Entrevistamos a Mario Riorda, profesor del Máster en Análisis Político Aplicado de la Universidad de Murcia

 

Entrevistamos a Mario Riorda, Politólogo, Consultor político, autor de numerosas obras de comunicación política y gestión de la comunicación de crisis,  Presidente de la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales, y desde hace varias ediciones también profesor del Máster en Análisis Político Aplicado de la Universidad de Murcia

P1. La reciente reedición de su clásico libro junto a Luciano Elizalde sobre comunicación gubernamental evidencia un gran interés por el estudio de este tipo específico de comunicación política. ¿Qué está cambiando en la comunicación de los gobiernos y a qué debe prestar atención la Ciencia Política en este ámbito?

La ciencia política se ha posado desmedidamente sobre el comportamiento político electoral, por un lado, y por el otro, sobre las instituciones políticas (el diseño de un gobierno) y las políticas públicas, sin haber profundizado su mirada profunda sobre la legitimidad de los gobiernos y de las propias políticas públicas y el rol que la comunicación gubernamental tiene ahí. La “gubernamentalidad” es un exceso, en términos de Bourdieu, en la mirada hacia prácticas estandarizadas y hegemónicas de los gobiernos, pero es un punto de partida necesario en la comunicación gubernamental porque representa la asimilación de la necesidad de comprender que hacen falta prácticas legitimadoras largo placistas en un gobierno, diferenciadas totalmente de los ciclos cortos electorales o los tecnicismos de una política pública.

 

P2. ¿Es posible identificar diferentes modelos comunicativos gubernamentales a la hora de hacer frente a la pandemia? ¿En qué se diferencian estos modelos?

No. A lo sumo patrones que se visualizaron en quienes hicieron, al menos hasta un punto, las cosas bien. Altos niveles de confianza pública para llegar a consensos como el resultado de una construcción social; fuerte apoyo en bases tecnológicas para la gestión de desastres (Nueva Zelanda sobre sistemas de emergencias frente a tsunamis, Israel sobre sistemas de respuestas frente a ataques); ciertas condiciones territoriales particulares y liderazgos activos que gestionar al riesgo en base a habilidades que intentaban sortear los sesgos cognitivos, quizás los más importantes enemigos de una percepción común frente al riesgo.

 

P3.  La construcción del consenso es una tarea fundamental en la comunicación de gobierno, pero, al mismo tiempo, observamos sociedades cada vez más divididas y enfrentadas. ¿Qué dificultades se encuentran los gobiernos contemporáneos para construir consensos?

El objetivo de un gobierno es construir consenso, pero eso no excluye que cada consenso acarrea siempre niveles de disenso. Hay consensos por la negativa, algo así como transitar sin pena ni gloria evitando bloqueos y consensos por la positiva que significan acuerdos políticamente operativos para producir reformas. Lo cierto es que la tendencia internacional es ir hacia sistemas políticas que generan ofertas múltiples, partidarias o personales, y ello disgrega al consenso, lo vuelve más trabajoso y además más inestable. La política está migrando hacia miradas tribales donde la auto celebración de mi espacio, la cerrazón, el dogmatismo, la radicalización de mi propio espacio prima por sobre dinámicas de consenso social amplio. Igual, a más consolidación del tribalismo político, así cueste infinitamente más, más necesidad de seguir pensando al consenso.

 

 P4.  Ayúdenos a entender brevemente en qué consiste la comunicación de riesgo…

Es toda práctica tendiente a generar dinámicas de percepción colectiva o personal en torno a amenazas, vulnerabilidades y peligros. Significa la necesidad de construir colectivamente algún modo de consenso preventivo o de normas de actuación aún con alguna crisis ya desatada. En definitiva, es un consenso que produce alguna porción de cambio cultural para evitar daños.

 

P5. Las ideologías existen y tienen un papel indiscutible en la comunicación política, pero, ¿se están transformando?

