CSIR. Historia

Con los precedentes representados por diversos trabajos de Albertini, Lantier, Pijoan y Poulsen, por referir casos significativos de la primera mitad del siglo XX, los estudios españoles de escultura romana conocieron un punto de inflexión en la figura y obra de Antonio García y Bellido, cuyo volumen Esculturas romanas de España y Portugal, publicado en Madrid en 1949, es una impresionante antología –realizada de conformidad a la más moderna metodología arqueológica de la época– de las esculturas hispanas conocidas hasta la fecha. La ingente labor del maestro en éste y otros muchos ámbitos de la Arqueología Clásica hispana, encontró continuidad en el trabajo de los Antonio Blanco Freijeiro y Alberto Balil Illana, bajo cuya tutela se formaron casi todos los estudiosos que, a día de hoy, trabajan en España en el campo de la escultura romana. Mención especial en este brevísimo recorrido historiográfico merece la labor desarrollada en las últimas décadas por la sede madrileña del Instituto Arqueológico Alemán, donde arqueólogos como Walter Trillmich, Thomas Schattner, Markus Trunk, Stephan Schröder y Michael Blech, por citar algunos relevantes, han acometido estudios de gran calado. También las Reuniones sobre Escultura Romana en Hispania, cuyo impulso inicial fue tributario de la labor de la T. Nogales Basarrate y de las cuales se han organizado siete ediciones entre 1992 y 2019, han supuesto un impulso excepcional para este campo de estudio en España, habiéndose integrado desde la edición de Murcia celebrada en 2005 una nutrida de colegas extranjeros a los debates de dicho foro.

En este contexto, sin duda A. Balil, que en los años 70 del pasado siglo había iniciado la publicación de la serie Esculturas romanas de la península Ibérica, de la que llegaron a publicarse diez fascículos, era la figura idónea para aglutinar y dirigir un equipo que acometiese la redacción de los volúmenes hispanos del CSIR, sumándose España de esta forma al acuerdo internacional alcanzado en el marco del VIII Congreso Internacional de Arqueología Clásica celebrado en París en 1963. En enero de 1987 se constituyó en el Ministerio de Cultura un primer Comité científico bajo la presidencia de Balil, si bien la inesperada muerte del maestro en 1989 privó de continuidad al proyecto. No será hasta el año 1997 cuando, en el seno de la III Reunión sobre Escultura Romana en Hispania, Isabel Rodà propuso retomar el proyecto español del CSIR. La unanimidad con que fue acogida su propuesta permitió solicitar un Proyecto de Investigación a la Dirección General de Ciencia y Tecnología, en su convocatoria de 1998, titulado Corpus Signorum Imperii Romani España, coordinado por I. Rodá e integrado por un total de siete subgrupos correspondientes a diversas universidades. Lamentablemente, en la resolución de la convocatoria el Proyecto fue desestimado de forma global, siendo financiados únicamente con escuetas cantidades económicas los subproyectos de las universidades Autónoma de Barcelona y Universidad de Málaga.

A pesar del escaso apoyo institucional recibido y de la inexistencia de una institución que centralizase la ejecución y edición del Proyecto, en 1999 comenzó su andadura el CSIR España. El 28 de mayo de 1999, en la sede del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, se reunieron I. Rodà, P. Rodríguez Oliva, E. Koppel, J. Beltrán, L. Baena, T. Nogales Basarrate, M. Claveria y J. M. Noguera, al objeto de establecer las bases fundamentales en que cimentar el desarrollo y edición del proyecto. Se acordó crear un Comité Científico, coordinado por Rodá, integrado por investigadores procedentes de diversas instituciones. En el seno del Comité, se constituyó además una Comisión Permanente, integrada por Rodà (coordinadora), Rodríguez Oliva, León, Koppel, Beltrán, Baena, Nogales, Claveria y Noguera (secretario). Se debatieron ampliamente diversos aspectos relacionados con la estructura, ejecución y edición de los futuros volúmenes, que entre 2001 y 2006 fueron publicados por la Editorial Tabularium (desaparecida en 2011) y a partir de 2012 de forma sistemática por el Institut Català d’Arqueologia Clàssica de Tarragona. Desde 2015, el director del proyecto es José Miguel Noguera (Universidad de Murcia) y su secretaria Montserrat Claveria (Universidad Autónoma de Barcelona).

Entre los acuerdos adoptados en aquella reunión, pueden referirse los siguientes. El CSIR España se organizaría en tres volúmenes, con sus correspondientes fascículos: Volumen I. Divisiones administrativas modernas; Volumen II. Temático; Volumen III. Museos y Colecciones. Referente a los límites cronológicos, se acordó la inclusión en el corpus tanto la escultura de los siglos II y I a.C., como de la de temática cristiana, al ser ésta una producción estrictamente romana. Se incluirían en los estudios la totalidad de materiales escultóricos en piedra (a excepción de los arquitectónicos) y en metal, siempre y cuando no fuesen de formato reducido. Como novedad de interés, se acordó que los fascículos constaran de dos partes bien definidas: el catálogo propiamente dicho y un estudio o valoración de conjunto. Respecto a la ordenación topográfica, las esculturas se organizarían por provincias y localidades de procedencia, indicándose, en caso de entidades de población menor, el municipio al que se adscriben. Siempre que fuera posible se indicaría su correspondencia con ciudades antiguas y/o su ubicación en el marco de las antiguas divisiones administrativas romanas. A tal objeto, se utilizaría siempre el criterio establecido en la Tabula Imperii Romani o, en su defecto, en el Corpus Inscriptionum Latinarum. De otra parte, cada catálogo se ordenaría en base a un criterio de ordenación temática (escultura exenta y en relieve [ideal, icónica, zoomorfa, votiva, perdidas…], y monumentos arquitectónicos con escultura figurada), no incluyéndose elementos arquitectónicos esculturados (como capiteles, capiteles de pilastra…), excepción hecha de aquellos que presentasen decoración figurada. También se acordó el modelo de ficha catalográfica a utilizar en los diferentes fascículos, propuesta por L. Baena e inspirada en la contenida en el volumen de J. Huskinson, 1975.

Con estos precedentes, entre los años 2001 y 2020 se han publicado un total de diez fascículos, lo que representa una ratio de una edición cada dos años.

El camino andado no es desdeñable, a pesar de la distancia que el proyecto español mantiene con el de países como Alemania, Austria o Gran Bretaña. Los principales escollos a los que se enfrenta son, sin duda, la falta de una adecuada financiación, la inexistencia de una institución que acoja y centralice el proyecto, y la falta de interés entre las jóvenes promociones de arqueólogos por este campo de la Arqueología Clásica. Los retos tampoco faltan. Quizá uno de los principales sea la digitalización e inclusión de la información generada en una base de datos accesible on line. En este sentido, sin duda será determinante el nuevo impulso que la AIAC y el nuevo Comité Internacional del CSIR, constituido en Roma el 19 de febrero de 2013, pretenden dar al proyecto. El proyecto español, que tendrá su continuidad en los próximos años bajo la tutela del referido Comité científico y la dirección de quien suscribe, se plantea como meta primordial continuar elaborando y publicando trabajos que enriquezcan el corpus y conocimiento de la escultura hispanorromana.

Comité científico español Fascículos publicados