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MISCELÁNEA DIALECTOLÓGICA
Francisco Gómez Ortín
(Universidad
de Murcia)
ÍNDICE
I.-
En pro de la presunta preposición CA ‘en casa de’.
II.-
Almojábana/almojábena.
III.-
Camisa y camisón: un caso disémico de género.
IV.-
Trapería en Murcia.
V.-
Apéndice: Bio-bibliografía del P. Fermín María, ofm.
I
EN
PRO DE
Cuando
oigo el machacante anuncio sobre el correcto uso de los contenedores (¡hay que echar el papel en el azul, los envases en el
amarillo, el vidrio en el verde, en
vez de al azul, al amarillo, al verde),
se me alegran los entresijos de viejo latinista, al ver cómo persiste, a lo
largo de dos milenios, el régimen latino de in con verbos de movimiento. Y es
que hay, en español, un grupo de verbos muy corrientes que conservan aferrada
la prístina preposición latina en,
sin perjuicio de que modernamente avanza el uso alternativo de la partícula a.
Tales son: meter en un cajón, caer en
un pozo, saltar (desde un barco) en tierra, en el agua, lanzar en el mar, en la piscina, arrojar, y otros sinónimos o afines. El
antes mencionado echar equivale a ‘mover
o trasladar algo de un sitio a otro’; y tiene múltiples usos: echar en olvido, echar en saco roto, y recuerdo la oración popular: “Como me echo en
este lecho, me echaré en la sepultura, a la hora de mi muerte…”. Tocante a ir, antaño se empleó con en, como en latín in (“Sea la conclusión que vaya quien quisiere en la corte”
(Guevara, Menosprecio, 11). Hoy, solo
hallamos tal construcción en el caso peculiar que nos ocupa, ir en ca(sa).
Cuanto
a encomendarse, que antes regía en (encomendarse en
En
lo concerniente a entrar, posiblemente
sea este verbo el que se mantenga más apegado al originario régimen latino in ‘en’, que todavía seguimos usando, sin
percatarnos de ello; pero, imperceptiblemente, se viene introduciendo la sucedánea
preposición a, por mera analogía con
la doble construcción aceptada en otros verbos de movimiento, como ir y
similares (entrar en/a casa). Ejemplos clásicos: «Se atrevió Rincón a entrar en
una sala baja» (Cervantes, Rinconete y Cortadillo).
«Entraron los Cardenales en conclave» (Mariana, Historia de España). “Había porfiado por estorbarles la entrada en
México” (Sandoval, Historia de CarlosV).
Obviamente,
a todos estos usos y variantes formales de la partícula ca
(a/en ca), hasta aquí señalados, hay que añadir el
empleo general castellano de en con
sentido estático o de situación (calco del in latino con ablativo): “Estoy (en)
ca mi hermano”. No es acertado decir que solo este
uso es correcto, y que decir “voy en ca mi hermano”
es uso indebido, como afirma T. Chacón (Habla
de Roda). Habría que decir, más bien, que “voy en ca
mi hermano” es una excepción, o un arcaismo, pero no
una incorrección.
Respecto al vocablo casa
(apocopada en ca < cas), ¡quién le iba a decir a
la humilde voz latina casa, ‘choza,
chabola’, que desbancaría a domus en todas las lenguas neolatinas (incluído el rumano)! Los verbos de movimiento, como ire o vadere, regían en
latín in con acusativo, de ahí el arcaismo latinizante “voy en casa de”. Salvo en este caso,
suena extraño en español moderno el régimen “ir en”, y se prefiere “ir a”.
Tiempo
atrás ya me interesé por la precita locución ca en un
artículo de 1974, Limosna para la ca, recogido en mi obra Filologando (Murcia, 2010, 300). Hoy,
abundando en aquella idea, me explayaré en propugnar su uso como preposición.
Aún es muy fuerte la prevención de las gentes cultas sobre la partícula ca, que se siente muy vulgar y por lo mismo queda
estigmatizada en el habla media normal.
VARIANTES MORFOLÓGICAS DE “CA”, ‘CASA’
Cuatro
formas presenta la partícula prepositiva vulgar ca, ‘casa’ con sentido de
movimiento, según variedades diatópicas:
a)
Después de “en”: voy en ca mi hermano. Esta sería la
forma primigenia (en casa de), trasvasada
del latín: “vado in casam (domum)
germani mei”. El matiz
especial de in con acusativo y verbo de movimiento denotaba la intención de
entrar en la casa (voy hasta la casa de mi hermano)
b)
Después de “a”: voy a ca mi hermano. Sería también un
calco del latín: “vado ad casam (domum)
germani mei”. DAlmeriense: “Me voy a ca Pedro”.
El valor especial de ad con acusativo y verbo de movimiento indicaba dirección
(voy hacia la casa).
c)
Sola “ca”: voy ca(sa) mi hermano. Elisión de ambas partículas (en y a), por
sentirlas muy rústicas.
d)
Forma rústica “an ca”, por
redundancia y fusión de “a” más “en” (a
en ca): voy an ca mi hermano < voy a en ca mi
hermano.
Curiosamente
los que usan cualquiera de estas cuatro
modalidades suelen tachar de incorrectos a los que utilizan las otras tres.
e)
Hay que añadir a estas cuatro formas una quinta fórmula sintáctica, el
argentinismo vulgar con elipsis total: “Voy del médico”, ‘Voy (a casa) del
médico’.
El
hablante medio, al ver reprobada la partícula ca
‘casa’, se ve forzado a recurrir al adverbio relativo donde, en función preposicional,
(Voy donde mi hermano), pudiendo tener una locución ad hoc,
breve y sonora.
TESTIMONIOS GRAMÁTICO-LEXICOGRÁFICOS
(1533) Juan de VALDÉS: «También dezimos en cas del
por en casa del» (Diálogo de
(1534)
Alejo de VENEGAS: «A un Hombre Dios le truxessen de
cas de Caiphás a cas de Pilatos”)» (Agonía, punt.
6, cap. 11. en Diccionario de Autoridades).
(1610) Lope DE VEGA CARPIO: «Mañana en cas de
la hermosa» (El acero de Madrid).
(1628) Juan RUIZ DE ALARCÓN: «En cas de mi
amada bella» (Las paredes oyen).
(1634)
Lope DE VEGA CARPIO: «Canción, si acaso vas a passearte
/ al prado o a otra parte, / pássate por en cas de un
alojero, / y dile cómo muero» (Rimas
humanas y divinas del Licenciado Thomé de Burguillos,
en Diccionario de Autoridades)
(1693)
Juan Francisco AYALA MANRIQUE: «En estilo baxo y
plebeyo suelen quitar la última a de la palabra casa. No deve
usarlo ninguno que hable medianamente» (Tesoro
de
(1729) R. ACADEMIA ESPAÑOLA: «Cas. s. f. Lo mismo que Casa: y aun así se dice en
muchos lugares, hablando con poco reparo y abreviando la pronunciación» (Diccionario de Autoridades). – Recalco
lo de “muchos lugares”, “con poco reparo”.
(1891)
Octavio PICÓN: «en ca el tapicero» (Dulce y sabrosa. Madrid, Cátedra, 1990,
320) 1ª ed. 1891.- Por supuesto, el autor quiere calcar el lenguaje del pueblo.
(1897)
Benito PÉREZ GALDÓS: «en ca los Paúles» (Misericordia. Madrid, Alianza, 2004, 21). 1ª ed. 1897; «en ca el sacristán» (O. c., 22). – También Galdós
pretende imitar el habla popular.
