No-Anorexia
La más bella del cementerio
Una de tantas causas que ha fomentado la práctica de la anorexia y la bulimia es el prototipo de mujer delgada que desfila por las pasarelas de moda. Oliviero Toscani critica esta tendencia en la campaña “No-Anorexia”, lanzada en Italia en 2007 por la marca de ropa Nol-i-ta. Su fotografía, protagonizada por el cuerpo caquéctico de la modelo Isabelle Caro, que falleció poco después, abrió una brecha en el culto que la publicidad y medios de comunicación rinden a la belleza estereotipada y superficial del cuerpo femenino y provocó cambios en el mundo de la moda.
Fig. 1: Interior a doble página de la imagen de Toscani, publicada inicialmente en el diario italiano La Reppublica. La campaña “No-Anorexia” fue lanzada a color y a doble página en el diario La Reppublica (véase la Figura 1) y en grandes postes publicitarios de varias ciudades italianas, coincidiendo con la semana de la moda en Milán. El objeto del fotógrafo era “utilizar el cuerpo desnudo para mostrar a la gente la realidad de la enfermedad, causada en la mayoría de los casos por estereotipos impuestos por el mundo de la moda” (Toscani, El País, 2007). Al respecto, el diseñador de moda Giorgio Armani declaró que “estas compañas con imágenes tan duras y de tanta crudeza son justas y aportunas”. La fotografía objeto de análisis pertenece a esta campaña contra la anorexia, compuesta por dos imágenes de la joven francesa Isabelle Caro (cfr. Figuras 2 y 3), que realiza Oliviero Toscani. Pero, ¿quién es Oliviero Toscani?
Toscani es un artista, especializado en fotografía y publicidad, que perseguía provocar y escandalizar a la población, impulsado por su espíritu inconformista e innovador que se dio en el arte con las vanguardias artísticas. Nació en Milán el 28 de febrero de 1942. Aprendió el oficio de la fotografía por su padre (reportero del periódico Corriere della Sera), del que heredó la pasión por la fotografía. Estudió fotografía y diseño en la Escuela de Artes Aplicadas en Zúrich, donde estuvo en contacto con movimientos vanguardistas como el Pop Art. Entre los años 60 y 70, fue fotógrafo de importantes marcas (Valentino, Channel, Fiorucci, Elle, Vogue…), lo que le permitió entrar en el mundo de la moda. El trabajo de mitificar a las modelos le produjo un sentimiento constante de insatisfacción, pues realmente quería defender las desigualdades y discriminaciones existentes en el mundo.
Fig. 2 y 3. Las dos imágenes de la campaña. Así pues, en los años 80, comenzó a trabajar para United Colors of Benetton, que le dio “carta blanca” para realizar sus campañas publicitarias sobre “los asuntos dramáticos de este siglo: el sida, la guerra, el racismo, la intolerancia” (Toscani, 2012). El trabajo del artista es reconocido mundialmente, aunque algunas de sus campañas fueron censuradas en varios países. Toscani llevó a Benetton a ser una de las marcas de ropa más reconocidas mundialmente. En 1990 creó y dirigió la revista Colors (propiedad de Benetton) y, tres años más tarde, el Centro Internacional para las Artes y la Investigación de la Comunicación Moderna, llamado Fabrica, fundado en compañía de Luciano Benetton. El fotógrafo ha ganado numerosos premios, como cuatro veces el Golden Lions en el Festinal de Cannes, el Gran Premio de la UNESCO, dos veces el gran premio d’Affichage, y numerosos premios del Art Directors Club de Nueva York, Tokio y Milán. Pero Toscani no se quedó solo con la fotografía y la publicidad, sino que también trabajó en cine y televisión en el nuevo centro que fundó, La Sterpaia, dedicado a la investigación del arte de la comunicación.
Durante toda su vida profesional se ha dedicado a criticar la publicidad, argumentando que “no vende productos ni ideas, sino un modelo adulterado e hipnótico de la felicidad. Este ambiente ocioso y hedonista no es más que la idealización del tipo de vida de los más opulentos consumidores” (Toscani, 2012). Por ello, intentó cambiar el método de producción publicitaria, incluso escribió varios libros tratando el tema, como Adiós de la Publicidad, de 2012.
