Temporada 4 – Programa 11 – PETRA, una de las grandes maravillas del mundo

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Petra, Jordania. Foto de Mark Brodkin.
Fuente de la imagen:  http://on.natgeo.com/2nzEoy4

 

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Redacción y voz: Cristina Guirao Pallarés
Grabación y edición: Cristina Guirao Pallarés e Inés Martínez

 

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PETRA, una de las grandes maravillas del mundo.

“En Petra, el sentido de lo fantástico representa la normalidad”. Según podemos observar en la Biblia, esta ciudad era conocida como Selá, que quiere decir “roca” en hebreo; por su parte, los árabes se referían a ella con el nombre de “Valle de Moisés”; si bien su nombre original y más antiguo es desconocido en la actualidad. Hoy en día, Petra se halla 260 km al sur de la ciudad de Amán (Jordania).

Se ha podido constatar que los nabateos no fueron los primeros pobladores de estos territorios, ya que previamente a su llegada, durante el Paleolítico, la región fue habitada por grupos de cazadores y recolectores nómadas. Más tarde vivirían en ella otros pueblos diferentes, hasta que alrededor del 1500 a.C., como señalaba la Biblia, se asentó en Petra un grupo identificado como los Oritas, quienes posteriormente fueron expulsados por grupos semíticos edomitas que, a su vez, serían sustituidos, finalmente, por los nabateos.

Petra, en sus inicios, habría sido un campamento compuesto por tiendas hechas con tejidos naturales y artesanales – muy diferentes a la imagen de gran metrópoli que presenta en la actualidad –. Este tipo de hábitat temporal y ligero, resistió, sin embargo, embates egipcios, sirios e incluso de Alejandro Magno. Después, lentamente, las tiendas se fueron transformando en casas de ladrillo, piedra o madera y evolucionando la ciudad para convertirse en un verdadero centro urbano de nivel.

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Las ruinas de la ciudad de Petra compiten en espectacularidad y belleza con las de Palmira, en Siria, Baalbek, en el Líbano, o Gerasa, en Jordania. La ciudad, construida en piedra arenisca, muestra construcciones monumentales como serían los espacios públicos entre los que debemos recalcar el teatro, tallado en roca viva posiblemente durante la primera mitad del siglo I d.C., o el Tesoro del Faraón, edifico de estilo helenístico aun con peculiaridades nabateas.

El Tesoro, Mausoleo del rey nabateo Aretas IV. Fuente de la imagen: http://bit.ly/2m4qoMA

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Petra fue un enclave importantísimo del comercio, ya que se encontraba en el centro estratégico de las vías comerciales hacia Asia y poseía una gran riqueza hidráulica, de la que abastecían las rutas caravaneras.

Además del comercio, Petra se dedicó a la cría de dromedarios y al cultivo del trigo, lo que demuestra su carácter sedentario, antes ya mencionado.

Su población se fue formando con las influencias de muchas culturas y con gentes venidas de todas partes, lo que supuso para la zona una gran riqueza humana, una maravillosa mezcla global, multiétnica y cultural. Sin embargo, no se puede trazar una cronología exacta del reino nabateo, porque no se dispone de datos directos que permitan trazar una historia más o menos firme. Hemos de conformarnos con la información arqueológica y las noticias aisladas que proporcionan las fuentes clásicas escritas, esencialmente Diodoro de Sículo, Estrabón y Flavio Josefo.

Toda esta documentación permite constatar que a mediados del siglo II a.C. existía ya una familia real en Petra, atestiguada por Estrabón, aunque esta institución monárquica puede haber sido posterior a la dinastía de Aretas I, quien es considerado tradicionalmente el primer rey nabateo. El nombre de Aretas I aparece mencionado en la inscripción nabatea más antigua, de 168 a.C. A partir de ese momento se consolidaron las estructuras del reino y se empezó a construir la necrópolis real.

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Podemos observar en la imagen, el trabajo de restauración y protección del patrimonio artístico con el que cuenta la ciudad de Petra.

“Petra: Ancient City of Stone”, diciembre de 1998, National Geographic. Fuente de la imagen: http://on.natgeo.com/2nzImXm 

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Petra fue una ciudad inexpugnable debido a su emplazamiento geográfico y estratégico, y, debido al diseño geológico de la zona que está formada por una red de cañones, desfiladeros y gargantas, que componen una fortaleza geológica natural.

