DOMÍNGUEZ ATALAYA, Natividad

Pseudónimo/nombre adoptado

DOMÍNGUEZ DE ROGER, Natividad

Lugar de nacimiento

Madrid

Fecha de nacimiento

10-09-1886

Fecha de fallecimiento

11-01-1932

Lugar de actividad

Madrid
Valencia

Profesión

Maestro/a

 

Navitidad Domínguez Atalaya nació en Madrid el 10 de septiembre de 1886. Pasó sus primeros años de educación cerca de una tía segunda, maestra de escuela de niñas en Cáceres, Ramona Domínguez, quien le debió influir en su vocación educadora. Posteriormente, trasladado su padre a Madrid, inició un vínculo educativo con la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, en la que estudió algunos cursos e impartió clases. Desde entonces fue reconocida como discípula de Gumersindo de Azcárate.

Graduada en 1902 como maestra elemental en la Normal de Guadalajara con el número uno de su promoción, prosiguió estudios hasta la obtención del título superior normal con sobresaliente y premio extraordinario en mayo de 1905, en la Normal Central de Maestras de Primera Enseñanza de Madrid. Para la obtención del premio había presentado sendos estudios sobre la obra historiográfica de Rafael Altamira y sobre las ventajas de las escuelas graduadas. Esto fijaría su visión del modelo de escuela graduada y el trabajo científico y organizativo que realizó años después en la suya.

Opositó a dirección de escuelas, y en 1908 obtuvo plaza, primero, en una escuela pública elemental de niñas de Valencia y, tres años después, construidos por el Ayuntamiento de Valencia dos edificios de escuelas graduadas, el llamado "Grupo Cervantes", fue trasladada a la graduada de niñas como directora, en la que permaneció con su labor pedagógica hasta el día de su fallecimiento en 1932.

Prosiguieron sus enseñanzas en el Instituto para la Enseñanza de la Mujer, junto a María Carbonell, una admirada colega, compaginadas con la dirección del “grupo Cervantes” de niñas de Valencia.

Natividad Domínguez, siguiendo la estela de iniciativas formativas de la ILE en beneficio de una educación mejor y superior para las mujeres, tomó decisiones pedagógicas importantes en su centro. Creó una sección de párvulos y seis de grados de enseñanza; vinculó al centro, en septiembre de 1925, una Escuela Maternal oficial dirigida por ella misma para la formación elemental de alumnas, a partir de los doce años; en 1928 se vinculó al Centro  la fundación de la Escuela de Puericultura, dedicada al entrenamiento técnico de maestras, matronas o tocólogas, enfermeras visitadoras y a las madres lactantes que asisten a las clases con sus hijos para seguir las enseñanzas de Higiene infantil. Fue su principal defensora, aunque no formó parte del profesorado, en su mayoría masculino. Formó a normalistas; introdujo cuatro secciones de Música, una de Francés, una de Dibujo, otra de Taquigrafía, otra de Mecanografía, de Corte y Confección, otra de formación en la pedagogía Montessori.  Defensora de las cantinas, creó una para bien de las niñas.

La escuela graduada de niñas "Cervantes" de Valencia se convirtió en un referente educativo y cultural en la segunda y tercera década de siglo XX. A las iniciativas formativas introdujo anualmente un calendario de exposiciones abiertas de objetos y creaciones de las niñas (juguetes de madera o cristal; cuerpos poliédricos; planimetría y estereometría; cuadernos de matemáticas y viñetas dibujadas, labores, cuadernos de lexicografía...). Su trabajo incansable y constante le fue reconocido en su consideración de excelente pedagoga, feminista e intelectual, y de la misma manera que la reclamaban para prologar libros, la llamaban para impartir conferencias en toda la provincia o para participar en comisiones y vocalías (Vicepresidenta del Alto Consejo de Exploraciones de España; vocal del Patronato de Escuela de Reforma y Colonia de San Vicente; miembro del Patronato de Colonias Escolares; presidenta de las Asociaciones Federadas del Magisterio de Levante, entre otras). Recibió las medallas de Cruz Blanca del mérito militar, la Cruz de Alfonso XII, la Cruz de la Mutualidad Escolar, homenajes del magisterio levantino, entre otros, por su intensa labor en el magisterio.

Fue muy celebrada y reconocida su tarea en la Asamblea Nacional consultiva. Desde 1926 ya se dirigía a Primo para recordarle la importancia de la educación de adultos, la formación de maestros y la formación de las mujeres. En la Asamblea hizo una labor encomiable de diagnóstico de los problemas del magisterio y peticiones de mejora.

