REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS


EL QUIJOTE. RECURSOS DIDÁCTICOS
Carmen Agulló Vives
(Escuela Universitaria de Magisterio de Albacete. Universidad de Castilla-La Mancha)

I

 

   EL “QUIJOTE”, SIEMPRE 

 

A Eusebio Aranda Muñoz, amigo y estudioso del Quijote.

 

“Y tiene don Silverio unos ojos de expresión única, ojos que refulgen y lo dicen todo. Y tiene unas manos largas, huesudas, sarmentosas, que suben y bajan rápidamente en el aire, elocuentes, prontas, cuando las palabras surten de la boca del viejo hidalgo, atropelladas, vivarachas, impetuosas, pintorescas.

Yo siento una gran simpatía por don Silverio: lleva treinta y tres años adoctrinando niños en El Toboso. El charla con vosotros, cortés y amable. Y cuando ya ha ganado un poco de vuestra confianza, entonces el rancio caballero saca del bolsillo interior de su chaqueta un recio y grasiento manojo de papeles y os lee un alambicado soneto a Dulcinea”.

AZORÍN, “La ruta de Don Quijote”

 

 

         De la mano del maestro Azorín entramos en el tema reconociendo la deuda doblemente contraída con él al utilizar no solo un texto suyo como punto de arranque sino también una oportuna paráfrasis de ciertas palabras que él escribiera y hoy puede leer quien, paseando por el Parque de Albacete, se detenga ante el sobrio monumento que esta ciudad dedicó al escritor alicantino, manchego de adopción.[2]

         Si en cualquier lugar y tiempo, desde que Cervantes escribiera su obra genial, es oportuno acceder a la lectura y estudio del “Quijote”, tanto más en tierras de La Mancha donde tan viva es la presencia de este mito universal.

         A pesar de la rica bibliografía ya existente, recopilada y puesta al día en la monumental edición de la obra hecha por Vicente Gaos[3], es difícil que un profesor de Literatura resista a la tentación de aportar su granito de arena al estudio de novela tan compleja y singular.

         Nuestra contribución al tema en este trabajo será muy modesta. Hasta dudamos de su condición de “publicable”. Escribimos como quien siente el impulso – alguna vez experimentado – de recoger en un memorial parte de la experiencia vivida cuyo gran recuerdo desea conservar.

         En un estudio ya clásico de Américo Castro, considerado referencia obligada en toda didáctica del español, leemos:

                   Estimo nocivo, a la par que ridículo, el que se convierta al Quijote en lectura ritual. En la escuela se debería leer de Cervantes lo más esencial y adecuado para el caso…[4]

         Está claro que Castro escribe recordando una época en la que se había hecho obligatoria, por Orden Ministerial, la lectura de la magna obra cervantina en las escuelas primarias. Aboga don Américo por las buenas y variadas selecciones de nuestra literatura clásica que permitan, desde la infancia, aficionar a los lectores a la literatura sin que llegue a hastiarlos.

         Debemos ahora aclarar el sentido que damos al título de este artículo. Al decir “el Quijote, siempre” no pretendemos dar al adverbio un sentido tan amplio que abarque el espacio, el tiempo y los “tiempos” todos de la vida. Como en la obra cervantina, importa mucho la perspectiva, el punto de mira. Y es el nuestro el del nivel educativo en que ejercemos la docencia: el primer ciclo de la enseñanza universitaria en una Escuela Universitaria del Profesorado de E.G.B.

         Dada la singular condición de nuestros alumnos, futuros profesores en los primeros niveles de la enseñanza, será conveniente establecer una distinción entre los “saberes” que ellos, como tales universitarios deben acumular, y lo que después estarán obligados a transmitir a los niños, que no siempre guardará, mutatis mutandis, ajustada correlación, ni tiene por qué guardarla, con lo acumulado. Un buen profesor, ejerza la docencia en el nivel que sea, ha de ser persona culta, entendido el vocablo en su más amplio y noble sentido. De ahí que aspiremos a ser muy exigentes con nuestros alumnos aunque a la hora de analizar resultados estos no sean todo lo satisfactorios que hubiéramos deseado.

         Abordamos, hoy, pues, un solo tema y muy concreto: el del acercamiento al Quijote por parte de estudiantes de Literatura Española en el primer ciclo de la Universidad.

         La experiencia docente nos dice que la mayoría de los bachilleres llegados a nuestras clases han tenido un contacto inicial, fragmentario, con la obra cervantina en la educación primaria y que en la secundaria, según los Centros, se les ha obligado o no a la lectura íntegra del Quijote. Nos preocupa saber si el conocimiento que de la obra se tiene es suficiente y, sobre todo, si la lectura se ha hecho con agrado o sólo cumpliendo un penoso deber. En el primer caso no se tendrá inconveniente en volver a leerla, es más, se hará por propia voluntad, sin imposición.

         Nos hemos propuesto como objetivo concreto – por medio del lema “el Quijote, siempre” – que cualquier alumno, al terminar el curso de Literatura, pueda decir que “ama” el Quijote y desea seguir estudiándolo cada vez más a fondo[5]. No es tarea fácil en los tiempos presentes cuando, por el ritmo de vida y las mil solicitaciones procedentes de otros medios, ajenos al libro, muchos estudiantes sienten cierta aversión a las novelas extensas. Así al menos me lo han comunicado algunos. Y mi intención es la de hacer grata y apasionante la lectura de la obra, y, si es posible, para todos los alumnos. La mera imposición de tal lectura para rendir cuenta en posterior examen o por medio de un trabajo tópico cuyos contenidos están al alcance de los universitarios en excelentes monografías ya no llega a satisfacernos puesto que tal camino no siempre desemboca en ese placentero y personal encuentro con la obra cervantina que deseamos para nuestros alumnos.

         Hay que buscar nuevas vías de acceso a la lectura, esencialmente dinámicas desde el comienzo. Intentamos hallar una fórmula que aúne lo individual y lo colectivo con el fin de implicar en el juego a los más remisos.

