AGUT ARMER, Enriqueta

Enriqueta nació en 1912 en Castelló de la Plana, ciudad en la que su padre José y su madre, Enriqueta, regentaban un hotel en el centro de la ciudad. Tuvo dos hermanas Luisa (que sería Miliciana de la Cultura) y Carmen, y dos hermanos, José (pintor y escenógrafo) y Vicente (traductor). La familia se trasladó en noviembre de 1922 a València capital, aunque su infancia en Castelló la hizo conocer y comprometerse con la lengua y las costumbres del País Valencià.

Comenzó sus estudios de bachillerato en el Instituto Ribalta de Castelló, consiguiendo el título en el Lluís Vives de València, lo que le permitiría cursar el plan profesional de Magisterio, siendo una de las trece mujeres de la primera promoción de València, un grupo relevante del que formaría parte también Guillermina Medrano, quien sería la primera concejala del Ayuntamiento de València (1936) y con quien iniciará una amistad que se trasladaría al ámbito político al coincidir su militancia en las Juventudes de Izquierda Republicana.

En la Normal, sus profesoras Carmen García de Castro y Angelina Carnicer, le harán sentir su influjo institucionista, mientras Concepción Tarazaga y María Villén le mostrarían los vínculos entre educación y compromiso político y social.

              Mujer de enorme vitalidad, con una gran sensibilidad musical, durante su etapa de estudiante de Magisterio será miembro del Coro de la escuela Normal, participando en diferentes conciertos bajo la dirección de su profesor de música Tomás Aldàs, y se implicará en la experiencia de educación popular de Misiones Pedagògicas.

Es una miembro destacada de la delegación valenciana de Misiones pedagógicas, en compañía de su organizador, José Navarro Alcácer, de su profesora Angelina Carnicer y de sus compañeros Francisco Bernia, Pepe Bueno, Sigfrido Canut, y Elisa Francés, entre otros. Como delegada, participó en la mayor parte de las misiones por ella organizadas.

En agosto de 1933, formaría parte de la misión “Manzanera (Teruel I)” que recorrió los pueblos de Manzanera, Los Olmos, El Paul y Alcotas de Manzanera, y en la que destacaría la actividad de cine. Un año después, en su calidad de delegada, participó en la denominada en los expedientes oficiales como “Narboneta, Sinarcas y otros pueblos”. Realizada entre el 30 de marzo y el 4 de abril de 1934, recorrió Narboneta, Garaballa, Landete, Talayuelas y Los Huertos (provincia de Cuenca), y Sinarcas (provincia de València) participaron también José Bueno, Elisa Francés Sampere, José Navarro Alcácer, Juan Miguel Romá, Manuel Saltó y Sigfrido Canut.

              En otoño del mismo 1934 participó en la de “Bronchales y otros pueblos de Teruel”. En compañía de Francisco Bernia Martínez, Francisco Carrión, María Crespo, Manuela Perales, Juan Miguel Romá Mas, y César Valentín visitaron del 27 al 31 de octubre de 1934 las poblaciones turolenses de Pozondón, Nogueras, Torre los Negros, Tramacastilla, Ródenas, Griegos, Guadalaviar y Villar del Cobo.

              Y entre misión y misión, en septiembre de 1934, Enriqueta Agut, Juan Miguel Romá y Sigfrido Canut, acudieron a la Semana Pedagógica de Ontinyent, dirigida al Magisterio rural, con la finalidad de dar a conocer las Misiones Pedagógicas a los maestros asistentes.

                  Parece ser que todavía participó, en 1936, en una que no aparece registrada, y que volvía a recorrer Narboneta y otros pueblos de Cuenca, en compañía de Primitiu Gómez Senent y Leopoldo Piles.

Fue la mujer que más “misiones” realizaría, tal vez porque reunía los tres requisitos que Manuel Bartolomé Cossío pedía a los misioneros: “sentirse atraído por las orientaciones en que la misión se inspiraba y tener algo para su ofertorio, y aspiración a conquistar la suficiente gracia para llegar con ella al ánimo de las gentes humildes” (…) y “un germen de poesía (...) porque la aventura les seduce siempre y la experiencia les hace retornar con más riqueza de cuerpo y alma que la que han repartido.”

Al mismo tiempo finalizaba Magisterio y empezaba su ejercicio profesional. El curso de prácticas lo llevó a cabo en el grupo Balmes de Valencia (noviembre 1934-junio 1935) y finalizada la carrera (junio 1935), de manera inmediata ya como funcionaria, trabaja en la escuela de párvulos de Puçol (septiembre 1935- enero 1936) desde donde será trasladada, como agregada a la inspección otra vez al Grupo Balmes de Valencia en donde permanecería hasta que en septiembre de 1936 es destinada a la experiencia renovadora republicana del Instituto de Asistencia Social Maestro Ripoll (la Beneficencia) donde trabajó con Amparo Navarro.

Como estudiante perteneció a la Federación Universitaria Escolar (FUE) y ya como trabajadora de la enseñanza, al grupo sindical marxista de la FETE-UGT (se afilia el 23/5/1935).

Estos años republicanos no son sólo de formación y práctica educativa, sino también de intensa actividad política. Afiliada a las Juventudes de Izquierda Republicana, sería secretaria de su Comité Femenino, en el que coincidiría con la inspectora Ángela Sempere. Como oradora y propagandista tendrá una destacada participación en la campaña a favor del Frente Popular, en el que figuraba como candidato a diputado por el Partido Comunista su compañero de curso Pepe Uribes que sería elegido.

