Temporada 3 – Programa 12 – El escudo celta de Battersea y su relación con Julio Cesar

 

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Figura 1
Escudo celta de BATTERSEA. Detalle. Edad del Hierro, c. 350-50 aC.
En: http://www.britishmuseum.org/whats_on/past_exhibitions/2015/celts/history.aspx

 

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Redactado y presentado  por Carlos Bausá Martínez
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

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EL ESCUDO DE BATTERSEA (THE BATTERSEA SHIELD) Y SU RELACIÓN CON JULIO CESAR

Carlos Bausá Martínez. LONDRES. (07/02/2016)

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Fue a principios de 1840 cuando el General Británico y maestro constructor Thomas Cubit junto con su asociado el arquitecto y urbanista Sir James Pennethorne propusieron un plan para crear un gran parque que sirviera a la creciente y prospera población burguesa del área de Chelsea, enriquecida por las industrias de cerámica domestica asentadas en la zona.

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Chelsea y Battersea en 1891, que muestra (de izquierda a derecha) Puente viejo de Battersea, Albert Bridge, Victoria (ahora Chelsea) Puente y Grosvenor puente de ferrocarril. Edward Stanford – Cartoteca de Stanford de Londres y sus suburbios, 1891.  Archivo: Stanford 1891 Chelsea bridges.png. En: https://en.wikipedia.org/wiki/Chelsea_Bridge#/media/File:Stanford_1891_Chelsea_bridges.png

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Se esperaba que esta operación incrementara el volumen de tráfico rodado entre ambas orillas del Támesis, lo que generaría la necesidad de construir un nuevo puente.  El parlamento lo autorizo 1846 y años más tarde sería inaugurado por la reina Victoria el 31 de marzo de 1858. En aquel entonces se nombró en su honor como “Victoria Bridge”, aunque hoy en día se le conoce con el título de “Chelsea Bridge”.

Durante el transcurso de las obras, una mañana de invierno del año 1857, en medio de una operación rutinaria de dragado del lecho fluvial, tuvo lugar un descubrimiento que cambiaría la percepción histórica del barrio londinense de Chelsea, para siempre.

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El primer puente de Chelsea como se ve desde Battersea, poco después de la apertura en 1858. La Torre de la victoria del palacio de Westminster se muestra en construcción en el fondo. En: https://en.wikipedia.org/wiki/Chelsea_Bridge

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Un revuelo se produjo entre los obreros, las maquinas pararon, y los ojos de los transeúntes, dirigieron su atención hacia un objeto de forma rectangular, recogido entro os lodos. No era más grande que un espejo de baño.  Al retirar la pátina de barro que lo cubría, apareció ante ellos un escudo Celta de bronce, pulimentado y labrado al estilo “La Téne” con incrustaciones de coral rojo Mediterráneo, y sin señales de haber sido dañado en combate.

Los historiadores del “British Museum” dataron su fabricación entro en los años 350 – 50 antes de Cristo. Tras su extracción, en los siguientes días, se hallaron en la misma zona, multitud de armas celtas y romanas, que venían acompañadas de gran cantidad de fragmentos de hueso y cráneos humanos todos datados de la misma época que el escudo. Este descubrimiento ayudo a los historiadores a suponer que este sería el lugar por el que Julio Cesar cruzó el rio Támesis, en el año 54 antes de Cristo, durante su campaña de invasión y conquista del territorio británico.

Se piensa que este escudo, se arrojó a las aguas como ofrenda votiva, posiblemente en antes de que la invasión tuviera lugar, o en honor a los guerreros que perecieron defendiendo el territorio ante el avance de las tropas romanas.

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Figura4: Battersea_Shield. Edad del Hierro, c. 350-50 aC.