(1924)
Juan MONEVA Y PUYOL: «ca. apóc. de casa. “ca la coja”, en casa de la coja. “a ca
la coja”, a casa de la coja. Chipriana, Quinto (Avenia, Avilla)» (Vocabulario
de Aragón. ms. 32-D de
(1932)
Justo GARCÍA SORIANO: «ca. Contracción de casa (fam.
y vulg.): “ir ca la
madrina”» (Vocabulario del Dialecto
Murciano. Madrid, RAE., 1932).
(1951)
Antonio ALCALÁ VENCESLADA: «Ca. Casa, significando en casa o a la casa de fulano. “Voy ca Juana
(1959)
Emilia GARCÍA COTORRUELO: «
(1960)
Ginés GARCÍA MARTÍNEZ: «Apócope: ca por ‘casa’ (en
frases como “en ca María”, “en ca’l
tío Perico”, “ca
(1962)
Ramón MENÉNDEZ PIDAL: «(La a final se
conserva). Pero, “También en proclisis se pierde la a en las frases anticuadas cas de (hoy vulgar en ca’e fulano) y a guis de» (Manual de Gramática Histórica. Madrid,
Espasa-Calpe, 1962. 11ª ed., p. 79).
«Las preposiciones latinas perdidas son ab,
ex; apud, sustituida por caput cabo o
en cas de (vulgar en ca’e)» (O. c., p. 337).
(1966)
María MOLINER: «ca. casa popular» (Diccionario
de Uso del Español. Madrid, Gredos, 1966). – Sin marca diatópica
alguna.
(1969) Felipe PALACIOS: «Léxico: “Voy en ca Manuel” (casa)» (Estampas
de mi tierra, Águilas. Murcia 1969, 70).
(1970)
R. ACADEMIA ESPAÑOLA: «Cas. Casa. Hoy sólo tiene uso entre gente del pueblo»
(DRAE, 1970). – Creo que
(1974)
Francisco GÓMEZ ORTÍN: Limosna para la ca, artículo publicado en Idealidad, revista de
(1974)
José GUILLÉN GARCÍA: «ca. Contracción de casa» (El Habla de Orihuela. Alicante, Instituto de Estudios Alicantinos,
1974).
(1978)
Pedro YUNTA MARTÍNEZ, profesor de EGB: «Típico de Cuenca, capital, es el uso de
la expresión “ir en ca fulano”, en lugar de la
correcta “ir a casa de fulano”» (Conquensismos. Cuenca, Caja Provincial de Ahorros, 1978,
93). - Es falso que la locución ir en ca sea
incorrecta, y correcta ir a casa. Ambas son correctas-
(1979)
Manuel Antonio MARCOS CASQUERO: «ca. Casa. “En ca
de”, en casa de; “an ca
de”, a casa de. Frecuente en toda la
provincia» (Habla de Béjar.
CSIC, U. Pontificia de Salamanca, 1979, 48). Sin embargo, A. LLORENTE no la
nombra en el Habla de
(1981)
Teudiselo CHACÓN BERRUGA: «En casa de y A casa de, a
modo de frases prepositivas, sufren estas anomalías en la conversación: 1.
Pierden las dos preposiciones, quedando solo el vocablo casa, que, además, se ha
desgastado, convirtiéndose en “ca”: (en) ca (sa) (de), (a) ca (sa) (de): Estoy ca
(1981)
José Luis CALERO LÓPEZ DE AYALA: «Ca.- (Cueva del Hierro, Santa María de Val, Tejadillos). Como sustantivo, casa: “voy en ca Pedro”, “s’ha ido en ca su madre”. Con tal
significación tiene auténtico valor dialectal, puesto que en estos pueblos aún
conserva el sentido arcaico equivalente a ‘casa de’ El DRAE incluye cas como apócope de casa, que Corominas
explica como consecuencia de la pronunciación rápida y descuidada, cuyo
resultado es la locución prepositiva ‘en cas de’ (a cas de)» (El habla de Cuenca y su Serranía.
Cuenca, Diputación Provincial, 1981).- «Frase hecha. (Poyatos). An ca´l: “Voy an ca’l hijo un ratillo” (a casa
del hijo)», p. 56.
(1983)
José S. SERNA HERNÁNDEZ: «ca. (Apócope
de casa) Entre el vulgo, dícese de la casa que habita alguien distinto de quien
habla. Se dice: “Vengo de mi casa”. Y
“voy ca Perico”, “estaba Antonio ca
su tía”, etc. (Admitido por
(1984)
Rafael ANDOLZ, sj.: «ca:
apócope de casa (“boy ta ca
Pilar”)». (Diccionario Aragonés. 2ª
ed. Zaragoza, Librería General, 1984). -
Ta es aféresis de ata, arabismo, de “hattá”, ‘hasta’. (F. Corriente, Diccionario de Arabismos en Iberoromance,
1999, ata).
(1985)
Antonio CERDÁN CASADO: «Expresiones, modos y giros. “Voy en ca
María”. Frase que se utiliza con frecuencia. Correctamente sería “Me voy a casa
de María”» (Glosario aguileño.
Águilas (Murcia), Ayuntamiento, 1985, 95).
(1986)
Olga Josefina DÍAZ GONZÁLEZ: «en. Se emplea en la frase “a casa de” o “en casa
de”. Ej. “Foi a ca
Encarna”. “Fumus a a en ca Manolu”. “Tuvi
en ca’l Páxaru” (Estuve en
casa del Pájaro). “Tamus en ca
Marcela” (El Habla de Candamo. Aspectos morfosintácticos
y Vocabulario. Oviedo, Universidad, 1986, 141)
(1986)
Ángel SERRANO BOTELLA: «enca. En casa de. Ej. “Cuando
vengas estaré enca el Antonio» (El Diccionario Icue de Cartagena.
Cartagena 1997, 135).
(1987)
Joan PIERSON BERENGUER: «CA. ‘A casa de,
en casa de’. “A su Anica mandó /ca un gitano” (p.
142). “Ve tú también / ca’l Baldao”
(p. 228). “es que ca el tío Facundo” (p. 525). “voy ca Juana
(1988)
Rafael LAPESA: «El habla vulgar y rústica.- En las partículas quedan formas y
empleos arcaicos: dempués, dende, cuantimás, “ir en casa de”» (Historia de
(1990)
José Luis PÉREZ MAESO: «Ca. Contracción de la palabra casa. Normalmente va
precedida de la preposición en o a» (Diccionario
Torrevejense. Torrevieja (Alicante), Ayuntamiento, 1990).
(1991)
Francisco José RUEDA CASSINELLO: «Aquí se utiliza mucho como contracción de
casa (Ej. “Me voy a ca Pedro”) (Diccionario Almeriense. 2ª ed. corregida y aumentada. Almería,
(1991)
Francisco GÓMEZ ORTÍN: «ca. prep. A casa de, en casa de, de casa de. Ús. t. con las partículas a, en, de antepuestas. Cehegín: “Voy ca mi hermano”. Caravaca (campo): “Voy en ca mi hermano”. “Y él para calmar la pena,/ con el Juan de
(1991)
Patricio MOLINA FERNÁNDEZ: «ca. a casa. Contracción de a quiasa.
“Voy a ca la tita”. – en casa. Contracción de en quiasa. “Estoy en ca Perete”» (Parablero Murciano.
