GARCIA BALBOA, Pedro José

Pseudónimo/nombre adoptado

SARMIENTO, Martín
Padre Sarmiento

Lugar de nacimiento

Villafranca del Bierzo

Fecha de nacimiento

08-03-1695

Fecha de fallecimiento

07-12-1772

Lugar de actividad

San Pedro de Eslonza (León)

Profesión

Profesor/a

 

De modo autorizado y argumentado uno de sus grandes estudiosos en la actualidad, Santos Puerto, ha escrito que su nacimiento no ha ocurrido en Villafranca, como se ha venido manteniendo por otros investigadores, sino en San Xoán de Cerdedo (Pontevedra). Tómese en posible consideración con respecto a la más frecuente aseveración. En todo caso, sabemos que a los siete meses de edad se traslada con su familia de madre y padre gallegos a Pontevedra, donde pasará su infancia y parte de la juventud. En 1710, con 15 años de edad, marcha a Madrid para tomar el hábito en el Monasterio benedictino de San Martín, adoptando el nombre de Martín Sarmiento.  Realizó estudios de Artes y de Filosofía en el monasterio de la orden en Irache,  acudiendo luego a la Universidad de Salamanca, con el fin de estudiar Teología.

A continuación pasó a ser profesor en varios monasterios de la orden benedictina, como San Pedro de Eslonza (León), Celorio (Asturias) y en Oviedo (1723), para instalarse en el mismo convento en el que residía el padre Benito Jerónimo Feijoo. Sarmiento, que admiraba profundamente a Feijoo, pasó a formar parte del grupo de personas próximas. En junio de 1725, con 30 años, Sarmiento vuelve a Galicia y tras una breve estancia en Pontevedra regresa al monasterio de Madrid, estancia sólo interrumpida entre febrero de 1726 y mayo de 1727 cuando se traslada a Toledo a catalogar los libros de la catedral, y por el viaje más largo que realiza a Galicia en 1745.

En este viaje va anotando en un cuaderno los nombres de los lugares por los que va pasando. Le gustaba investigar la etimología de las palabras gallegas que escuchaba y debido a su interés creciente por la lengua gallega y las cosas de Galicia escribe el Coloquio de vintecatro galegos rústicos o Coloquio de voces y frases gallegas: 1200 coplas puestas en boca de un grupo de gallegos  que regresan de Madrid y cuentan cómo fue la muerte del rey Felipe V y describen los festejos de la subida al trono de Fernando VI. Volvería a Galicia en 1754.

Sarmiento no sólo estaba interesado en la lingüística, sino en otras disciplinas como la botánica y la medicina, o la química; tenía conocimiento detallado de los nombres de las plantas y sus propiedades salutíferas. Era un hombre muy preocupado por la mejora del nivel técnico y económico de su país, muy en la línea del pensamiento de la Ilustración. Su gran erudición en los más diversos campos hizo que le fuera encargado el programa iconográfico que habría de decorar el Palacio Real de Madrid, entonces en construcción. Diseñó Sarmiento para el palacio una ambiciosa alegoría de la historia de la monarquía española, que por su complejidad sólo fue ejecutada en parte. A instancias de Sarmiento se creó también el Real Jardín Botánico de Madrid. Desde 1743 había venido reclamando la creación de bibliotecas públicas y jardines botánicos en diversas ciudades españolas, al estilo de los que surgen en la Europa de la época, así como la constitución de Academias y la dotación de cátedras universitarias de Historia Natural, Agricultura y Botánica.

Combatió, con Feijoo ―de quien fue intenso colaborador en la corrección y edición de sus textos― la superstición y la ignorancia, proponiendo la fundación de bibliotecas en los pueblos. Él mismo llegó a poseer una de las más importantes en la España de su tiempo. Por ello mismo, puso atención a las cuestiones educativas, sobre las que nos dejó ilustrativos textos. Sarmiento entendió que era necesario conocer, recuperar y salvaguardar las tradiciones y la cultura popular. En eso fue un gran precursor y contribuyó decisivamente a la investigación y recuperación de la cultura gallega. Por todo ello, Fray Martín Sarmiento fue un hombre adelantado a su tiempo en buena parte de su pensamiento. A lo largo de una intensa vida de constante investigación intelectual, de erudición y de bibliofilia, fueron objeto de su atención sobre todo las materias filológicas, de historia natural, de filosofía natural, con detenimiento en la física experimental, y de pedagogía, aunque la historia, los conocimientos geográficos, la arqueología, la antropología y la etnografía, también gozaron de su atención, siempre reflejada en los miles de páginas que en pliegos, dejó escritas en el fin de sus días

Murió en el convento de San Martín de Madrid el 7 de diciembre de 1772, a los 77 años.

