GUTIÉRREZ DEL ARROYO CEBREIRO, José

El maestro gallego José Gutiérrez del Arroyo Cebreiro, perteneciente a una familia eumesa, enlazada con los López-Cortón, después de realizar sus estudios primarios en Pontedeume y estudios secundarios en Betanzos, se trasladó por motivos familiares a la Argentina donde estuvo entre los años 1889 y 189l, año éste en el que regresó, para comenzar los estudios de Magisterio en la Escuela Normal Superior de Santiago de Compostela, al tiempo de poder tomar contacto vacacional en las tierras betanceiras con la familia López-Cortón Viqueira, y quizás incluso con Francisco Giner de los Ríos y con Manuel Bartolomé Cossío, en las vacaciones de verano que estos hacían en la casa de San Fiz de Vixoi, contrastando con ellos algunas de sus incipientes preocupaciones pedagógicas.

En 1895, estando en posesión del título de maestro superior, que le habilitaba para concursar a plazas de escuelas completas, accedió al puesto de profesor propietario de la escuela completa de Meis (Pontevedra), donde ejerció su docencia hasta junio de 1899. En este tiempo realizó, mediante exámenes libres, el Curso Normal en la Escuela Normal Central de Maestros en Madrid y también el Curso de pedagogía especial para sordomudos y ciegos, que le permitieron alcanzar una más satisfactoria formación pedagógica. Desempeñó a continuación su docencia en la escuela elemental completa de Ponteareas (Pontevedra) hasta la primavera de 1902, momento en el que presentó su renuncia a este cargo ante el Rectorado de la Universidad de Santiago, por haber sido nombrado para una responsabilidad administrativa en el Museo Pedagógico Nacional.

Era la fórmula que le permitía acercarse definitivamente a Madrid y entrar en relación estable con las actividades, tanto de la Institución Libre de Enseñanza, como del mismo Museo Pedagógico, pues ya en verano de 1901 José Gutiérrez del Arroyo había sido uno de los profesores de la colonia escolar de vacaciones que el Museo Pedagógico venía organizando en San Vicente de la Barquera, aplicando los principios pedagógicos y la metodología didáctica que será propia de la Escuela Nueva. En aquellos momentos también se incorporó a la ILE su hermano Luís (1877-1938) cómo profesor de matemáticas y geometría, siendo los dos algunos de los excelentes profesores que Giner incorporó a la escuela de la ILE. Desde Madrid, José Gutiérrez del Arroyo, junto con José López Cortón y con Ramón Tenrreiro, organizaron las colonias escolares de A Lagoa, en las tierras de As Marinas, en verano de 1902, que fueron las primeras colonias escolares de A Coruña, y que se seguirían organizando con continuidad en los años sucesivos; colonias en las que más tarde colaborarían los destacados profesores Marcelino Pedreira y García Niebla, uno de los más reconocidos educadores de Ferrolterra. Durante el curso de 1906-07 José Gutiérrez fue pensionado por el Ministerio de Instrucción Pública, poco antes de la creación de la JAE, para realizar estudios en la Escuela Normal Superior de Saint Cloud en París y en la de Bruselas, ocasión para visitar escuelas en las dos ciudades, asistir a los cursos de ciencias naturales impartidos por Perrier, Houssay e Delage, a conferencias académicas, y de formarse en contacto con importantes pedagogos, en particular, con el director da Escuela Normal de Bruselas Alexis Sluys, amigo personal de Manuel Bartolomé Cossío.

A su regreso a Madrid, José Gutiérrez, que estaba casado con Dolores Sama, hija de Joaquín Sama ―uno de los impulsores de la ILE―, se volvió a incorporar cómo profesor de la escuela primaria de la ILE, llevando a cabo, como se escribió en el Boletín de la ILE, «una enseñanza llena de calor, con clases vividas por los alumnos en plena intimidad de espíritu y de interés con el maestro». Poco más tarde pasó a ejercer como maestro en la escuela madrileña del pueblo de Santa Marta, con gran satisfacción de los escolares y de sus familias. Dice el Boletín de la ILE (nº 585, de 31.XII.1908) que «era inagotable el interés que sabía avivar en los niños; les contaba tantas cosas no oídas!; pero además, les enseñaba a apreciar su propia vida, como una cosa tan llena de valor y tan nueva!» En tal desempeño murió en ese año de 1908; moría uno de los mejores educadores institucionistas, con profunda huella entre los educadores coetáneos gallegos influidos por la ILE.