Enclavada en el “Cerro del Castillo” del municipio de Lezuza (Albacete), se vio beneficiada en época antigua por su ubicación geoestratégica privilegiada. El yacimiento arqueológico ocupa 30 Ha de restos que abarcan desde el Bronce Final hasta la Baja Edad Media, presidida esta última por la torre vigía que da nombre al cerro, y a la que corresponde igualmente un edificio de las órdenes militares. De época romana destaca la muralla tardorrepublicana y el foro de la colonia Libisosa Foroaugustana mencionada por Plinio, mientras que del oppidum ibérico adscrito a la Regio oretana por Ptolomeo destaca sin duda su fase final.
La excelente conservación de estructuras y materiales de la etapa iberorromana de Libisosa se debe al “efecto sepultura” provocado por su destrucción precipitada y sistemática, que ha permitido llegar hasta nuestros días una imagen congelada de su estado previo a la devastación, lo que constituye una mina para la investigación del Ibérico Final y la Hispania republicana.
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