CADENAS CAMPO, Cándid

Lugar de nacimiento

Villaquejida (León).

Fecha de nacimiento

25-07-1895

Fecha de fallecimiento

09-03-1979

Lugar de actividad

Zamora
Madrid
Salamanca
Palencia
Las Palmas de Gran Canaria
Lanzarote

Profesión

Profesor/a Escuela Normal

 

Nacida en León en 1985, Cándida Cadenas estudió en la Escuela Normal de Toledo para maestra de primera enseñanza superior, en la Sección de Letras, estudios que finalizó en 1914 con sobresaliente y premio de honor.

Fue alumna de la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio en la Sección de Letras, de 1915 a 1918, finalizando la número cinco de su promoción. Solicitó en 1920 desde Málaga, su residencia entonces, plaza de inspectora, preferentemente para Baleares; le es concedida la vacante de inspectora en Zamora.

Su formación prosiguió con cursos de labores y trabajos manuales en Madrid. No sabemos si su contacto con la profesora norteamericana Miss Webb en uno de esos cursos impartido en 1921 afectó o no a su decisión de pedir una beca para EE.UU., pero finalmente Cándida Cadenas hizo uso de su beca en EE.UU. durante los cursos 1922-23 y 1923-24. Marchó primero al College St. Catherine College en Minnesota, donde tomó cursos de educación física y visitó las escuelas públicas de primaria y secundaria de Minneapolis; durante el segundo curso, en 1923-24, pasó casi un año en la Universidad de Wisconsin (Madison) perfeccionando los cursos de educación física y visitando escuelas, con la eventualidad de impartir algunas sesiones docentes en español. Completó estas actividades con algunos campamentos de Girls Scouts en Chicago, y realizó satisfactoriamente exámenes finales sobre su proceso de aprendizaje. De aquella experiencia introdujo en España corrientes teóricas y empíricas extranjeras, que orientó  hacia un modelo curricular escolar en Educación Física para niñas.

La formación de profesoras y profesores especialistas en Educación Física tardó en llegar a España bastantes años. En su logro tuvo mucho que ver las  argumentaciones de Cándida Cadenas para que, a través de cursillos dirigidos al magisterio, se reconociera en 1927 el título de Profesor de Educación física de primera enseñanza.

Condecorada con la encomienda de Alfonso XII por su labor como inspectora y dedicación a la Educación Física, en 1928 propuso la creación de una Escuela Central de Gimnasia para la formación de maestras, aunque su petición no fue atendida.

Su compromiso con la disciplina de Educación física continua en 1929 a través de cursillos de información para grupos escolares distintos, normalmente dirigidos a maestras que pusieran en práctica la cultura física en las alumnas. Contó siempre con el apoyo del ministro de Instrucción Pública, Callejo, que la valoraba públicamente por su labor pedagógica.

Su traslado a Madrid como inspectora de institutos femeninos en Educación Física en 1930, junto a otros traslados, fue motivo de polémica y malestar entre una parte del profesorado. El ministro Calleja había pasado por alto el R.D. de 1913 sobre inspección, tomando decisiones arbitrariamente y generando un mal precedente en este cuerpo docente. Seguramente, a consecuencia de la revisión de aquellos traslados, Cándida Cadenas fue enviada como inspectora de primera enseñanza a Salamanca en el año 1932, donde desarrolló una actividad intensa con escolares en cursos y celebraciones educativas. Ese año, y mediante permuta, se marchó a Palencia como inspectora.

En 1934 debió conocer o sabía de Pilar Primo de Rivera y de otras falangistas. Por invitación de la primera participó en la fundación de la Sección Femenina de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. En aquel momento le fue encomendada la formación de la Sección Femenina salmantina como Jefa Provincial de Juventudes de la S.F. Organizó un grupo de afiliadas y se movió por la provincia de Salamanca para la organización de varios grupos más. Su empeño y decisión en esta tarea contrastaba con el escaso entusiasmo de las pocas afiliadas que en aquel momento había. Implantó un formato de clases de Educación Física para el grupo de flechas femeninas en espacios apropiados, acondicionados por ella misma con sus propios recursos.

El 22 de agosto de 1936, en declaraciones a la prensa, señaló las dificultades iniciales en la organización de las falanges de afiliadas en contraste con la rapidez con la que se estaban organizando en aquel primer periodo de guerra. Su labor era identificada como de humildes siervas en los comedores y cocinas, hábiles costureras en los talleres de la sección y monjitas de la Caridad en los Sanatorios y Hospitales. Ella lo destacó en aquel momento así: las afiliadas no sólo ejercitarán una labor material, sino también espiritual (1936, 8).

