De los medios audiovisuales a la Tecnología Educativa y de ésta a las TIC. En cada salto se han ido perdiendo rasgos de identidad y se ha ido creando un espacio cada vez más concurrido y menos específico. De los tiempos de la chatarrería se ha pasado a un interés generalizado por el tema, de tal forma que hoy no existe campo de la enseñanza que no se ocupe, “científicamente” y con “formación adecuada y visión amplia”, del tema. En la actualidad todo el mundo sabe de TIC, pero hasta hace poco nadie quería acercarse a los medios audiovisuales por si les daba la corriente.
Hoy, superado el miedo eléctrico, quienes han hecho un módulo de F.P. de informática se denominan informáticos y quienes saben, en cierto modo, manejar windows o SPSS, por poner unos ejemplos, se sienten capacitados para hablar sobre las repercusiones de las TIC donde se diga.
Manejar una herramienta no significa saber de ella y más si se trata de una herramienta que tiene que ver con la información y la comunicación, dos conceptos complejos y con multitud de aristas que es necesario dominar para poder saber de qué se habla.
La enseñanza no es otra cosa que un proceso de comunicación, con los matices que se quiera, pero es eso. Olvidarlo y quedarse en la máquina y alguna herramienta es lo que se achacaba a los medios audiovisuales y curiosamente son los mismos los que ahora levantanbanderas reclamando como propias las TIC. No hay nada peor que un converso.
El interés por estos medios está en la sociedad y nadie quiere quedarse fuera, y más aún si lo vendemos como el “bálsamo de Fierabrás” para solucionar todos los problemas de la enseñanza. Creo que quienes nos hemos dedicado durante años a estos temas debemos aclarar cuáles son los contenidos de este campo de la enseñanza y dejar claro que hablamos de comunicación e información y eso es anterior a la máquina, por mucho que todos seamos “informáticos”.
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