Temporada 3 – Programa 8 – Los Druidas

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En el mundo galo, la religión y con ella sus principales representantes, los druidas, ocuparon un lugar preeminente en su historia. Los druidas ostentaban cada vez un mayor poder en la sociedad como principales intermediarios entre los hombres y los dioses honrándolos mediante sacrificios. Sin embargo, no solo se ocupaban de los asuntos religiosos sino que también estaban presentes en los asuntos diplomáticos, judiciales y políticos siendo considerados grandes sabios que debían ser respetados y escuchados. El prestigio que rodeó a los druidas no duró eternamente ya que fueron perdiendo su función espiritual, pero lo que más les afectó fue la creciente influencia de la cultura romana.

 Redactado y presentado por Marina García
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

 

 

LOS DRUIDAS:

Los druidas muy pronto pudieron crear un calendario basado en el doble recorrido del sol y de la luna. Tal realización fue el resultado de una constante observación de los astros durante siglos, una práctica que los acercó primero al cálculo, luego a la geometría y, por último, a las ciencias en general. Todos estos conocimientos hicieron que se considerara a los druidas como grandes sabios que debían ser respetados y escuchados.  Además de intermediarios entre los hombres y los dioses fueron considerados guardianes del orden natural.

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Druidas durante la realización de un ritual
Fuente imagen: National Geographic España, Los druidas: los misteriosos filósofos de la Galia

 

Desde el siglo IV a.C., diversos autores griegos utilizaron el término de «filósofos» para referirse a los druidas de la Galia, dándoles el mismo estatus que tenían los «magos» para los persas. En esa época, el término «druida» ya se conocía en las orillas orientales del Mediterráneo y servía para referirse a «aquellos que mejor ven y perciben lo que vendrá; los que adivinan». Con los druidas, la religión ya no se limitó a la esfera privada, sino que adquirió una función social y política. Sus conocimientos en astronomía y geometría les permitieron levantar majestuosos santuarios para la comunidad separados de los lugares de residencia y que se disponían en relación con los elementos naturales: el agua, la tierra, el bosque o el cielo.

La educación de los druidas duraba cerca de veinte años, periodo dedicado en gran parte a memorizar conocimientos ya que los celtas despreciaban la escritura por considerarla rígida y carente de alma, para ellos, las ideas escritas estaban destinadas a morir mientras que la palabra estaba viva. Cada año se reunían en una gran asamblea y debatían sobre cuestiones teológicas, pero también sobre los últimos avances científicos. En el curso de esta asamblea, los druidas impartían justicia; y los pueblos se comprometían a acatar las decisiones tomadas. Entre ellos se elegía al Gran Druida, el equivalente a un jefe político, que conservaba este título hasta su muerte.

 Intermediarios entre los hombres y los dioses
Fuente imagen: Nueva Acrópolis: Los druidas, sacerdotes de los celtas

 

Fue así como, a partir del siglo V a.C., los druidas alcanzaron una posición preeminente en los asentamientos galos dominando el arte adivinatorio así como todas las ciencias. Entre el siglo V y II a.C., el paisaje de la Galia se transformó por completo, fue una «edad de oro» en la historia de la Galia, una época mítica en la que los sabios druidas gobernaban la comunidad si no políticamente, sí espiritualmente. También, además de los druidas, existían otras dos órdenes de religiosos que se ocupaban de los asuntos sagrados: los bardos y los vates. De las dos, los bardos eran los más conocidos, actuaban como auténticos censores de la sociedad, dedicaban elogios a algunos personajes y les ayudaban a ocupar cargos políticos. Los druidas, que reivindicaban el conocimiento exclusivo de los dioses y del universo, los consideraban sus rivales y se enfrentaron a ellos, al parecer con cierto éxito. Por otro lado, los vates, de origen muy antiguo, practicaban la adivinación mediante el sacrificio de animales e incluso a veces de seres humanos. Pero estos también fueron suplantados por los druidas que pretendían ser los únicos intermediarios entre los hombres y los dioses. Así pues, los druidas pretendían ser los únicos intermediarios entre los hombres y los dioses. Como inventores del calendario, eran ellos quienes decidían las fechas de las fiestas religiosas; como teólogos, sólo ellos podían conocer la naturaleza de los dioses, sus deseos y la manera de honrarlos.

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Fuente imagen: Ásterix , personajes de Ásterix y Obelix

 

Esa posición clave en la práctica del culto les permitió impulsar una profunda reforma de la vida religiosa en la Galia antes de la conquista romana. El extraordinario prestigio que rodeó a los druidas no duró eternamente. Su implicación en los asuntos políticos, diplomáticos y judiciales les hizo perder su carisma espiritual, pero lo que les afectó más profundamente fue la creciente influencia de la cultura romana.

FUENTES:

 Marina García Soto

Alumna de tercero del grado de Historia de la universidad de Murcia
Para Radio Cepoat: el Canal de la Historia
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