 Todas estas condiciones naturales hicieron de Petra una ciudad inaccesible y protegida, que tan sólo sucumbiría a manos del Imperio Romano en el año 106 d.C., fecha en que fue conquistada por el legado sirio del emperador Trajano, convirtiéndola, desde entonces, en la capital de la provincia romana de Arabia Petraea.

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Para mayor interés, de gran belleza entre las ruinas de esta majestuosa ciudad encontramos edificios como el Teatro, que aun mostrando tradición romana fue objeto de construcción nabatea, o El Tesoro, Al-Khazneh. También conocido como Mausoleo del rey nabateo Aretas IV, su fachada presenta elementos de estilo helenístico. El nombre alude a la leyenda de un tesoro escondido.

Fuente de la imagen: NURIA PUENTES. http://bit.ly/2lIlYdI 

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A pesar del dominio romano sobre la ciudad y la región, Petra siguió gozando de cierta independencia, hasta que las rutas comerciales fueron desapareciendo, por la falta de demanda de ciertos productos, como el incienso, por el incremento de las rutas comerciales por mar y por la aparición de la sequía. Con el paso de los siglos, Petra perdió su esplendor y fue abandonada.

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FUENTES BIBLIOGRÁFICAS:

  • Arte, Historia e Itinerarios en la capital nabatea. Fabio Bourbon.
  • The Rose-Red City. Christian Augé and Jean-Marie Dentzer.

WEBGRAFIA:

IMÁGENES:

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Cristina Guirao Pallarés

Alumna de 4º  del Grado de Historia 2016-2017. Universidad de Murcia

Para Radio CEPOAT: El Canal de la Historia

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Temporada 3 – Programa 19 – La Cultura Minoica

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JAJA

                                                                                                             Procesión de sacerdotisas
                                                                                         Fuente imagen: Ciclos. La rueda y el árbol. 

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La cultura minoica, es una de las menos investigadas y por ello, más envuelta en un halo de misterio.  Esta es una presentación a grandes rasgos sobre esta fascinante cultura y un primer paso para aquel que desee investigar más a fondo y aportar conocimientos sobre una de las etapas  más esenciales en la formación de la civilización mediterránea.

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                                                                                                                                                           Redactado y presentado por María Estrella Vizuete
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

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CULTURA MINOICA

La Isla de Creta fue el escenario de la primera gran civilización que podemos denominar europea, no tanto por su emplazamiento, pues la isla tiene una posición equidistante entre los tres continentes, Europa, Asia y África, sino por haber extendido su influencia sobre las islas y costas del mar Egeo y por ser el antecedente de la cultura griega, cuna de la civilización europea.

La civilización floreciente en Creta desde el año 2000 a.C. recibe este nombre, dado por Sir Arthur Evans en honor al mítico rey Minos. La característica principal de Creta en esta época, según Finley, es la absorción de elementos culturales (y de población) procedentes de Grecia continental, Asia Menor, y Egipto gracias al comercio dentro de su desarrollo propio y coherente.

Respecto al origen de la civilización minoica, una de las tesis más admitidas es que son herederos directos de los habitantes neolíticos de la isla (que llegarían a la misma hacia el 6000 a. C.) y que los pueblos que pudieran haber llegado a la isla no se impusieron, sino que se vieron absorbidos por la cultura cretense.

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                                                                                                                           Las Damas Azules
                                                                                                           Fuente imagen: La Paleta del Artista

 

Los rasgos de esta civilización que le concedieron tal predominio cultural son los siguientes:

  • En cuanto a la religión no poseen deidades antropomórficas (lo que estaría muy relacionado con los cultos de los neolíticos a las fuerzas de la naturaleza), salvo la Gran Diosa Madre, diosa de la fertilidad también conocida como la Gran Dama del Laberinto, que aparece representada en ocasiones con el vestido típico minoico y serpientes en ambas manos, símbolos también de las fuerzas fértiles de la tierra;
  • Se han encontrado rituales en relación con el toro, el cual es un animal contenido de gran carga sexual, erótica y fertilizadora. Lo sabemos gracias a los murales de Cnossos y a la leyenda de Minos y el Minotauro que explicaremos más adelante.
  • Poseían la escritura, el cual era un sistema de signos conocido como Lineal A que aún no ha podido descifrarse lo que trae consigo que se escapen muchos aspectos de su vida cotidiana. Aunque Creta se ha excavado exhaustivamente, lo cual no excluye nuevos hallazgos, los interrogantes sobre esta civilización siguen siendo fundamentales.
  • El liderazgo espiritual y político estaba personificado bajo una autoridad palaciega, un rey, (que parecía recibir el nombre de Minos) que estaba obligada a renovar su mandato cada año mediante un casamiento-rejuvenecimiento con la Gran Diosa Madre representada en la gran sacerdotisa, celebración que sería sin duda de carácter neolítico y vestigio de una sociedad matriarcal.
  • La paz reinante puede que sea la característica minoica más peculiar, pues les llevó a no fortificar sus asentamientos, ocupar las llanuras y los lugares abiertos y desprotegidos; no hay que atribuirla a su flota poderosa como hace Evans con su talasocracia; la flota era comercial y no guerrera.