Publicó en defensa de su compañero de orden y amigo el padre Feijoo, dos volúmenes de una Demostración crítico―apologética del Theatro Crítico Universal en 1732. El resto de sus numerosas obras, fruto de una gran capacidad de trabajo, quedaron, sin embargo, inéditas. Su amigo el duque de Medina-Sidonia guió la recogida en diecisiete tomos las obras manuscritas del benedictino y en 1775 se inició la publicación de sus Obras póstumas, si bien no se pasó del tomo primero, que integran las Memorias para la Historia de la poesía y poetas españoles. Otros opúsculos del padre Sarmiento han ido apareciendo de forma esporádica sueltos en distintas épocas o en revistas, pero la mayor parte de su obra permaneció inédita hasta los pasados años sesenta del siglo XX. La dedicación a su estudio por parte del profesor José Luís Pensado, primero, y del profesor José Fernando Filgueira, a continuación, abrió una línea de preocupación, que en los años finales del siglo XX se vio impulsada, en particular, desde el Consello da Cultura Galega, a lo que vino a sumarse la dedicación en 2002 del Día das Letras Galegas a su figura. Las diversas iniciativas desarrolladas contribuyeron notablemente al estudio de su obra y a la edición de una parte notable de sus textos.

Escritor de Educación

Una parte notable de los escritos de Sarmiento aborda, bien directamente o por vía colateral, asuntos relacionados con la educación de los niños y los jóvenes, desde el momento de su nacimiento y primera crianza hasta un período en que se podría considerar una persona ya formada, por encima de los veinte años de edad. Pero excepto su escrito de 1768, Tratado de la Educación de la Juventud, que aparece como un documento cerrado y relativamente ordenado, atendiendo a la educación de los niños ―nunca niñas― hasta la edad aproximada de los doce años ―a pesar del título―, lo restante de su producción pedagógica ofrece la imagen de una obra dispersa, aunque no por ello carente de profundo interés. Quiere corregir vicios y mostrar un camino, un método para una más racional educación: nada de estudiar de memoria y al pie de la letra, sino de sentido y comprensión.

No es sencillo marcar con total concreción lo que podría ser considerado el corpus de sus escritos pedagógicos; teniendo presentes las apreciaciones de diversos tratadistas (María A. Galino, Ángeles Filgueira, López Peláez, Sánchez Cantón,  Pensado) tuvimos ocasión de establecerlo, indicando aquí sólo el rótulo de los textos (textos que, recuérdese, a menudo abordan también otros asuntos) y el año de su escritura/finalización:

1) 1743. Reflexiones literarias para (formar) una Biblioteca Real.

2) 1752. Notas a la Copia del Privilegio de Ordoño  y Reflexiones previas.

3) 1764. Digresión sobre la educación de la juventud española, desterrando el estudio de memoria y a la letra, y el castigo que son los dos protectores de la ignorancia y el odio a las letras (Título facticio; un denso trecho de la Obra de 660 pliegos)

4) 1766. Elementos etimológicos según el método de Euclides.

5) 1768. Tratado de la educación de la juventud.

6) 1769. Onomástico Etymológico latín-gallego de los nombres de lugares, apellidos y frutos de Galicia.

7) 1769. Sobre el método de estudios de San Isidro de Madrid.

8)1770. Discurso apologético por el arte de rastrear las más oportunas etimologías de las lenguas vulgares.

El análisis de este conjunto nos permite reconstruir un orden de ideas, que aquí y allá aparecen con diversas modulaciones e intensidad en su expresión.

Denuncia repetidamente la educación tradicional por intelectualista, dogmática, memorista y con ella también el autoritarismo del profesorado y su metodología docente, propia para violentar la voluntad de los estudiantes y ofuscar su entendimiento y capacidad de aprendizaje. Critica la enseñanza especulativa y la metodología escolástica con sus voces metafísicas referidas a cosas invisibles, a lo que contrapone una enseñanza realista e intuitiva, al tener como punto de partida los visibles objetos concretos. También se refería con sus críticas a otros diversos aspectos educativos que deberían ser reformados, para adelantamiento de las artes y ciencias útiles.

