Villa romana situada en las inmediaciones del municipio de Mula cuyas excavaciones comenzaron en 1985 y continúan en la actualidad. El asentamiento cumple con el prototipo de villae suntuosa de vocación agropecuaria descrito por el agrónomo Collumela en su obra de Re Rustica. En ella, se identifican áreas de carácter residencial junto con otras relacionadas con la transformación y almacenamiento de un producto de primera necesidad en el mundo antiguo como era el aceite o vino. Durante las diferentes campañas se ha podido constatar la existencia de elementos decorativos característicos de estos establecimientos, tales como mosaicos, pinturas, mármoles, etc., los cuales debieron satisfacer los deseos de lujo y comodidad que albergaban estos ricos propietarios agrícolas.
Este establecimiento rural, residencia y explotación agropecuaria se desarrolla y transforma a lo largo de sus cinco siglos de existencia, partiendo de su fundación a finales del siglo I d.C. hasta el cese de su actividad, que habría que situar hacia mediados-finales del V d.C. En su última fase una de las estancias se reforma y adquiere funcionalidad religiosa, pasando su entorno a ser un improvisado cementerio.