HERNANDO Y PALACIOS, Victoriano

Aprendió a leer con los monjes benedictinos de Valladolid, después de dejar su pueblo y su oficio de pastor. Pronto despertó en él una vocación por el magisterio y una admiración especial por la caligrafía de Torcuato Torio de la Riva.

Desarrolló su actividad docente en Madrid, primero como maestro pasante de una escuela particular en la calle de Atocha 3, y después tras conseguir su título, como maestro de la Diputación de Caridad del barrio del Hospital General. Posteriormente ejerció su actividad docente en el distrito reunificado de Atocha, Tinte y Canal hasta su jubilación en 1851.

 Su actividad empresarial también se desarrolló en Madrid a partir de 1828, momento en el que compró una máquina rudimentaria de pautar papel y comenzó a hacerlo, empleando un sistema propio para libros escolares y de comercio en la calle Arenal 11.

Este sistema acogido con mucha aceptación le llevó a ser impresor, librero y finalmente editor de textos, principalmente escolares, de los que será uno de los  pioneros. Este local y actividad serían el origen de la futura Casa Editorial Hernando.

Ya en el catálogo de la Casa de 1847, el más antiguo que se conserva, aparecen mas de 200 obras, clasificadas en secciones: educación, lectura, fábulas, caligrafía, aritmética, gramática, geometría, ortografía, latinidad, variadas (libros de modales, del padre de familia, de urbanidad, oraciones de jóvenes, de niñas, versos y prosa, etc.). También se anuncian, su conocido papel pautado en planas, orlas, premios, muestras, el rayado, el de fumar (con versitos), impresos para el ejército (libretas de rancho, estados de caudales), para colegios (clasificación, matrícula, inspección, listas), etc.

Durante la Ominosa Década (1823-1833), se restableció La Inquisición bajo el nombre de Junta de Fe, las publicaciones prácticamente se redujeron a la Gaceta y los maestros fueron depurados o “purificados”, Hernando lo fue en dos ocasiones, la primera en 1823, al poner en verso la Constitución de 1812: “El atrevimiento de poner en verso la Constitución del año 12, le trajo como consecuencia su cesantía”y por segunda vez, en 1826, según el Libro de Reuniones de la Junta Municipal del barrio del Hospital General.

Fue secretario del  Colegio Académico de Profesores desde 1820 y al cambiar este de nombre, tesorero de la Academia Literaria y Científica de Profesores de Primera Educación  durante siete años (1837-1844).

Sus dotes como pedagogo, filólogo y poeta quedaron reflejadas en sus obras:

1826. “Colección de muestras de letra bastarda española”. Se trata de diez láminas, incluida la portada, con lindos adornos, grabadas por L. Maré. Su propósito era conseguir claridad y velocidad al escribir, suprimiendo los accidentes (rasgos y adornos, que impedían trazarla con rapidez), pero no el ligado de unas letras con otras.

1829. “Catón de Seijas, corregido y aumentado”. la 5º edición aparece en 1829 (ya en su editorial), y es la primera que se conserva en la BNE. “El catón metódico” se publicó al menos hasta 1960, en el último periodo editorial (Librería y Casa Editorial Hernando). También lo aumenta y corrige Manuel Rosado y lo publicó Hernando en su quinto periodo editorial (Sucesores de Hernando), como una novísima edición.

1834. “Compendio de Gramática Castellana”. En ella aboga por las ventajas del aprendizaje en verso (se aprende antes, se retiene mejor y por más tiempo). El texto es muy claro, las preguntas van en letra cursiva y en prosa y las respuestas en letra de imprenta y verso, donde  siempre está a favor de la ortografía natural.

1845.”Impugnación razonada en contra del prontuario de Ortografía Castellana”. advierte el autor, que aunque adoptando el Prontuario de la Real Academia como texto en su Escuela de Instrucción Primaria, sigue no conviniendo con lo que allí se expone en contra de las reformas que la propia Academia hizo hace cuarenta años.

En todas sus obras apuesta  por todos aquellos métodos que puedan hacer más fácil el aprendizaje a los alumnos, se lamenta de la falta de interés de los padres, admira la caligrafía, pone de relieve el engaño del aprendizaje rápido de algunos métodos, mientras alaba la importancia de la constancia en el aprendizaje:

“No suelen ser los hombres de más talento y disposición los que hacen mayores progresos en las artes y las ciencias; sino los que son infatigables en el estudio y práctica convenientes para conseguir el fin que se proponen”.

Como  poeta y observador social, publicó:

1837. “Las Musas”. Revista en verso, creada por él en la que participaba

1852. “Tratado crítico-burlesco e instructivo” y

1857. “Composiciones verídicas y crítico-burlescas”

A lo largo de su trayectoria profesional colaboró en la difusión de las prácticas de enseñanza entre los docentes, con la creación de  la revista:

(1858-1876). “Anales de Primera Enseñanza”, recomendada por el gobierno de Isabel II junto con “La Educación”.

En 1851 se jubila de su escuela de la Diputación de Caridad, y dos años mas tarde hace testamento, pasando la empresa a sus sobrinos carnales: Gregorio Hernando y Francisco Parra, pero al fallecer  prematuramente éste último, su verdadero heredero será Gregorio Hernando.

Su compromiso con Aldeanueva de la Serrezuela le llevó a construir una nueva escuela, en un edificio en el que la parte superior se dedicó a ayuntamiento, así mismo, consiguió  la demarcación definitiva del término municipal y  por otra parte serán muchos los empleados que saliendo del pueblo a muy temprana edad para buscar nuevos horizontes en la ciudad, trabajarán en la recién creada Editorial Hernando, tradición esta que llegará a formar parte de los Estatutos de la Casa en 1902.

Hasta 1985, fecha en que la editorial pasará a otros propietarios, los periodos editoriales de la empresa se conocen como: Gregorio Hernando; Viuda de Gregorio Hernando; Hernando y Compañía; Perlado, Páez y Compañía; Perlado, Páez y Cía.  Sucesores de Hernando y finalmente Librería y Casa Editorial Hernando S. A.

La Casa Hernando administró tres diccionarios de la RAE (1848, 1899 y 1914), la revista pedagógica “La Escuela Moderna. Revista pedagógica hispano-americana” (1831-1934) y la totalidad de la obra de Galdós a partir de 1904,  consiguió expandirse a Hispanoamérica, América del Norte y Europa y  llegar a ser un agente dinamizador de la cultura española, que puso en las manos de todos sus libros y especialmente en las de los menos favorecidos por la fortuna, al editar en muy diferentes formatos y precios.

Desde 2006, la Exposición Permanente de Victoriano Hernando, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Aldeanueva de la Serrezuela (Segovia), intenta dar a conocer este legado de un maestro y empresario ejemplar.

En octubre de 2014, el Ayuntamiento de la ciudad de Segovia dio el nombre del editor a una de sus mas concurridas glorietas.

Como dijo José Luis Mora García en El Adelantado de Segovia, nuestro periódico local: “En esta provincia, nació un hombre que puso su vida al servicio de los libros”.