Hay que señalar que su espectro formativo fue muy amplio: conocía bien las necesidades educativas de adultos, la situación del analfabetismo en la clase obrera, la falta de escuelas de párvulos, la demanda de mejoras educativas para las mujeres, los avances científicos en Pedagogía y Psicología y las inquietudes del magisterio. Todo ello posibilitó un trabajo coherente en las sesiones de la Asamblea que expuso en torno a cuatro ejes: equiparación de los derechos del magisterio a los del resto de funcionariado (escalafón, sueldo, ascensos, formación); educación y formación científica para las Normales, y técnica para las escuelas primarias (que definió como "instituciones de cultura humana"); derechos de la infancia y, como uno de ellos, creación de escuelas de párvulos, de maternología, para ayudar a las familias obreras cuyas madres tuvieran que salir a trabajar vinculado, y para la formación de las futuras madres y trabajadoras de la infancia; escuelas con métodos actualizados y condiciones higiénico-pedagógicas.

Natividad Domínguez, con la salud deteriorada por problemas hepáticos que arrastró los últimos años de su vida, falleció súbitamente el 11 de enero de 1932 en Valencia, dejando un legado pedagógico importante.

La obra de Natividad Domínguez está diseminada en periódicos, revistas, prólogos y conferencias. Llevó durante tres años la página pedagógica de "Las provincias: diario de Valencia", donde fue volcando intereses educativos muy diversos y necesarios en Valencia y en España. En ella dedicó de manera permanente breves introducciones a los avances de la Pedagogía científica a través de la Psicología experimental. Su preocupación e interés por la infancia y la educación infantil le hicieron recabar y estudiar los trabajos de Spranger y Kofika sobre Psicología y Psicometría en la educación, buscando dar significado a una infancia "con derechos", es decir, donde se cubrieran sus necesidades familiares, alimenticias, educativas e instructivas, de salud y atracción espiritual. Para ello se necesitan maestros perfectamente capacitados, por lo que no dejó de pedir mejor formación científica del magisterio.

La infancia, representada para ella en las niñas, fue otra línea intelectual a lo largo de más de una década. La enseñanza de las niñas, que definió como "práctica y científica", debía estar vinculada a la maternología como campo de conocimiento, o al dibujo o la aritmética, pero siempre desde muy párvulas. Aunque no sistematizó su pensamiento en obras extensas, su capacidad de estudio y análisis la situó en la vanguardia de las iniciativas maternológicas y de puericultura del momento, que como hemos visto, potenció en el terreno práctico, con la creación de escuelas dentro del grupo Cervantes.

Su interés por las Escuelas Maternales y las Escuelas de Puericultura hay que entenderlo en el contexto de la introducción de corrientes maternalistas, que buscaban inculcar saberes relativos al hogar y a la salud infantil, más científicas y rigurosas.

En línea con la creación de otras escuelas, ella las consideró idóneas para la preparación de las jóvenes y las mujeres. El asunto lo llevó a la Asamblea General, donde afirmó que, dada su relevancia para la formación de las mujeres, carecían de suficiente asignación y organización científica y práctica. Cercana observadora de realidades distintas entre clases, y con cierto sentido paternalista, veía que las Escuelas serían útiles para las mujeres de clases humildes ignorantes que no se podían hacer cargo de sus hijos. Para las jóvenes de doce años previó un programa de estudios relacionado con los contenidos de Fisiología e Higiene del niño, necesarios para prepararse en el cumplimiento de su deber de futuras madres. No olvidó la formación para las profesiones de cuidados: "para ser nodrizas, enfermeras o educadoras de sus hijos necesitan conocer: estudios sobre el peso, la talla, circulación, respiración, digestión de los niños, enfermedades infantiles y epidemias" (1923, 59).

Para Natividad Domínguez, que las mujeres comenzaran a salir de su enclaustramiento requería el cultivo de su mente y el desarrollo de sus energías físicas  para un futuro de concepción de hijos e hijas fuertes y robustas. En alusión a su 'no maternidad' (ni ella ni su marido, Gil Roger, tuvieron hijas e hijos), en varias ocasiones refirió que, por ello, entendía que la maternidad debía tener un significado social además de natural, y que la escuela maternal capacitaría a jóvenes con conocimientos para ser madre o ejercer una profesión relacionada. Su gran pasión, el estudio de las condiciones pedagógicas para ser madre, constituyó para ella motivo de apoyo en 1927 a iniciativas como el Día nacional de la Madre o la Fiesta de la Madre. Lo relevante no era lo que ella esperaba de un día homenaje a las mujeres que han tenido hijos, sino que también sería una fiesta del respeto del hombre a la mujer.