Tras dieciocho años, Oliviero Toscani decidió abandonar Benetton. Vuelve a crear controversia en 2007 con este trabajo junto a Nol-i-ta, recuperando el mundo de la moda de sus principios profesionales. Esta no es la primera vez que Oliviero Toscani trata el tema de una enfermedad. En 1992 concibió para Benetton una imagen de la fotógrafa Thérèse Frare que trataba el tema de la enfermedad del VIH, un tema tabú para la época. En la fotografía —comentada también en Educar la mirada— aparece David Kirby en sus últimos momentos de vida. Además, en 1993 Toscani realizó la campaña “H.I.V positive”, compuesta por tres fotografías en las que aparece tatuado el tema en distintas partes desnudas del cuerpo.
La imagen que estamos analizando se adscribe al género del “retrato”, en concreto al campo de la “fotografía de desnudo”. La fotografía está definida por su realismo, por la crudeza del discurso fotográfico, una característica destacada por Joachim Pissaro, conservador-jefe del Kimbell Art Museum de Texas, quien declaró que “Toscani no es sutil, pero la realidad a la que hace alusión tampoco lo es” (Toscani, 2012). La fotografía a color, realizada en estudio, se compone de un fondo neutro degradado del negro a blanco que fomenta la sensación soledad o asilamiento de la protagonista.
Toscani nos muestra en primer término a Isabelle Caro, que sufre de anorexia, desnuda y sentada en el suelo. La joven tiene a la izquierda la palabra “no-” y a la izquierda “anorexia”, y debajo Nol-i.ta (estando la primera palabra y la marca en color magenta). La cámara se ha posicionado a la misma altura de la modelo, creando un diálogo igualitario entre el espectador y la modelo. Isabelle Caro está fotografiada en plano general y su cuerpo crea líneas, reforzadas por su extrema delgadez, que forma triángulos perfectamente reconocibles (véase la Figura 4). Además, el degradado del fondo arranca justo a la altura de los ojos de la modelo.
Fig. 4. Formas geométricas identificables en la pose de Isabelle Caro. La imagen es totalmente nítida, lo que nos permite apreciar con detalle los lamentables rasgos caquécticos de la modelo: las costillas marcadas en el torso, los huesos de la cadera, los de la clavícula… Asimismo, para reforzar los “huecos” de su cuerpo, ha utilizado una luz artificial fría, situados a favor de lectura, quedando toda la parte derecha iluminada y la otra con grandes sombras que subrayan el cuerpo. Además, se ha empleado otra luz cenital para realzar el rostro casi “angelical”, aunque cadavérico, de la joven modelo.
La fotografía se caracteriza por ser una imagen figurativa realista de gran sencillez sin elementos que recarguen o perturben el mensaje principal. Ahí radica su fuerza expresiva, centrada en un único objetivo: la crítica a la enfermedad de la anorexia. La originalidad de la obra está en el modo de escenificar la crítica, pues en la publicidad las modelos suelen responder a estereotipos superficiales de belleza. Por otro lado, los puntos de fuga conducen al centro de la imagen, a mirar el cuerpo desnudo de la joven francesa, y continúan hacia el fondo generando sensación de profundidad.
La modelo está sentada en un suelo blanco. Apoya el brazo derecho en el suelo y el otro brazo en su rodilla izquierda, que está levantada 90º. La otra pierna está casi estirada totalmente. Su rostro, ligeramente inclinado hacia la izquierda y un poco ladeado, contrasta con la mirada a cámara que interpela directamente al espectador. La pose transmite tensión, pues está sentada de una manera incómoda, forzada, poco natural. Dicha tensión la subrayan las palabras que jalonan a la modelo, cuya pose da la sensación de estaticidad.
Fig. 5. Ley de los tres tercios. Uno de los puntos nodales descansa en el rostro de la joven. Por otra parte, el peso de la imagen queda distribuido entre Caro, situada en el centro de la imagen, fríamente iluminada, y el color magenta de las palabras “no” y “Nol-i-ta”. Asimismo, Toscani respeta la ley de los tres tercios (Figura 5): sitúa el cuerpo de la joven en la línea vertical de la izquierda y el lema y la marca en las dos líneas horizontales. Con esta técnica consigue que centremos la atención sobre todo en el cuerpo de la mujer. Todos los elementos descritos anteriormente contribuyen a que el mensaje de crítica social vaya directamente dirigido al espectador, concentrando sus esfuerzos en destacar el cuerpo de la modelo y su evidente enfermedad, un tema hasta ese entonces “tabú” en la sociedad.