Reconocida públicamente su tarea y empeño desde la Sección Femenina, pese a los vaivenes por diferencias internas sobre el mando y el control de la provincia, fue la escuela de mandos, en 1938, que había incrementado la estructura de la Sección bajo la supervisión y control de la indiscutida Pilar Primo de Rivera, la que adjudicó a Cándida Cadenas la Delegación General de Organizaciones Juveniles. Había desempeñado hasta entonces la Regiduría de Educación Física, no sin dificultades por la falta de definición en la estructura de esta Regiduría y su condición de subalterna de las mandos superiores. Pese a los problemas de índole interna, organizó una "Sección de Deportes y Cultura Física" adaptada a las bases organizativas alemana e italiana del momento, que había estudiado in situ en esos años.

Cándida Cadenas no llegó a abandonar del todo su trabajo de inspectora, salvo en el breve periodo en que, como funcionaria, fue depurada. En 1939 se sabe que organizó cursos de orientación y perfeccionamiento del Magisterio a instancias de la Junta Provincial de Primera Enseñanza. También siguió trabajando en el programa curricular escolar de Educación Física. La prensa del momento recogió las visitas que realizaba en 1938 a las flechas femeninas para orientarlas en la enseñanza de la lectura.

En enero de 1939 abandonó la militancia activa. Entendemos que en esos años decidió completar sus estudios con su matrícula en la Facultad de Medicina de Salamanca, hasta 1945 en que se tituló. Finalizada esta etapa cambió de destino profesional y fue enviada en 1946, como inspectora de provincia, a Las Palmas de Gran Canaria y a Lanzarote, ambas parte de su circunscripción. Allí permaneció hasta su jubilación.

A su labor como inspectora se unió la de fotógrafa escolar. Entre los años 1952 y 1954 organizó un archivo fotográfico sobre las escuelas de la isla de Lanzarote, con su alumnado y profesorado. Tras un ejercicio profesional muy valorado y la influencia que dejó en la organización de la Educación Física en las islas, murió ya jubilada el 9 de marzo de 1979 en Las Palmas de Gran Canaria.

Desde que Cándida Cadenas pasó por la Residencia de Señoritas (excursiones a Guadarrama, vacaciones en la nieve) y dedicó dos años al estudio de las corrientes teóricas y aplicación escolar de la educación física, la investigación e introducción curricular de la educación física marcó su vida de inspectora, primero con la preparación y especialización de las maestras en esta materia, y segundo con el diseño de una Educación Física adaptada a las niñas y jóvenes. La Cartilla Gimnástica Infantil introducida en 1924 por el Directorio militar en todas las escuelas automatizaba los movimientos y restaba lo que, según ella, era en una mujer la gracia y el arte: la feminidad como parte de la buena salud física y moral de las mujeres.

¿Cómo debía ser la educación física en la mujer, en síntesis? Armónica, rítmica, con un hondo y severo sentido integral, que hermana la salud, la cadencia y el ritmo, la gracia y la belleza. El deber de la mujer no sólo es amar, sino sembrar y enseñar amor (1925, 254).

A partir de su formación en los cursos organizados por la Escuela Central de Gimnasia de Toledo en 1925, trasladó estas enseñanzas adaptadas, según su criterio, a las escuelas de niñas. Comenzó por organizar en 1927 un cursillo informativo subvencionado sobre educación física para veinte maestras de Zamora, y dos años después propuso otro en Madrid de iguales características, con objeto de que pudieran aplicar la Cartilla Gimnástica a las escuelas de niñas, esta vez matizada con ideas propias y propuestas específicas. ¿Cuáles eran estas propuestas?

La principal consistió en el diseño e implantación de un Proyecto de Educación Física Femenina en la nación, donde se incorporaran las mujeres como ciudadanas y como madres. Sería una educación física obligatoria hasta los diecisiete años y, por tanto, incluyendo los años de secundaria.

En 1925 había formado su primer grupo de sesenta niñas entusiasmadas en un local improvisado que el Ayuntamiento de Zamora les cedió. Las familias desconfiaron, pero ella posibilitó de manera gratuita un horario compatible con el escolar para llevar a cabo su programa. Al año siguiente había doblado el número de asistentes: gimnasia, danzas rítmicas, cantos, juegos, saltos de comba y juegos de basket-ball, volley-ball, y goal-ball, clases de gimnasia sueca, gimnasia rítmica, danzas de interpretación musical...; todo ello formó parte del programa curricular, perfectamente organizado y calendarizado, novedoso y original.

Sus bases teóricas no se apartaron un ápice de las políticas eugenistas: quiso formar niñas fuertes de cuerpo (...) y espíritu, niñas de sentimientos nobles, de gran corazón de bellos ideales, dispuestas al sacrificio y alegres (1928, 43).  Ventilación, limpieza y aseo componían la base de una buena prevención, y qué mejor que empezar la formación higiénica con niñas de cuatro años.

Para Cándida Cadenas existía un inconveniente en el proyecto edificado por las políticas educativas del Directorio primorriverista sobre la educación física: se había mirado desde el punto de vista militar, sin que apenas se hubiera pensado en las chicas: La mujer tiene perfecto derecho a recibir una educación física paralela a la del hombre, él para la guerra y ella para la paz (...) Urge una educación física femenina armónica, rítmica, con un hondo y severo sentido integral que hermane la salud, la cadencia y el ritmo, la gracia y la belleza, hasta los modales (1928, 7 y 9).