Murcia, Ed. Mediterráneo, 1991).
(1991) DCECH (Corominas-Pascual): «No existía
antiguamente, por lo menos como hoy la entendemos, la oposición entre “en” como
propia de los verbos que indican estancia en un lugar y “a” para acompañar a
los de movimiento: pasar en, llegar en, subir en están en el G. de Alfarache; retirarse
en, echar en, caer en figuran en Pérez de Hita con usos discrepantes de los
modernos; caer en, hablar en el oído, en el Quijote; en
(1992)
Manuel ALVAR - Bernard POTTIER: «in latino + acusativo (in portum
accedere = entrar en el puerto; in horas =de hora en
hora; in altitudinem = en altura; mutare
in = cambiar en)… En cuanto al en + acusativo para indicar el ‘término de un
movimiento’, se perpetuó su uso durante siglos, y así había // casos en los que el verbo exigía
el régimen (entró en), pero otros –reemplazados tardíamente- mantuvieron la
preposición aun después de haberse reestructurado el sistema español: se decía
subir en (Cid), passó en Mallorca, cayole en tierra
(Egipciaca)» (Morfología Histórica del
Español. Madrid, Gredos, 1992,
296-297).
(1992)
Ana Mª VIGARA TAUSTE: «Cambio en el empleo de preposiciones.- Este cambio
tampoco impide normalmente la comunicación, por más que, tomadas al pie de la
letra y descontextualizadas, las expresiones en que este fenómeno tiene lugar
pueden parecer absurdas. El hablante sale del paso usando por aproximación de
sentido, la preposición posible que tiene más a mano, sin detenerse a buscar la
correcta. Naturalmente, esto suele ocurrir con las preposiciones más usuales y
vacías de contenido (a, de, en…), que dependen directamente del contexto
(comunicativo) para “significar”: “Voy en
casa de Diego”» (Habla de Madrid) (Morfosintaxis del Español Coloquial.
Madrid, Gredos, 1992, 285).
(1993)
Eugenio MIGUÉLEZ RODRÍGUEZ: «fem. “En (an) ca de…” En (a) casa de… L-MARA, L-SANT, L-VILL. Apócope de casa.
S-REBO» (Diccionario de las Hablas
Leonesas. León, 1993). L-Mara es El
dialecto vulgar leonés hablado en Maragatería y tierra de Astorga, de
Santiago ALONSO GARROTE (Madrid, CSIC, 1947).
L-Sant es El habla leonesa de
Santibáñez de
(1995)
Pilar MONTERO CURIEL: «ca. Casa, en la expresión an ca ‘a, en casa de’» (Vocabulario de Madroñera (Cáceres).
Cáceres, Universidad de Extremadura, 1995).
(1995)
Emilio NÁÑEZ FERNÁNDEZ: «en ca. En algún caso podría ser considerado como
pervivencia de la construcción latina ire in domum.
Solecismo por ir a casa. Uso clásico español. Hoy es empleo rústico» (Diccionario de construcciones sintácticas
del español. Preposiciones. Madrid, Universidad Autónoma, 1995, 522).
(1998)
Instituto CARO Y CUERVO, de Bogotá (Colombia): «EN, prep. que representa la del
latín in. En esta lengua dos eran los
sentidos fundamentales y dos las construcciones primarias. Construíase
con acusativo y entonces el sentido era el de Dirección hacia un lugar, o bien
señalaba el punto al que la acción venía a parar, gr. “eis”,
implicando la idea de movimiento; o bien
se construía con ablativo y entonces el sentido era el de Lugar en que
se realiza la acción, o bien señalaba el
punto en que cesa el movimiento, gr. “en”, implicando la idea de reposo. En uno
y otro caso la preposición podía referirse ya al espacio, ya al tiempo, y
además usarse en sentido traslaticio. El español ha creado una gran variedad de
construcciones y matices de significación. Asimismo, con verbos de movimiento
denota acuerdo, conformidad, cambio, paso de un estado a otro, la duración del
estado, transición, sucesión, distribución,
división, la duración en el tiempo». - Citas literarias del giro “en casa de”, sin
apócope: “Quería que nos viniésemos en
casa de mi padre” (Cerv. Quijote, 1, 24). “Volví en casa de mi huéspeda” (Cerv. Novelas,
11). “Las damas de
(1998)
Mª. Josefa GARCÍA PAYER: «La preposición en, que en
español antiguo se combinaba a menudo con verbos de movimiento, se usa ahora en
frases hechas o en combinaciones
puramente dialectales: “ir en casa de su madre, ir en ca(sa) Juan, ir en ca (sa)
(1999)
Arturo MARTÍN CRIADO: «En el uso de las preposiciones, destaca el empleo de a
con significado de ‘dentro’, que, por lo general, se expresa con en, con verbos
como entrar, meter, etc.» (Vocabulario de
(1999)
Miguel ORTUÑO - Carmen ORTÍN: «ca. Casa de» (Diccionario del Habla de Yecla (Murcia)).
(2000)
Diego RUIZ MARÍN: «ca. Apócope de casa» (Vocabulario
de las Hablas Murcianas. Murcia, Consejería de Presidencia, 2000)
(2001)
Ausencia total de la vulgar partícula ca, ’casa’ en el DRAE. Si
(2001)
Alejandro Faustino IDIÁÑEZ DE AGUILAR: «ca. f. Casa, en locuciones del tipo “en
ca de.”: “Y mi padre el pobrecico,
/como no sabía de letra, /y yo iba siendo un mocico
/cada día más borrico, /me envió en ca
(2002)
José María VELA URREA: «ca. casa de. “Mariapepa, ves ca er Chapa”, José Frutos Baeza, Desde Churra a
(2004)
Emiliano HERNÁNDEZ CARRIÓN: «ca. Apócope
de casa: “Voy ca Rescoldos”» (Palabra de calle. El léxico de Jumilla (Murcia), 2004).
(2004)
Antonio NARBONA JIMÉNEZ: «La insistencia en que se reponga la preposición de en estructuras denominativas del tipo
calle de Alcalá (y en otras, si bien
solo en los registros populares, como un
vaso vino, delante to(do) el mundo, en
ca(sa) Pedro) delata que su caída o desaparición
es, de hecho, cada vez, más frecuente, especialmente en el habla» (“Cambios y tendencias gramaticales en el
español moderno”, en Historia de
(2005)
Dolores RODRÍGUEZ: «Partículas. En voy a casa de mi padre, se dice: “voy c’a mi padre”» (Contribución
al estudio del habla local en Totana y su comarca. Totana (Murcia), Ayuntamiento, 2005, 36).
(2006)
Diego MARTÍNEZ DE OJEDA: «Ca. Casa. Ej.
“an c’al tío Juan”, “an ca
(2007) José María RIVES GILABERT: «Cá. Por calle o casa. “Voy a cá
el abuelo”. “Voy a la cá del mesón”» (Diccionario Costumbrista Callosino
y de
(2007)
María MOLINER: «ca. en ca. pop. “Voy en ca mi
suegra”» (Diccionario de Uso del Español.
3ª. ed. 2007)
(2008) Alfredo LEYVA: «Encá. prep. En casa de;
p. ej.: “si preguntan por mí, qu’ehtoy
encá l’agüela» (Diccionario
del Habla Granaína).
(2010)
F. GÓMEZ ORTÍN: «ca (a, en) = casa (locución preposicional). “Voy ca
mi niña”; “Vamos (Te espero) a ca la tata”» (“Habla y Folclore de Baza y Comarca (Granada)”,
en Filologando.
