito del Cielo.

-Desengáñese, comadre,
que no hay angelitos negros.

Pintor de santos de alcoba,
pintor sin tierra en el pecho,
que cuando pintas tus santos
no te acuerdas de tu pueblo;
que cuando pintas tus Vírgenes
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro.

-Pintor nacido en mi tierra,
con el pincel extranjero;
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.

No hay un pintor que pintara
angelitos de mi pueblo,
yo quiero angelitos blancos
con angelitos morenos.
Ángel de buena familia
no basta para mi cielo.

Si queda un pintor de santos,
si queda un pintor de cielos,
que haga el cielo de mi tierra
con los tonos de mi pueblo,
con su ángel de perla fina,
con su ángel de medio pelo,
con sus ángeles catires,
con sus ángeles morenos,

con sus angelitos blancos,
con sus angelitos indios,
con sus angelitos negros,
que vayan comiendo mango
por las barriadas del cielo.

Si al cielo voy algún día,
tengo que hallarte en el cielo,
angelitico del diablo,
serafín cucurusero.

Si sabes pintar tu tierra,
así has de pintar tu cielo,
con su sol que tuesta blancos,
con su sol que suda negros,
porque para eso lo tienes
calientito y de los buenos.
Aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.

No hay una iglesia de rumbo,
no hay una iglesia de pueblo,
donde hayan dejado entrar
al cuadro angelitos negros.
y entonces, ¿a dónde van,
angelitos de mi pueblo,
zamuritos de Guaribe,
torditos de Barlovento?

Pintor que pintas tu tierra,
si quieres pintar tu cielo,
cuando pintas angelitos
acuérdate de tu pueblo,
y al lado del ángel rubio,
y junto al ángel trigueño,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.

          Encomiable la tarea de “Maciste” al reducir estos ochenta versos a seis estrofas de cuatro. El espíritu del poema se mantiene razonablemente.

El poeta y político Andrés Eloy Blanco

 

(Cumaná,Venezuela 1896-México D.F. 1955)

 

          Y terminamos la historia con la fotografía del “primer autor”, llamémosle así de “Píntame angelitos negros”.

 

          Qué tendrá que ver lo escrito hasta ahora con la pregunta retórica del artículo.

 

          Paciencia, lector.

 

          Cierto día y no de 1952 sino de 2010 una amiga, lectora entusiasta de los Cuadernos de CAVISUR, -es bueno contar con lectores amigos si no nos envanecen sus juicios- me dijo algo así como: “Carmen, pienso que si algún joven lee en TONOS tus artículos creerá que eres una ancianita que ha contratado un negro para que le escriba lo que ella le va contando  a retazos y con imprecisiones; es demasiado joven y fresca tu escritura para que alguien, que no te conozca ni por referencias, se “trague” que lo escribes tú a tu edad, que por todos los textos vas publicando con tanta precisión en las fechas.” La carcajada por mi parte se debió oír hasta en América -lo hablamos por teléfono-.

 

          En busca de refutación anduve al DRAE electrónico y me encontré con que la entrada NEGRO,-A, era “artículo enmendado” y que los Académicos se habían empleado a fondo en el asunto. Hay veinte acepciones distintas, numeradas, más quince locuciones en las que el adjetivo cobra matices semánticos específicos, más setenta referencias a acepciones específicas cuando el adjetivo se une a determinados sustantivos; oveja negra, té negro, lista negra, caja negra, dinero negro, mercado negro…

 

          Puedo haberme equivocado en el recuento pero será por poca cosa, remito al curioso para la comprobación.

 

          Es evidente que mi amiga empleó NEGRO en función sustantiva, la que aparece en la acepción “17. m. Persona que trabaja anónimamente para lucimiento y provecho de otro, especialmente en trabajos literarios.” A ese “negro” se refería.

 

          Muy útil ha sido el recurso al DRAE dado que el término, sometido a enmienda, está muy actualizado.