El temor a que las mujeres se asemejaran a los hombres con un proyecto físico educativo compartido recogía parte de los viejos anatemas androcéntricos, pero añadía, a su vez, los ideales actualizados sobre la patria y las prestaciones del sexo femenino para mejorarla. Estas ideas estuvieron muy presente en la base de su proyecto físico y gimnástico para las chicas. Los nuevos espacios (exteriores e interiores), los ejercicios técnicos, la posibilidad de reunirse con los chicos para el desempeño de actividades deportivas o gimnásticas, el abandono de ciertas maneras de recato y compostura, el autodominio del cuerpo, expuesto y vigoroso, son las verdaderas razones de la actualización del discurso diferencial de las mujeres. No habría de olvidarse, vino a decir Cándida Cadenas, que la educación física sólo lo es para madres, para maestras de niñas y para mujeres del mañana.

Las mujeres que Cándida Cadenas deseaba formadas para la patria, que durante el periodo primorriverista perfiló con cierta exactitud a partir de un vínculo moral, su deber para los demás y un principio emancipador para sí mismas, vuelven a aparecer en su labor falangista durante la Guerra, en un encaje adaptado ahora a los dictados de la S.F. entre el deber para con la patria y el servicio que - afirmaba en uno de sus artículos- debían prestar las mujeres para equipararse a los combatientes: (...) Tenemos que continuar esa heroica labor que nuestras mujeres  realizan en los servicios de hospitales (...) Hemos de ayudar a los servicios de comedores, cocinas y atenciones familiares (...) ¿Es que vamos a olvidarnos de que integramos la ciudadanía nacional, y como a tales nos corresponde ayudar a su liberación en la medida y forma que se nos reclame? (1938, 5).

A modo de síntesis final, podemos afirmar que la obra de Cadenas se agranda en el acierto de una mirada sobre el cuerpo de las mujeres también para sí mismas, para lo cual, la construcción de una disciplina física como la gimnasia o el deporte era, también, beneficiosa para ellas, para su salud moral, física e intelectual. Con su práctica encontrarían un espacio para sí y para los demás. Adaptó su discurso y acentuó su vertiente de sumisión femenina a los intereses externos durante la Guerra Civil, apoyando un proyecto autoritario que ya, en aquel momento, no las benefició. Con todo, baste recordar los testimonios de inspectores y maestros de primaria canarios sobre su labor meticulosa y su trabajo en favor de escuelas higiénicas, luminosas y patrias, donde la educación física siguió siendo imprescindible para niñas y niños.

 

Obras del autor/a

 

(1925). Educación física femenina. Revista de Pedagogía,  42, 254-255.

(1928). Conferencia ... en el cursillo de información sobre Educación Física Femenina que para maestras nacionales de 1ª enseñanza organizó del 23 al 28 de Mayo de 1927 en Zamora. Zamora: Imp. de Manuel Espías.

(13 de marzo de 1938). Las mujeres en España serán dignas hermanas de sus héroes. El Adelanto: Diario político de Salamanca, p. 5.

(1943). La educación física femenina. En Delegación Nacional de Deportes. Memoria-resumen de las tareas científicas del I congreso Nacional de Educación Física. Madrid: Jesús López (p. 438).

 

Autor de la biografía

ROBLES SANJUÁN, Victoria

Bibliografía

 

Delgado Bueno, Mª Beatriz (2009). La Sección Femenina en Salamanca y Valladolid durante la Guerra Civil. Alianzas y Rivalidades. Salamanca: Universidad de Salamanca (Tesis doctoral). Recuperada de  https://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/76225/DHMMC_Delgado_Bueno_M_Laseccionfemeninaensalamanca.pdf;jsessionid=E20843E116BBF1920E126763F8210D7C?sequence=1

López del Castillo, Mª Teresa (2013). Viajes de estudio y cursillos organizados por los inspectores. Revista Supervisión, 21(29), 1-10. Recuperado de https://usie.es/supervision21/wp-content/uploads/sites/2/2020/01/ART29_FORMACION.pdf

Robles Sanjuán, Victoria (2016). Moral, instrucción física y emancipación de las chicas (1900-1930). En Paulí Dávila y Luis Mª Naya (coords.). Espacios y patrimonio histórico-educativo. Donostia: Erein (pp. 1015-1034).

 (1927). Memoria correspondiente a los cursos 1924-5 y 1925-6. Madrid: Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. Recuperado de  http://cedros.residencia.csic.es/imagenes/Portal/ArchivoJAE/memorias/010.pdf

[s.a.](22 de agosto de 1936). La Sección Femenina de Falange Española de las JONS. El Adelanto: Diario político de Salamanda, p.8.

 

Observaciones

 

Delegada General de Organizaciones Juveniles de Sección Femenina de Falange.