El enigma Majorana, por el Prof. Dr. D. Ángel Ferrández Izquierdo, académico numerario

Ángel Ferrández ficha

Columna de la Academia, publicada en el Diario La Verdad, el 10 de octubre de 2015

A finales de marzo apareció en nuestras librerías A propósito de Majorana, del periodista y escritor argentino, afincado en Barcelona, Javier Argüello, hecho que despertó mi curiosidad para saber si de verdad se refería al genial físico que yo remotamente conocía. Pues resulta que ya en 1937, Ettore Majorana había predicho la existencia de una partícula subatómica estable que ella misma sería su antipartícula, es decir, al mismo tiempo es materia y antimateria, y que más tarde se conocería como el fermión de Majorana. Curiosamente, un equipo de científicos de la Universidad de Princeton observó, por primera vez, una tan extraña partícula, cuyos resultados publicaron en Science el 2 de octubre de 2014.

Pero ¿por qué el enigma Majorana y de dónde su genialidad? Unos días después de su misteriosa desaparición, Enrico Fermi confesaba a su esposa: “Ettore era demasiado inteligente. Si él ha decidido desaparecer, nadie será capaz de encontrarlo”. Procurando que el propio Mussolini apoyará su búsqueda, Fermi insistía: “Hay varias categorías de científicos en el mundo; los de segunda o tercera fila hacen todo lo posible, pero nunca llegarán muy lejos. Luego está la primera fila, los que hacen descubrimientos importantes, fundamentales para el progreso científico. Pero luego están los genios, como Galilei y Newton. Majorana era uno de estos”.

El enigma se debe a su misteriosa desaparición. Majorana nació el 5 de agosto de 1906 en Catania (Sicilia) en el seno de una familia acomodada, que se trasladó a Roma, donde Ettore completó sus estudios preuniversitarios. Pretendió seguir los pasos de su padre, ingeniero, en la Universidad de Roma, pero sus amigos pronto le convencieron de que su futuro estaba en la física, así que pronto ingresó en el Instituto de Física y empezó a trabajar bajo la dirección de Fermi. En 1938 ganó una plaza para enseñar Mecánica Cuántica en la Universidad de Nápoles. La noche del 23 de marzo de 1938 tomó el barco a Palermo y en el hotel donde se alojó dejó el siguiente mensaje para su familia: “No vistáis de luto. Como mucho, solo un emblema, pero no por más de tres días. Recordadme en vuestros corazones, si podéis, y perdonadme”.

Después de examinar todas las pruebas, Leonardo Sciascia, en su novela de 2007, La desaparición de Majorana, apunta al suicidio de Majorana, porque previó que las fuerzas nucleares llevarían a las armas nucleares. Su familia no ha compartido esa teoría, sino que sufrió una crisis de fe espiritual y se retiró a un monasterio.