MARTES 18 DE MAYO

16,30-17,30 h

Territorios proyectados desde Argentina 
Formarán parte del panel cuatro proyectos artísticos que se vinculan de manera directa con el territorio, Ceramistas por Nuestro Territorio. Exponen: Florencia Melo; Emilia Burgos. Archivo de Barro. Expone: Jacqueline Anabel Maquieira. Acá Sur, acción de señalamiento. Enmarcado en Faro Sur. Expone: Diego Albo. DOCUMENTACIÓN PARA UNA OBRA INMINENTE Sobre acciones, señalamientos y la mirada hacia el Río de la Plata. Exponen: Graciela Beatriz Galarza; Virginia Chiodini; Mª. Nazarena Mazzarini.
Coordinará la mesa Mª. Nazarena Mazzarini y cada exposición será de 20 minutos.
 

18,00-19,00 h

The Surrounding Planet: Planetary Dreams and Data
In our contemporary times, artists are using advanced technologies as a method to express oneself, communicate and connect to newer and larger audiences. Technology have brought people fast into the future in creative new ways. Through art and research with plants and flowers, the artist becomes to appreciate that technology is also a branch of nature directing individuals to infinite perfection. Those invisible cords of streaming data, whether nature and humanmade, are wondrously intertwined. The artist brings awareness with the use of both science and technology about these delicate yet vital worlds, presenting the importance of each plant species to our ecosystems while preserving their forms for the future generations to come.

Ver video

VIERNES 14 DE MAYO

16.00-17.00 h

Arte y naturaleza: una trayectoria artística
El artista y profesor universitario brasileño Hugo Fortes presenta su trayectoria artística personal de obras centradas en la relación entre el arte y la naturaleza. Desde sus primeras instalaciones con agua relacionadas con ríos en diferentes lugares hasta sus más recientes trabajos sobre la Amazonia y los animales, el artista ha dedicado su carrera al estudio del mundo natural, creyendo en el arte como sensibilizador de la conciencia ecológica. Ponente: Hugo Fortes, artista visual, curador, diseñador y profesor en la Universidad de São Paulo, Brasil

ver video

VIERNES 7 DE MAYO

16.00-17.00 h

Presentación Temporada de melocotones: un cómic murciano
Charla sobre el desarrollo y la publicación de un cómic largo. Ponentes: Ángel Abellán, investigación predoctoral en CEBAS-CSIC en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, ganador en Creamurcia y autor de Temporada de melocotones, y Alba Flores, graduada en Bellas Artes, ganadora del concurso Creajoven de Artes Plásticas, ganadora en Creamurcia y autora de Temporada de melocotones

https://tv.um.es/video?id=144792

LUNES 3 DE MAYO

“DONDE EL GUSANO NO MUERE Y EL FUEGO NO SE APAGA” (Mateo 9: 47-48)

