Temporada 3 – Programa 16 – Características del Inframundo en el Libro de los Muertos

 

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El escriba Kha y su esposa Merit se presentan ante Osiris, dios del inframundo. 
En: http://www.taringa.net/post/ciencia-educacion/19263115/Los-libros-raros-5-El-Libro-Egipcio-de-los-Muertos.html
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Redactado y presentado  por Jose Javier Martínez
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

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Características del Inframundo en el Libro de los Muertos.

La literatura religiosa egipcia presenta un amplio repertorio de textos que hablan del Más Allá o Inframundo. Entre ellos cabe destacar el Libro de los Muertos o Libro para salir al Día,  guía del alma en el viaje al Más Allá y que no siendo precisamente un libro dedicado a la descripción del Inframundo, como si lo son otros libros más específicamente enfocados a ello (como el Libro de las Puertas o el Libro de los Dos Caminos), permite conocer algunos aspectos a través de las referencias geográficas que se encuentran entre sus líneas.

Para llevar a cabo una descripción detallada del Inframundo, se debe partir de los detalles que se vislumbran a lo largo de esta magnífica obra de la literatura egipcia y que a pesar de tener un enfoque claramente religioso, permite conocer el Más Allá desde un punto de vista geográfico-descriptivo.

El Libro de los Muertos es el producto de un largo proceso de composición que abarca un amplio período de la Historia de Egipto, una composición en la que se han añadido textos funerarios de diferentes épocas como se aprecia en la repetición de fórmulas muy antiguas de los Textos de las Pirámides y de los Textos de los Sarcófagos de donde toma muchos de sus capítulos, quizá por el temor de los sacerdotes a perder algún aspecto importante de la religiosidad, el conservadurismo y hieratismo religioso imperante, y en el que también se encuentran adiciones posteriores al hilo de los nuevos tiempos y creencias. Esto  permite, en relación al tema que nos ocupa, añadir contenido y detalles a las características y descripciones del Inframundo, configurando el actual conjunto de 190 capítulos recopilados por Wallis Budge y ordenados y numerados por Lepsius.

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Estudios de otros especialistas como Molinero (1997) sobre la cartografía en los libros del Más Allá, sirven de base para comprender cómo se estructuran según este autor los libros en función de las descripciones geográficas que realizan, dividiéndolas en tres categorías: las que tratan regiones concretas, las que se centran en las vías de acceso y las que tocan aspectos determinados de los lugares míticos.

En el Libro de los Muertos las descripciones geográficas hacen referencia a lugares inhabitados y no  parecen componer un mapa claro de dónde se encuentran los lugares respecto a otros o su lugar en el Inframundo. En cambio,  en el Libro de los Dos Caminos si se realiza  un mapa topográfico que permite la navegación real por la Duat, lo que evidencia claramente que el objetivo del Libro de Los Muertos no era llevarnos geográficamente por el Más Allá, sino poder llegar al otro lado mediante los sortilegios que nos abrían las puertas y caminos, los cuales nos llevaban en la barca y nos permitían superar el juicio de Osiris. Como aclara Taylor (2010, p. 134) no hay una secuencia de pasos patente a dar que pueda seguir el difunto, puesto que tampoco hay una aparente estructura interna en el Libro de los Muertos evidenciada por el sistema de composición final de la obra, en el que pese a existir cierta estructura asignada únicamente en su organización interna por los expertos modernos, no se aprecia en las versiones que encontramos, sobre todo teniendo en cuenta el hecho de no existir ninguna versión completa del libro.

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El Juicio de Osiris representado en el Papiro de Hunefer (ca. 1275 a. C.). Anubis, con cabeza de chacal, pesa el corazón del escriba Hunefer contra la pluma de la verdad en la balanza de Maat. Tot, con cabeza de ibis, anota el resultado. Si su corazón es más ligero que la pluma, a Hunefer se le permite pasar a la otra vida. Si no es así, es devorado por la expectante criatura quimérica Ammyt, compuesta por partes de cocodrilo, león e hipopótamo. Viñetas como esta eran muy comunes en los libros de los muertos egipcios. En http://www.webcitation.org/63ZdUemZU

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A lo largo de todo el texto del Libro de los Muertos se deducen algunos puntos esenciales a la hora de describir el Inframundo en esta obra:

  1. No es posible determinar o generar un mapa topográfico del Inframundo a través del Libro de los Muertos, debido a que las referencias y descripciones son muy vagas e inconexas, siendo todas las alusiones a lugares meramente referenciales y numéricas, sin dar detalles más que de manera somera de las diferentes zonas y elementos de los mismos, quizás debido a que éste no es el cometido verdadero de esta obra, es decir, no pretende ser un mapa o guía geográfico, siendo más este enfoque el que podemos encontrar en el Libro de los dos Caminos o el Libro de las Cavernas, a excepción de capítulos concretos como el 110 o el 149 del Libro de los Muertos.
  2. Como en toda la cultura egipcia, parece apreciarse una dualidad clara en el Inframundo entre las zonas de recompensa y las zonas de castigo, lo bueno y lo malo, como así lo atestiguan los nombres de las mismas, convirtiéndose en topónimos muy clarificadores respecto a su función en el Más Allá. Por un lado tenemos los espacios para aquellos que superan el juicio de Osiris, lugares placenteros e idílicos como los campos fértiles, Campiña de las Juncias (Cap. 149), con muros de cobre y campos de cebada de cinco codos, etc., mientras que para los que no superaban el juicio son destinados a sectores o áreas de sufrimiento para el difunto, como la Montaña doble, donde habita la serpiente “Lanzadora de cuchillos” y que vive de los muertos del Más Allá. Estos lugares están mucho más detallados en el Libro de las Cavernas.
  3. Existe una clara duplicidad entre el mundo real y el Inframundo, ya que se intenta representar en él gran cantidad de emplazamientos reales con matices que los hacen diferentes y que les dan un carácter especial, a la vez que en el texto se entremezclan lugares míticos y reales. Las referencias evidentes a los campos de cereal a imagen de la vida terrenal es un intento de hacer llegar al egipcio la posibilidad de disfrute de todas aquellas buenas cosas, sensaciones y sabores que ya conoce en el mundo de los vivos.
  4. Las referencias a tales zonas o a elementos de las mismas son parte de los componentes fundamentales de los ritos de paso que encontramos en el Libro de los Muertos (Taylor, 2010), ya que el difunto tiene que pasar una serie de pruebas para alcanzar la inmortalidad y el Más Allá. El superar puertas, caminos, interrogatorios, cuevas, atravesar lagos, etc., es decisivo en esta transformación y paso a la nueva vida. Encontramos muchos ejemplos de ello a lo largo del Libro de los Muertos, un mero ejemplo de ello es el capítulo 144, en el que el difunto debe conocer los nombres de los guardianes de las siete puertas para poder cruzarlas. Otro ejemplo destacado es el capítulo 99 B en el que el difunto tiene que recitar el nombre de cada uno de los elementos que componen la barca y así poder usarla.

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James Charles Kaelin, Jr. Webmaster & Digitizer EarthStation1 http://earthstation1.simplenet.com wandarer@earthlink.net

http://apuntes.santanderlasalle.es/arte/egipto/pintura/libro_de_los_muertos.htm;  http://earthstation1.simplenet.com wandarer@earthlink.net

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Como conclusión se hace patente que este libro no es una obra descriptiva del Inframundo, sino un libro dedicado a sortilegios o salmos avalados por el poder mágico de la palabra y la escritura frente a los obstáculos que se le presentan al difunto y que le protegían y salvaguardaban en el Más Allá.

A pesar de ello, sí se recogen descripciones del Inframundo, destacando los caminos, las puertas como vías de acceso de unos lugares a otros y las islas como parajes y lugares específicos con unas características concretas que parecen responder en cierta forma a la mentalidad estructural de la sociedad egipcia, que en todo momento pretende tenerlo todo perfectamente organizado. Ejemplos de ello son las propias viñetas gráficas del Libro de los Muertos en las que el orden y composición de las representaciones son determinantes para la comprensión y sentido del propio texto de la viñeta; véase con detenimiento la viñeta del capítulo 125 o más específicamente la del capítulo 143, que carente de texto está compuesta por cinco registros verticales.

Evidentemente no se trata de una guía al uso para el difunto a través del Inframundo, al menos no de una guía en sentido geográfico, sino más bien de una guía espiritual para la salvaguardia del alma, ya que evidentemente no podemos vislumbrar entre sus líneas una ruta o itinerario de inicio y fin. Es destacable que el hecho de que no todos los egipcios podían pagarse un libro completo, hizo patente la necesidad de que el difunto se enterrase con los sortilegios que considerase más adecuados y acertados para su salvaguardia en el Más Allá.

Tampoco debemos llevarnos a engaño al leer el Libro de los Muertos y pensar que los egipcios no tuviesen conocimientos de cartografía y representación geográfica, sino tener presente que ese no era el cometido concreto de este libro, ya que si se encuentran estos conocimientos en otras obras como el Libro de los dos Caminos o en papiros cartográficos al uso, en los que incluso las leyendas se parecen a la simbología de mapas usada hoy día, como apreciamos en el Mapa del Papiro de Turín 1879 / 1899 / 1969.

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En el registro superior, Ani y su esposa encaran las «Siete puertas de la Casa de Osiris». A continuación, se encuentran diez de los veintiún «Misteriosos portales de la Casa de Osiris en el Campo de Juncos». Todos están protegidos por temibles guardianes.35 En : File:Bookofthedead-144145.jpg

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FUENTES

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José Javier Martínez García

Arqueólogo – Técnico en SIG y Fotogrametría
Profesor de Egiptología en el CEPOAT

 Para Radio CEPOAT: El Canal de la Historia