 Figura 4
El escudo  celta de  Battersea. Edad del Hierro, c. 350-50 aC.
En: http://www.britishmuseum.org/whats_on/past_exhibitions/2015/celts/history.aspx

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Invasiones de Britania por Julio César

Britania era conocida durante la Antigüedad clásica como una gran fuente de estaño. La isla había sido probablemente explorada por el geógrafo griego Piteas en el siglo IV a. C. y por el navegante cartaginés Himilcón en el siglo V a. C., pero su posición en globo terraqueo, separada por el océano, del resto del mundo conocido, le confería un alto grado de misterio. Algunos historiadores insistían incluso en que su existencia era pura falacia, y el viaje de Piteas se desestimó como si fuera mentira.

Fueron necesarias dos campañas bélicas dirigidas por el general de la República Romana Julio César, para entrar en la isla de Gran Bretaña y conquistar la mitad sur. Estas tuvieron lugar en los años 55 y 54 antes de cristo.  El pretexto de César para invadir la isla fue que: “durante la guerra contra los galos, los britanos les habían suministrado apoyos”. Aunque es posible que se diera esta circunstancia, también lo es que se tratara de una simple excusa para investigar los recursos minerales y el potencial económico de Britania. Cicerón escribe que César se decepcionó mucho cuando descubrió que no había ni oro ni plata en la isla y Suetonio en sus escritos promulga que la verdadera motivación de César para viajar a Britania era la búsqueda de perlas

 

La primera invasión tuvo lugar en  Agosto del año 55 antes de Cristo, con 100 barcos y 10.000 solados. Se desconoce si fue planeada como una invasión a gran escala, pero, de cualquier modo, se consideró un fracaso, ya que Roma sólo pudo conquistar la playa de Kent pues los ejércitos bretones les esperaban en las cosas donde intentaron desembarcar.

La segunda invasión aconteció un año más tarde en el 54 antes de cristo. Decidido a no cometer los mismos errores del año anterior, César reunió una fuerza superior a la de la primera. Los barcos que se utilizaron para esta segunda invasión habían sido mejorados a partir de la tecnología de los barcos de guerra vénetos. Partió del puerto francés de Icio (cerca de Bolonia) y desembarco en las costas británicas próximas a Dover, trayendo consigo 800 barcos, 25.000 soldados y 2000 unidades a caballo.

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Britania, 54  a. C. Invasión de César.
En: https://es.wikipedia.org/wiki/Invasiones_de_Britania_por_C%C3%A9sar#/media/File:02-Britania-54DC.png

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Geografía y meteorología de Britania según Cesar

Los descubrimientos de primera mano que realizó César acerca de la isla se limitaban a la región del este de Kent y del Valle del Támesis. No obstante, el general fue capaz de proporcionar una descripción de la geografía y meteorología de la isla. Aunque los datos proporcionados por César no son del todo exactos, probablemente porque estén basados en los escritos de Piteas, ofrecen en líneas generales una visión acertada de la geografía y meteorología del sur de Britania:

– “El clima es más moderado que en la Galia y las tormentas son menos fuertes.  La isla es de forma triangular, y uno de sus lados cae frente a la Galia. Un ángulo de este lado, donde está Kent, que es donde llegan casi todas las naves que vienen de la Galia, mira a Oriente; el ángulo el inferior mira, al mediodía. Este lado tiene una extensión de cerca de quinientos mil pasos. El segundo lado mira a Hispania y a Occidente; a esta parte está situada Irlanda, la mitad más pequeña, según se cree, que Bretaña, pero a igual distancia de ésta que Britania de la Galia.

En medio de este trecho está una isla llamada “Man”; además, se dice que hay allí muchas otras islas menores, próximas entre sí, de las cuales escribieron algunos que en el solsticio de invierno se encontraban en perpetua noche durante treinta días. Nosotros, con nuestras preguntas nada pudimos averiguar de esto, sino que por los relojes de agua observamos que las noches eran aquí más breves que en el continente. La longitud de este lado, según opinión de sus habitantes, es de setecientas millas. El tercero cae hacia el norte; frente a esta parte no se encuentra tierra alguna, pero el ángulo de este lado mira más bien a Germania. Este se calcula que tiene una longitud de ochocientos mil pasos. Así, pues, la isla mide en todo su contorno dos mil millas.”-

 

César logró restaurar en el trono de los Trinovantes a su aliado Mandubracio, deponiendo a su rival Casivellauno. Aunque no logró conquistar territorios para la república, el éxito de la campaña radica en que Roma contó con sus primeros aliados en la isla e impuso los primeros tributos entre las tribus de Britania.

