Temporada 3 – Programa 10 – Zalmoxis

 

Representación de Zalmoxis en The Pagan Beanstalk

Sinopsis

Zalmoxis, el dios que quizás pudo haber sido un hombre, fue la deidad más importante y fascinante del pueblo de los dacios. En este programa hablamos de sus controvertidos orígenes, de su repercusión en la época y de su misteriosa y súbita desaparición.

Redactado y presentado por Francisco del Cerro
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

 

Zalmoxis, el dios humano

La religión de los dacios y los getas, habitantes del territorio de lo que sería la actual Rumanía y Moldavia, es de gran interés. Esto se debe a que no es una religión politeísta al estilo de otros pueblos de la Antigüedad, sino que es henoteísta. ¿Qué quiere decir esto? Pues simplemente que se reconoce la existencia de varios dioses, pero solo uno de ellos es suficientemente digno de adoración por parte del fiel. Podríamos decir que es como un monoteísmo que permite la existencia de más dioses aparte del principal, que sería Zalmoxis y del que vamos a hablar a continuación.

Dirá Heródoto, refiriéndose a los mencionados getas, que “se creen inmortales”, ya que “creen que no mueren y que si alguno perece, marcha al encuentro de Zalmoxis, un ser sobrenatural”. Según él, Zalmoxis había sido un esclavo de Pitágoras y que una vez obtuvo la libertad, se enriqueció y volvió a su tierra natal donde se encargó de transmitir las enseñanzas que había aprendido de Pitágoras, junto con la consideración de la inmortalidad del alma. Nos cuenta también Heródoto, que Zalmoxis llevó a cabo una especie de artimaña basada en la construcción de una habitación subterránea con todo lo necesario para sobrevivir durante un tiempo prolongado, y que, una vez terminada, desapareció y se encerró en dicha habitación durante tres años. Al cuarto año salió y su gente creyó que había resucitado de entre los muertos.

Estrabón, por su lado, cambiará la versión de Heródoto en tanto que Zalmoxis aprenderá de Pitágoras, no ya la noción de la inmortalidad que hemos mencionado antes, sino conocimientos sobre los cuerpos celestes, además de mencionar un viaje a Egipto, la tradicional tierra mágica y mística en aquella época. Una vez vuelve a su tierra natal, Zalmoxis se labrará su fama en las altas esferas de su sociedad y conseguirá ser consejero del mismísimo rey. Hecho esto se retirará a una cueva situada en la cumbre de una montaña donde únicamente recibirá al rey o a sus sirvientes. Con el paso del tiempo, dicha cumbre será alabada como un lugar sagrado y Zalmoxis pasará de mensajero de los dioses a divinidad en sí misma.

Sea como fuere, estamos hablando de la creencia en un hombre que es divinizado, lo cual difiere de los dioses habituales que existen desde siempre y que suelen estar asociados a elementos de la naturaleza. Esto es importante a la hora de la llegada del Cristianismo, pues se cree que facilitó la asimilación de esta religión y de la figura de Jesucristo, que al igual que Zalmoxis había muerto y resucitado. Quizás sea por esto, que la figura de Zalmoxis, que había sido tan importante tanto para los dacios como para los foráneos, desaparezca tan repentinamente.

FUENTES

BIBLIOGRAFÍA

  • ELIADE, M. Zalmoxis: The Vanishing God: Comparative Studies in the Religions and Folklore of Dacia and Eastern Europe, University of Chicago Press, 1972, Chicago.
  • ELIADE, M. Bajo el signo de Zalmoxis, Universidad de Zaragoza, 2008, Zaragoza.

Francisco del Cerro Hernández

Alumno de 3º del Grado de Historia de la Universidad de Murcia
Para Radio CEPOAT: El canal de la Historia