Pero no sólo denunciaba los males de la educación española y, en particular, las penosas situaciones de aprendizaje a las se veían sometidos los niños y muchachos en Galicia por tener que estudiar en lengua ajena y desconocida y por la desafortunada metodología que con ellos se seguía.

 También hacía abundantes y oportunas propuestas, porque Sarmiento cree que es posible otro modo y método de educar, porque «todo hombre es naturalmente bien dispuesto si en él dejan obrar a la naturaleza,» teniendo todos un innato apetito y un natural deseo de saber, que es necesario reconocer, para impulsar: ejercitando los sentidos exteriores, favoreciendo el conocimiento fundamental de las cosas y la comprensión del significado de las voces, fecundando la memoria con cosas reales y ejercitándola con cosas útiles e instructivas.

La enseñanza, pues, debería ser empírica, procurando los profesores favorecer la natural curiosidad infantil, la lógica natural, la memoria natural y la eurística, a través de la gradación y de la creación de un clima favorable de estudio, de la consideración de las aptitudes de los escolares y del uso de la lengua propia y natural, debiendo comenzar siempre por las cosas naturales visibles, para seguir después con las cosas artificiales visibles y con los objetos matemáticos de número, peso y medida, antes de acercarse al conocimiento de las cosas espirituales, logrando de este modo un dominio seguro de las voces y de sus significados, con las que a continuación abordar el dominio sistemático de los diversos ámbitos culturales, tanto por parte de los muchachos como de las muchachas.

Alrededor de estos argumentos medulares en el conjunto de sus reflexiones educativas, Sarmiento, que parte de la teoría empirista del conocimiento y de una concepción educativa realista; aunque no construye una acabada teoría educativa, llega a delinear con claridad y continuidad en sus escritos un conjunto de principios pedagógicos, que pertenecen de lleno al ideario pedagógico de la Ilustración:

- favorecer el aprendizaje natural y el natural deseo de saber, en un clima de confianza,

- un aprendizaje empirista y significativo,

- favorecer el desarrollo del lenguaje infantil y de la memoria natural,

- llevar a cabo procesos de enseñanza―aprendizaje, a partir de la lengua ambiental,

- realizar una enseñanza demostrativa y mediante procesos de gradualización didáctica.

 Unos principios que requerían un nuevo profesorado: auténticos doctores en cuanto a su formación cultural, además de hombres temerosos de Dios y ejemplos de conducta moral. Doctos para enseñar, con capacidad didáctica y con madurez para acomodarse a todos y cada uno de los discípulos, por todo lo que en ningún caso serían de edad inferior a los 40 años, como garantía de madurez intelectual y profesional, condición necesaria para poder realizar un exigente ejercicio didáctico. Maestros y profesores bien formados también en el campo cultural, con conocimientos en variados campos, con notable dominio y comprensión lingüística, predispuestos para su acción educadora, y con conocimiento de la naturaleza de los educandos; una figura de maestro que propicia además que sus alumnos lleguen a ser lectores en libertad, pudiendo llegar así a ser autodidactas.

Trazados los nuevos principios y señaladas las condiciones profesionales de los docentes, también Sarmiento se refiere a diversos asuntos pertenecientes a la esfera de la instrumentación didáctica: al aprendizaje de la lectura y de la escritura que se realizaría de modo comprensivo y significativo, al dominio de las operaciones básicas del cálculo mediante el ejercicio con problemas reales que comprendiesen directamente los alumnos, y a la formación y enseñanza geográfica en estricta ligación con el estudio de la historia natural, acercándose asimismo a cuestiones de carácter histórico.

Esta debería ser la base desde la que abordar los estudios gramaticales y literarios, a realizar sobre todo en las lenguas vulgares, reduciendo el estudio del latín o del griego a lo imprescindible para aquellos que por razón de estudio posterior lo fuesen a necesitar. En todo caso, aquellos que fuesen a realizar una formación de esta clase, por incorporarse a posteriores estudios universitarios o por ingreso en una orden religiosa, deberían seguir previamente un curso de formación matemática (y de física experimental), tanto por su valor específico para la construcción de una inteligencia racional, como por su papel de eslabón de unión entre los saberes concretos y los saberes abstractos.

Una pedagogía para Galicia

El padre Sarmiento manifiesta repetidamente que los niños y muchachos gallegos debían estudiar en gallego, por ser la lengua materna, ambiental y habitual del conjunto de los gallegos y gallegas, y por ser lo natural en tanto que haciendo de este modo los niños, en posesión de un amplio universo de voces asociadas a sus significados y aprendidas de modo natural, podrían entrar en los ciclos de estudio y de elaboración conceptual con un bagaje cultural y lingüístico preciso, además de valiosísimo para el caso de los estudios gramaticales (con centro en la gramática latina) y de los posteriores religiosos y universitarios.