         Agradecemos a nuestro maestro, el inolvidable profesor Baquero Goyanes la esmerada edición que preparó de LA REGENTA con motivo del centenario de la novela clariniana[6], ya que, de la guía de personajes que cierra el estudio hemos tomado la idea para nuestro proyecto de trabajo colectivo con los alumnos de Literatura en el año académico 1985-86.

         ¿Por qué no hacer un censo de los personajes que aparecen en el Quijote, siguiendo las pautas marcadas por Baquero para los de LA REGENTA?

         ¿Cómo implicar a un grupo de 29 personas en el mismo trabajo?

         El procedimiento arbitrado para el caso tuvo una buena acogida desde el principio tal vez por su “novedad” y consistió en lo siguiente:

         1º A cada alumno se le asignó un número-clave, del 1 al 29.

         2º Se acordó aplicar los números-clave en series, tantas como fueran necesarias, -siempre del 1 al 29 – a los personajes del Quijote por orden de aparición en la novela.

         3º Los alumnos, individualmente, se encargarían de “seguir la pista” – para confeccionar la ficha correspondiente – a todos los personajes cuyo número-clave coincidiera con el suyo propio.

         4º Con cierta periodicidad se realizarían reuniones por equipos para realizar las comprobaciones pertinentes con respecto a los números-clave que se iban asignando a los personajes de la novela, con el fin de evitar duplicidades y lagunas.

         5º Se acordó dar entrada en el fichero a todo personaje que en la obra apareciera individualizado, aunque sólo fuera a través de una referencia o careciera de nombre propio. En este caso, para la nominación se elegía el nombre común más significativo, previo acuerdo en las reuniones de grupo.

         6º Por la especial atención que merecían las fichas dedicadas a don Quijote (número-clave 1), Dulcinea (6) y Sancho Panza (20), los alumnos cuyo número-clave fuera uno de estos tres quedarían eximidos de trabajar con otros personajes con lo cual, a partir de la segunda serie, eliminados los números 1, 6 y 20, todas las series constarían de 26 y no de 29 números, aunque se llegara a esta última cifra en la asignación.

         7º Se estableció un calendario máximo de lectura, fijado en trece semanas a razón de diez capítulos semanales, con el fin de dejar tiempo suficiente después para la elaboración de las fichas.

         Admirable el comportamiento de los lectores. Muy pocos agotaron ese tiempo máximo, estimulados por el afán de conocer al personaje siguiente cada vez que se agotaba una serie.

         8º Transcurrido el tiempo de lectura, se habían aplicado a la novela quince series completas, la primera de veintinueve personajes distintos y las catorce siguientes de veintiséis, más una serie que sólo alcanzó el número 18. En total cuatrocientos once personajes.

         9º Al finalizar el curso académico se entregaron los trabajos individuales bajo el lema del número-clave. Por ejemplo, el alumno DOS presentó el conjunto de fichas de personajes número DOS:

                   - el Ama

                   - cabrero mozo

                   - Alfeñiquén del Algarbe

                   - hermano de don Fernando

                   - hijo de Barbarroja

                   - criado del Canónigo

                   - Mari Sancha ( = Sanchica)

                   - labrador escribano

                   - Durandarte

                   - uno del escuadrón del rebuzno

                   - boticario toledano

                   - espías y matadores[7]

                   - un forastero

                   - don Juan

                   - sobrino de don Antonio

                   - Radamanto

 

         La nota más positiva destacable con respecto al trabajo realizado en el curso 85-86 es la del equilibrio entre el trabajo individual y el colectivo. Gracias a ello conseguimos implicar en la empresa a alumnos inicialmente no interesados en la obra cervantina. La parte última, más personal, de elaboración de fichas permitió calibrar más adecuadamente la capacidad y valía de los redactores. No todas las fichas realizadas eran aceptables pero sí algunas de ellas. El trabajo, pues, no había concluido.

         Dos tareas urgentes se me presentaron: la ordenación alfabética de los personajes para una posible guía de la obra y el estudio de las fichas en orden a su validez mínima.

         El curso 86-87 lo dediqué a una nueva recogida de fichas para comparar resultados con respecto al año anterior. Yo conseguiría tener las fichas duplicadas pero los alumnos trabajarían utilizando un nuevo procedimiento[8]. A partir del fichero ya elaborado, desapareció el número clave convencional usado para el caso y los personajes del Quijote recibieron un número correlativo, siguiendo el orden alfabético común. Se distribuyó el índice y a cada equipo de trabajo se le asignó una serie correlativa de números cuyas fichas tendrían que elaborar. (Al encomendar un trabajo, suelo tener muy en cuenta la posibilidad de elección por parte de los ejecutores. Dentro de un orden establecido, que no todo venga impuesto. A un grupo de cinco alumnos se le asignan cincuenta números pero se les concede la posibilidad de distribuir libremente las diez fichas que a cada miembro del equipo corresponden).

         La novedad, con respecto al año anterior, consistía en que, dado el orden alfabético de los personajes, los lectores desconocían el momento en que cada uno de ellos iba a aparecer en la obra con lo cual el estímulo lector quedó muy acrecentado. Alumno hubo que, mediada la lectura del libro, acudía impaciente a consultar sobre tal o cual personaje, temeroso de haber pasado por alto su aparición. Se imponía, pues, una lectura atenta y participativa.

         El índice comienza por el 1. Abad, tío de Sanchico y termina con el 411. Zoraida. Por motivos de espacio prescindimos de su transcripción completa.

