El proyecto de investigación arqueológica en el yacimiento ibérico de Coimbra del Barranco Ancho es uno de los más antiguos que la Universidad de Murcia lleva a cabo en la Región de Murcia. En 1977 se iniciaron los trabajos de campo dirigidos por Ana María Muñoz Amibilia entonces catedrática de Arqueología, Epigrafía y Numismática de la Universidad de Murcia.
A lo largo de casi 40 años de excavaciones y estudio de la cultura ibérica del altiplano murciano se ha intervenido en buena parte de este importante conjunto ibérico. Se ha excavado tanto en el poblado, como en dos de las necrópolis de incineración de las tres con que contó el hábitat y en el santuario situado hacia el este del núcleo poblacional.
Los primeros años del programa 1977-1981 se centraron en la excavación de la planicie oriental y el acceso al oppidum. Se documentó buena parte de la trama urbana. Las casas son, por lo general de tendencia rectangular con una o varias estancias, que muestran una característica morfológica singular y son semi-subterráneas, debiendo bajarse 2/3 escalones desde la calle para llegar al nivel de uso de las estancias. Los espacios comunes tipo patio, plaza o adarves también son interesantes.
En el periodo 2015-2019 se ha vuelto a trabajar de forma sistemática en el sector de la puerta de acceso. Esta consta de un gran vano de unos 3 m de luz, protegido por dos espigones rectangulares que lo delimitan y donde estaría ubicada la puerta de cierre. La puerta se protegía con una torre cuadrangular desde el principio ubicada al sur de la misma. Sin embargo a lo largo del siglo III a.C. se produjo una monumentalización del espacio y la torre se amplió notablemente hacia el este y sur, conformándose un amplio espacio de unos 70 m2.
En la necrópolis del poblado, conocida así por estar ubicada en la misma planicie que el hábitat y que es la principal del complejo ibérico, se han llevado extensas excavaciones entre 1980 y 2010. Se han registrado 230 enterramientos ibéricos cuya cronología oscila desde principios del siglo IV a.C. hasta las primeras décadas del II a.C. En este momento cesaron las deposiciones con la destrucción del poblado, quizás como consecuencia directa de la Segunda Guerra Púnica.
En 1981, se produjo el hallazgo del monumento funerario tipo pilar-estela llamado de los Jinetes, que es el único en España que, hasta ahora, ha conservado todos sus elementos constitutivos. Se está trabajando para que en un corto lapso de tiempo este importante yacimiento ibérico sea visitable por el gran público.
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