La civilización minoica alcanzó tal esplendor que, gracias a sus contactos comerciales, pudieron exportar su modo de cultura a todo el Egeo: a lo largo del II milenio las Cícladas recibieron paulatinamente una fuerte influencia de Creta si bien no hay emplazamientos colonizadores, sólo comerciales, y paralelamente en la Grecia continental, donde se produjo un amplio proceso de unos 400 años denominado “minoización de los griegos” (llegados hacia el 2000 a. C.) y que daría lugar a la posterior civilización micénica (1600 a. C.). Después, hacia el 1400 los papeles se invirtieron y serán los griegos micénicos los que darán lugar a la “micenización de Creta”.

Es cierto que la cultura minoica está envuelta en un halo de misterio, además de estar muy mitificada. Uno de las leyendas más característica y conocida de esta civilización es la leyenda del minotauro, la cual trata sobre el minotauro que era hijo de Pasifae, esposa del rey Minos de Creta y de un toro blanco enviado por Poseidón, dios del mar. Minos había ofendido gravemente a Posidón quien como venganza hizo que Pasifae se enamorase del animal. Fruto de dicha unión nació el Minotauro, un ser violento, mitad hombre, mitad toro, que se alimentaba de carne humana. Para esconder su vergüenza y proteger a su pueblo, el rey Minos rogó al inventor Dédalo que le construyera un laberinto del que el monstruo nunca pudiera salir. Cada nueve años, a fin de apaciguarlo, Minos le ofrecía la bestia, siete mujeres y siete jóvenes que imponía como tributo a los habitantes.

Minos parece ser el título que recibía el gobernante y la dinastía regia de la cultura cretense minoica de Cnossos, personaje que debía realizar funciones administrativas y sacerdotales. De él nos han llegado noticias a través de la mitología y de los filósofos e historiadores que han hablado de su figura. Platón opinaba que Minos era un gobernante muy sabio al tiempo que un gran juez que cada nueve años se reunía con Zeus; los arqueólogos e historiadores modernos parecen haber identificado esta noticia con una ceremonia que se celebraba cada ocho años completos en las que Minos renovaba su mandato como gobernante, pero no sirviendo a Zeus sino a la Gran Diosa Madre minoica, de la cual dependía y a cuyo cargo estaba como sacerdote como ya hemos mencionado anteriormente.

La tradición mitológica de Minos confunde en este nombre a todos los gobernantes de Cnossos (pues era su título y de ninguno de ellos se nos ha transmitido el nombre) así como los gobernantes micénicos que, tras invadir la isla, asumieron la regencia de la isla bajo el mismo título.

Los restos artísticos y arqueológicos nos hablan de una civilización muy evolucionada, con una vida palacial y cultural brillante en la que la mujer tenía acceso a la vida social y religiosa como nunca antes y casi nunca después. El lujo sin grandiosidad, el concepto de una vida confortable, hecho a la medida humana, el agua corriente y los desagües, los almacenes de todo tipo, el gusto por los placeres del vino, del juego, del deporte…Acercan a Creta a la modernidad. El uso de joyas, cosméticos y vestidos multicolores es común a hombres y mujeres. La vestimenta descubre el torso, indicio del gusto por el desnudo que se desarrollará en la Grecia clásica. Las diferencias sociales no parecen muy marcadas al principio, y sólo los sellos (anillos-sello en muchos casos) y los ajuares de los enterramientos denotan las desigualdades, fenómeno que se irá acentuando con el desarrollo de los palacios. En los frescos se destacan las ceremonias pacíficas, y aunque a veces se representan guerreros y las armas son parte del ajuar de algunas tumbas, su presencia no parece tan importante como en otras civilizaciones del la Edad del Bronce.

