10 consejos para limitar el impacto de la corrupción a su imagen pública

¿Qué debe hacer un político ante un escándalo de corrupción que salpica y sacude su imagen pública ante las audiencias? ¿Debe callar, responder, replicar, explicar, contratacar o ignorar las acusaciones vertidas en los medios? Las recetas mágicas no existen. El contexto o escenario, el personaje, los públicos y la credibilidad de los medios determinan la actuación del político. Más allá de las contingencias que rodean a cada caso, a cada actor, nos atrevemos a recomendarle diez consejos para cuando vea su nombre en la prensa asociado a la palabra corrupción.

[dropcap type=»circle» color=»#fff» background=»#993366″]1[/dropcap] ¡No es 28 de diciembre! Asuma que está viviendo una crisis. Ésta puede ser larga y afectará a su imagen desde el primer minuto. Su principal misión es acortar su duración y minimizar los daños causados inmunizando a los públicos afectos a su figura.

[dropcap type=»circle» color=»#fff» background=»#993366″]2[/dropcap] ¿Por qué yo? El silencio nunca será una buena respuesta (refugiarse en las Islas Cíes tampoco). Si usted es conocido, las audiencias estarán ávidas por escuchar lo que tiene que decir. No deje que los medios hablen por usted. La acusación estará en los medios, pero el control de la historia debe ser suyo. Explique a los ciudadanos (no a los medios) el contexto en el que se da la acusación (cercanía de las elecciones, crecimiento en las encuestas, buena gestión de gobierno, sus competidores políticos no encuentran otra manera de pararlo, luchas partidistas intestinas). Clarificar el escenario ayuda a mitigar la imputación.

[dropcap type=»circle» color=»#fff» background=»#993366″]3[/dropcap] ¡Estoy aquí! Controle su presencia física. Su comunicación verbal y no verbal deben estar en sintonía, no diga que es inocente mientras baja la mirada y esconde sus manos; muestre la honestidad con su mirada, la transparencia con su sonrisa y la fortaleza de su defensa con su voz. No cambie su estilo de hacer política ni su rutina en el ejercicio de su cargo. No se esconda. No evite a la gente. Muestre su disposición a dar explicaciones, a contar la verdad, ante quien corresponda. Evite dejar preguntas sin responder, porque en ese caso otros responderán por usted.

[dropcap type=»circle» color=»#fff» background=»#993366″]4[/dropcap] Y aquí mis amigos. No se muestre en soledad. Sus amigos (políticos, líderes de opinión, presidentes de club de fútbol) deben estar a su lado, pero no como en un velatorio, sino sintiéndose molestos y agredidos por las dudas manifiestas sobre su honor. Si hay margen mediático, que la presencia a su lado se acompañe de narraciones que ellos cuentan sobre usted: su valor en la batalla, su generosidad con los más desprotegidos, su lucha contra la injusticia. Usted no es un villano, es un héroe.

[dropcap type=»circle» color=»#fff» background=»#993366″]5[/dropcap] Más transparente que el agua. Si identifica al acusador o a otro actor relevante para el escenario, muestre su transparencia redoblando la apuesta. Dará otro personaje a los medios, y eso les encanta. “¿Me acusas de malversación en los gastos de un viaje oficial, teniendo aquí las cuentas presentes y fiscalizadas por la Cámara, cuando tú no puedes justificar el crecimiento desmedido de tu patrimonio, cuatro casas, dos fincas, con un ingreso exclusivo de diputado los últimos diez años?

[dropcap type=»circle» color=»#fff» background=»#993366″]6[/dropcap] Víctima del sistema. Si la acusación es sobre temas sensibles a la ciudadanía -tales como desvío de fondos destinados a niños, ancianos o personas con problemas de salud- afirme su inocencia, repudie la posibilidad de corrupción en un asunto de estas características, agradezca a aquellos que en todo caso ayudaron a sacar el asunto a luz y proponga reformas o proyectos de ley expresspara que este tipo de situaciones, en las que usted no sólo no tiene nada que ver sino que además se asegurará de perseguir a los culpables, no vuelvan a repetirse.

[dropcap type=»circle» color=»#fff» background=»#993366″]7[/dropcap] La caducidad de la noticia. Controle el nivel de seguimiento de las audiencias hacia su caso, tras 24 horas de atención necesitarán de otro asunto. Sea generoso: posicione otro tema de atención en los medios para que el foco de interés cambie o se fragmente. Los públicos consumen noticias de forma ávida y veloz. Viven al ritmo de los 140 caracteres o los 30 segundos de imagen. No quiera ser protagonista una vez que ha posicionado su relato y ha identificado a otros actores.

[dropcap type=»circle» color=»#fff» background=»#993366″]8[/dropcap] Este aparato sirve para algo más que llamar. Controle su imagen en las redes. Su equipo debe estar desde antes del minuto uno preparado para suministrar información, desviar las miradas, reposicionar los escenarios, imponer nuestro marco e introducir otros personajes, incluidas princesas alemanas. Realice un seguimiento de los medios para localizar y neutralizar los rumores antes de que se extiendan. El ritmo de la agenda la marcan los ciberactivistas. Hoy el mejor aliado contra la expansión de una epidemia es un bajo posicionamiento en las redes.

[dropcap type=»circle» color=»#fff» background=»#993366″]9[/dropcap] Las memorias son frágiles. La única regla válida para todos los casos y circunstancias es mantener una acción de alta capacidad de respuesta inmediata, no dejando que los temas se pudran sin una narración coherente o permitiendo que una falta de control derive en flecos sin resolver que se vayan concatenando en el tiempo. Resuelva rápidamente la situación. A partir de ahí da igual el impacto que haya tenido. Aun siendo alto, si su duración es corta, sus efectos, por ejemplo los electorales o de valoración de una función ejecutiva, serán limitados.

[dropcap type=»circle» color=»#fff» background=»#993366″]10[/dropcap] ¿Y si nada me funciona? Recuerde: siempre nos queda la teoría de la conspiración. Cuando un tema se apalanca en los medios será porque hay detrás una mano negra. Construya su relato, identifique el marco, genere una situación de acoso, que no sólo sea perjudicial para usted, sino para la sociedad, el sistema, los más débiles, los defensores de la patria. Busque un culpable y victimice su posición e imagen. En muchos países, el papel de enemigo lo juegan los medios. Estigmatizar a la prensa en determinados contextos, como cara visible de un complejo entramado de intereses que luchan contra el cambio y el progreso, sirve para revertir situaciones de alto estancamiento de una noticia sobre un sujeto, no sólo restando credibilidad al demandante, sino aumentando la reputación del demandado.

Dr. Ismael Crespo Martínez
Catedrático de Ciencia Política y de la Administración
http://www.ismaelcrespo.com/
https://twitter.com/IsmaelCrespo

Publicado en: Diario La Verdad de Murcia, 13-07-2013.

[ssba-buttons]