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FUENTES

Bibliografía

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Webgrafía

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Materiales de la Exposición “CELTAS” en el BRITISH MUSEUM, (septiembre 2015 a enero 2016)

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Imágenes:

  • El primer puente de Chelsea como se ve desde Battersea, poco después de la apertura en 1858. La Torre de la victoria del palacio de Westminster se muestra en construcción en el fondo. En: https://en.wikipedia.org/wiki/Chelsea_Bridge

 

Carlos Bausá Martínez

Environmental Design Analyst. [ Specialist Modelling Group ]Foster + Partners. LONDON

Para Radio CEPOAT: El Canal de la Historia

Temporada 3 – Programa 11 – Hermenegildo, mártir o traidor

 

 

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Dintel hispano-visigodo de San Hermenegildo.

MUSEO ARQUEOLÓGICO DE SEVILLA. Se trata de un bloque paralelepípedo de mármol gris claro, con una inscripción que hace alusión a la sublevación del rey Hermenegildo que se convirtió al cristianismo y se reveló a su padre, Leovigildo. La pieza se data en torno al año 581. Lo más seguro es que este dintel, que todavía conserva sus hendiduras para anclar a él una puerta, se encontrase en la iglesia que mandó levantar el rey, donde reposaron sus restos. En algún momento incierto anterior al siglo XVII la pieza fue trasladada al molino de Cajul, en Alcalá de Guadaira, donde fue encontrado en el año 1699. Fuente: http://www.arteguias.com/museo/arqueologicosevilla.htm
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Redactado y presentado  por Cristina Guirao
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

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Hermenegildo, martir o traidor.

Cuando hablamos de los visigodos nos referimos al pueblo germano procedente del norte de Europa que invadió la Península Ibérica, acudiendo en auxilio del Imperio Romano. Este había solicitado su ayuda con el fin de acabar con las invasiones bárbaras que estaba sufriendo en sus territorios hispánicos.

El pacto que realizaron ambos pueblos se llamó foedus, por el cual Roma cedía parte de sus territorios en la península al pueblo visigodo a cambio de su ayuda; de este modo se inició la conquista de la península, que comenzó en el 414, manteniéndose hasta el 711, momento en que en la península comienza la Conquista musulmana.

Hermenegildo fue un príncipe visigodo nacido en  el 564 y muerto en el 585, hijo del rey visigodo Leovigildo y su primera mujer.

Muerta la reina y madre de Hermenegildo, su padre el rey Leovigildo se casó, por segunda vez, con Gosvinta, viuda de Atanagildo, quien había sido su predecesor en el trono. Leovigildo dedicó su atención a buscar para su hijo una esposa adecuada que asegurase, con su alianza matrimonial, la paz que acababa de dar a sus pueblos y la felicidad de todo el reino.

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Mapa del Reino visigodo en la época de Leovigildo.
En el mapa aparece en el Reino visigodo al advenimiento de Leovigildo en el año 573, la capital del reino en Toledo, las diferentes campañas de Leovigildo señaladas con flechas verdes e indicando el periodo en que tuvieron lugar. Así mismo figura el reino de los suevos y los territorios bizantinos.

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 El rey, influido por su nueva esposa Gosvinta, fijó su elección en Ingunda  nieta de    Atanagildo y de ella misma, aún sabiendo que esta unión tenía la dificultad añadida  de que la princesa Ingunda era de origen franco y católica,  mientras que  el príncipe Hermenegildo era arriano.

Tal situación de incompatibilidades religiosas fue solventada desde el primer momento, haciendo prometer a la princesa que nunca intentaría convertir a su esposo a la fe católica, promesa a la que Ingunda accedió.

A lo que no accedería nunca la princesa, era a abandonar ella misma, su fe. Esta actitud la enfrentaría de por vida, con su abuela y suegra Gosvinta.