Murcia, ITM, 2010, 123).
(2011)
M. SECO-ANDRÉS-RAMOS: No registra el giro ca/enca ni la 1ª ed.
(1999), ni la 2ª (2011) (Diccionario del
Español Actual (=DEA). Madrid, Aguilar).
PUNTOS DE ISOGLOSAS
La
ruta de las isoglosas del sintagma en/a ca (cas/casa)
se diversifica ampliamente por todo el territorio peninsular y americano, con
puntos específicos, que se enumeran:
Toledo
(1729), Zaragoza (Chipriana)
1924. Madrid (1981, 1987), Murcia (1932), Andalucía (1951), Cartagena (1959,
1960), Murcia (Águilas) 1969, Murcia (1974), Orihuela (1974), Cuenca (1978), Salamanca (Béjar)
1979, Albacete (
¡Lástima
que
¡Qué
preciosa y precisa preposición podría tener la
lengua española, si
CODA:
Si reivindicar la locución a por, ya casi aceptada por todos (aunque
II
A L M O J Á B A N A
/ A L M O J Á B E N A
Originariamente,
el queso fue el componente esencial y básico de la “almojábena”,
a tenor de su etimología. Todos los arabistas coinciden en señalar la voz árabe
“jubn”, ‘queso’ como étimo del término almojábena. Así el Corominas-Pascual,
junto a Federico CORRIENTE, que define y explica: «almojábana (castellano, con
la variante mojábana, y aragonés), almojábena y monjábena (catalán), almojávena
(portugués) y almojábena (murciano) ‘torta de queso y
harina’: del and. almujábbana ‘hecha con queso’» (Diccionario de arabismos y voces afines en iberorromance. Madrid 1999).
Diccionario de Autoridades
(1726): « 1. Almojabana. Cierta torta que se hace de massa con queso y otras cosas. Es voz arábiga compuesta del
artículo Al, y del nombre Mojébene o Mujébene, que según Guadix y el P.
Alcalá significa quesadilla, y con poca mudanza de letras, quedó en Almojábana,
según la trahe Covarrubias
en su Diccionario, y Nebrixa en su Vocabulario». //
2. Almojabana. Vale también comida hecha de massa con manteca, huevo y azúcar, a manera de los que
modernamente se llaman Mantecados, que en Soria llaman Mojábanas sin el
artículo Al: y también de esta misma massa se hacen
buñuelos, y otras frutas que llaman de sartén, y retienen el nombre de
almojábanas. – Montiño, Arte de Cocina, hablando del modo de hacer los buñuelos de viento,
dice al fin: Esta massa sirve para almojábanas, y
después otras almojábanas de cuajada
diferentes. LOPE. Comedia de los Locos de
Valencia, jornada I: “Avisa a todo el convento,/ que hoy hay fruta de
sartén / y almojábanas de viento”». (Francisco Martinez
Montiño, tal vez gallego: Arte de Cocina, pastelería, vizcochería y
conservería. Madrid 1611. Fue Cocinero Mayor de Felipe II, Felipe III y Felipe IV).
DRAE
(2001): «almojábana. (Del ár. hisp.
almugabbana,
hecha de queso, y este del ár. clás.
gubn, queso)
f. Torta de queso y harina.// 2. especie de bollo, buñuelo o fruta de sartén,
que se hace de masa con manteca, huevo y azúcar».
Diccionario del Español
Actual (2011): «almojábana. Dulce de queso y harina y
frecuentemente otros ingredientes». Cita de Vega, Cocina, que ponemos íntegra.
CANTABRIA:
Luis Antonio de VEGA, arabista (Bilbao, 1900-1977):
«Si vas a Santander / y no comes almajabana, / no vas
para nada. El mencionado pastel no lo pude encontrar en Jerez, ni en ninguno de
los pueblos andaluces. No fue
precisamente en Santander donde lo descubrí, sino en la isla de Hierro, donde a
la almojabana llaman quesadilla, pero cuya
exportación, y buena fama, no pasa del
rosario de las Islas Afortunadas, y aunque tampoco las santanderinas, a
las que llaman pastel pasiego, hayan alcanzado la difusión que merecen, se
instala como una señorona en los escaparates de todas las pastelerías de la
capital de
CANARIAS:
Francisco GUERRA NAVARRO: «almojabana. Como en
castellano. A la harina y al queso de esta añaden en Gran Canaria huevos.
Compuesta la masa en forma de S o de anilla (bollo), se fríe en mucho aceite,
rociándoselas para comerlas, con miel. Resulta así una fruta de sartén muy
gustosa y de mucha sustancia» (Contribución
al léxico popular de Gran Canaria. Madrid 1965). Llana, no esdrújula.
CANARIAS:
Cristóbal CORRALES – Dolores CORELLA – Mª. Ángeles
ÁLVAREZ: «almojabana. f. GranCanaria. desus.
Torta de harina, queso y huevos, frita en aceite, que se comía con miel,
especialmente en los días de carnaval. – Observaciones: El DRAE- 92 registra almojabana con significados similares: “Torta de queso y harina”
y “Especie de bollo, buñuelo o fruta de sartén, que se hace de masa con
manteca, huevo y azúcar” (Diccionario
Diferencial del Español de Canarias. Madrid, Arcolibros,
1996). Sin acento esdrújulo.
HISPANOAMÉRICA:
«almojábana. Colombia, Venezuela (Oeste).
f. I. 1. Especie de pan redondo, hecho
de maíz y queso asado al horno.// 2. Puerto
Rico. Especie de croqueta hecha con harina de arroz, leche, mantequilla,
azúcar, sal, y en ocasiones, queso del país» (Diccionario de Americanismos. Madrid, Asociación de Academias de
«almojábano. m. Panamá.
Alimento que se prepara con masa de maíz, sal y queso, formando una pieza
delgada que se dobla en las puntas y se fríe en aceite» (O. c.)
Hasta
aquí todo perfectamente entendible: la almojábana se confecciona con queso y
harina. Pero, ahora resulta que, si buscamos almojábena
en
Falta en Alberto SEVILLA y en vocabularios de
Cartagena, Jumilla, Yecla, Parablero Murciano
(autor lorquino), Almería, VAndaluz y
La
primera cita murciana es de J. RAMÍREZ XARRIÁ: «almojábena.
Almojábana, o sea especie de buñuelo, que se hace con manteca, huevo y azúcar»
(El Panocho. Vocabulario popular murciano.
Murcia 1927).
La
segunda es del oriolano J. GARCÍA SORIANO: «almojábena.
Almojábana, bollo o pastel que se hace de masa con manteca, huevo y azúcar» (Vocabulario del Dialecto Murciano.
Madrid 1932). No se indica Orihuela,
ni marca diatópica
alguna.
La
tercera, de José GUILLÉN: «armojábena; también almojábena. Almojábana» (El Habla de Orihuela. Alicante 1974). Variante, por alternancia
l/r.
Cuarta
cita, de José María RIVES GILABERT: «Armojábena.
Almojábana. Dulce tradicional de origen árabe. Muy típico en Callosa en
determinadas fechas, como Carnavales o Cuarenta Horas. Hay muchos
especialistas, y que las bañan mucho con
miel» (Diccionario Costumbrista Callosino y de
Clarísimo
arabismo, según el valioso texto del ilustre arabista Fernando de
Concluyo,
advirtiendo que en Orihuela, donde resido, tienen plena vigencia las “almojábenas”, y que su temporada típica es entre febrero y
abril, y concretamente, en los días de carnaval, al mismo tiempo que los buñuelos, y por
Semana Santa. Por último, certifico que los confiteros de aquí no relacionan la
“almojábena” con el queso, componente que no emplean
en la confección, e incluso se extrañan de que yo les pregunte por el detalle
del queso.