Torregar no pinta cuadros donde aparece el fuego. Por extraño que parezca, el artista multidisciplinar, elabora la propia hoguera hipnotizadora e invita a cruzar por un pasadizo vigilado por Prometeo para mantener vivo ese tesoro energético que nos lleva a los pitagóricos del siglo V a. de C. a través de un sistema cosmogónico con un centro ocupado por ese Fuego, de simbología fecundamente creadora y espiritual. Contemplando las obras que componen la exposición “Infernum”, podríamos desbocarnos y caer en prejuicios dubitativos que señalan al fuego como un enigma milenario castigador o purificador. El teólogo José A. Fortea sostiene que “el infierno no es un lugar sino un estado”, pero las llamas abrasadoras inspiradas por conjuros podrían iniciarse por un trueno enviado por Taranis, uno de los tres dioses de la noche incluido en el paganismo céltico, y al que asocian con la luz, con el cielo y con la “rueda cósmica”, y, a su vez, vinculado al universo y a la noción del infinito. El fuego es considerado como el primer invento (descubrimiento) técnico trascendente del hombre y el trabajo de mantener el fuego encendido sería la primera actividad racional no instintiva del ser humano. La paleontología afirma que el fuego es una poderosa fuerza aglutinante del origen de la familia primitiva y, en otros mitos, el fuego surge de la región genital de la mujer. Aboliendo dogmas, costumbres y creencias religiosas, Torregar es consciente de que su experimento le puede “arder” en las manos y no transige fisuras en este proyecto pictórico, porque necesita obtener obras de arte desvinculadas de amanerados estilos, y que pueda alcanzar “altas temperaturas” su pintura intencionada y concebida desde los diferentes procesos de combustión que produce el comburente. Sobre las maderas y los papeles intervenidos por el meticuloso artista, renace la Edad del fuego-luz, como medio de iluminación y supervivencia, formando una de las tres etapas en las que el influyente antropólogo escocés, James G. Frazer, divide la historia de la Humanidad. Mirar y dejarse “quemar” por una obra de Torregar, supone trascender a la realidad, al misterio, a una cremación retributiva, como resultado de acciones con vida. El elemento primigenio, de doble connotación, aparece elaborado en cada cuadro a partir de una inesperada construcción y deconstrucción, sometidas a reflexiones que se materializan en el arriesgado ensayo que supone cada pieza que integran “Infernum” o del misterioso universo del Averno. La combustión de materia orgánica que reacciona con el oxígeno, en las pinturas de Torregar se intercambia por óleo, acrílico, tintas, agua, barnices, disolventes… que se van emancipando y superponiendo sobre la superficie del cuadro cuando la primera capa de pintura aún se mantiene mordiente (fresca) con lo que el “incendio” cobra plenitud y consigue una visión de ruptura, pero inesperada y “ardiente” hacia el espectador. Las temperaturas de ignición y de inflamación adquieren cotas máximas de excelsitud artística cuando las iniciales manchas de color, los pigmentos abstractos, son inverosímilmente codificados por el ojo que observa y traducidos a mensajes realistas, de sentimiento hiperrealista… y te asaltan brasas, llamas, tizones, ramas, rescoldos… que nos harían pensar que nos sentimos dentro del Purgatorio o de una fogata mágica durante un solsticio de verano. Resulta indiscutible que el fuego se reconoce como existente in ilia tempore (desde siempre) y con esta exposición, el lenguaje pictórico de la materia ígnea es concebida por el autor con una elevada semántica visual y pararela a las magistrales piruetas que realiza el domador (maestro elegido) del fuego, Canis Vetulus, cuando se pensaba que el dueño de este elemento primigenio era un perro en la tribu Bakairis, un pájaro-mosca para los Jíbaros o un jaguar para los Matacos. El origen y desarrollo del preciado y temeroso juego es variado y extenso. En el Canto 26, del Infierno, en la Divina Comedia escrita en verso por Dante Alighieri, el poeta declara en este terceto: “Y mi conductor, que me vio tan absorto/ me dijo: Dentro del fuego están los espíritus;/ cada uno vestido de la llama que lo abrasa”. En la colección de piezas de “Infernum” el fuego se convierte en la única y unitaria temática, de carácter -casi- sobrenatural, donde en cada pintura se establece una viva reacción en cadena y se construye a partir de lo destruido. El fuego arde. El fuego atrapa. El fuego purifica. El fuego no está pintado.

PEDRO LÓPEZ MORALES
Crítico de arte

—

Raíces, 2020

Rocío Nicolás

Acrílico sobre troncos de madera. Dimensiones variables.

—

Raíces es un proyecto pictórico que muestra un paisaje emocional donde se mezclan geografía humana, historia, memoria y paisaje. La propuesta rescata las vistas de los alrededores de casa de mi abuela, situada en el Campo de Cartagena, para la construcción de un paisaje cercano que alude a mis recuerdos y orígenes. Para ello, utilizo los propios elementos de la naturaleza como soporte y contenedor de la obra, estableciendo una conexión directa con conceptos como el de familia y hogar, estrechamente ligados a la propia simbología del árbol y la leña. A través de estas obras se establece un diálogo entre lo orgánico y lo inorgánico, lo tangible y lo intangible, donde el paisaje trasciende de lo meramente físico, espacial o territorial, para ser entendido como algo indiscutiblemente unido al hombre y a su hecho histórico y social.