Gosvinta  se había equivocado, considerando a su joven nieta como una persona manejable y ante la determinación de la princesa y de su negativa rotunda  a ser convertida al arrianismo,  concibió contra ella un profundo odio. La cruel actitud de Gosvinta hacia Ingunda traería la desgracia total a la nueva pareja real y al propio rey Leovigildo.

Tras el desposorio, apenas llegó a España, Ingunda hechizó a toda la corte,  a todos , menos a Gosvinta su abuela y suegra, que decidió maltratarla y despreciarla sistemáticamente.

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Nueva Gothia. Dioses, estudio y antropología del pueblo godo

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Cuando Hermenegildo conoció la persecución a la que estaba siendo sometida Ingunda, por parte de Gosvinta, decidió retirarse con su esposa a Sevilla y alejarse de  la corte de Toledo. Sería en Sevilla donde Hermenegildo abandonaría el arrianismo y se convertiría a la fe católica.

Conociendo Leovigildo que su hijo había abandonado el arrianismo le despojó del título de rey y de los territorios hipanovisigodos que le había concedido, e irritado,  inició una cruel persecución contra la Iglesia Católica, mientras Hermenegildo enviaba a su esposa y su hijo a África para alejarlos de las represalias de los arrianos.

Leovigildo partió a Sevilla a sitiar a su hijo, ante esa situación  Hermenegildo salió de la ciudad para evitar que fuera asediada y  se encerró entonces,  con trescientos hombres en la ciudad de Oseto, plaza por entonces muy fuerte, cuya iglesia,  era célebre y respetada en España, incluso   por los mismos godos,  por los milagros que obraba Dios en ella.

Leovigildo entonces, se dirigió a Oseto, sitió y tomó la plaza. Hermenegildo, acorralado se refugió en la Iglesia, en la que entró a hablarle su hermano Recaredo, que procediendo de buena fe, le indicó que ya no se trataba de un tema de índole religiosa, sino únicamente de pedir perdón al rey.

Hermenegildo, confiando en las palabras de su hermano y en el perdón de su padre, fue a arrojarse a los pies de Leovigildo. Fue entonces cuando el rey mandó  que le apresaran,  le despojó de las insignias reales y le hizo encarcelar en el alcázar de Sevilla.

El príncipe fue encerrado en el calabozo y cuando el rey creyó que estaría  quebrantado su ánimo y que habría cambiado de opinión, en cuanto a la conversión religiosa,  en la fiesta de Pascua,  le envió un obispo arriano para que le diese la comunión.

El príncipe Hermenegildo, horrorizado, le echó del calabozo, indicándole que no volviese nunca. Ante la rotunda negativa de su hijo a abrazar de nuevo el arrianismo,  el rey Leovigildo mandó que le cortaran la cabeza. Hermenegildo, al morir por esta cuestión religiosa quedó  convertido, en un personaje con una cierta ambigüedad histórica, ya que puede ser considerado como:

  • un mártir de la fe católica o un traidor de la fe arriana

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Moneda del Rey Leovigildo (575-586).
CORTESÍA DE LA SOCIEDAD NUMISMÁTICA AMERICANA.
En : http://cultura.elpais.com/cultura/2012/06/21/actualidad/1340233530_256176.html

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FUENTES:

  • BARBER, Beatriz Marcotegui. El tratamiento historiográfico de San Hermenegildo. Anuario de Historia de la Iglesia, 2003, no 12, p. 289-304.
  • CAMPOS, J. Ignacio Alonso. Sunna, Masona y Nepopis. Las luchas religiosas durante la dinastía de Leovigildo. Antigüedad y Cristianismo, 1986, no 3.
  • GARCÍA MORENO, Luis A.. Historia de España Visigoda. Edit. Cátedra. Pp. 122 y ss. Madrid 1998
  • GALBARRO, Jaime. «San Hermenegildo» de Fernando de Zárate: contexto y lecturas de una comedia de santos. Judaísmo y criptojudaísmo en la comedia española, 2015, vol. 31, p. 241.
  • MARTÍNEZ, Concepción Fernández; PALLARÉS, Joan Gómez. Nueva interpretación de la inscripción visigótica de Hermenegildo.  Analecta Malacitana (AnMal electrónica), 2000, no 6, p. 15.
  • NICOLAS, Klein. Historia de un rey y un príncipe: la rebelión de Hermenegildo contra Leovigildo. e-legal history review,  2011, no 11, p. 4.
  • PALLARÈS, J. Gómez; MARTÍNEZ, C. Fernández. Hermenegildo,¿ para siempre en Sevilla? Una nueva interpretación de IHC, n. 76= ILCV, n. 50. Gerión. Revista de Historia Antigua, 2001, no 19, p. 629-658.
  • ROVIRA, José Orlandis. Historia del reino visigodo español. Ediciones Rialp, 2009.
  • VÁZQUEZ DE PARGA IGLESIAS, Luis. San Hermenegildo ante las fuentes históricas. Real Academia de la Historia, 1973.
  • WORLEY JR, Robert D. La politización de la religión expuesta por Sor Juana Inés de la Cruz en el auto titulado El mártir del sacramento, San Hermenegildo. Bulletin of the Comediantes, 2011, vol. 63, no 1, p. 105-120.
  • WILLIAMS, Javier G. Las acuñaciones reales visigodas. En XIII Congreso Internacional de Numismática, Madrid, 2003: actas- proceedings-actes. Ministerio de Cultura, 2005. p. 1269-1279.
    En: http://www.mcu.es/museos/docs/MC/ActasNumis/las_acunaciones_reales.pdf
  • DE FRANCISCO OLMOS, José María. El morbo gothico: La moneda como fuente de estudio de la sucesión al trono en la monarquía  visigoda. Universidad Complutense, Departamento de Ciencias y Técnicas Historiográficas, 2009. En: https://www.ucm.es/data/cont/docs/446-2013-08-22-8%20josema.pdf
  •  https://eccechristianus.wordpress.com/2012/04/13/san-hermenegildo-martir-contra-el-arrianismo/

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Cristina Guirao Pallarés

Alumna de 3º del Grado de Historia de la Universidad de Murcia

Para Radio CEPOAT: el Canal de la Historia.

Temporada 3 – Programa 10 – Zalmoxis

 

Representación de Zalmoxis en The Pagan Beanstalk

Sinopsis

Zalmoxis, el dios que quizás pudo haber sido un hombre, fue la deidad más importante y fascinante del pueblo de los dacios. En este programa hablamos de sus controvertidos orígenes, de su repercusión en la época y de su misteriosa y súbita desaparición.

Redactado y presentado por Francisco del Cerro
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

 

Zalmoxis, el dios humano

La religión de los dacios y los getas, habitantes del territorio de lo que sería la actual Rumanía y Moldavia, es de gran interés. Esto se debe a que no es una religión politeísta al estilo de otros pueblos de la Antigüedad, sino que es henoteísta. ¿Qué quiere decir esto? Pues simplemente que se reconoce la existencia de varios dioses, pero solo uno de ellos es suficientemente digno de adoración por parte del fiel. Podríamos decir que es como un monoteísmo que permite la existencia de más dioses aparte del principal, que sería Zalmoxis y del que vamos a hablar a continuación.

Dirá Heródoto, refiriéndose a los mencionados getas, que “se creen inmortales”, ya que “creen que no mueren y que si alguno perece, marcha al encuentro de Zalmoxis, un ser sobrenatural”. Según él, Zalmoxis había sido un esclavo de Pitágoras y que una vez obtuvo la libertad, se enriqueció y volvió a su tierra natal donde se encargó de transmitir las enseñanzas que había aprendido de Pitágoras, junto con la consideración de la inmortalidad del alma. Nos cuenta también Heródoto, que Zalmoxis llevó a cabo una especie de artimaña basada en la construcción de una habitación subterránea con todo lo necesario para sobrevivir durante un tiempo prolongado, y que, una vez terminada, desapareció y se encerró en dicha habitación durante tres años. Al cuarto año salió y su gente creyó que había resucitado de entre los muertos.

