CANTÓN SALAZAR O´DENA, Mercedes

Mercedes Cantón-Salazar O’Dena, nació el 17 de septiembre de 1895 en Iligan (Mindanao, Filipinas) y falleció en Madrid el 11 de diciembre de 1981. Su madre, Ana María O´Dena Ugalde, hija de militar, nacida en Barcelona. Su padre, Juan Cantón-Salazar Zaporta, de Tuy (Pontevedra) era comandante de Estado Mayor destinado en Filipinas. Vuelven a España en 1897. Ella y sus tres hermanas ejercieron profesiones del campo educativo: María Mercedes, profesora de Escuela Normal e Inspectora; María Paz (1898-1986) profesora de la Escuela Normal de Soria; Mª Concepción, licenciada en Historia, opositora a Archivos, Bibliotecas y Museos, en 1955 en el CSIC, y Ana María (1903) profesora de Instituto.

Realiza sus estudios en la Escuela Superior de Magisterio (EESM) de Madrid. Perteneció a la décima promoción (1918-1921), sección de letras. Su trabajo fin de carrera fue sobre Fray Luis de Granada. Ese mismo verano de 1921 viaja a Oporto al Congreso de las Ciencias, subvencionada por la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio, dirigida por el profesor Rufino Blanco Sánchez.

Compaginó esta formación con los estudios de Música cursados en el Real Conservatorio de Madrid. En esta faceta, su tía Emilia Cantón Salazar Zaporta (1848-1908), que había sido alumna aventajada del Conservatorio, ejercía como profesora de música y llegó a tener un método de enseñanza propio, probablemente ejerció influencia en ella. También obtuvo el Certificado del Instituto Francés de Madrid.

En agosto de 1928 fue nombrada inspectora de primera enseñanza de Zaragoza y en mayo de 1931 de Asturias. Ejercerá en las provincias de Zaragoza, Asturias, Segovia y Madrid. De su experiencia en Zaragoza señaló en la Memoria preceptiva para las oposiciones a una plaza en Madrid o en Barcelona, la necesaria labor de construcción de escuelas que impulsó en numerosos pueblos de la provincia (Fuentes de Ebro, Zuera, Épila, la Almunia, Sádaba, Villamayor, Alagón, Sos del Rey Católico, etc.); objetivo que fue posible por haber contado con “el celo de las autoridades de Zaragoza en todo lo que se refería a cultura y educación”.

Intervino en los cursillos de selección profesional y de perfeccionamiento del magisterio, en 1931 impartiendo el tema “Distintos tipos de escuelas”, en 1932 sobre “educación y educadores”, “Educación, escuela, sociedad” y “Valores de la escuela y auxiliares del maestro”. Y en los de Orientación Pedagógico, en 1952 en el celebrado en Aranjuez.

Mercedes Cantón fue una mujer con destacada notoriedad en su oficio. Supo aunar sabiduría y virtudes humanas que trascendieron tanto en su función de inspectora como en la gran variedad de actividades que su labor implicaba.

Con intereses culturales amplios, recibió una pensión del Gobierno para estudiar el arte árabe de Andalucía, y atenta a los avances científico-pedagógicos en otros países cursó varias solicitudes de pensión a la Junta para Ampliación de Estudios con el propósito de estudiar lo relacionado con el “Diagnostico escolar de niños deficientes”. En 1934 le fue otorgada con la finalidad de visitar Francia, Bélgica y Suiza como lugares más destacados en la investigación sobre dificultades en los procesos de aprendizaje: la infancia ciega, muda, sorda y con otras necesidades especiales; así como la importancia de su análisis de cara al tratamiento. Para ella era clave el diagnóstico personalizado de cada alumno como base para aplicar luego la pedagogía adecuada. Su objetivo era recoger experiencias útiles para ser aplicadas en las zonas de inspección donde trabajaba en las que eran mayoría las pequeñas escuelas rurales. En 1935 y 1936 volvió a solicitar nuevas pensiones para finalizar el estudio iniciado, pero no se las asignaron.

