RAMOS VARELA, Antonio

Lugar de nacimiento

Ferrol, Coruña

Fecha de nacimiento

27-10-1903

Fecha de fallecimiento

19-01-1945

Lugar de actividad

Santiago de Compostela

Profesión

Escritor/a
Profesor/a

Un suceso en los arrabales (estampa dramática en un acto) (1933), Notas en torno a Sören Kierkegaard: el concepto de la angustia y la categoría psicológica de la ambigüedad” (1933)Hijo de un coronel de infantería de marina. Su familia se trasladó a Santiago de Compostela cuando era todavía un niño. Comenzó el bachillerato en el curso  1913-1914, pero no lo cursó de manera seguida y no obtuvo el título de bachiller hasta el 25 de mayo de 1922, continuando seguidamente estudios en la Facultad de Ciencias, sin examinarse ni aprobar ninguna asignatura. Parece que regresó a Ferrol y mantuvo correspondencia Ernst Goldbeck (1861-1940) a quien fue a visitar en 1927. En 1930 volvió para Santiago comenzando su amistad con Cesáreo Briones con quien compartía ideario anarquista y militancia en la FAI, y ya trataba a Luis Tobío Fernández y Ángel Casal, quien le publicó en Nós, su emblemática obra de teatro Un suceso en los arrabales  en la colección “Resol” de Arturo Cuadrado. Mantenía también amistad con Santiago Montero Díaz, y frecuentaba la tertulia del Café Español junto a Luís Manteiga, Luís Seoane y Carlos Maside. En ese ambiente tenía el sobrenombre de “Socrates Taciturno”.

Entre el 11 de agosto y el  17 de diciembre de 1933, participó en la Misión Pedagógica de Galicia que dirigió Rafael Dieste, que le permitió contribuir a la creación del teatro de guiñol en el pueblo marinero de Malpica. La actividad de las Misiones Pedagógicas le fascinó y siguió a Dieste para participar en la Misión de Turégano y Cantalejo (Segovia), del 10 al 15 de enero de 1934. Después, participó en las Misiones de  Aldeaseca (Ávila) del 12 al 18 de abril de 1934 y Martín Muñoz de las Posadas y otros pueblos (Segovia y Ávila) del 25 de abril al 7 de mayo de 1934. De regreso a Galicia realizó junto a Javier Farias, la Misión de la provincia de Pontevedra entre el 23 y el 28 de mayo, y el 5 a 23 de julio de 1934, así como la Misión que organizó en el mes siguiente Manuel Díaz Rozas en la provincia de A Coruña.  

En los meses que pasó en Madrid, vivió en cercanía a Dieste por quien sentía una gran admiración, y es probable que participase en las tertulias que se celebraban en casa de María Zambrano. También conoció a Unamuno quien quedó sorprendido de su conocimiento de  Kierkegaard. Cuando estalló la Revolución de Asturias se encontraba en Compostela. Fue desterrado a Ferrol hasta el 3 de diciembre. A su regreso a Santiago empezó a dar clases en el Colegio de San Buenaventura, en la calle Conga 1, que dirigía Manuel Ríos Noya. Buscando tener mejores opciones de futuro hizo la matrícula del primero curso de la Facultad de Filosofía y Letras.  Era persona difícil para acomodarse la una vida académica convencional y posiblemente fue a clase con mucha irregularidad y además debía sentir desprecio por unos profesores a los que consideraba “viejos alelados, histéricos doctores decorados con un superficial barniz de ciencia teutona, y rudos seminaristas machacones”.

E 18 de julio de 1936  seguía en Compostela, cuando se produjo la sublevación militar. Se dirigió al ayuntamiento junto a algunos compañeros intentando organizar la defensa de la ciudad para lo cual requisaron armas, pero enseguida se dio cuenta de que no había nada que hacer y huyó al monte Pedroso en compañía de Cesáreo, y otros dos jóvenes anarquistas. Permanecieron cinco o seis días juntos, pero luego quedó él sólo. Regresó secretamente su casa a finales del mes de julio escondiéndose durante unos 20 días, pero volvió al monte hasta que a finales de octubre decidió entrar en Santiago refugiándose en varias casas hasta que fue detenido por una delación. Cuando fue cacheado llevaba unos papeles manuscritos en los que expresaba ideas contra los sublevados pero también había escrito un abecedario griego con su equivalencia en caracteres latinos que en las diligencias policiales se entendió que era una clave secreta y revolucionaria.

Fue juzgado y condenado a muerte el 30 de diciembre de 1936, siendo conmutada esta pena por otra de prisión perpetua el 12 de enero de 1937, permaneciendo en el presidio de Santiago hasta su traslado a Coruña el 15 de diciembre de 1938 donde se le agravó su proceso tuberculoso pulmonar, siendo liberado ya muy enfermo el 6 de marzo de 1943. Atendido en principio por varios amigos lo llevaron a casa de Lorenzo Zúñiga donde finalmente falleció.

Aunque se conserva un conjunto de manuscritos de carácter filosófico y ensayístico, solo se conocen dos publicaciones, que aparecieron en el tiempo que estaba en las Misiones Pedagógicas: su única obra de teatro, ya mencionada, Un suceso en los arrabales (estampa dramática en un acto) y un artículo sobre la filosofía de Kierkegaard. Aunque son dos trabajos de diferente contextura, se centran en un problema que consideraba fundamental: el individuo ante los límites de la vida, el hombre ante el dominio que tiene sobre él el automatismo de la técnica, la iniciativa individual frente al determinismo de la naturaleza, la antinomia entre la racionalidad y la espiritualidad, la ambigüedad de la pasión en la que el objeto es sentido, como algo ajeno y propio al mismo tiempo. En el artículo denota que conocía mucho el pensamiento de Nietzsche y Hermann Graf Keyserling, y que había leído a Husserl y Freud. De sus reflexiones en este artículo destacan algunas ideas que reflejan los debates que mantenía con sus amigos misioneros. Por una parte el lugar que ocupa la técnica en la construcción de la cultura urbana moderna, y por otro, la significación del guiñol como conjuro contra las fuerzas indómitas de la naturaleza.

Obras del autor/a

 

Un suceso en los arrabales (estampa dramática en un acto) (1933).

Notas en torno a Sören Kierkegaard: el concepto de la angustia y la categoría psicológica de la ambigüedad” (1933)

 

Autor de la biografía

OTERO URTAZA, Eugenio

Bibliografía

 

Otero Urtaza, E. “Antonio Ramos Varela. Noticia dun intelectual libertario esquecido”, en Boletín Galego de Literatura, 39-40 (2008) 297-316.

 

Imágenes

Antonio Ramos Valera