Cambios recientes de la ganadería vacuna en Asturias

Francisco Feo Parrondo

La ganadería vacuna es la principal actividad y fuente de ingresos del campesinado de Asturias, aportando aproximadamente tres cuartas partes de las rentas agrarias del Principado, cifra que constata la dependencia de este sector de una especialización productiva muy acusada que se centra en vacas de raza frisona para leche y asturiana de los valles, asturiana de la montaña y pardo-alpina para carne. Esta dependencia se acentúa territorialmente al concentrarse la producción láctea en las zonas próximas a la costa, especialmente en la parte occidental, y la cárnica en las montañas del interior, con un sistema intensivo en el vacuno de leche y extensivo en el cárnico con pastos de marzo a octubre y piensos compuestos y forrajes en invierno.

La importancia del vacuno en el medio rural asturiano se ha acentuado aunque, en 1976, ya era la provincia española con mayor número de vacas, tendiendo a especializarse en función del medio natural, edad de los titulares de explotación, cuotas lácteas, proximidad de centrales lecheras y/o mataderos, etc. El ingreso en la UE jugó un papel decisivo en el vacuno de leche por las cuotas y la necesaria especialización productiva. La ubicación de industrias lácteas como CLAS y Danone mantiene el sector pese a los limites de producción y bajos precios percibidos por los ganaderos. Los mataderos se localizan fundamentalmente en la zona central al igual que el mercado de Pola de Siero, el mayor de vacuno de España desde 1999. La concesión de IGP Ternera Asturiana en 2003 ha propiciado la revalorización de la carne de vacuno asturiana.

Mientras, otros subsectores ganaderos como ovino y caprino tienden a reducirse y el equino casi desapareció con la mecanización y solo pervive para turismo rural en cantidades insignificantes. El porcino y avícola se destinan casi exclusivamente al autoconsumo campesino.

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