Isabelle Caro queda enmarcada en un “mundo” de incertidumbre, donde no hay elementos reconocibles, solo un gran vacío. Nada queda fuera de campo. Este “universo” creado es un espacio abierto (no se sabe dónde está el fin), abstracto (no hay ningún componente identificable) y puede ser tanto abierto como cerrado (tampoco hay ningún elemento significativo que lo determine, salvo el texto). Al mismo tiempo, podemos afirmar que es un espacio no “habitable”, con el que el espectador no puede sentirse identificado, por lo que dificulta su lectura. Asimismo, la puesta en escena está marcada por una artificiosidad en la que el cuerpo desnudo de la mujer es el protagonista.
La fotografía no responde a un carácter accidental ni espontáneo, todos los elementos han sido estudiados para crear impacto; ninguno contrasta con el mensaje de la fotografía, incluso la postura de la mujer es deliberada (posa de acuerdo a unas instrucciones). Asimismo, no hay marcas temporales, por lo que nos referimos a una naturaleza marcada por la atemporalidad, debido a un tiempo ausente. El único signo temporal que nos encontramos es la edad de la modelo que, a juzgar por su cuerpo demacrado a causa de la enfermedad, parece mayor a la que realmente tiene (27 años y pesa 31 kilos).
Se pueden establecer relaciones con otros artistas. En el campo de la pintura podemos ver la correlación con cuadros como El desayuno sobre la hierba, de Édouard Manuel en 1863, con esa mujer desnuda que nos mira fijamente. En la fotografía podemos hallar relaciones entre los retratos descontextualizados de mujeres de artistas como Bill Brant o Man Ray.
En resumen, lo explicado anteriormente remarca la fuerte estilización de la representación y la preocupación por los elementos morfológicos de la imagen. Todos calculados para que toda la atención recaiga en la mirada de la modelo, de tal modo que los ojos se deslicen y recorran todo su cuerpo, observando cada imperfección del mismo hasta llegar al lema “No-Anorexia”. A nivel connotativo, Oliviero Toscani ha querido criticar el prototipo de mujer que la moda fomenta y las consecuencias derivadas. Nos posiciona a la altura de la modelo con la intención de demostrar que la anorexia puede afectar a cualquier mujer, con independencia de su edad.
La campaña tuvo repercusiones sociales, pues produjo cambios en la moda. En varios países de crearon restricciones en la contratación de la modelos; en adelante debían ser mayores de 16 años y presentar un certificado médico saludable para verificar que no sufren ningún trastorno alimenticio. Estas medidas produjeron divisiones enfrentadas, puesto que algunos diseñadores todavía hoy cuestionan la relación entre la moda y la enfermedad. Giorgio Armani declaró que “incluso las personas que no se fijan en la moda se vuelven anoréxico” (Cartner-Morley, 2007) y fue respaldado por otros diseñadores como Domenico Dolce y Stefano Gabbana. En mi opinión, el punctum de la imagen descansa en el rostro, concretamente en la mirada asustadiza de la modelo que dialoga con la intromisión voyeur del espectador en su privacidad. Su mirada, asimismo, nos reta a afrontar los hechos de esta terrible enfermedad.
- Referencias bibliográficas
Becerro Barroso, A. (2014). United Colors Of Benetton desde un enfoque pragmático (Trabajo fin de grado). Segovia: Campus público María Zambrano.
Cartner-Morley, J. (26 de sept de 2007). Sock anorexia billboard annoys fashion designers. Recuperado el 08 de nov de 2017, de The Guardian: https://www.theguardian.com/world/2007/sep/26/advertising.fashion
El País (24 de sept de 2007). Toscani contra la anorexia. Recuperado el 08 de nov de 2017, de <https://elpais.com/sociedad/2007/09/24/actualidad/1190584803_850215.html>.
Israely, J. (28 de sept de 2007). The Furor Over an Anorexia Ad. Recuperado el 08 de nov de 2017, de Time: <http://content.time.com/time/world/article/0,8599,1666556,00.html>.
Manzanares Barroso, A. (2014-2015). La provocación se viste de Benetton Polémica como estrategia publicitaria (trabajo fin de grado). Universidad Miguel Hernández. Elche.
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Toscani, O. (2012). Adiós a la publicidad. Barcelona: Omega.
VV.AA. (2015). La magia de la fotografía. Madrid: Anaya Multimedia.