3. Tipos de estudio de Paisaje

 

Desde los años 60 se vienen desarrollando numerosos métodos de valoración del paisaje y el espectro que constituyen puede quedar limitado en sus extremos con métodos basados en la valoración subjetiva, individual o de grupos, de la calidad del paisaje y con métodos que utilizan atributos físicos del paisaje como sustitutivo de la percepción personal. Para el cometido de nuestra asignatura dividiremos los estudios de paisaje en cinco grupos:

  • Métodos indirectos o de análisis de las componentes
  • Modelos para predecir la preferencia
  • Métodos directos o de contemplación de la totalidad
  • Métodos mixtos de valoración directa y análisis posterior de las componentes
  • Métodos de valoración económica del paisaje

 

Métodos indirectos o de análisis de las componentes

Comprenden la mayor categoría de métodos para la valoración de los recursos escénicos; incluyen tanto métodos cuantitativos como cualitativos para la evaluación de paisajes mediante análisis y descripción de sus componentes. La aplicación de estos métodos suele realizarse en las siguientes fases: identificación de los componentes, medición para cada unidad, establecimiento de coeficientes de ponderación de la contribución de cada elemento a la calidad y obtención de un valor general de la calidad del paisaje y un inventario del paisaje basado en criterios aplicados subjetivamente –pero seleccionados objetivamente-, la objetividad de su aplicación, y su precisión, a menudo cuantitativa, resulta enmascarada por la subjetividad subyacente.
Los métodos indirectos tienen una serie de supuestos. En primer lugar, que el valor del conjunto del paisaje se puede explicar en términos de una combinación de los valores de sus componentes. Además, que la belleza del paisaje radica en sus componentes, es un atributo físico del paisaje. Y que los estándares de belleza de los profesionales que efectúan la evaluación son extensibles a toda la sociedad. Las principales objeciones que suele hacerse a este tipo de valoración son: partir de la premisa de que el paisaje visual se puede reducir a componentes constituyentes; que la calidad visual del paisaje se puede medir aisladamente y que, cuando se suman, esas componentes representan el paisaje total; aunque se haga una búsqueda detallada de los factores relevantes, inevitablemente existirá una proporción del paisaje que no se pueda explicar con la agrupación de los factores aislados. Esta proporción dependerá de la sutileza del paisaje, como la interacción entre los elementos, y de las propiedades del paisaje, como la sombra y la iluminación.

Modelos para predecir la preferencia

La medida del paisaje (modelos de componentes) es el primer estado del proceso de evaluación del paisaje, después sigue la medida de preferencia o valor del paisaje y la evaluación del paisaje en términos de preferencia social e individual para paisajes en términos de preferencia social e individual para paisajes diferentes medidos por las componentes. Existen unas cuantas características permanentes del paisaje que representan una primera contribución a la calidad escénica como son: relieve, agua, cubierta del suelo y elementos antrópicos. Por ejemplo, rápidos de agua, grandes árboles, prados de hierba y montañas angulosas, poseen rasgos estéticos positivos para el criterio de los juicios del público. Troncos tumbados y talas, plantaciones densas de árboles pequeños y árboles muertos recientemente poseen rasgos estéticos negativos.
Los modelos predictivos requieren valoraciones de sensibilidad y confianza de los predictores y de la respuesta. En este sentido, los resultados de este tipo de trabajos se basan en las encuestas a la población y los intereses que demuestren ante un catalogo de escenarios o paisajes previamente seleccionados. La respuesta media obtenida de ese sondeo nos proporciona la verdadera preferencia de la muestra de la población hacia uno u otro tipo de paisajes.

Métodos directos o de contemplación de la totalidad

La calidad visual de un paisaje es calificada sobre la base de una preferencia individual del observador por el paisaje completo. Estos métodos, basados en la valoración subjetiva del escenario que abarcan lo heterogéneo y los cambios de percepción de los individuos, son probablemente los de más éxito. Se acepta la subjetividad sobre el paisaje de contacto y tienen como mayor ventaja su operatividad y sencillez. La esencia de los métodos de preferencia está en la valoración del paisaje, o su sustituto, en su totalidad, en oposición a las técnicas de medición, que dependen de la definición de factores para explicar la variación en la calidad del paisaje. Utilizan directamente escalas de rango o de orden, sin desagregar el paisaje en componentes o categorías estéticas, por lo que surge el problema de la subjetividad. Generalmente se recurre a escalas cualitativas (espectacular-soberbio-distinguido-agradable-vulgar-feo, o soberbio-atractitvo-monótono-aburrido) o a escalas numéricas.
La mayoría de estas técnicas proceden de la suposición de que hay un amplio consenso dentro de nuestra sociedad sobre qué se considera un alto valor de paisaje. Este supuesto es enlazado con otro: que la calidad del paisaje es una propiedad intrínseca del paisaje y puede ser establecido objetivamente. Las principales dificultades inherentes a los métodos directos son relativas a: la ordenación de los distintos paisajes, la utilización de sustitutos (fotografías, diapositivas, películas), y la selección de la red de puntos de observación.
Atendiendo a la subjetividad de las valoraciones de los métodos directos, se puede establecer una clasificación definida por cuatro métodos:

-Los métodos de subjetividad aceptada. Implican atender a la subjetividad de un experto. Nos encontraríamos en el extremo de subjetividad al depender por completo de la apreciación del profesional, aunque experimentado y con criterios coherentes que permita mantener estándares estables en la evaluación.

-Los métodos de subjetividad controlada. Buscan sistematizar la valoración de forma que los resultados de su aplicación en una zona sean comparables con los obtenidos en otra. Para ello se apoyan en el uso de una escala universal de valores.

-Los métodos de subjetividad compartida. Recurren a la valoración por medio de la dinámica de grupo, panel de expertos, buscando el consenso mediante un proceso iterativo. Requiere profesionales con experiencia, como en los de subjetividad aceptada, pero incorpora la discusión y negociación de apreciaciones eliminando posturas extremas.

-Los métodos de subjetividad representativa. Incorporan un enfoque distinto, buscan la apreciación que tiene del paisaje la sociedad, recurriendo a la valoración de una muestra representativa de la sociedad. En este sentido, podemos hablar de subjetividad de conjunto. Emplean las técnicas de estudios de preferencia por síntesis democrática de valoraciones, muestra representativa y cuantificación de apreciaciones. La principal limitación está en la representatividad de estas preferencias hacia las cualidades del paisaje.

Métodos de evaluación económica del paisaje

Consiste en relacionar determinados valores de preferencia de los modelos con valores económicos de esos mismos paisajes. Los resultados de este tipo de trabajos sugieren que la evaluación de un consumidor de un bien material, que pasa por alto una escena natural dada, tiene una alta correlación con las puntuaciones sobre la preferencia prevista del escenario. Se debería poder desarrollar una ecuación que uniera valores de preferencia escénica con valores económicos de la tierra. Los resultados de la investigación deberían ser útiles al analizar el efecto que tienen los cambios antrópicos en ambientes naturales sobre la relación coste-beneficio y el impacto ambiental.

Métodos mixtos o de valoración directa y análisis posterior de las componentes

Estos métodos tienen su origen en la evolución de los indirectos hacia una progresiva cuantificación complementada con los estudios de preferencias por encuestas sobre paisajes de contacto para determinar el valor de cada componente. La valoración sólo se puede hacer directa pero se utiliza la desagregación para contrastar la valoración directa y facilitar la comprensión y simplificar. También permiten la comprobación empírica de la contribución de cada factor. También permiten la comprobación empírica de la contribución de cada factor. En este caso, se tratan las unidades paisajísticas como variables perfectamente medibles sobre las que aplicar una regresión lineal múltiple tomando el valor subjetivo como variable dependiente para su ponderación.
Los métodos mixtos también llamados holísticos cuantitativos combinan dos estrategias: encuestas de preferencia pública cuantitativa e inventarios de rasgos de paisaje. Las medidas de calidad del paisaje se deberían relacionar sistemáticamente con rasgos físicos/biológicos  y sociales del ambiente, de tal forma que se puedan hacer predicciones certeras de las implicaciones del cambio ambiental. Es necesaria primero la identificación de variables cuantitativas que reflejan las preferencias del público por paisajes naturales con entrevistas sobre fotografías, el aspecto de cada fotografía se cuantifica según sus componentes, y con análisis multifactorial de las valoraciones se obtienen las preferencias por los componentes más determinantes.
De acuerdo a lo comentado hasta el momento, parece evidente que en un estudio que pretenda evaluar las cualidades estéticas del paisaje puede ser bastante complejo al tener que considerarse una cantidad de factores que pueden ser innumerables. Pese a ese obstáculo, la valoración cuantitativa mixta del paisaje supone una buena aproximación al conocimiento de los valores que componen el entorno visual de un área de estudio, pues nos da una idea general de las posibilidades características estéticas de un escenario. Por ello, la metodología que se aplicará para cumplir con las tareas del curso seguirá el último enfoque señalado.