         En el año académico 87-88 se ofreció el mismo índice a la clase para que realizaran un trabajo semejante al del año anterior, con una variante. Se dejaba absoluta libertad en cuanto a la elección de personajes cuyas fichas había que realizar. Cada cual podía confeccionar veinte fichas sin que previamente se le hubieran asignado determinados números del índice. Ha sido interesante comprobar qué personajes, al solo conjuro del nombre o por la evocación que ellos suscitaran de una anterior lectura de la obra, han sido escogidos, incluso repetidamente[9]. Por este procedimiento han trabajado 23 alumnos y, de las 411 fichas posibles, han sido elegidos 132 personajes. Destacamos los nombres de aquellos que han tenido más de diez elecciones, cifra que se aproxima al 50% del total de electores, muy significativa por tanto:

         - Zoraida                                                        14 elecciones

         - Sansón Carrasco                                           13      

         - Ginés de Pasamonte                                      12      

         - Diego de Miranda                                          11      

 

         Si recordamos la clasificación que de los personajes del Quijote hace Hatzfeld[10] atendiendo al plano que ocupan en el conjunto de la obra, no es de extrañar la predilección por Sansón Carrasco, personaje de primer plano, que tan importante papel desempeña en el desarrollo de la trama novelesca, a lo largo de toda la Segunda Parte.

         Bastante lógico parece también ver destacados dos personajes, situados por Hatzfeld a media profundidad, Pasamonte y el Caballero del Verde Gabán, pues se trata de dos tipos muy bien perfilados por Cervantes – cosa por otra parte aplicable a otros muchos personajes de la obra menos afortunados en la elección -, cuya personalidad se presta a ser definida lucidamente en una ficha.

         Más sorprendente ha resultado para mí el caso de Zoraida, personaje secundario, situado en el fondo del cuadro, protagonista en uno de los relatos marginales incrustados en la Primera Parte. Podría justificarse la mayoritaria elección por el atractivo que haya podido ejercer sobre los lectores el exótico mundo norteafricano y las posibles connotaciones biográficas del relato del Cautivo. O tal vez porque los lectores han encontrado más cómodo realizar la ficha de un personaje cuya aparición queda limitada a unos muy concretos capítulos. Ley del menor esfuerzo.

         De mayor interés para quien ha dirigido el experimento, en esta tercera fase del trabajo, ha sido la confirmación de una vieja teoría personal: cuando se emplean recursos didácticos que conceden mayor autonomía a los alumnos, en orden a elección de trabajo, colectivamente los resultados pueden calificarse de mediocres, pero este es el medio más idóneo para descubrir la existencia de individualidades altamente creativas. Tal ha sido el caso de una alumna que nos ha sorprendido con un inesperado trabajo de creación poética al enfocar las fichas elegidas de un modo muy particular. Se disculpa al inicio por haber utilizado un procedimiento poco ortodoxo. Bien puede disculparse lo que no ha sido falta sino mérito. ¿Acaso no mereció don Silverio toda la simpatía de Azorín por haber escrito un alambicado soneto a Dulcinea?

         Agradecemos a la autora de las fichas-poema la idea que nos ha brindado para un nuevo planteamiento, en otro curso académico, de la lectura estudio del Quijote. ¿Por qué no invitar a los alumnos a la elaboración de un “censo de personajes” para uso privado haciendo que los secundarios en el Quijote se conviertan en protagonistas de nuevas historias, escritas por los propios estudiantes? Y llegados a este punto de la reflexión no podemos dejar de recordar un precioso librito[11], casi olvidado, que tanto manejamos y dimos a conocer a otros alumnos, los de las primeras promociones del Plan de Magisterio 1967, algunos de ellos hoy excelentes profesionales. Lo interesante es constatar que la actual alumna, autora de las fichas-poema antes citadas, probablemente no ha leído el libro de Mª Hortensia Lacau. Su trabajo da la impresión de algo muy personal, espontáneo, no sugerido desde fuera.

         He aquí una mínima muestra de las fichas realizadas. Cierre adecuado serán dos de las fichas-poema que venimos comentando.

 

         Ficha realizada por la alumna Isabel López Gómez (curso 87-88)

 

         Nº 273 LA MOLINERA

 

         Aparece en los capítulos II y III de la 1ª parte. Es una ramera a quien Don Quijote toma por dama del castillo-venta. Cuando don Quijote llega a la venta ellas se asustan y huyen, a lo que dice don Quijote:

                   Non fuyan vuestras mercedes, ni teman desaguisado alguno; ca a la orden de caballería que profeso non toca ni atañe facerle a ninguno, cuanto más a tan altas doncellas como vuestras presencias demuestran  Cap. II

 

         Cuando ellas proceden a desarmarle, don Quijote les contesta con los famosos versos, versión cervantina del romance de Lanzarote:

                   Nunca fuera caballero

                   de damas tan bien servido

                   como fuera don Quijote

                   cuando de su aldea vino:

                   Doncellas cuidaban dél,

                   Princesas de su rocino

                              Op. pág. 72, cap. II, 1ª parte

 

         La Molinera es la moza que calzó las espuelas a don Quijote cuando fue armado caballero.

                   …y la otra le calzó la espuela; con la cual le pasó casi el mismo coloquio que con la de la espada. Perguntóle su nombre, y dijo que se llamaba la Molinera y que era hija de un honrado molinero de Antequera; a la cual también rogó don Quijote que se pusiese don, y se llamase doña Molinera, ofreciéndole nuevos servicios y mercedes

                                      Op. pág. 79, cap. III, 1ª parte

 

         Ficha realizada por la alumna Marta María Pérez Burgos (87-88)

 

         Nº: 406   Nombre: VIVALDO

 

         APARICION: Cap. XIII, 1ª P. Cap. XIV, 1ª P.

 

         INTERVENCION:

         XIII. De camino hacia la peña donde va a ser celebrado el entierro de Crisóstomo, muerto de amor por Marcela, D. Quijote entabla conversación con un caminante llamado Vivaldo, quien se dirige al mismo lugar también, movido por lo curioso del caso. Pronto advierte este la extrañeza en las palabras y apariencia del Caballero Andante, preguntado cuál es su oficio. D. Quijote, orgulloso de su pertenencia a la caballería andante, afirma ser su labor más práctica y efectiva en pro de la paz que la encomendada a los llamados religiosos:

                   (…) síguese que aquellos que la profesan tienen, sin duda, mayor trabajo que aquellos que en sosegada paz y reposo están rogando a Dios favorezca a los que poco pueden (…)

 

         Vivaldo, quien se regocija de la personalidad poco cuerda de su interlocutor, continúa discutiendo el peligro que puede conllevar para los valientes caballeros encomendarse a su dama, en lugar de a Dios, cita a “(…) Don Galaor, hermano del valeroso Amadís de Gaula”, ya que este, “nunca tuvo dama señalada a quien pudiese encomendarse…” siendo replicado por D. Quijote que afirma ser oculta semejante dama, pero necesariamente existente. Comienza de este modo todo un ensalzamiento hacia la figura de Dulcinea.