Estrabón, por su lado, cambiará la versión de Heródoto en tanto que Zalmoxis aprenderá de Pitágoras, no ya la noción de la inmortalidad que hemos mencionado antes, sino conocimientos sobre los cuerpos celestes, además de mencionar un viaje a Egipto, la tradicional tierra mágica y mística en aquella época. Una vez vuelve a su tierra natal, Zalmoxis se labrará su fama en las altas esferas de su sociedad y conseguirá ser consejero del mismísimo rey. Hecho esto se retirará a una cueva situada en la cumbre de una montaña donde únicamente recibirá al rey o a sus sirvientes. Con el paso del tiempo, dicha cumbre será alabada como un lugar sagrado y Zalmoxis pasará de mensajero de los dioses a divinidad en sí misma.

Sea como fuere, estamos hablando de la creencia en un hombre que es divinizado, lo cual difiere de los dioses habituales que existen desde siempre y que suelen estar asociados a elementos de la naturaleza. Esto es importante a la hora de la llegada del Cristianismo, pues se cree que facilitó la asimilación de esta religión y de la figura de Jesucristo, que al igual que Zalmoxis había muerto y resucitado. Quizás sea por esto, que la figura de Zalmoxis, que había sido tan importante tanto para los dacios como para los foráneos, desaparezca tan repentinamente.

FUENTES

BIBLIOGRAFÍA

  • ELIADE, M. Zalmoxis: The Vanishing God: Comparative Studies in the Religions and Folklore of Dacia and Eastern Europe, University of Chicago Press, 1972, Chicago.
  • ELIADE, M. Bajo el signo de Zalmoxis, Universidad de Zaragoza, 2008, Zaragoza.

Francisco del Cerro Hernández

Alumno de 3º del Grado de Historia de la Universidad de Murcia
Para Radio CEPOAT: El canal de la Historia

Temporada 3 – Programa 9 – La Guerra de las Galias

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Entre los años 58 y 52 a.C., Julio César lideró a las legiones romanas hasta dominar a las tribus galas. Sometió al dominio romano, en una serie de audaces campañas, buena parte de los territorios de las actuales Francia y Bélgica, e incluso realizó incursiones en Britania y Germania. Al acabar su mandato, César había extendido las fronteras de la República romana hasta Europa central y se había convertido en uno de los hombres más ricos y poderosos de Roma. La lucha contra estas tribus constituyó un desafío militar mayúsculo, que puso de manifiesto por qué el ejército romano fue el más poderoso y el más eficaz de la Antigüedad.

Redactado y presentado por David Espinar
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

 

La Guerra de las Galias

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La estatua de Julio César realizada por Nicolas Coustou en el siglo XVII lo muestra tocado
con la corona de laurel que se imponía a los generales victoriosos.
Museo del Louvre, París. Imagen en National Geographic

 

Ambicioso vástago de una familia de la más rancia nobleza romana, César protagonizó un espectacular ascenso político en Roma, que lo llevó en el año 59 a.C. al máximo cargo de la República, el de cónsul.

A los 42 años había demostrado su habilidad en las intrigas, su tirón entre el pueblo y, como propretor en la Hispania Ulterior, sus dotes de administrador. Pero para ponerse a la altura de sus rivales de la aristocracia romana, en particular de Pompeyo, le faltaba un triunfo militar indiscutible. Con este objetivo en mente logró que lo nombraran gobernador de la Galia Cisalpina, lo que le daba el mando sobre cuatro legiones, y la posibilidad de emprender una campaña de conquista contra los pueblos que habitaban la Galia libre, provincia que también le fue atribuida.

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Estandarte legionario. Museo Arqueológico, Barcelona.
Imagen en National Geographic

A principios de marzo del 58 a.C., César ocupó su nuevo cargo. Durante los ocho años siguientes sometió al dominio romano, en una serie de audaces campañas, buena parte de los territorios de las actuales Francia y Bélgica, e incluso realizó incursiones en Britania y Germania. Al acabar su mandato, César había extendido las fronteras de la República romana hasta Europa central y se había convertido en uno de los hombres más ricos y poderosos de Roma.

