Zona Termal

Comprende los restos excavados en la galería termal y los hallazgos antiguos producidos en la misma. Con diferencia es el  lugar más interesante del Balneario pues la surgencia tuvo que motivar que las primeras instalaciones romanas se situaron allí. Ahora bien, es evidente la dificultad que entraña realizar excavaciones arqueológicas en el interior de un edificio. A ésta hay que añadir la aparición de agua a más de 50º de temperatura en el momento en que se profundiza un poco y la necesidad de trabajar con bombas que jamás consiguen eliminar completamente el agua caliente. Pese a ello, la intervenciones realizadas han permitido generar una primera imagen de cómo era y como funcionaban las termas de época romana. Se ha excavado en tres lugares:

1- La intersección de la galería termal con el pasillo de comunicación con el Hotel Levante, donde destaca una puerta de 1,20 m. de anchura y 3 m. de altura conservada que da paso a un pasillo del que se han exhumado cerca de 5 m. Dicha puerta tiene una reparación en la que se coloca como umbral un fragmento de fuste de columna de travertino blanco. Además de la entrada destaca la aparición de una basa de columna de caliza negra y orden toscano, una tégula (teja) plana con el sello del alfarero en el que se lee MARI y unos gruesos estratos de arena que delatan una gran inundación.

2- El centro de la galería termal, entre ésta y las cabinas más cercanas al monte, donde se encontró en una capa de fango y agua caliente una columna completa con dos secciones de fuste de travertino blanco y una de caliza y un capitel de orden toscano.

3-  La zona inmediata al nacimiento, entre éste y las escaleras de comunicación con el Hotel León. Aquí destaca un muro de mampostería en la misma línea que la puerta de entrada a la estufa actual y un pavimento de losas de caliza, que responde sin duda al pavimento embaldosado con losas labradas que mencionan autores como Breix. Sobre este suelo se halló parte de otra columna, varios sillares reutilizados y una inscripción en las que se hacen votos por la salud de Murcia.

Sin título

Los balnearios eran lugares en que los enfermos podían mejorar o sanar. No eran las aguas las que propiciaban la salud, sino la relación personal que se establecía entre los dolientes, que a la vez eran fieles y bañistas, y la divinidad bajo cuya protección se encontraba el balneario. Las aguas curativas estaban tocadas por la mano de la divinidad. Por este motivo, balneario y templo eran una misma cosa y la primera acción del visitante era introducirse en el interior del reciento sagrado para encomendarse al dios o a la diosa titular haciendo votos y dejando una pequeña ofrenda a modo de óbolo. Así pues, el bañista llegaba al edificio que contenía en su interior el templo-balneario, se introducía en él, circulaba por un pasillo hasta llegar a la capilla principal, que coincidía con la surgencia, hacía sus votos, dejaba su ofrenda y salía por un pasillo y una puerta diferente del recinto. Tras esta ceremonia que sólo podemos esbozar, comenzaría el tratamiento termal.

Efectivamente los restos encontrados responden muy bien a este planteamiento, de modo que hasta ahora tenemos una de las dos entradas  y un segmento de uno de los pasillos y el corredor pavimentado que antecedía a la capilla de la advocación principal y tal vez a otras divinidades menores y donde se dejaban las ofrenda y se hacía las peticiones. Entre puerta y capilla y enmarcada por los pasillos existía una piscina porticada, de la que la única evidencia hasta el momento son las columnas.

Por otra parte, la reutilización de elementos arquitectónicos unida a la inundación detectada y la lápida de los duoviros en la que se habla de la reconstrucción de los acueductos, nos informa de que en época romana hubo un momento de construcción de las instalaciones, una destrucción por causas naturales y una posterior recuperación del edificio.