 

          Y pocos días después de que yo hubiera decidido hacer esta consulta, providencialmente encontraba una autoridad que refrendase mi decisión. No podía imaginar doña Marga mi alegría -no se la manifesté en el momento- al escuchar por teléfono el relato de su primer encuentro con el maestro Azorín. Rememoraba ella con deleite su emoción el día que su esposo, el profesor Muñoz Cortés, la acompañaba, en Madrid, a casa del escritor alicantino, mi casi paisano, ya viejecito. Hablaron de muchas cosas, la conversación amena y distendida; de repente la pregunta inevitable de don Manuel: ¿en qué se ocupa ahora, maestro, tiene entre manos nuevo libro? Contestó que le cansaba escribir, que no le interesaba, más bien leía. -¿Y qué lee?

 

–Leo el diccionario, no saben lo que se aprende. Imagina, me decía doña Marga, un escritor con tan amplio y seleccionado vocabulario, acudiendo al diccionario, me asombró su respuesta. Y yo pensando en lo oportuno de la anécdota en el siglo XXI.

 

 Como Azorín, leo en el diccionario.

 

          No busquen los suspicaces al innominado negro contratado por mí, ¡¡El negro soy yo desde 1952!! Aunque, a los ochenta, vaya vestida de blanco, de verde o azul. Testigo, Juana Teresa, que por algo tiene nombre mi computadora.

 

F I N



[1] Imagen tomada de Internet

[2] Adjunto recibido en un correo electrónico

[3] Portada edición del Quijote, París, 1622, tomada de www.qbi2005.com

[4] Foto CAVISUR

[5] V. TONOS, 22, 2011,TINTERO, “Escritora y andariega”

[6] Con lo cual quedaría truncado el proyecto de llegar al nº 10, evocador de la Primera Serie de los Episodios galdosianos, mis Cuadernos, mínimos episodios particulares.

[7] He recibido por c.e. un enlace para escuchar y ver el traslado del Cristo por los legionarios después del Vía Crucis en la JMJ de Madrid, agosto, 2011. Se oye completa la canción.

[8] Revista “EL TALLER DEL ORFEBRE, Talavera de la Reina, marzo, 2009

[9] A título de curiosidad, transcribo la referencia a un libro de este autor: “Futuro del arte sacro” (Bilbao, 1978) obra con la que obtuvo el premio “Adolfo Muñoz Alonso” en la Feria Nacional del Libro de Valladolid(12-5-1978), premio otorgado por la Institución Cultural Simancas”. Cita literal, homenaje a mi maestro en la Universidad de Murcia. Perpetuado su nombre en este premio, querido don Adolfo.

[10] Artículo publicado en FESTA D’ELIG, nº 21, agosto, 1961, Revista anual patrocinada por el Ayuntamiento de Elche y el Patronato Nacional de “El Misterio de Elche”. Dirigida por D. Antonio Sánchez Pomares desde su fundación hasta 1967

[11] Foto que ilustra el artículo en la Revista

[12] Foto tomada del programa anunciador de las representaciones extraordinarias del “Misterio de Elche” en noviembre de 1972, aniversario de la Proclamación del Dogma de la Asunción de la Virgen

[13] FESTA D’ELIG, 1961.Foto que ilustra el artículo “Santo Tomás, Apóstol de las Indias” de Monseñor A. Torregrosa Sáiz

[14] He de poner de relieve mi agradecimiento al Director de la Revista por haber solicitado mi colaboración cuando era una joven profesora -él lo fue mío en el Bachillerato- y darme la oportunidad de compartir índice con personalidades como César González Ruano, Manuel Alcántara, Eugenio Montes, Alfredo Marqueríe, Eugenio d’Ors, don Andrés Sobejano, don Adolfo Muñoz Alonso (no puedo evitar el don al citar a mis maestros)…..

[15] Utilizo la Segunda edición, Asociación de Editores del Catecismo, 1992

[16] FESTA D’ELIG, nº 14, agosto, 1954, foto que aparece, junto a otras dos con breve texto anónimo que termina así: He aquí tres instantes de ese maravilloso drama sacro lírico, el último de los cuales recoge den impresionante verismo la apoteosis de la coronación de la Virgen.¡ Que Ella salve siempre a esta laboriosa ciudad!