Desde su cargo como inspectora de Enseñanza Primaria trabajó por concienciar y capacitar a maestras y maestros para reducir el abismo existente entre la teoría y la práctica. Dirigió varios viajes de estudios, salidas culturales, artísticas y, sobre todo, pedagógicas con maestras de su zona de Inspección por diferentes ciudades de Andalucía y por otras del levante español, Barcelona, Valencia y Palma de Mallorca, Vizcaya, Navarra, La Rioja, norte de África (Tetuán, Xauen, Arcila, Larache), o con grupos de alumnas a Murcia y a Córdoba.

Un decreto de 11 de agosto de 1936 establece la cesantía de su cargo de inspectora, en virtud de lo previsto en un decreto anterior de la Presidencia del Gobierno, de 21 de julio, que dispuso “la cesantía de todos los empleados que hubieran tenido participación en el movimiento subversivo o fueran notoriamente enemigos del Régimen”. El 24 de abril de 1939 expone por instancia escrita al Sr. Ministro de Educación Nacional que, “en reconocida justicia, al haber sido declarada cesante, según consta en la declaración jurada, espera ser repuesta en su labor docente”. En el mes de diciembre de ese mismo año fue nombrada vocal de una de las comisiones depuradoras de Madrid. 

Formó parte de la Junta provincial de huérfanos de magisterio de Zaragoza, del Consejo Asesor de la Inspección de Primera enseñanza de Madrid, en 1929 vicepresidenta el Comité paritario del Vestido y del Tocado de Zaragoza, en 1931, del Consejo local de Instrucción Pública de Oviedo, en 1939 del Jurado en el concurso de material pedagógico. Fue vocal de la Junta provincial de Huérfanos, participó en la organización de las colonias escolares, en la ponencia para el estudio del Reglamento de escuelas unitarias y mixtas. Fue becaria de la Semana de estudios de Pedagogía Experimental organizada por el Instituto San José de Calasanz y en el cursillo de Medios audiovisuales de la Universidad Internacional de Santander. En febrero de 1951 la Junta de Gobierno de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid le adjudicó el séptimo premio de los creados por esa entidad para los Inspectores de Enseñanza Primaria que más se habían destacado en la difusión y práctica del ahorro en la escuela. En mayo de 1952 fue nombrada por la entidad “Protección de la Joven” para participar en uno de sus Congresos celebrado en París. En 1959 formó parte de los Grupos Técnicos de Especialización creados por la Junta Directiva de la Hermandad de Inspectores de Enseñanza Primaria, y fue nombrada vocal del Consejo Escolar Primario del Patronato Diocesano de Educación Primaria de Madrid-Alcalá y de la Comisión Diocesana de Enseñanza. En 1962 asistió como representante de la Dirección general de enseñanza primaria, a una reunión de la Oficina Internacional católica de la Infancia. En su vinculación con la Institución Teresiana participó en las Asambleas de Cooperadoras Técnicas de esta asociación celebradas en Burgos en 1925, en Sevilla en 1929 y en otras actividades.

En la Memoria presentada al Concurso-oposición de 1945 optando a una plaza de Inspectora en Madrid o en Barcelona, escribió: “Los dieciséis largos años de intenso ejercicio en el fecundo campo de la Inspección de Primera Enseñanza han ido sumando a los conocimientos teóricos adquiridos en los estudios, un caudal de experiencia que espero aumentará la eficacia de mi labor. […] La labor de la Inspección no es de fiscalización. Vamos a los pueblos a llevar espíritu, aliento, luz, un poco de cariño de hogar a esas maestras que son apóstoles de la cultura y que colocan la simiente en el más angosto de los surcos humanos, cuyo fruto recogerá la sociedad”.

Jubilada a los 70 años, el 14 de septiembre de 1965, falleció en Madrid a los 86 años.