Situado en la protección de un pequeño valle, Tell Jamîs no se halla directamente en ninguna de las grandes arterias de comunicación, causa está probablemente de su reducido tamaño en relación con otros tells de la zona, que se han desarrollado más en las diferentes épocas por el empuje de los caminos.

Sin embargo la muy moderada lejanía de los cauces normales no ha provocado en ningún momento el aislamiento. Importantes rutas transcurrían a tan poca distancia que incluso el tráfico de alguna de ellas podía contemplarse desde Jamîs.

Muy cercano, sobre la margen izquierda del Éufrates, se encuentra Tell Qara Qûzâq, para el que Sanmartín propone la posibilidad de que se trate de una de las colonias eufratinas de Uruk argumentando que se encuentra geográficamente en el centro de las conocidas o identificadas hasta la actualidad como pertenecientes a la denominada “Cultura de Uruk”.

El período cronológico abarcado por el yacimiento ha resultado ser muy amplio, teniéndo su origen en la primera mitad del milenio III a.C. y su final en los siglos inmediatos al cambio de era, materializándose en Jamîs con la existencia de 11 niveles arqueológicos diferenciados. En cada uno de estos niveles el yacimiento tiene un comportamiento interno propio y unas relaciones con el exterior específicas, de tal manera que en teoría nada tendrían que ver entre ellos.