         Llegados al lugar previsto para el entierro, Ambrosio, el buen amigo del difunto, está a punto de quemar unos poemas escritos por Crisóstomo, siendo algunos de ellos arrebatados de sus manos por Vivaldo, ya que este no considera justo quemar el único recuerdo conservado de hombre tan noble.

 

         XIV. Una vez leídos, y tras la aparición de Marcela, Vivaldo se despide de don Quijote y Sancho.

 

         PLANO DEL PERSONAJE.

         SE TRATA DE UN PERSONAJE SECUNDARIO, a nivel general en toda la obra, e incluso en el capítulo al que pertenece, donde el protagonismo lo comparten Crisóstomo, Marcela y Ambrosio.

 

         Ficha realizada por la alumna Ana María Cerdán Camacho (86-87).

 

         Nº 249 – Malambruno, gigante

 

         Aparece en capítulos XXXIX, XL, XLI, XLIV (2ª P.)

         Intervención:

         Cap. XXXIX

         La supuesta Condesa barbada (Trifaldi) que acude en busca de D. Quijote para que la socorra, narra la historia del entierro de la reina de Candaya y la aparición “puesto sobre un caballo de madera del gigante Malambruno, primo cormano de Maguncia, que junto con ser cruel era encantador (…) y por despecho de la demasía de Antonomasia los dejó encantados sobre la misma sepultura”. Después de lo cual juró no desencantarlos hasta la llegada de D. Quijote “en singular batalla”.

 

         Cap. XL

         Además refirió la Dueña Dolorida (Dª Rodríguez) otro mandato de Malambruno “que él enviaría (a D. Quijote) una cabalgadura harto mejor y con menos malicias que las que son de retorno”, es decir, un caballo de madera ya presente en otros encantamientos. Lleva el caballo “una clavija en la frente, que le sirve de freno, y vuela por el aire con tanta ligereza que parece que los mesmos diablos te llevan”.

 

         A ello accedió D. Quijote pues su espada “separaría de los hombros la cabeza de Malambruno”.

 

         Cap. XLI

         Dada la tardanza de Clavileño pensó D. Quijote que Malambruno “se detenía (…) o que Malambruno no osaba venir con él a singular batalla”.

 

         Cap. XLIV

         Tras el final de la aventura, fruto del engaño de los Duques, D. Quijote alababa el reposo de Clavileño y su desconcierto ante la causa que pudo mover a Malambruno “para deshacerse de tan ligera y gentil cabalgadura y abrasarla así sin más ni más”.

 

         Plano que ocupa el personaje:

         Malambruno forma parte de una amalgama de personajes sabios y encantadores, tan frecuentes en el relato, por lo cual podemos situarlo en un plano secundario, dada la influencia que tiene en el comportamiento del protagonista en estos capítulos.

 

         Ficha realizada por la alumna Angeles Sánchez Ródenas (87-88)

 

         Nº 317   SANCHO PANZA

 

         Es el segundo protagonista de la obra. Aparece por primera vez en el capítulo VII de la 1ª parte. Lo que fue su vida junto a su amo, D. Quijote, nos lo cuenta él mismo en su reflexión en la noche en que murió D. Quijote.

                   …Avisó a su escudero Sancho del día y la hora que pensaba ponerse en camino, para que él se acomodase de lo que viese que mas le era menester, sobre todo, le encargó que llevase alforjas…

 

                   Mi señor se me muere,

                   ¡y qué larga se me hace esta noche,

                   en la que todos mis sueños

                   son engullidos por la piedra del molino

                   y convertidos en niebla!

                   Yo que he tenido que ser cuerdo

                   y he guardado mis sueños

                   para que no se volviese loco mi señor,

                   yo que los he guardado como el campesino

                   al grano en el granero hasta el momento de la siembra,

                   yo que de tanto hacerme cuerdo,

                   me han nacido espigas en los pies de estar pegado en el surco,

                   yo que había soñado reinar

                   en las mil y una ínsulas que existen en nuestro mundo,

                   yo siento como embrujado todo mi ser

                   ahora

                   cuando mi amo es abandonado por sus sueños

                   y camina descalzo por las sendas de la muerte,

                   y se me ponen en pie todos mis impulsos

                   para arremeter contra las montañas de esta Mancha extensa

                   dominada por gigantes

                   que esclavizan las cepas y almacenan el vino.

                   Yo he tenido que ser cuerdo,

                   pero ahora cuando mi amo ha sido llamado por el sol

                   para recorrer nuevos caminos,

                   subiré a lo alto del monte donde crecen los molinos

                   cantando canciones de guerra con el viento

                   y pondré un aspa sobre la tumba de mi señor,

                   aquel que bailó con el fuego

                   salpicando de rojo los cien atardeceres.

 

         Ficha realizada por la alumna Angeles Sánchez Ródenas

 

         Nº 131   DULCINEA

 

         Aparece Dulcinea por primera vez al final del capítulo I, pero es descrita, como la ve don Quijote, en el capítulo XIII de la primera parte.

                   Yo no podré afirmar si la dulce mi enemiga gusta, o no, de que el mundo sepa de que yo la sirvo: solo sé decir, respondiendo a lo que con tanto comedimiento se me pide, que su nombre es Dulcinea, su patria, el Toboso, un lugar de la Mancha; su calidad, por lo menos, ha de ser princesa, pues es reina y señora mía; su hermosura, sobrehumana, pues en ella se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus damas; que sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve y las partes que a la vista humana encubrió la honestidad son tales según yo pienso y entiendo, que solo la discreta consideración puede encarecerlas, y no compararlas”.