III
CAMISA Y
CAMISÓN: UN CASO DISÉMICO
DE GÉNERO
He
aquí un par de dobletes, “camisa /camisón”, de cuyo lejanísimo abolengo nos informa ya S. Isidoro. Desde que oí por
primera vez en mis pesquisas de campo el agudo refrán “Más vale camisa con dolor que camisa y
camisón”, comenzó a intrigarme la evolución semántica de este par de dobletes,
cuya diacronía he venido rastreando sin
pausa. Los nombres de las prendas de vestir específicas del hombre y de la mujer no suelen normalmente
coincidir, excepto cuando se trata de términos genéricos, como pantalón o
abrigo o zapatos. El caso de camisa y camisón que periódica o diatópicamente se han aplicado al varón o a la mujer
alternativamente, es un tema digno de
singular atención.
I. (2011)
El DEA registra así el uso actual de tales vestiduras:
«camisa. 1ª) Prenda de vestir, esp. masculina,
que cubre el torso.// 2ª) Prenda interior femenina.
camisón. 1ª) Prenda de dormir femenina. // 2ª) (reg) Camisa (1ª)»
(Manuel
SECO – O. ANDRÉS – G. RAMOS, Diccionario del Español Actual. 2ª ed. Madrid, Aguilar, 2011). Los ejemplos aducidos son de
novelistas andaluces (Grosso y Halcón). Esta acepción regional de “camisón”,
propia de Andalucía, es también la usual en Murcia actualmente.
II.
(2001) El DRAE enmienda la definición de camisa de la 22ª ed.,
sin asignar su empleo a ningún sexo en particular:
«camisa.
(del celtolatino camisia).
Prenda de vestir de tela, que cubre el torso, abotonada por delante,
generalmente con cuello y mangas». (Artículo enmendado). Nótese cómo se evita de intento adjudicar el uso de
camisa a uno de los dos sexos.
«camisón.
1. Prenda para dormir, generalmente de mujer. 2. And. Camisa».
III.
(1726)
«camisa.
s. f. La vestidura de lienzo, fabricada regularmente de lino, que se pone en el cuerpo immediata
a la carne, y sobre la qual assientan
los demás vestidos.. Suele hacerse también de lienzo de cáñamo, como lo usan
los rústicos. El P. Mariana y Ambrosio de Morales sienten que es voz tomada de
los Godos; pero lo más verisimil parece haverse assi dicho del Latino
bárbaro Camisia, según afirma San Isidoro.
camisón. s. m. aum. Propriamente significa
Semejante
confusión existe en vascuence con los nombres de camisa: “A) Atorra, en algunos lugares de Navarra y en el país labortano es el nombre de toda camisa. B) En Vizcaya y
Guipúzcoa, la de la mujer es atorra; la del hombre,
es alkondara o alkandora
(vocablo introducido por los árabes). C) En Vizcaya y Guipúzcoa, las mujeres,
pareciéndoles mal sonante el vocablo atorra, han
tomado, como si fuera vasco, kamisa. D) En el Roncal,
Salazar, Garazi y en muchas otras regiones, atorra es camisa de hombre; la de la mujer, mantarra” (Resurrección María de AZKUE, Literatura Popular del País Vasco. I.
Costumbres y Supersticiones. Madrid, Espasa-Calpe, 1935, 446).
Pese
al uso común de la camisa por el hombre y la mujer, en el habla popular de
Murcia llegó a personificarse o identificarse la camisa con la mujer como
prenda femenina y el camisón con el hombre, como masculina. Lo demuestran
refranes y coplas: A. Sevilla: Camisa con camisa / no se divierte; / camisón
con camisa / ya es diferente” (Cancionero
Popular Murciano. Murcia 1921, copla
1653). “Más vale camisa con dolor que
camisa y camisón” (privativo del NOMu. F. Gómez Ortín, Folclore del
Noroeste Murciano. I. Murcia 1996,
77).
CAMISA (prenda masculina)
(1500)
María MARTÍNEZ MARTÍNEZ: «Camisas. una de hombre, una
de hombre morisca, una rota de hombre, una de hombre por coser, una morisca de
hombre» (“La cabalgada de Alhama (Almería) en
(1549-1569)
Juan MARTÍNEZ RUIZ: «Otra camisa de hombre, Níjar,
1562; camisas de hombre a la castillana, veynte y dos ducados,
Níjar, 1549; desynueve
camisas de ombre en veynte
ducados, una camisa blanca de ombre, llana, Níjar, 1553; una
camisa de hombre de lienço delgado, Granada, 1562¸ quinze camisas de ombre,
labradas, de seda prieta e parda e blanca, e de hilo, con sus remates, en dos
ducados cada una, Almería, 1568; seys camisas de hombre, de lienço
delgado, labradas de seda, de blanco y negro, e la una con oro y la otra con
aljófar, e tres pares de çaragüeles de hombre, todo nuebo, en diez y siete ducados, Granada, 1569; una camisa de
honbre, labrado el cabeçón,
Órgiva, 1563: deziseis camisas de onbre,
labradas de seda, ocho ducados, Tabernas, 1556» (Inventario de bienes moriscos en el reino de Granada (siglo XVI).
Madrid, CSIC, 1972, 76-77).
(siglo
XVI) José Miguel LÓPEZ CUÉTARA: «Ninguno traya çapatos cerrados, ni duerma en savanas,
ni traya camisa ni greguescos... sopena
de perdicion de ropa y privacion
de actos legitimos» (“Las Constituciones de
(1605) Miguel de CERVANTES: «Preguntándole por Don
Quijote, les dijo cómo le había hallado desnudo, en camisa, flaco y muerto de
hambre” (Don Quijote, cap. XXIX, en Obras
Completas de… Madrid, Aguilar, 1952,
1155 b).
(1611) Sebastián COVARRUBIAS: «¿No veis con
qué priesa se pone aquel hombre la camisa? - Pónesela con tanta, que se le(sic) ha vestido sobre el
jubón» (Tesoro de la lengua castellana o
española, cit. en Maxime
Chevalier, Cuentecillos
tradicionales en
(1622)
ANÓNIMO: «- Alonso: ¿Qué jubón? - Don Pedro:
El de raro pespuntado. - Alonso: Héle aquí. - Don
Pedro: Majadero, ¿pues el jubón me traes
antes que la camisa, quiéresme motejar de
azotado? - Alonso: Aún no ha traído las camisas la lavandera» (Diálogos muy apacibles, anónimo, traducción francesa de César Oudin. París 1622. Madrid,
Atlas, 1943, 8. - Colección
Cisneros, 17).
(1634)
TIRSO DE MOLINA, O. de M.: «Yo sé de cierto señor, / harto regalado y tierno, /
que acostándose en invierno, / después que el calentador / la cama le sazonaba,
/ se levantaba en camisa, / y dando causa a la risa, / desnudo se paseaba» (Fingida Arcadia, cit.
en Fermín Sacristán, Doctrinal de Juan del Pueblo, II. Madrid 1912, 111).