Encajó de este modo el feminismo de la mujer moderna, inevitablemente instruida y madre también, juiciosa y sabia. En varios artículos de la revista "Institución para la Enseñanza de la Mujer, enseñanzas sobre cultura general a cargo de ella" habló de feminismo a través de figuras femeninas que, a su juicio, habían sido claves en el campo de la educación, como Magdalena Fuentes -a quien consideró una figura del feminismo español: educadora, experimentadora, observadora y enseñante de la investigación a sus alumnas-. Realizó una semblanza de María Carbonell, autora de numerosas obras de pedagogía maternal y puericultura, a quien consideró modelo de maestra normalista e intelectual, enseñante inmejorable de niñas y madres y amante de la escuela. Todas esas características constituían para ella una parte del feminismo vinculado, como se vio a sí misma, a la escuela.

Natividad Domínguez comenzó su carrera escolar con un pensamiento cercano a la caridad femenina como valor  social para con las personas necesitadas que, con años de estudio y trabajo en la graduada, cercana a las corrientes en boga sobre la maternología y la pedagogía maternal, junto a su activismo pedagógico en Valencia y otras provincias, transformó en un compromiso político de Estado y pedagógico de las escuelas. Leyes, políticas y escuelas transformarían la sociedad. Su trabajo constante como asambleísta no paró de dar opciones a una formación del magisterio y la mejora de las escuelas. Acorde con el momento, defendió los derechos del niño, que ella trasladó con su propio saber empírico pedagógico a la escuela de niñas y a las familias sin recursos. Reconocida oradora y mujer formada intelectualmente en diversas disciplinas, su trabajo fue muy valorado, no tanto en lo teórico, sino en lo práctico, en el acercamiento a agrupaciones de docentes y en la dirección de una graduada que siempre fue ejemplo de trabajo escolar, social y cultural. Se puede afirmar que Natividad Domínguez fue conservadora en su visión del papel natural de las mujeres como madres, pero innovadora en su deseo de que emanciparan, con una buena instrucción, sus cualidades. Esta fue su contribución a un feminismo en el que coexistió un pensamiento paternal y moral sobre el papel de las mujeres para el hogar junto a otro más emancipador, en el que cabían las mujeres instruidas y capaces de ganar autonomía.

 

Obras del autor/a

 

(1929). El Apoyo del Estado a la Escuela Provincial de Puericultura de Valencia: discurso pronunciado el día 14 de diciembre de 1928 por Natividad Domínguez, de Roger durante la discusión de los presupuestos generales del Estado. Contestación del Excmo. Sr. Ministro de la Gobernación. Valencia: Imp. Hijo Vives Mora.

(1918). Breve artículo que glosa los méritos cervantinos del erudito valenciano Francisco Martínez y Martínez. La fénix troyana IV(75), s.p.

(1923). De puericultura. Revista de Pedagogía, 14, 58-60.

(1928). Magdalena en la Escuela Pública Primaria. Revista de Escuelas Normales, 55,  214-215.

Domínguez de Roger, Natividad (1917). Prólogo. En Lucía Rubio de Lázaro, Novísimo método de corte y confección, ampliación y transformación: el corte rápido Rubio; [y Apéndice á la enseñanza superior] [s.p.]. Valencia: V. Ferrandis.

Domínguez de Roger, Natividad (1925). Prólogo. En Guillermo García Vilaplana, María de la Luz La Maestrica. Boceto de novela pedagógica (pp. V-VIII). Castellón: Imprenta de Juan Mas.

Domínguez de Roger, Natividad (1928). Prólogo. Vicente Gimeno Michavila, Las aulas de gramática de Castellón (s.p.). Castellón: Imprenta Juan Más.

 

Autor de la biografía

ROBLES SANJUÁN, Victoria

Bibliografía

 

Palacio Lis, Irene (2003). Mujeres ignorantes: madres culpables. Adoctrinamiento y divulgación materno-infantil en la primera mitad del siglo XX. València: Universitat de València.

 

Observaciones

 

Mientras que la fecha de nacimiento de Natividad Domínguez fue, según el Libro oficial de Nacimientos de España, el 10 de septiembre de 1886, en la documentación oficial de Instrucción Pública aparece el 8 de septiembre de ese año. Nos hemos decantado por recoger el primero.