 

                   En la noche en que murió D. Quijote.

                   Yo no fui invitada a la feria de este mundo,

                   ni busqué ser testigo

                   del hombre que quiso reinar en sus sueños

                   entre los mil castillos de los días de la vida.

                   Demasiado rápida se ha llenado la luna.

                   Trotaron mucho los campos del tiempo en esta trasnochada.

                   Todos los ríos de la imaginación discurren a lo largo de la estancia.

                   Me está creciendo el espacio.

                   ¡Cómo fermenta el vacío y se crece!

                   ¡Cómo cruzan los caballos de la muerte por esta pradera!

                   ¡Qué fuentes riegan la piedra del molino blanqueando mis sombras!

                   ¡Qué de azules se tornan los dinteles de la puerta

                   cuando el alma de los sueños de D. Quijote

                   va sembrando de margaritas

                   la canción de los robles en la sierra!           

        

II

 

   A LA BÚSQUEDA DE UNOS PERSONAJES CERVANTINOS[12]

 

Carmen Agulló Vives

(Escuela Universitaria de Magisterio de Albacete. Universidad de Castilla-La Mancha)

 

 

 

No le quedaba al caballero más que su ejemplar del “Quijote”.

Con él pasó a Córdoba. De Córdoba, don Alvaro marchó a

Sevilla. Vivía allí, de caridad, en una casilla de un barrio

extremo. Se había quedado casi ciego; no podía leer. Su íntima

angustia era no poder posar los ojos en las páginas del “Quijote”.

 

AZORÍN

“Al margen de los clásicos”

 

 

 

         En un artículo de reciente publicación[13] explico el plan de trabajo que, durante los cursos académicos 1985-86, 86-87 y 87-88, llevé a cabo con los alumnos que siguen mis cursos de Literatura Española en la Escuela Universitaria de Magisterio de Albacete.

         Por razones de espacio no se pudo incluir en el citado trabajo el índice de personajes de la inmortal obra cervantina que con tanto entusiasmo elaboraron los estudiantes. Pretendo en este artículo completar la información dando a la imprenta un índice que, si en lo sustancial coincide con los índices onomásticos aparecidos en cuidadas ediciones del “Quijote”[14], no deja de presentar un especial interés ya que se trata de la etapa final de un proceso de investigación vinculado a la actividad lectora de un grupo experimental.

         Me consta, como directora de la experiencia, que el material obtenido es de primera mano y no mera copia de índices ya existentes.

         A la hora de publicar este índice me he preguntado si sería conveniente indicar, junto a cada nombre, el capítulo en que aparece por primera vez el personaje, dato que quedó reflejado en cada una de las fichas elaboradas al respecto. He preferido suprimir tal referencia con la esperanza de que algún curioso lector entre en nuestro juego[15] y se sienta invitado a emprender una nueva lectura del “Quijote” con el deseo de encontrarse con un puñado de personajes de los que, inicialmente, sólo conoce el nombre.

         Una variante de la experiencia analizada en mi anterior artículo[16] es la introducida durante el curso actual, el 90-91, en la misma Escuela de Albacete y con estudiantes de 3º de Filología.

         Estos lectores deben tomar nota de los personajes que van apareciendo en la obra cuyo nombre (propio si lo hubiere o común en caso contrario) comience por una de las letras iniciales del nombre y apellidos del lector. La alumna Josefa Serrano Mínguez (nombre escogido al azar en nuestra lista de clase), durante el proceso lector, desconoce la existencia del índice inédito que ahora se publica. Por tanto, “a posteriori” podrá comprobar si, en su censo, aparecen 93 personajes distribuidos entre las letras J (7), S (18) y M (68).

         Lamento no poder comentar los resultados de esta nueva experiencia que, en principio, ha tenido buena acogida por tratarse de algo tan personal, relacionado con el propio nombre del lector –no olvidemos que el nombre es el hombre-, porque a la hora de cerrar el artículo el curso académico marcha todavía hacia su Ecuador.

         No demoremos más el verdadero objeto del presente trabajo: dar a luz una simple lista alfabetizada de los personajes que de manera individualizada aparecen en la obra de Cervantes “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”. Lista elaborada por alumnos de la Escuela Universitaria de Magisterio de Albacete bajo la dirección de la firmante, Catedrática de Literatura Española.   

 

 LETRA A

 

  1. Abad, tío de Sanchico
  2. Agi Morato
  3. Aguilar, Pedro de
  4. Alcalde, un
  5. Alcalde de corte, un
  6. Alfeñiquén de Algarbe
  7. Algebrista, un
  8. Alifanfarón de Trapabona
  9. Alonso, Pedro
  10. Alquife, sabio
  11. Altisidora
  12. Ama, el
  13. Amante de Leonela
  14. Ambrosio
  15. Amigo de Anselmo
  16. Amigo de Antonio (1)
  17. Amigo de Antonio (2)
  18. Amigo de Roque Guinart

---  Ana Félix (vid. Ricota)

  1. Anciano con báculo
  2. Anciano sin báculo
  3. Andrés
  4. Angel de la Carreta
  5. Anselmo (1)
  6. Anselmo (2)
  7. Antonio, cabrero músico
  8. Antonomasia, infanta
  9. Arcalaus el encantador
  10. Arnaute Mamí

---  Arráez (vid. Ricota)

  1. Arzobispo de Sevilla
  2. Austria, don Juan de
  3. Autor del falso Quijote

---  Avellaneda (vid. autor falso Quijote)

  1. Azán Agá

---  Azpeitia, Sancho de (vid. Vizcaíno)

 

 

LETRA B

 

  1. Barbero, el
  2. Barbero de la bacía
  3. Barbero, un
  4. Basilio
  5. Bazán, Alvaro de
  6. Belerma
  7. Beneficiado, un
  8. Boticario toledano
  9. Brandabarbarán
  10. Buen Linaje
  11. Burlador
  12. Burlador de la hija de Dª Rodríguez
  13. Bustamante, Pedro de