Sin embargo, la guerra de las Galias no fue un paseo militar para César y sus tropas, pues los galos ofrecieron una enconada resistencia y derrotaron a los romanos en varias ocasiones. La lucha contra los galos constituyó un desafío militar mayúsculo, que puso de manifiesto por qué el ejército romano fue el más poderoso y el más eficaz de la Antigüedad.

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Legionarios romanos en la formación de fastigiata testudo.
Relieve de la Columna Trajana. Museo de la Civilización Romana, Roma. Imagen en National Geographic

 

César sabía que el resultado final de sus campañas dependía de sus tropas. Por ello, actuó como un excelente motivador, capaz de conseguir que sus hombres se entregasen en cuerpo y alma a cada tarea, ya fuese un asedio o bien una batalla. Puede que los soldados romanos no fuesen, individualmente, más valientes o más fuertes que los guerreros galos, pero colectivamente eran más disciplinados.

El ejército romano de entonces, era heredero de las reformas llevadas a cabo, medio siglo antes, por el cónsul Cayo Mario, pariente de César. Entre ambos lo habían convertido en una fuerza de guerra casi profesional.

Por todo esto las unidades romanas eran más eficaces en combate que las galas y, sobre todo, eran mucho más capaces de superar situaciones adversas.

Cabe destacar la importancia de los centuriones, quienes en último término garantizaban la cohesión de las legiones. Cada legión, contaba con sesenta de estos oficiales al mando de una centuria de ochenta hombres. En combate se esperaba de ellos que dieran ejemplo de valor y desprecio a la muerte ante sus hombres.

Los Comentarios sobre la guerra de las Galias, obra que escribió el propio Julio César para glorificar sus conquistas en este territorio, están repletos de historias heroicas protagonizadas por estos centuriones.

Por ejemplo, la de Publio Sextio, el centurión que, pese a llevar varios días enfermo y sin comer, formó junto con otros centuriones ante la puerta de un campamento el tiempo suficiente para organizar la defensa, luchando hasta que se desmayó por las graves heridas recibidas.

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La conquista de la ciudadela de Alesia por Julio César y sus legiones dio la victoria final a los romanos frente a los galos.
En la imagen, el asedio de Alesia visto por Henry Motte. Siglo XIX. Imagen en National Geographic

 

La superioridad tecnológica fue también determinante, en la victoria final de los romanos en territorio galo, en particular en lo que se refiere a las conquistas de ciudades. Dominaban un gran número de tácticas estratégicas y máquinas de asedio que podían ser utilizadas en los asaltos a las fortalezas, como torres móviles y arietes, hacían obras de circunvalación para aislar a las ciudades atacadas y construían campamentos fortificados para pasar la noche. Se mostraron como grandes maestros en el arte de la guerra.

Esta combinación de un ejército casi profesional, dirigido por un general brillante y con gran capacidad para tomar ciudades, resultó ser demasiado para los galos. Así pues, las conquistas de César cambiaron para siempre la historia de las Galias y de la propia Roma.

Bibliografía y fuentes

Alumno de 3º del Grado de Historia de la Universidad de Murcia
Para Radio CEPOAT: El canal de la Historia

Temporada 3 – Programa 8 – Los Druidas

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En el mundo galo, la religión y con ella sus principales representantes, los druidas, ocuparon un lugar preeminente en su historia. Los druidas ostentaban cada vez un mayor poder en la sociedad como principales intermediarios entre los hombres y los dioses honrándolos mediante sacrificios. Sin embargo, no solo se ocupaban de los asuntos religiosos sino que también estaban presentes en los asuntos diplomáticos, judiciales y políticos siendo considerados grandes sabios que debían ser respetados y escuchados. El prestigio que rodeó a los druidas no duró eternamente ya que fueron perdiendo su función espiritual, pero lo que más les afectó fue la creciente influencia de la cultura romana.