(1670) ANÓNIMO: «Mas seis Rs.
de coser dos camisas de jinovisco y quatro almohadas para
la enfermería» (Libro de Cuentas del
convento franciscano de Cuevas de Almanzora (Almería),
octubre 1670, fº 68 v., p. 129).
(1708)
Luis BELLUGA: «Si yo salgo con vida de estos lugares,
y con camisa, será mucho» (carta de Luis Belluga, obispo de Murcia, al Ayuntamiento de esta
ciudad, en octubre de 1708, en J. Frutos Baeza, Bosquejo Histórico de Murcia, cap. 30,
159).
(1788) Pascual SALMERÓN, ofm.: «Murió año de 1633 en el convento de Yecla. Quedó sentado, vestido de su hábito, sin haver permitido le pusiesen camisa» (Historia del convento de Santa Ana del Monte, de Jumilla, ms., año 1788, 144). «(Fr. Juan Mancebón)
siendo ya de nueve años ayunaba tres días en la semana; no llevaba camissa, la qual escondía donde
no la pudiessen hallar» (O. c., 150).
(1834-1839) Joaquín YELO GÓMEZ: «Camisas,
seis de hombre, 144 reales. / Camisas, seis de mujer,
96 reales. Ricote 1837 (p. 66). Cuatro camisas de hombre de lienzo lino,
096 reales / Cuatro idem de mujer, 072. Ricote 1839
(p. 67). Cuatro camisas de hombre en 75 reales. / Cuatro idem
de mujer en 50 reales. Ricote 1836 (p. 62). Dos camisas de hombre de lienzo de
lino en 35 reales. Ricote 1834 (p. 59). Tres camisas de mujer de lienzo de lino
en 52’17 reales. Ricote 1834 (p. 61)» (Escrituras redactadas por J. Yelo Gómez, notario de Abarán, en
M. Jorge Aragoneses, “El mueble popular
de Murcia”, en Murgetana,
51 (1978).
(1862)
José CASTRO SERRANO: «La camisa moderna es la prenda más cara que viste el
hombre (p. 18). La camisa cuesta al año doscientos veinticinco reales más que
la capa ... Ni sabrás que tu abuelo se mudaba de camisa sólo los domingos» (p.
19) (Cartas trascendentales. 1ª
serie. Madrid 1862).
(1935) Resurrección AZKUE: «Años
atrás, en Amézqueta (Guipúzcoa) alguien del pueblo
solía exponer el arreo en casa del muchacho: primero las sábanas, luego camisas
de mujer, luego camisas de hombre» (el ajuar de novios). (O. c., 271).
(1953) Camilo J. CELA: «Había un
hombre, que era muy feliz porque no tenía camisa... Tu madre no viene
refiriéndose ahora a la camisa, prenda que la mujer hace ya muchos años que
tiró por la borda» (Mrs. Caldwell habla
con su hijo. Barcelona 1989, 154).
(1ª ed. 1953).
CAMISA (prenda femenina)
(siglo
XV) ANÓNIMO: «Madre, tres moçuelas / no de aquesta villa, / en agua corriente / lavan sus camisas. /
Sus camisas, madre, / vilas y no me valen» (Cancionero de Uppsala,
copla XXVIII. Ed.
facs. de Venecia 1556. Madrid, Instituto Hispano-Arabe , 1983, 51).
(1500)
María MARTÍNEZ MARTÍNEZ: «Una camisa rota de mujer,
una de mujer» (“La cabalgada de Alhama (Almería) en
(1534) Mª de CAZALLA: «E luego le mandaron
desnudar hasta quedar en camisa y dixo la dicha Maria de Caçalla: y
¿a las mugeres han de desnudar?» (9 octubre 1534)
(Milagros Ortega Costa: Proceso de
(1549-1569)
Juan MARTÍNEZ RUIZ: «Una camisa lavrada con redes,
para muger, 1562, Níjar; camisas de muger, lavradas de seda, en veynte y cinque ducados, 1549, Níjar; una
camisa de muger, de seda lavrada
de colores, 1562, Ugíjar; otra camisa de muger,
vieja, los pechos labrados de azul y negra, 1562, Granada; una camisa de muger, labrada los pechos de amarillo, idem; una camisa de muger,
nueva, labrada de seda colorada las mangas della,
1565, Sortes; otras quinze
camisas de muger, de colores, labradas todas, en quarenta ducados, 1568, Almería; otras seys
camisas, de lienço delgado, labradas con seda de
colores, de pechos a la morisca, la una por acabar, 1569, Granada; veynte camisas de muger de marta
y olanda, labradas todas de colores, de seda, y
algunas con cabeçones de oro”, 1558, Notáez.- “una camisilla pequeña e muchachos, 1566, Örgiva; otra camisa de niña, labrados los pechos a la
morisca, 1562, Granada; una camisa que
se llama alcandora, de seda, con sus listas de
colores, dízese por su nombre yize,
enbuelta en un paño, 1566, Alhambra
de Granada» (Inventario de bienes
moriscos en el reino de Granada.. Madrid, CSIC, 1972).
(1605)
Miguel de CERVANTES: «Hallaron a la antojadiza Leandra en una cueva, desnuda en
camisa» (Don Quijote, cap. LI, en Obras
Completas de... Madrid, Aguilar, 1952, 1263 b).
(1606)
Francisco RUIZ DE ALARCÓN: «Quatro camisones y quatro camisas de muger, y seis
de criadas y quatro de esclavos» (Inventario que hizo el Dr…
en AHMurcia,
escribano Luis de Balboa, Murcia, 18 mayo 1606, f. 253 v.).
(1765)
Don Ramón de
(1779)
Angel MOLINA Y CASTRO, ofm.:
«Fue necesario la rindiese la obediencia, y obligase a admitir camisa, porque
sin embargo de sus muchos años, trabajos y quebrantos, jamás admitió este
consuelo sin precepto formal» (Crónica
del Monasterio de
(1820) Juan Ignacio GONZÁLEZ DEL CASTILLO:
«Graciosa. - Es una gran desvergüenza / entrarse sin avisar; / y si, por caso,
estuviera / en camisa, ¿era decente / que ustedes así me vieran? En la antesala
se aguarda. / Bartolo.
- Señorita; allá en mi tierra, / antesala ni antealcoba
/ hay; el que llama, se entra; / si los encuentra en camisa / vuelve la cara, y
espera / a que se pongan las naguas» (El
payo de la carta, sainete, en Obras
Completas. II. Madrid, R. Academia, 1914, 509) .
REFRANES
MURCIANOS: «La buena lavandera, su camisa la primera» (Alberto SEVILLA, Sabiduría Popular Murciana. Murcia 1926, y Francisco GÓMEZ ORTÍN, Folclore del Noroeste Murciano. I.
Murcia, Espigas, 1996, 65). «Más vale camisa con dolor que camisa y camisón»
(F. GÓMEZ ORTÍN, O. c., 77). Este curioso refrán, no citado por Luis
MARTÍNEZ KLEISER en su Refranero
General Ideológico Español (1953),
lo hallé en Cehegín (Murcia), referido a solteronas,
y expresa que es preferible quedarse soltera la mujer, en soledad y sin amparo
de hombre, que casarse sin suerte,
viviendo malmaridada, con graves y continuos
problemas de marido e hijos. En sentido metafórico, “camisa” equivale a ‘mujer’, y “camisón” a
‘varón’.