 

 

LETRA C

 

--- Caballero de la Blanca Luna (vid. Carrasco)

---  Caballero de la Sierra (vid. Roto)

---  Caballero del Bosque (vid. Carrasco)

---  Caballero de los Leones (vid. Quijote)

---  Caballero de la Triste Figura (vid. Quijote)

---  Caballero de los Espejos (vid. Carrasco)

  1. Caballero del Verde Gabán
  2. Caballeros con libreas
  3. Cabrero, un
  4. Cabrero anciano
  5. Cabrero mozo
  6. Cabrero, otro
  7. Cachidiablo
  8. Camacho el rico
  9. Camila
  10. Caminante, un (criado de don Luis)
  11. Canónigo de Toledo
  12. Capellán del Arzobispo
  13. Capitán francés
  14. Capitanes de infantería
  15. Caprichoso
  16. Carlomagno

---  Cardenio (vid. Roto)

  1. Carrasco, Sansón
  2. Carrasco, Tomé
  3. Carretero de bueyes
  4. Carretero de leones

---  Casilda (vid. Señora de Madrid)

  1. Casildea de Vandalia
  2. Castellano, un
  3. Castrador de puercos, un
  4. Cautivo, el
  5. Cautivo español
  6. Cazadores
  7. Cazadores del Duque

---  Cecial, Tomé (vid. Escudero del Bosque)

  1. Cide Hamete Benengeli
  2. Ciudadano de Florencia
  3. Clavijo, don
  4. Clenardo, padre de Dorotea
  5. Cocinero
  6. Comisario
  7. Cómitre
  8. Compañeros del Cautivo
  9. Corchetes
  10. Corchuelo, estudiante
  11. Correo
  12. Criado de Dorotea
  13. Criado del Canónigo
  14. Criado de Maese Pedro
  15. Criado de doña Guiomar
  16. Criado del de la Blanca Luna
  17. Criado de Alvaro Tarfe
  18. Criados de don Vicente
  19. Criados de don Antonio
  20. Cristiana cautiva de Agi Morato
  21. Cristianos, unos
  22. Cristina
  23. Cronista de Sancho
  24. Cuadrillero de la Santa Hermandad
  25. Cuadrillero disputador
  26. Cuatralbo de las galeras
  27. Cupido de la Carreta
  28. Cupido danzante
  29. Cura, el
  30. Cura de los disciplinantes
  31. Cura de la boda de Luscinda
  32. Cura de las bodas de Camacho

 

 

LETRA CH

 

  1. Chusma de las galeras

 

 

LETRA D

 

  1. Dádiva
  2. Dama bailarina (1)
  3. Dama bailarina (2)
  4. Danzantes de espadas
  5. Defensor de la ínsula (1)
  6. Defensor de la ínsula (2)
  7. Demonio correo
  8. Diablo de la Carreta
  9. Diablo primero
  10. Diablo segundo
  11. Disciplinantes
  12. Discreción
  13. Doce dueñas
  14. Doncella barbera
  15. Doncella de Dorotea
  16. Doncella de las toallas
  17. Doncella del Castillo
  18. Doncellas danzantes
  19. Doncellas y pajes
  20. Dorotea
  21. Dos doncellas
  22. Dueña acusadora
  23. Dueña Dolorida = Trifaldi
  24. Dueña dedos largos
  25. Dueña del río
  26. Dulcinea
  27. Duque, el
  28. Duque Ricardo
  29. Duquesa, la
  30. Durandarte

 

 

LETRA E

 

  1. Eclesiástico, un
  2. Emerencia
  3. Emperador de la Carreta
  4. Encamisados
  5. Encantador, enemigo de don Quijote
  6. Encantador de la cabeza
  7. Ermitaño
  8. Escribano (1)
  9. Escribano (2)
  10. Escribano (3)
  11. Escuadrón del rebuzno, uno del
  12. Escudero centinela
  13. Escudero del Bosque
  14. Escudero del Oidor
  15. Escudero de Roque, un
  16. Escudero deslenguado
  17. Escudero montañés
  18. Escuderos de Roque
  19. Espalder
  20. Espartafilardo del Bosque
  21. Espías y matadores
  22. Estudiante (1)
  23. Estudiante (2)
  24. Eugenio

 

 

LETRA F

 

---              Félix, Ana (vid. Ricota)

  1. Fernando, don
  2. Filipo Tercero
  3. Forastero, un
  4. Frailes de san Benito

 

 

LETRA G

 

  1. Gaiteros
  2. Galeote primero
  3. Galeote segundo
  4. Galeote tercero
  5. Galeote cuarto
  6. Galeote quinto
  7. Ganadero
  8. Ganadero, amo de Dorotea
  9. Ganadero de Quintanar
  10. General de las galeras
  11. Gentilhombre de a caballo
  12. Ginebra
  13. Ginés de Pasamonte
  14. Gran Turco Selim
  15. Gregorio, Pedro
  16. Grisóstomo
  17. Guadiana
  18. Guarda de los galeotes
  19. Guillermo el rico
  20. Gutiérrez, Juana = Teresa Panza

---              Gutiérrez, Mari = Teresa Panza

 

 

LETRA H

 

  1. Haldudo, Juan
  2. Harriero primero
  3. Harriero segundo
  4. Harriero de Arévalo
  5. Hermano de don Fernando
  6. Hermanos del Cautivo

---              Hernández, Tenorio (vid. manteadores)

  1. Hidalgo convidador
  2. Hija de doña Rodríguez
  3. Hija de la Berrueca
  4. Hija del ventero Palomeque
  5. Hijo bachiller
  6. Hijo de Barbarroja
  7. Hijo de Diego de la Llana
  8. Hijo de Pedro de Lobo

---              Hijos de Sancho (vid. Mari Sancha, Sanchico)

