SEOANE SEOANE, Luciano

Este competente y celoso inspector de educación primaria, como en ocasiones fue calificado, nació en Ferrol en 1876 y murió en la ciudad de A Coruña el 5 de julio de l955, después de haber desarrollado una intensa actuación en el campo de la educación.

Una vez realizados los estudios de magisterio en la Escuela Normal de Santiago de Compostela y aprobadas las oposiciones para maestro nacional, comenzó a ejercer el magisterio en la escuela de A Graña, localidad de la ría de Ferrol, pasando luego a una de las escuelas públicas de esta ciudad. Después de realizar el curso de estudios de ampliación en la Escuela Superior del Magisterio de Madrid y aprobadas las oposiciones al cuerpo de inspectores de enseñanza primaria, quedó vinculado a la provincia de A Coruña, atendiendo específicamente como zona de inspección las escuelas y el profesorado de Ferrolterra, hasta que en el tiempo de la IIª República se trasladó a la zona de Santiago de Compostela. En 1936, sin ser hombre de partido político, ni tampoco haber mantenido una actividad pública ‘republicanista’, fue, sin embargo, expedientado y destituido, dedicándose posteriormente a la actividad docente desde la reconocida Academia Galicia de la ciudad de A Coruña.

Luciano Seoane Seoane encarna muy adecuadamente las virtudes de laboriosidad, actividad y valoración de la función social de la enseñanza, que proclamaban los más destacados exponentes del regeneracionismo español decimonónico, a lo que añadió alguna preocupación regionalista, si bien no explicitada en lo referido a la lengua gallega.

Fue, pues, un regeneracionista y, por tanto, un reformista social. Así, su actuación profesional estuvo guiada por una constante valorización del papel social y cultural de la escuela, por la exigencia de las más imprescindibles condiciones de las escuelas primarias públicas, y por la preocupación referida a la formación y actuación profesional de los docentes. En tal sentido, desplegó una múltiple actividad cómo docente y como inspector, como conferenciante y ateneísta, que no despreció ningún foro público para hacer campaña educacional, y como estudioso y publicista, que no dudó en someter sus conocimientos a la revisión académica.

Como conferenciante desde 1904 subió en distintas ocasiones al estrado del Ateneo Ferrolano, del Centro Obrero de Cultura, de la Cámara de Comercio y Navegación, de la Sociedad de Agricultores de Fene y del Círculo Socialista de Esteiro; y pronunció interesantes conferencias con ocasión de los Congresos Pedagógicos de 1906 en Santiago, de 1919 en A Coruña y de 1923 en Lugo. La temática de las diversas disertaciones se refirió a asuntos como el analfabetismo, la emancipación y la educación de las mujeres, la formación y la dignificación del magisterio, la situación de las escuelas rurales en Galicia y a las instituciones complementarias de la escuela primaria.

Como publicista llegó a ver editados varios de sus ensayos y trabajos cortos relacionados con las escuelas rurales, con las colonias escolares, con el papel de la escuela en relación con la lucha contra la tuberculosis y el alcoholismo, y con el estudio de las aportaciones pedagógicas de Concepción Arenal. Escribió otros diversos trabajos ―alguno de ellos en La Escuela Moderna, bajo la dirección de Gerardo Rodríguez― que, en parte, presentó a distintos certámenes académicos y pedagógicos, con reconocimiento en varios casos (Barcelona, Valencia). La temática de estos trabajos inéditos atendió cuestiones como: las aptitudes de los niños, la implantación de la coeducación en España, el origen e historia de las Escuelas Normales, el valor educativo de las mutualidades escolares, y la gestión de las Juntas Locales de instrucción primaria

Su relación con la Junta de Ampliación de Estudios comenzaría en 1914 al solicitar una bolsa de viaje al extranjero, que no le fue concedida probablemente dado el inicio de las actividades bélicas en Europa, pero disfrutó de una bolsa para un viaje en grupo, realizada por un grupo de inspectores españoles en 1921, pudiendo visitar distintos establecimientos docentes de Francia y Bélgica.

Luciano Seoane, preocupado por el conocimiento social de las beneficiosas colonias escolares para niños pretuberculosos y de débil salud, fue el gran impulsor de las colonias escolares de Ferrol desde 1924, al lograr la constitución del Patronato de Colonias Escolares de Ferrol, organismo que desde aquel año y hasta 1936 envió continuamente grupos de escolares en colonias a las tierras de Pontedeume y de Cedeira.

Por todo el anterior, es un bueno ejemplo del ethos y del espíritu reformador con el que actuaron un amplio número de inspectores de la educación en este período: como servidores públicos y funcionarios del Estado realizaron un ejercicio profesional reformista, distanciado del conservadurismo, pero también del más marcado progresismo social de acentos republicanos.