COPLAS
MURCIANAS: «Me cago en diez, dijo un fraile / y en la sartén que se guisa; /
que esta noche voy a ver / una mujer en camisa» (Francisco GÓMEZ ORTÍN, Folclore del Noroeste Murciano. II.
Cancionero. Murcia, Espigas, 2003, copla 1.477). «Ya sé que estás en
camisa, / en la ventana escuchando; / tápate, no te resfríes, / que viene el
aire solano» (O. c., copla 866).
CAMISÓN (prenda masculina)
(siglo
XVI) Rodrigo de REYNOSA: «Y del muy delgado lino / demos a nuestros garzones /
dos pares de camisones, / pues nos dan placer contino»
(Coplas. Madrid, Taurus,
1970, 37).
(siglo
XV) ANÓNIMO: «Vésame y abráçame,
/ marido mío, / Y daros (he) en la mañana / camisón limpio» (Cancionero de Uppsala.,
copla XVIII. Ed. facsímil.
Venecia 1556. Madrid 1983, 48).
(1562)
Juan MARTÍNEZ RUIZ: «Un camisón de hombre, viejo, 1562, Granada; otro camisón
de hombre, nuevo, idem” (Inventario de bienes moriscos del
reino de Granada). Madrid, CSIC, 1972, 76).
(1606)
Francisco RUIZ DE ALARCÓN: «Quatro camisones y quatro camisas de muger, y seis
de criadas, y quatro de esclavos» (Inventario que hizo el Dr…
en AHMurcia,
escribano Luis de Balboa, Murcia ,18 de mayo de 1606,
fº 253 v.).
(1752) Luis MARTÍNEZ
DE
(1752)
Diego TORRES VILLARROEL: «A pesar de mi persona y mi descuido, (mis hermanas)
me hacen remudar el camisón todos los días» (Vida de Diego de Torres Villarroel, escrita
por él mismo. Madrid, Espasa-Calpe,
1954, 66).
(1872) ANÓNIMO: «Diez y ocho pares de carzoncillos… Diez y ocho camisones» (Inventario de Juan Corbalán Matallana, de la ropa y demás, entregados a mi hijo
Francisco Corbalán Matallana,
al tiempo de contraer matrimonio con Bernabea Yta Corbalán. En el Partido de
Cañada de Canara, a 8 de noviembre de 1872). Pedanía de Cehegín
(Murcia).
(1880)
José MARTÍNEZ TORNEL: «Con sus zaragüelles blancos / con su faja carmesí / su
camisón con pechera, / corta chaqueta de cúbica, /blanca calceta ceñida / iba
un mozo de la huerta / por el camino de Churra» (Romances populares murciano.,
Murcia, 1880, 157).
(1881) Antonio MACHADO ÁLVAREZ: «No hay mares
que paran hijos / tan esgraciaos como yo, / sin
pretina en los carsones, / sin cueyo
en er camisón» (debla gitana en Colección de Cantes Flamencos, recogidos por A. M. A. Madrid, Demófilo, 1975 (1ª ed. 1881).
(1909)
Luis ORTS: «Los estrechos calzoncillos arremangados
hasta la rodilla y el camisón de lienzo crudo completamente desabrochado, el
bueno del tío Juan Lorenzo dormía profundamente» (Vida huertana. Artículos de
costumbres de
(1927) Jerónimo RAMÍREZ XARRIÁ: «camisón.
Camisa» (El Panocho. Vocabulario popular
murciano. Murcia 1927)
(1932)
Justo GARCÍA SORIANO: «camisón. Camisa de varón. (Vocabulario del dialecto murciano. Madrid 1932).
(1974) José GUILLÉN
GARCÍA: «camisón. Camisa de hombre» (El
Habla de Orihuela, 1974).
(1986)
Francisco FLORES ARROYUELO: “El ajuar del mozo para la boda era... ropa
interior, que constaba de una docena de calzoncillos, media de camisones,
siempre hecha por la madre” (El último
huertano. Murcia, Edic. Mediterráneo, 1986, 36).
Entrevista con Manuel Cárceles, El Patiñero.
(1993) José María SOLER GARCÍA: «camisón. Camisa de
hombre» (Diccionario Villenero.
Villena, Diputación de Alicante, 1993).
(2000) Diego RUIZ MARÍN: «camisa. Prenda de vestir,
por lo común de hombre, que cubre el torso. // En Murcia siempre se llamó
camisón a la masculina de diario».
«camisón. vulg. En algunas regiones, camisa de
hombre». (Vocabulario de las Hablas
Murcianas. Murcia 2000).
(2001)
Alejandro Faustino IDIÁÑEZ FERNÁNDEZ DE AGUILAR: «camisón. Camisa varonil» (Vocabulario del Nordeste Andaluz (El Habla
de las Sierras de Segura y de Cazorla). Jaén,
Diputación, 2001).
(2005) Dolores RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ:
«camisón. Camisa de caballero» (Contribución
al estudio del Habla local en Totana y en su comarca.
Totana, Ayuntamiento, 2005, 74).
(2007)
Pedro José DEL REAL- Juan Manuel SÁNCHEZ MIGUEL: «camisón. Camisa de caballero»
(Diccionario del Habla de
(2007)
Alonso TORRENTE: «Entro de nuevo a la cuadra a por un camisón limpio» (La magia de Cajitán.
Calasparra 2007, 19). Cagitán,
altiplanicie perteneciente a Mula (Murcia).
CAMISÓN (prenda femenina)
(1979)
José Luis CASTILLO-PUCHE: «Tía Matilde, con su
camisón blanco, despeinada, la vela en la mano izquierda, y en la derecha la
campanilla, recorría la estancia» (El
amargo sabor de la retama. Barcelona, Destino, 1979).
IV
T
R A P E R Í A E N M U R C I A
En
un libro curioso y ameno, recién aparecido, titulado Palabras moribundas (Madrid 2011), los eminentes lingüistas Pilar
García Mouton y Alex Grijelmo,
se esfuerzan sabiamente en inyectarle vida a una serie de palabras en trance de
fenecer, de entre ellas, algunas murcianas, como “alboroque” o “zocato”.
Solamente
anotaríamos una leve mota, un sí es no es enojosa para murcianos. La calle
Trapería se describe: “En pleno centro de Murcia hay una calle adornada con
naranjos que en tiempos tuvo que ser zona de traperos, porque se llama
Trapería”. Usar hoy el término disémico “trapero”,
sin más, en lugar del sinónimo pañero, quizás induzca a confusión. Al parecer,
los autores conocen la mentada calle con
recuerdo “borioso”, pues los naranjos no están en ella, sino en la contigua Plaza de
Acudamos
al Diccionario de
Sin embargo, nada de esto impide que
recomendemos vivamente la lectura de este interesante libro, que quisiera
frenar la moribundia de tantas palabras, abocadas a
su inexorable desaparición.
V
APÉNDICE
BIO-BIBLIOGRAFÍA
DEL P. FERMÍN MARÍA, ofm.
El
5 de octubre del presente año 2011
rendía al creador su longeva vida
nuestro hermano de 99 años, el padre Fr.
Fermín García Sánchez. Es el momento
justo e ineludible de confeccionar una exhaustiva recopilación de sus datos
biográficos y redactar el Catálogo completo de sus obras impresas solamente, pues todavía restan
obras inéditas. Con este artículo pretendo dejar consignada para la posteridad la
fecunda trayectoria vital e intelectual del P. Fermín (María, sobrenombre
literario, que él mismo se eligió
por devoción mariana, a partir de 1948,
al menos).