 Redactado y presentado por Marina García
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

 

 

LOS DRUIDAS:

Los druidas muy pronto pudieron crear un calendario basado en el doble recorrido del sol y de la luna. Tal realización fue el resultado de una constante observación de los astros durante siglos, una práctica que los acercó primero al cálculo, luego a la geometría y, por último, a las ciencias en general. Todos estos conocimientos hicieron que se considerara a los druidas como grandes sabios que debían ser respetados y escuchados.  Además de intermediarios entre los hombres y los dioses fueron considerados guardianes del orden natural.

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Druidas durante la realización de un ritual
Fuente imagen: National Geographic España, Los druidas: los misteriosos filósofos de la Galia

 

Desde el siglo IV a.C., diversos autores griegos utilizaron el término de «filósofos» para referirse a los druidas de la Galia, dándoles el mismo estatus que tenían los «magos» para los persas. En esa época, el término «druida» ya se conocía en las orillas orientales del Mediterráneo y servía para referirse a «aquellos que mejor ven y perciben lo que vendrá; los que adivinan». Con los druidas, la religión ya no se limitó a la esfera privada, sino que adquirió una función social y política. Sus conocimientos en astronomía y geometría les permitieron levantar majestuosos santuarios para la comunidad separados de los lugares de residencia y que se disponían en relación con los elementos naturales: el agua, la tierra, el bosque o el cielo.

La educación de los druidas duraba cerca de veinte años, periodo dedicado en gran parte a memorizar conocimientos ya que los celtas despreciaban la escritura por considerarla rígida y carente de alma, para ellos, las ideas escritas estaban destinadas a morir mientras que la palabra estaba viva. Cada año se reunían en una gran asamblea y debatían sobre cuestiones teológicas, pero también sobre los últimos avances científicos. En el curso de esta asamblea, los druidas impartían justicia; y los pueblos se comprometían a acatar las decisiones tomadas. Entre ellos se elegía al Gran Druida, el equivalente a un jefe político, que conservaba este título hasta su muerte.

 Intermediarios entre los hombres y los dioses
Fuente imagen: Nueva Acrópolis: Los druidas, sacerdotes de los celtas

 

Fue así como, a partir del siglo V a.C., los druidas alcanzaron una posición preeminente en los asentamientos galos dominando el arte adivinatorio así como todas las ciencias. Entre el siglo V y II a.C., el paisaje de la Galia se transformó por completo, fue una «edad de oro» en la historia de la Galia, una época mítica en la que los sabios druidas gobernaban la comunidad si no políticamente, sí espiritualmente. También, además de los druidas, existían otras dos órdenes de religiosos que se ocupaban de los asuntos sagrados: los bardos y los vates. De las dos, los bardos eran los más conocidos, actuaban como auténticos censores de la sociedad, dedicaban elogios a algunos personajes y les ayudaban a ocupar cargos políticos. Los druidas, que reivindicaban el conocimiento exclusivo de los dioses y del universo, los consideraban sus rivales y se enfrentaron a ellos, al parecer con cierto éxito. Por otro lado, los vates, de origen muy antiguo, practicaban la adivinación mediante el sacrificio de animales e incluso a veces de seres humanos. Pero estos también fueron suplantados por los druidas que pretendían ser los únicos intermediarios entre los hombres y los dioses. Así pues, los druidas pretendían ser los únicos intermediarios entre los hombres y los dioses. Como inventores del calendario, eran ellos quienes decidían las fechas de las fiestas religiosas; como teólogos, sólo ellos podían conocer la naturaleza de los dioses, sus deseos y la manera de honrarlos.

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Fuente imagen: Ásterix , personajes de Ásterix y Obelix

 

Esa posición clave en la práctica del culto les permitió impulsar una profunda reforma de la vida religiosa en la Galia antes de la conquista romana. El extraordinario prestigio que rodeó a los druidas no duró eternamente. Su implicación en los asuntos políticos, diplomáticos y judiciales les hizo perder su carisma espiritual, pero lo que les afectó más profundamente fue la creciente influencia de la cultura romana.

FUENTES:

 Marina García Soto

Alumna de tercero del grado de Historia de la universidad de Murcia
Para Radio Cepoat: el Canal de la Historia