  1. Hoces, Ramón de
  2. Hombre de las lanzas
  3. Hombre mensajero de Luscinda
  4. Hombre que jura en el puente
  5. Hombres armados
  6. Hombres de los puercos
  7. Huésped de la venta aragonesa
  8. Huéspeda de un mesón
  9. Huéspedes de la venta, dos

 

 

LETRA I

 

  1. Interés

 

 

LETRA J

 

  1. Jaramilla, reina
  2. Jerónima, Claudia
  3. Jerónimo, don
  4. Juan, don
  5. Judiciario, un
  6. Jueces de la horca
  7. Jugador, un

 

 

LETRA L

 

  1. Labrador, un
  2. Labrador, padre de Leandra
  3. Labrador cantor
  4. Labrador escribano
  5. Labrador convidado
  6. Labrador negociante
  7. Labrador rico
  8. Labrador de la apuesta
  9. Labrador, otro
  10. Labradora, dama de Dulcinea
  11. Labradora, Dulcinea Encantada
  12. Labradores, doce
  13. Labradores, de las imágenes
  14. Lacayos del Duque, dos
  15. Laurcalco
  16. Leandra
  17. Leonela
  18. Leonero
  19. Leonora
  20. Liberalidad
  21. Licenciado
  22. Licenciado loco de Sevilla
  23. Lirgandeo, sabio
  24. Loco Júpiter
  25. López, Alonso

---              Lorenzo, Aldonza (vid. Dulcinea)

  1. Lotario

---              Luis, don (vid. mozo poeta)

  1. Luscinda

 

 

LETRA LL

 

  1. Llana, Diego de la

 

 

LETRA M

 

  1. Madre de Marcela

---              Maese Nicolás (vid. Barbero)

  1. Maestresala de los Duques
  2. Maestresala de Sancho
  3. Maestro de ceremonias
  4. Magalona
  5. Maguncia, reina
  6. Malambruno, gigante
  7. Mancebito
  8. Manteadores de Sancho
  9. Marcela
  10. Marinero
  11. Mari Sancha = Sanchica
  12. Maritornes
  13. Marsilio, rey

---              Martínez, Pedro (vid. manteadores de Sancho)

  1. Mauleón

---              Mayordomo Duques (vid. Merlín)

---              Mayordomo Duques (vid. Trifaldin)

  1. Médico
  2. Médico del pergamino
  3. Melisendra
  4. Mercader toledano
  5. Mercader valenciano
  6. Merlín
  7. Micocolembo

---              Micomicona (vid. Dorotea)

  1. Minguilla
  2. Ministro
  3. Minos

---              Miranda, Diego de (vid. Caballero del Verde Gabán)

  1. Miranda, Lorenzo de
  2. Mirón del juego
  3. Miulina
  4. Moharracho de la Carreta
  5. Mojones antepasados de Sancho
  6. Molinera, la
  7. Molineros de las aceñas
  8. Monacillo escribano
  9. Monicongo
  10. Montesinos
  11. Moras principales
  12. Morisco traductor de Benengeli

---              Moreno, Antonio (vid. amigo de Roque Ginart)

  1. Moro criado de Agi Morato
  2. Moro enamorado
  3. Moro tagarino
  4. Mozo de mulas
  5. Mozo de los encamisados
  6. Mozo de don Fernando
  7. Mozo poeta = don Luis
  8. Mozo tejedor
  9. Mozos de los frailes
  10. Muchacho, un
  11. Muchacho de los cartapacios
  12. Muchacho anunciador
  13. Muchachos traviesos, dos
  14. Muchachos, otros dos
  15. Muerte de la Carreta
  16. Mujer del ventero Palomeque

---              Mujer de Sancho (vid. Juana Gutiérrez)

---              Mujer de don Diego (vid. Cristina)

  1. Mujer deshonesta
  2. Mujer hermosa
  3. Mujer de don Antonio
  4. Muley
  5. Músico cantor
  6. Músicos
  7. Músicos tristes

 

 

LETRA N

 

  1. Ninfa

---              Nóriz, Pedro (vid. amigo de don Antonio)

 

LETRA O

 

  1. Oficial de la imprenta

---              Oidor (vid. hermanos del Cautivo)

  1. Orbaneja, pintor de Ubeda
  2. Oria, Pagán de

 

 

LETRA P

 

  1. Padre de Cardenio
  2. Padre de Luscinda
  3. Padre del Cautivo
  4. Padre de Quiteria
  5. Padres de doña Rodríguez

---              Paje (vid. mancebito)

---              Paje (vid. Ninfa)

  1. Paje, un
  2. Pajes, tres
  3. Pajes de Sancho

---              Palomeque, Juan (vid. ventero segundo)

  1. Pandafilando
  2. Paniaguado
  3. Panza, Sancho

---              Panza, Teresa (vid. Juana Gutiérrez)

---              Pasamonte (vid. Ginés)

  1. Pastor que lleva al muerto
  2. Pastor de Vélez Málaga
  3. Pastor hermano
  4. Pastores de ovejas
  5. Pedro, cabrero

---              Pedro, Maese (vid. Ginés)

  1. Pentapolín del Arremangado Brazo
  2. Peregrinos, dos

---              Pérez, Pero (vid. Cura)

  1. Pérez Mazorca, Pedro

---              Pérez de Viedma (vid. hermanos del Cautivo)

  1. Perlerina, Clara
  2. Perlerino, Andrés
  3. Pescador, un
  4. Pescadores
  5. Pícaro barbero
  6. Pierres, el valeroso
  7. Pierres Papin
  8. Pintor de mala mano
  9. Poesía
  10. Porquero, un
  11. Posesión Pacífica
  12. Primo, el

 

 

LETRA Q

 

  1. Quijote, don
  2. Quintañona, dueña
  3. Quiñones, doña Guiomar de
  4. Quiteria la Hermosa

 

 

LETRA R

 