SIGLO XX
1912. 16 noviembre. Nace en Bullas (Murcia)
Francisco García Sánchez.
1928.
Cumplido el año de noviciado en el convento de
Santa Ana del Monte, de Jumilla, profesa en
1935.
Aparecen sus primeras poesías en la revista popular Espigas y Azucenas, publicada en Murcia por los franciscanos de
1936.
Ordenación sacerdotal, tras haber cursado los estudios eclesiásticos
obligatorios: dos años de filosofía, en el convento de Santa Catalina del Monte
(Murcia), y cuatro de teología, en el de Orihuela (Alicante).
1936.
Detenido en Murcia, y sentenciado por un tribunal popular a un año de trabajos
forzados por “vago”, cumple condena en la cárcel-Seminario de S. Miguel, de
Orihuela.
1938.
Protagoniza, junto con varios amigos, la arriesgada odisea de escaparse de
noche, en barco pesquero, desde el puerto de Alicante, zona roja, hasta
Mallorca, zona nacional. El piloto de la operación era un pescador de Campello. Entre los fugados, se hallaban el P. Juan
Bautista Gomis, franciscano valenciano, y José Muñoz Tafalla, oriolano, padre de José Muñoz Garrigós,
catedrático de
1938.
Capellán castrense, primeramente en el crucero “Almirante Cervera”, con base en
El Ferrol (Coruña); posteriormente, en el Arsenal de
1942.
Su poema Apoteosis del grano de trigo
obtiene el primer premio en el Certamen celebrado en el Círculo de las Artes,
de Lugo, el 6 de junio de 1942, en el que queda finalista el poeta Luis Felipe Vivanco, y logra también mención honorífica en
las Justas Literarias de Cádiz del mismo año.
1943. P. Fermín García Sanchiz
(sic), Capellán de
1943. Profesor de Literatura durante varios años en
el Seminario Menor franciscano de Cehegín, donde tuve
la suerte de ser su discipulo.
1948.
P. Fermín María García Sánchez, O.F.M.: Momentos (Poesía). Cehegín
(Murcia), Gráficas Gonor, 1948, 6 marzo, 196 p.
(rústica). El prologuista Indalecio Nuñez, capitán de
fragata, firma “A bordo y Junio
1951. R. P. Fermín María, O.F.M.:
Corazones y Rosas (Poesía). Prólogo
de Adolfo Muñoz Alonso, catedrático de filosofía en la universidad de Murcia.
Murcia, Suc. de Nogués,
XVI-263 p. – Aquí se publican los divulgados poemas “
1952.
P. Fermín María, franciscano: El Corazón
de mi Madre (Prosa). Murcia, Suc. de Nogués, 1952, 590 p. La segunda parte es un Breve Devocionario cordimariano. Al
autor le gustaría que resaltemos que fue un ferviente devoto del Corazón de
María, cuya devoción propagó con su pluma y su voz elocuente en su predicación
y misiones.
1952.
El día 30 de diciembre, un grupo de aficionados representó magistralmente El
Belén de Greccio, drama lírico original del R. P.
Fermín María, O.F.M., en el Teatro Circo, de
Orihuela.
1953.
Nombrado Superior Mayor de
1955.
Fermín María, franciscano: Momentos
(Poesía). 2ª ed. Murcia, Sucesores de Nogués, 1955, 169 p. Prólogo de Xystus
Barth, seud. de Alfonso
Ortega Carmona, ofm.
Esta
edición se amplía con seis poemas y
cambios en el orden y título de textos.
En el soneto “A Jesús Crucificado”,
se modifica el verso 12 definitivamente: “Yo quisiera, oh
Amor, Amor amado”.
1955. Murieron
los lobos (El Belén de Greccio). Drama lírico en
tres actos y en verso. Murcia, Suc. de Nogués, 1955, 226 p.
1956. El
Corazón de mi Madre (Prosa). 2ª ed. Madrid, Coculsa, 427 p.
1960.
El catedrático de
1960. P. Fermín María, franciscano: Mensaje sin palabras. ¿Por qué llora
1960. A fuer de avezado
predicador y misionero popular, fue elegido
para
1966.
Obtiene la licenciatura en teología por
1969. Las
Bienaventuranzas del Agua (Poesía). Prólogo de José Camón Aznar. Murcia, Editorial Espigas, 1969, 58 p.
1972. Fermín María: El loco de las Maravillas. Poema lírico-dramático en varios actos. Cehegín (Murcia), Gráficas Gonor,
1972, 238 p.- Nunca se ha representado.
1972. Destinado a Centroamérica, allí permanecerá
siete años. Enseña teología en
1976.
Funda y dirige el semanario católico
1977.
Sucedió hace un segundo… Libro del Mejor
Amor. Reflexiones sobre
1978.
Llanto por Tecún
Umán (Poema épico). Prólogo de David Vela.
Guatemala, Unión Tipográfica, 1978, 232 p.
1979. Regreso definitivo a España.
1984.
Fermín María: Francisco de Asís. El
desafío de un pobre (Poesía). Presentación de Víctor Sánchez Gil, ofm. Prólogo de Isidoro Rodríguez, ofm.
Murcia, Editorial Espigas, 1984, 199 p. (Publicaciones del Instituto Teológico
de Murcia).
1985.
Fermín María: Pequeña Antología
(Poesía). Selección de F. J. Gómez Ortín y F. Torres
Monreal. Murcia, Cajamurcia, 1985, 15 p. (folio).
1985.
23 de octubre. Homenaje al poeta Fermín María, en Murcia, financiado por Cajamurcia, con intervención de distinguidos catedráticos y escritores
murcianos.
1986.
Fermín María: Llanto general por
Guatemala. (Poema épico). Edición preparada por Francisco Torres Monreal.
[Colaboradores: Francisco Gómez Ortín, Victorino
Polo, David Vela, Estanislao Ramón Trives, Salvador
García Jiménez]. Murcia, Editora Regional, 1986, 376 p. (Colección Poesía, 18).
1986. Monteagudo.
Revista de
1995.
Fermín María, franciscano: Fray Cándido
(Prosa). Prólogo de Fr. Juan Fernando Cuenca. Murcia, Editorial Espigas, 1995,
210 p.
1996.
Fermín María García: Romance de
SIGLO XXI
2002.
Fermín María: El Mar y Yo (Poesía).
Bullas 2002, 166 p. Prólogo de Kairós, seudónimo de
Antonio Fernández Gil, escritor y periodista murciano. El libro, compuesto en
El Ferrol en 1943, es una extensa glosa a su famoso
poema
2002.
Fermín María: El Cántico de las Criaturas
(Poesía). Prólogo de Fr. Francisco Oliver. Murcia, Editorial Espigas, 2002, 364
p. (Publicaciones del Instituto Teológico
de Murcia: Serie Menor, 19).
2007.
Fermín María García: Camposanto – Bullas
(Poesía). Prólogo de Francisco Henares. Bullas 2007, 221 p.
2008. Fermín María: Florecillas santaneras (Poesía). Murcia, Ed. Espigas, 2008, 262 p. (Publicaciones del Instituto
Teológico: Serie Menor, 22).
2010. Fermín María: Hagamos soledad (Poesía). Murcia, Ed.
Espigas, 2010.
OBRAS
INÉDITAS: Ha dejado obras perfectamente ultimadas para la imprenta.
Destaquemos: Diario de un cura de aldea
(en prensa), Autobiografía interior. Cien sonetos y En
carne viva.