En la actualidad disponemos de fármacos muy eficaces cuyo mayor inconveniente es su baja solubilidad en agua y la poca absorción celular. Por ello se están estudiando nuevas estrategias que consiguen llevar de forma muy dirigida los fármacos a su lugar de actuación. Entre las tecnologías más prometedoras se encuentran las que se basan en lípidos y en las estructuras que éstos son capaces de formar.