[17] V. TONOS, 22, TINTERO, Cuaderno de CAVISUR nº 6, romance La magia de un nombre incluido en el artículo 11. “Extremadura”

[18] V. LA VERDAD, edición Albacete, 6, abril, 1989, pág. 13

[19] “Crónicas de dos siglos”, Albacete, 2003, págs. 153-54

[20] No me explico por qué omití el nombre del comentarista tratándose de persona Licenciada por la Universidad de Murcia y muy vinculada a su Distrito, José Calero Heras

[21] Otra larga historia publicada en VIVOS EN MI PALABRA (Verso y prosa), Albacete, 2001, págs.151-166

[22] Reconocerá el lector de buena memoria a la sobrina de don José Andreu, protagonista principal de mi artículo nº 7, Aumenta la nómina, publicado en TONOS 21, TINTERO, “A mis soledades voy…”, Cuaderno nº 5 de CAVISUR

[23] V. Cuaderno antes citado, art. Nº 1, A la sombra de Lope

[24] V. TONOS, 22, TINTERO, Cuaderno nº 6, “Escritora y andariega”, art. Vivir de milagro

[25] VOLVER A CERVANTES, Antonio Bernat Vistarini (ED.) ACTAS DEL IV CONGRESO INTERNACIONAL DE LA ASOCIACIÓN DE CERVANTISTAS, Lepanto 1/8 octubre 2000.Universitat de les Illes Balears, Palma, 2001

[26] Esta estadística dice muy poco. Pienso en el único congresista de Inglaterra, el profesor Close, recientemente fallecido, que valía por mil.

[27] No sospecharía entonces Pepe Montero que la inesperada muerte del fundador lo llevaría a presidir la AC. Y aún sigue. Martín Morán, asturiano afincado en Turín, es hoy también miembro destacado de la Asociación. Se lo han ganado a pulso

[28] Mª Rosa Palazón, profesora de la UNAM, llevó tres acompañantes, su esposo y los dos hijos, sigo con ellos cordial comunicación. Ella tiene ascendientes murcianos.

[29] No sabía yo entonces que era religioso agustino, Javier Campos, Director del Colegio Universitario María Cristina de El Escorial, otro buen amigo desde Lepanto. De él escribí al escuchar su Comunicación: Expone con soltura .Me gusta su estilo. Y no me equivocaba.

[30] Recomiendo al lector una visita a la web del Ayuntamiento de Ayna, se la llama “la Suiza manchega”.

[31] V. TONOS, 21, TINTERO, Cuaderno de CAVISUR nº 5, “A mis soledades voy…”

[32] V. “Crónicas de dos siglos”, Albacete, 2003, págs. 53-56 

[33] V. TONOS, 22, TINTERO, Cuaderno de CAVISUR nº 6, Art. Anticipando un centenario

[34] A mi buen amigo Carlos Romero debo esta expresión italiana para designar el mundo más allá de la muerte. Me ha gustado.

[35] Por cierto, actual y oportuna la mención a don Marcelino en el centenario de su muerte cuando estoy transcribiendo.

[36] No he podido resistir a la tentación de subrayar las últimas líneas, está don Ángel vivo ante mí.

[37] V. mi libro VIVOS EN MI PALABRA(Verso y prosa), Albacete, 2001, págs. 97-102

[38] V. Tomo II, siglo XX, pág. 1919

[39] Como siempre, encuentro en el momento oportuno un amarillento folio, copia en papel carbón de la carta  original. Sálvelo la Informática.

[40] Excepción hecha de caballeros como don José María Martínez Cachero que siempre se despedía en sus cartas como “colega y amigo”, otra amistad y trato que tanto he agradecido por generosa.

[41] Debo la precisión de estos datos no a Internet sino a la amable y siempre rápida respuesta a  mis preguntas de Javier Díez de Revenga.