Será una de las oradoras con más éxito, lo que le proporcionará el nombre cariñoso de “la palometa del Frente Popular.” La relación de su participación en mítines, asambleas, actos políticos... es enorme y no cesa una vez finalizada la campaña electoral. En septiembre de 1936 se afilia al Partido Comunista, en el que quedará encuadrada en la Secretaria de Agitación y Propaganda, de la cual dependía la revista Pasionaria, y acentúa su colaboración con la Agrupación de Mujeres Antifascistas. Destaca su presencia cuando lee y entrega al gobernador civil de Valencia, el 29 de octubre de 1936, el manifiesto que las mujeres antifascistas habían redactado con diferentes reivindicaciones, como culminación de la manifestación a la que acudieron más de 70.000 mujeres, así como el impactante discurso que había pronunciado el día antes por la radio.

              Es miembro de la redacción de la publicación periódica Pasionaria, dirigida por la pintora Manolita Ballester, y de la que también forma parte la maestra Amparo Navarro. En ella publica dos artículos que reflejan sus ideas pedagógicas. El primero, sobre la inauguración del Instituto Obrero, en el que explica la diferencia entre la educación republicana, que facilita el acceso de la clase obrera a la escuela y los estudios de secundaria, con la del régimen capitalista que expulsaba a los niños y niñas del saber, al hacer que abandonaran la escuela para incorporarse, de forma prematura, a la producción. Esta idea de la educación antifascista, vuelve a ser el motivo central del artículo-reseña del acto en favor de los niños evacuados organizado por el Comité Provincial de Mujeres Antifascistas en el que el incide en la excelente acogida que el pueblo valenciano dispensaba a los niños y niñas evacuados, al mismo tiempo que muestra la importante influencia que el Partido Comunista ejercía en aquellos momentos en la educación.

              También será colaboradora de la escuela de adultas Lina Odena (1937), que unirá los dos ejes de su vida: la pedagogía y la lucha por los derechos de las mujeres, entre los que destacaría el de la educación.

Se casará con el ingeniero industrial Rómulo García Salcedo el 18 de diciembre de 1937 y se trasladaran a Gualba (Barcelona) donde él se encarga del montaje de las fábricas de explosivos del ejército republicano. El traslado a Cataluña y su embarazo en el mes de agosto, supusieron un paréntesis en su actividad docente que se convertiría en definitivo.

              En los primeros días de febrero de 1939, embarazada de siete meses, cruzó la frontera francesa por Pertus. Rómulo fue confinado en el campo de concentración de Argelés Sur Mer, en donde se encontró con su cuñado Pepe Agut. Pudieron reunirse en Grenoble en donde dio a luz a su hija Adela el 19 de abril de 1939 y los tres se embarcaron en el vapor Sinaia, que partió del puerto de Séte la madrugada del 26 de mayo de 1939 con cerca de 2.000 personas. En el viaje sufrió una neuralgia del trigémino que la acompañaría durante muchos años.

A mediodía del 13 de junio de 1939, echó anclas en el puerto de Veracruz. Y de allí se trasladaría a ciudad de México en donde fijarían su residencia.

Mientras Enriqueta comenzaba su exilio, en España fueron detenidas su hermana Luisa, miliciana de la cultura, su madre Enriqueta Agut y la maestra Amparo Navarro Giner por un comando falangista. A las tres les incoó el mismo expediente el Tribunal de Guerra, y compartieron prisión en el convento de Santa Clara. Y, a pesar de su ausencia, Enriqueta fue objeto de depuración como funcionaria del Magisterio por la Comisión Depuradora D núm. 1 de Valencia. En el expediente se hace constar el abandono de la escuela, por lo que se le aplicaba el artículo 171, mientras que en el pliego de cargos se la acusa de pertenecer a los partidos y asociaciones de izquierdas. La propuesta de sanción era de Separación Definitiva del Magisterio y baja en el escalafón (12/07/1941) que fue ratificada por la Comisión Superior Dictaminadora de Expedientes de Depuración del Ministerio de Educación Nacional en Madrid.

              Mientras, su vida en México transcurrió sin olvidar sus raíces, asistiendo con frecuencia a la Casa Regional Valenciana y al Ateneo Español. Allí nacerían dos hijos más, Rómulo y Kety, los tres estudiaron en el Instituto Luis Vives, uno de los centros fundados por el Gobierno de la República Española en el Exilio. Sin embargo no volvió a trabajar. Cuando se le preguntaba por su actividad en los años republicanos no respondía, ya que pensaba que no había que “remover cenizas”. Para ella el olvido fue su manera de sobrevivir.

              En 1951, después de haber estado en la cárcel, su madre se trasladó a vivir con ella en México, junto con su padre. Allí fallecería.

En 1986, cuando ya era viuda, volvió a Valencia, Castelló y Alcossebre, pero encontró los lugares y las personas tan cambiadas que no quiso quedarse y nunca más volvió.

Falleció en 1998 en ciudad de México y sus cenizas fueron esparcidas en el Parque México, un lugar muy querido por ella.

María del Carmen Agulló Díaz. Universitat de València