  1. Radamanto
  2. Recio, Pedro
  3. Regidor primero
  4. Regidor segundo
  5. Reina de la Carreta
  6. Renegado murciano
  7. Retor de la casa de locos
  8. Rey de Argel
  9. Ricota
  10. Ricota, Francisca
  11. Ricote el morisco
  12. Roca o Rosa, Vicente de la
  13. Rodríguez de Grijalba, doña
  14. Roldán
  15. Roque Guinart
  16. Roto de la mala figura, el
  17. Ruidera y sus dos hijas
  18. Ruiz, Lope

 

 

LETRA S

 

  1. Saavedra
  2. Salvajes, cuatro
  3. Salvajes portadores de Clavileño

---              Sanchica (vid. Mari Sancha)

  1. Sanchico

---              Sancho Panza (vid. Panza)

  1. Sastre
  2. Secretario de Sancho
  3. Señora del coche
  4. Señora de la perrica
  5. Señora de Madrid
  6. Sirvientes de Belerma
  7. Sobrina, la
  8. Sobrino de don Antonio
  9. Soldado de la Carreta
  10. Soldados de las galeras
  11. Soldados, dos
  12. Sotaermitaño

 

 

LETRA T

 

  1. Tarfe, Alvaro
  2. Tendera de avellanas
  3. Tesoro
  4. Timonel de Carcajona
  5. Tinacrio el sabidor
  6. Tío de Marcela
  7. Tiopieyo, Juan
  8. Tiquitoc
  9. Tocho, Lope
  10. Tolosa, la
  11. Toraquis
  12. Torralba, Licenciado
  13. Torralba, pastora
  14. Torrellas, Vicente
  15. Tosilos
  16. Traductor

---              Trifaldi , condesa (vid. Dueña Dolorida)

  1. Trifaldín el de la Barba Blanca

 

 

LETRA U

 

  1. Uchalí, el
  2. Urbina, Diego de

 

 

LETRA V

 

  1. Valentía
  2. Vaqueros
  3. Vecino flaco
  4. Vecino gordo
  5. Velasco, Bernardino de

---              Ventera (vid. mujer del ventero)

  1. Ventero, el
  2. Ventero segundo
  3. Ventero tercero
  4. Vicario eclesiástico
  5. Viedma, Clara de
  6. Virrey de Barcelona
  7. Vivaldo
  8. Vizcaíno, el

 

 

LETRA Y

 

  1. Yangüeses, uno de los

 

 

LETRA Z

 

  1. Zagala primera
  2. Zagala segunda
  3. Zoraida

 



[1] Versión revisada del artículo publicado en el Homenaje a Eusebio Aranda, Monteolivete, 7, curso 1989-90. Departamento de Didáctica de la lengua y la literatura, Valencia, 1991, págs. 39-50.

[2] El 11 de septiembre de 1965 se inauguraba en Albacete el monumento que esta ciudad dedicaba a Azorín, en cuyo pedestal se halla la inscripción “Albacete, siempre. Azorín”. Estas palabras las escribió el maestro como dedicatoria, en diciembre de 1954, en una fotografía suya que envió al escritor local José S. Serna, entrañable amigo y devoto. Hay cumplida documentación sobre este tema en José S. Serna, “Vida y fantasía en Azorín”, Albacete, 1965, edición del autor, y en Azorín, “Albacete, siempre”, Recopilación, prólogo y notas de José S. Serna, 1970, ed. Ayuntamiento de Albacete.

[3] Miguel de Cervantes Saavedra, “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Edición crítica y comentarios de Vicente Gaos, Gredos, Madrid, 1987. (Téngase en cuenta la fecha de realización del trabajo, 1988. Es evidente que, al día de hoy, se han publicado nuevas y valiosas ediciones del Quijote).

[4] Américo Castro, “La enseñanza del español en España”, Madrid, 1921.

[5] Llegado a esta situación, el futuro profesor de E.G.B. no necesitará indicaciones sobre cómo utilizar el Quijote en la escuela puesto que “desde su amor a la obra” él sabrá elaborar personales recursos didácticos, según los casos.

[6] Leopoldo Alas, “Clarín”, “LA REGENTA”, Edición e introducción de Mariano Baquero Goyanes, Espasa-Calpe, Madrid, 1984.

[7] A pesar de nuestros propósitos, en más de una ocasión surgieron dudas sobre la conveniencia o no de censar personajes no individualizados sino presentados en grupos como estos espías y matadores. También con respecto a las alusiones de personajes históricos o de otras novelas. En cada caso, sin demasiado rigor, se optó por seguir el criterio de la mayoría.

[8] No hay nada tan gratificante como el utilizar recursos didácticos nuevos aplicados al mismo tema. Es así como el profesor evita la rutina en la tarea repetitiva de la enseñanza.

[9] Desde fuera, alguien ha argumentado que al concentrar atención e interés en unos muy concretos personajes pueden escaparse aspectos importantes de la obra y resultar el remedio peor que la enfermedad. La corta experiencia de dos años académicos solo nos permite afirmar que esto no ha sucedido en mayor medida que en el caso de una lectura normal, sin estos estímulos.

[10] Helmut Hatzfeld, “Don Quijote como obra de arte del lenguaje”, C.S.I.C., Madrid, 1966, 2ª ed.

[11] Mª Hortensia Lacau, “Didáctica de la lectura creadora”, Kapelusz, Buenos Aires, 1966.

[12] Publicado en la revista Ensayos. Revista de la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de Albacete. Nº. 7, diciembre de 1992, págs. 9-16.

[13] CARMEN AGULLÓ VIVES, «“El Quijote”, siempre (Recursos didácticos)» MONTEOLIVETE, 7, Homenaje al profesor Eusebio Aranda Muñoz, curso 89-90, Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura, Universidad de Valencia.

[14] Véase, por ejemplo, para su cotejo, la edición crítica de Vicente Gaos, Gredos, Madrid, 1987.

[15] Empleamos aquí el término “juego” con toda la seriedad científica que el lector puede constatar en el ilustrativo libro de Raúl H. Castagnino “¿Qué es la literatura?”, Nova, Buenos Aires, 1970.

[16] Vid. nota 1.