Nivel I Romano

Relativamente deteriorado por la superficialidad de las estructuras de la cima. Presenta una serie de pequeñas habitaciones de carácter doméstico. Pero el interés está en la existencia de un gran recinto defensivo del siglo I a. C. y d. C. (abundaban los fragmentos de sigillata oriental A) compuesto por una muralla, una antemuralla y un paso de ronda.

La muralla, de un grosor variable que llegaba a los 3 m en algunas zonas, era de mampostería y estaba apoyada directamente sobre niveles del Bronce Antiguo II. En realidad era un enorme forro de piedra (a modo de pedriza) que circundaba el edifico del Bronce Antiguo, adaptándose a él en su cara interior y mostrando una bien acabada cara en el exterior. La parte superior de la muralla, la exenta, era una cerca de 1,20 m aproximadamente y de la que se conservaban unos alzados de 50 cm en algunos puntos. La antemuralla, de 1 m de grosor estaba separada de la muralla por un paso de ronda de 2 m de anchura. Se trata también una obra de mampostería con un buen acabado en ambas caras.

Los tramos conservados de muralla y antemuralla nos dan una longitud de 31 m. en el occidente y de 19 m en el sur. En otras zonas del Tell no se ha documentado; es posible que la mayor inclinación de otras pendientes la haya hecho rodar o que sólo estuviera o fuera de tan buena factura en las partes más accesibles del yacimiento.

Ya se ha defendido la tesis de que el Tell, al igual que otros de las inmediaciones y vecinos del río, formaba parte de la línea defensiva del limes entre las épocas de Pompeyo y de Trajano. La existencia de un Castrum romano en la otra orilla del río (sin duda alguna Ceciliana) y el amplio ángulo de visión que se tiene desde Tell Qara Qûzâq así lo indicaban. Pero si quedaba alguna duda, la existencia de una construcción claramente militar en el propio Tell confirma no sólo que formaba parte de esa línea defensiva, sino que el topónimo de Ceciliana puede aplicarse a ambas márgenes del río.