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                                                                                                                    La Gran Diosa Madre
                                                                                           Fuente imagen:  Mosaico Pagano. Mitos e Historia

 

Es interesante resaltar también la leyenda de la Atlántica, la cual se encuentra solamente en la obra de los Diálogos de Platón, haciendo una descripción exhaustiva sobre la Atlántida, su geografía, habitantes y forma de vida. Platón indica que esta historia le fue relatada por el sabio griego Solón, quien a su vez la recibió de un sacerdote egipcio. Se trata de una civilización originada por los dioses que se situaría en una gran isla más allá de las Columnas de Hércules (actualmente lo que se conoce como Estrecho de Gibraltar). Según este relato, el poderío de sus gobernantes alcanzaba gran parte de Europa y de Egipto. Su poderío fue disminuyendo a causa sobre todo de intensos terremotos e inundaciones que terminaron con la Atlántida en un solo día.

En cuanto a su localización geográfica, muchos estudiosos aseguran que hay gran similitud ente esta civilización y Creta. Hay un hecho también muy significativo en esta relación: La explosión del volcán de la isla de Thera  en el siglo XIV a.C. En la actualidad se encontraron restos volcánicos de la explosión en el río Nilo y hasta en Groenlandia. La hipótesis de la explosión aparece también en relatos bíblicos y para algunos investigadores, la separación del Mar Rojo y el ensombrecimiento del cielo en Egipto fueron consecuencia directa de la explosión del volcán de la isla de Thera.

La cuestión que sigue intrigando a los estudiosos interesados en Creta es: ¿por qué desapareció esta civilización y fue reemplazada tan rápidamente por las culturas que llegaron del norte de Grecia? La clave se encuentra en esta isla de Thera (Santorini). Junto a estas causas (grandes maremotos) como consecuencia, la destrucción de las cosechas, talleres, y aparición de hambrunas, provocaron el abandono de los palacios que eran el centro económico y político, manteniéndose únicamente el complejo principal de Cnossos. En un periodo de abandono de cultura en torno al 1600-1450 a.C. Creta es ocupada por habitantes de Grecia que imponen su cultura, la lengua, desplazando al lineal A e imponiendo el lineal B. Estos nuevos habitantes, micénicos o aqueos provenientes del Peloponeso son pastores, que ocupan solamente el palacio del Cnossos. Esto provocó un cambio de mentalidad.

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                                                                                                 El toro, característico de la cultura minoica.
                                                                             Fuente imagen: Cantibvs. Arqueología e Historia de la Cultura Clásica.

 

La cultura de Creta conocerá su fin hacia el 1.150 a.C., debido a estos agentes externos y las invasiones que darán lugar a la cultura micénica que se desarrollará en esta isla. Son los aqueos, que tenían el griego como idioma, los que adquieren protagonismo en esta cultura, llamados así por Homero.

El mundo micénico es un mundo masculino, un pueblo de pastores y guerreros, que no dejaron cabida a la cultura minoica, totalmente opuesta.

Así pues, esta cultura minoica a pesar de su importancia en el contexto europeo como uno de las primeras civilizaciones del ámbito mediterráneo, ha sido poco estudiada debido al halo de misterio y leyenda que lo envuelve ya que son pocos los restos que se conservan, pues tras la invasión e imposición de la cultura micénica, apenas quedaron vestigios de esta cultura anterior minoica. Es evidente que aún queda mucho por hacer.

 

FUENTES

Bibliografía

  • Bancalari Molina, A., (2009), El Mediterráneo y Europa. Orígenes y proyectos comunes desde el mundo minoico al romano.
  • Arroyo Ruiz-Zorrilla, R., La Talasocracia Minoica.
  • Ballabriga, A., La creencia en los mitos en la Grecia antigua.
  • Evely, D., Hughes-Brock, H., & Momigliano, N. (1994). Knossos: A Labyrinth of History.Papers Presented in Honour of Sinclair Hood. London: British School at Athens.
  • Karetsou, A. (2004). Knossos after Evans: past interventions, present state and future solutions.British School at Athens Studies.

 

 

Webgrafía

 

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María Estrella Vizuete

Alumna de tercero del Grado de Historia de la Universidad de Murcia

Para Radio CEPOAT: El Canal de la Historia.

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