[42] V. en Internet Adolfo Muñoz Alonso, “Filosofía de la poesía”, facsímil del original impreso en las Actas del citado Congreso, Buenos Aires, 1950, Tomo III, págs. 1524-1531

[43] Ella guardaba copia de un artículo publicado en “La estafeta Literaria”, nº 548, 15 de septiembre de 1974, con varias fotografías y la crónica de la repentina muerte de don Adolfo. Le he agradecido que me enviara fotocopia.

[44] Ya aludida en el nº 4 de este mismo Cuaderno, “Los ángeles del Misteri”

[45] Curiosamente al dorso de esta página de la Revista hay publicidad de las Empresas ilicitanas que sufragan en parte los gastos de impresión y leo una nota manuscrita por mí señalando con una flecha un recuadro: “Es la empresa de mis tíos ya desaparecida. Tiene gracia.”

[46] Es evidente que cuando don Adolfo escribía aún no se había inaugurado el Aeropuerto de El Altet, conocido por de Alicante pero ubicado en término municipal de Elche.

[47] Foto tomada del PERFIL dedicado a Don Andrés en TONOS, 13, por F. Javier Díez de Revenga

[48] V. el citado PERFIL en TONOS,13, julio, 2007

[49] Ahora prefieren llamarlas “representaciones extraordinarias” ya que a la clásica del día 13 suelen preceder otras dos en sesión nocturna.

[50] V. Luis Garay, “Una época de Murcia”. Academia Alfonso X el Sabio, Murcia, 1977, pags. 239-42

[51] Páginas de la Revista FESTA D’ELIG, nº 21, con el poema de Don Andrés

[52] V. Carmen Agulló Vives, VIVOS EN MI PALABRA (Verso y prosa)” 2001, págs. 23-26

[53] En el Cuaderno nº 5, TONOS, 21, TINTERO, hago alusión a este viaje en el cap. 11 “Calderón de la Barca a escena”

[54] No es tanta la memoria, aunque la tengo buena, para situar cronológicamente al artista argentino sin recurrir a Internet

[55] La crónica da noticia del fallecimiento del cantante ese mismo día en Madrid, a los 73 años

[56] V. Agulló Vives.(2001) O.C. págs.57,59-62

[57] Se accede a ella si entramos por la puerta del Patio de los Naranjos frontera a la Torre y seguimos en línea recta hasta el fondo. Esta capilla data del siglo XV, se conservan en ella azulejos de ese tiempo, y se llamó antes Capilla de San Esteban. Hay un cuadro de San Bartolomé que justifica el cambio de nombre. En el siglo XIX la familia Góngora des cubre restos de un antepasado y desde entonces se hace cargo de la capilla. Los restos de Don Luis se trasladaron en 1858 y la actual urna que los conserva se construyó en 1993.

[58] Tremendo fallo de mi memoria; es que esto de los “grupos” es traicionero. Cofundador del grupo “Cántico”, nada menos, este señor. De hecho, aunque poeta, lo suyo es la pintura. Hasta lo he visto en un You Tube entrevistado. Medalla de Oro de Andalucía, etc. etc. Y no solo está en Google, también en el Valbuena.

[59]  Releído el romance ¡qué anacrónico resulta el “usted” dedicado a Góngora! Pero ¿quién es el guapo que intercala un “vuestra merced” -y aún sería rebajar el tratamiento- entre los octosílabos?

[60] V. TONOS, 22, TINTERO, “Escritora y andariega”, Art. El emigrado

[61] Vista la etimología de Ricardo ya lo entiendo. Es palabra de origen germánico y se asocia a Reynaldo. Traducción, pues, de su nombre alemán.

[62] ¿Cómo no recordar aquí el releído y subrayado libro de Werner Beinhauer “El español coloquial”, (Madrid, 1968, es la edición que tengo, la segunda, aumentada y actualizada…hace más de cuarenta años) con el que tanto he disfrutado?

[63] Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona. Vol. IX, nº 550, 5, diciembre, 2004. Trabajo de Francisco Escamilla Vera sobre Andrés Eloy Blanco