Hay un momento difícil de precisar cronológicamente en que el yacimiento, careciendo de hábitat estable, se convierte en un punto de referencia para poblaciones nómadas o de la zona. No existen demasiadas referencias arqueológicas, pero éstas son tan sugestivas que en cierta medida es posible llenar el vacío.

Hasta ahora y que puedan asociarse a este momento han aparecido dos enterramientos. Uno, si no en el centro físico de la colina, sí en el lugar en que esta tenía más altura cuando se practicó y el otro en el extremo nororiental de la zona excavada, en un lugar de suave pendiente y escaso depósito arqueológico sobre la tumba.