Estudiando en gallego, mayor sería la motivación de los escolares, y racional el aprendizaje, derivándose de ello una notable utilidad para ellos mismos y para la sociedad y por eso reclama Sarmiento y propone una enseñanza desde la cultura gallega, con profesorado perfectamente conocedor del gallego y con libros escolares y didácticos escritos en gallego que habría que preparar y editar, cuestiones que sería posible resolver, a través de las decisiones políticas, estableciendo en el Reino de Galicia maestros y catedráticos gallegos, que enseñasen a la infancia la lengua gallega con extensión y propiedad, «por vía de entretenimiento, juego y conversación, señalándoles con el dedo todas las cosas visibles del país, y dándoles los nombres gallegos, que allí supiesen, o los que usaran en otras zonas de Galicia» (Onomástico Etimológico, 1769). «En este caso, los mismos muchachos buscarían la porfía y le traerían al maestro las cosas de las que quisiesen saber su nombre: frutas, frutos, granos, hojas, flores, hierbas, pájaros, insectos, peces, conchas, mariscos, etc. Lo mismo se debería hacer con las cosas artificiales, con los juegos y enredos ...» (Onomástico Etimológico, 1769).

 

Autor de la biografía

COSTA RICO, Antón

Bibliografía

Fuentes (selección):

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Sarmiento, Fray Martín. Catálogo de los Autores, de quienes, yo Fr. Martin Sarmiento, Benedictino, tengo, ad usum, ó todas sus obras, o una parte ellas, ó algun como suelto, y separado, Ms. 9/1829, Biblioteca Real Academia de la Historia, Madrid.

Colección Medina-Sidonia, Museo de Pontevedra:

  • Sarmiento, Fr. M.: Colección de las Obras del P. Mtro. Sarmiento. Diccionario y Elementos Etimológicos de Lengua Castellana y Gallega, Antigua y Moderna, vol. II.
  • Sarmiento, Fr. M.: Historia Natural. Reynos Animal y Mineral. Por orden Cronológico, vol. XII.
  • Sarmiento, Fr. M.: Obra de 660 Pliegos del Reverendísimo P. Maestro Fr. Martín Sarmiento, benedictino, v. 5º y último, que trata de Historia Natural, y de todo género de erudición, con motivo de un papel que parece se había publicado por los abogados de La Coruña contra los Foros y Tierras, que poseen en Galicia los Benedictinos. Y lo escribió en Madrid por los años 1762 y siguientes. Sacada esta copia de su original para el uso de el Excelentísimo Señor Duque de Medina-Sidonia. En Madrid, año 1772.,

Colección Medina-Sidonia (digitalizada), Consello da Cultura Galega. Colección Dávila, Biblioteca Nacional; Colección de los Heros, Bibioteca Real Academia de la Historia:

  • Sarmiento, Fr. M.: Reflexiones sobre archivos y otros asuntos de suma importancia. Ms. 9/5075, Biblioteca Real Academia de la Historia.
  • Sarmiento, Fr. M.: Catálogo de los pliegos, que yo Fr. Martín Sarmiento [...] he escrito de mi mano, pluma y letra sobre diferentes asuntos... Ms. 17642, Biblioteca Nacional.
  • Sarmiento, Fr. M.: Catálogo de Algunos Libros Curiosos y Selectos para una librería de un particular que desee comprar 4.000 tomos, Ms. 11134, Biblioteca Nacional.
  • Sarmiento, Fr. M., Cartas del P. Fr. Martín Sarmiento escritas á D. Francisco de Mena (Librero). 1751-1758, Signatura 6049-12, Biblioteca Real Academia de la Historia.
  • Sarmiento, Fr. M. (1779). Demonstración crítico-apologética del Theatro Crítico Universal. Madrid: Imprenta Real de la Gaceta, 5ª edición.
  • Sarmiento, Frei Martín (1997). Elementos Etymológicos según el Méthodo de Euclides, Vigo: Universidade de Vigo, Museo de Pontevedra.

Bibliografía

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Monteagudo, Henrique (Coord.) Proxecto Sarmiento. Recuperado de

http://www.consellodacultura.gal/sarmiento/category/estudos-sobre-sarmiento/

 

Imágenes

Pedro José García Balboa