Se desdibujan porque cada regionalismo las mezcla con sus “ismos” de moda o de tradición cultural. Se desdibujan porque de esos “ismos”, los personalismos generan un cocktail no tan fácil de deconstruir, único e irrepetible. Pero están mas vivas que nunca, sólo que presentadas en distintos formatos de packaging que no conocíamos y sorptenden. La derecha no dejó de ser derecha nunca, aún con sus excesos radicalizados. La izquierda no dejó de ser izquierda nunca, aún con sus excesos radicalizados. Tal vez, ambos extremos se entrecruzan en formatos democráticos “iliberales” -más iliberales que democráticos- y son tan novedosos e impactantes, mezclando sobre todo los valores políticos con ciertos valores económicos, que las creemos desdibujadas, pero no, están ahí. Tal es así que nazismo y comunismo no son una moda retro, son acusaciones mutuas absolutamente consolidadas en pleno 2022.

 

 P6. ¿Están los valores libertarios en alza ya no solo en Argentina, sino también en Europa?

Por supuesto. Incluso, la diferencia entre Europa y América es que, salvo ocasiones, los sistemas políticos, en especial los parlamentarios europeos, taponan en términos de acción colectiva y de modo contundente en los ballotages, a las derechas libertarias. En cambio, en la región, llegaron a presidente Bolsonaro en Brasil, Trump en Estados Unidos e hicieron elecciones muy competitivas en Chile, Costa Rica, Perú y aparecen como muy amenazantes en términos de competitividad en Argentina.

 

P7.  ¿Hacia dónde caminan los estudios de comunicación política? ¿Cuáles son las líneas de investigación emergentes de la disciplina?

Creo que hay varias líneas, pero antes de ellas una apreciación que, personalmente, me encanta y la celebro: y es que la comunicación política, amén de sus trayectorias y líneas previas, está siendo cada día más porosa e interdisciplinaria. Ese camino no debe ser analizado desde la satisfacción personal, sino desde la obviedad -como dato- de la complejidad. Lo nuevo, para mí lo más destacado, es la relación de la comunicación política con la psicología social; una conjugación cada día más virtuosa con la retórica como sintonía básica con la lingüística; la consolidación del abordaje de caso, pero un compromiso cada día mayor de la perspectiva comparada; un revalorización de la comunicación como drama, como cultura, especialmente en los estudios discursivos e ideológicos; y la incorporación cada día más necesaria de fenómenos de crisis y de riesgo. Quizás, metodológicamente, se debe resaltar el enfoque tecnológico sobre la efectividad de los medios digitales. Todavía queda como desafío el abordar enfoques desde la filosofía o teoría de la comunicación política que nos hagan aproximarnos con crudeza a los excesos. Una ética de los excesos y una mirada profunda de los excesos de la comunicación política, que incluye una mirada crítica a los excesos de la industria de la comunicación política también.

 

P8. Recomiéndenos dos libros para este 2022 sobre comunicación política que no deberíamos perdernos.

Voy a recomendar 4. Dos, porque creo que son una referencia de mi modo de pensar en revitalizar la democracia. Uno editado por Peter Loge llamado “Polítical Communication Ethics. Theory and Practice”; otro, porque estoy convencido en potenciar el entramado de lo público y lo privado y da pistas, no necesariamente desde la exclusividad comunicativa, pero sí como guía, el libro de Christopher Ansell y Jacob Torfing, “Public Governance as Co:Creation. A Strategy for Revitalizing the Public Sector and Rejuvenating Democracy”. Y los otros dos, porque soy coautor y le dediqué con colegas y amigas, muchos años de mi vida: “Cualquiera tiene un plan hasta que te pegan en la cara. Aprender de las crisis”; que escribí con Silvia Bentolila, y el reciente libro “La Política del Riesgo. Construcción Social, Liderazgo y Comunicación”, que escribí con Silvia Fontana y Sofía Conrero. Estos dos libros son aportes de base para áreas muy desguarnecidas teóricamente.

 

Mario Riorda

www.marioriorda.com

@maRIOrioRDA

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