LOS ESPACIOS Y MATERIALES FÍSICO-DEPORTIVOS. CONOCE SUS POSIBILIDADES

Dr. D. PABLO TERCEDOR SÁNCHEZ

Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.

Universidad de Granada.

 

Dña. MARÍA JOSÉ JIMÉNEZ JIMÉNEZ

Profesora de Educación Física, I.E.S. Generalife.

Granada

Dña. YOLANDA MOYA GARCÍA

Jefe de Negociado de Instalaciones. Ciudad Deportiva de Armilla. Granada

 

La actividad físico-deportiva institucionalizada que se práctica durante el horario lectivo se desarrolla normalmente en las instalaciones deportivas del centro escolar o bien en aquellas del entorno próximo al mismo. La legislación vigente en materia de instalaciones deportivas escolares está regulada mediante el R.D. 1004/1991, de 14 de Junio. En la actualidad se muestra un interés creciente ya no sólo hacia la cantidad de instalaciones y disponibilidad de las mismas, sino también hacia la calidad de la instalación y equipamientos. Por desgracia, esto ha venido acompañado de un número de sucesos acontecidos durante la práctica, tanto organizada como espontánea, que en ocasiones han tenido un fatal desenlace y cuando menos han provocado lesiones más o menos graves.

Cuando se trata de fomentar la actividad física orientada hacia la salud, quizá el conocer las posibilidades y calidad de la instalación de que disponemos sea una de las primeras cuestiones a responder.

En este documento vamos a estudiar:

1. Las instalaciones deportivas de centros escolares.

2. Los parques infantiles.

3. Los materiales y su utilización.

 

1.- LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS DE CENTROS ESCOLARES

Resulta esencial que el profesor en general y el de Educación Física en particular, conozcan la normativa básica que regula el diseño y la construcción de las instalaciones deportivas y equipamientos con el objeto de que:

 

Pueda contribuir a dar la máxima utilización y el máximo carácter de polivalencia a la instalación, de forma que atienda a la demanda de actividad física del máximo número de ciudadanos/ alumnos-as posible.

Pueda participar en el proyecto de ejecución de la obra aportando propuestas que incidan positivamente sobre la calidad de la actividad física que se llevará a cabo en la instalación.

Pueda, una vez finalizada la obra, valorar las condiciones de higiene y seguridad de la instalación deportiva actuando en consecuencia con las mismas (Tercedor, 1994).

 

En cualquier caso, será la Dirección General de Construcciones y Equipamiento Escolar quien presenta, entre otras, las siguientes competencias:

Gestión y contratación de los proyectos y de las obras de construcción, adaptación, reparación y conservación precisas, en ejecución de los programas aprobados.

Gestión y contratación de las instalaciones y equipamiento para toda clase de Centros docentes.

Elaboración de orientaciones y normas técnicas sobre edificaciones escolares, instalaciones y equipos, materiales, métodos constructivos y de ensayo, y cuantos estudios y trabajos se estimen necesarios para el cumplimiento de las funciones encomendadas.

 

Bilbrough y Percy (1975, en Martínez del Castillo, 1996) recogen claramente los propósitos de la instalación deportiva escolar:

"el primer factor importante que se debe considerar es el de las instalaciones disponibles y todos los profesores se deben de preocupar no sólo porque existan instalaciones de distinto tipo, sino porque se mantengan en condiciones satisfactorias y se utilicen el máximo posible. Además los profesores se deben interesar por la posibilidad de mejorar y extender las instalaciones. Únicamente de esta manera, será posible que los profesores aspiren a cumplir un programa de acuerdo con los propósitos y objetivos del mismo".

 

1.1.- REQUISITOS MÍNIMOS según R.D. 1004/1991.

El Real Decreto 1004/1991 por el que se establecen los requisitos mínimos de los Centros que imparten enseñanzas de régimen general no universitarias, incluye entre ellos los siguientes espacios para la actividad física o susceptibles de ser utilizados también para esta actividad.

1.1.1.- Centros de Educación Infantil

En primer ciclo, una sala de usos múltiples de 30 metros cuadrados, un patio de juegos por cada nueve unidades o fracción (con una superficie nunca inferior a 75 metros cuadrados).

En segundo ciclo, la citada sala y además un patio de juegos nunca inferior a 150 metros cuadrados por unidad, en los centros superiores a seis unidades).

 

1.1.2.- Centros de Educación Primaria

Una sala de usos polivalentes de 100 metros cuadrados, que podrá compartimentarse con mamparas movibles, para música y otras actividades.

Un patio de recreo de, al menos, tres metros cuadrados por puesto escolar y que, como mínimo, tendrá una superficie de 44 por 22 metros, susceptible de ser utilizada como pista polideportiva.

Un espacio cubierto para Educación Física y Psicomotricidad, que tendrá una superficie de 200 metros cuadrados. Esta sala incluirá espacios para vestuarios, duchas y almacén.

Espacios adecuados para las reuniones de las Asociaciones de Alumnos y de padres de alumnos, en el caso de centros sostenidos con fondos públicos.

 

1.1.3.- Centros de Educación Secundaria Obligatoria

Un patio de recreo de, al menos 3 metros cuadrados por puesto escolar y que, como mínimo, tendrá una superficie de 44 por 22 metros, susceptible de ser utilizada como pista polideportiva.

Un gimnasio con una superficie de 480 metros cuadrados y que incluirá vestuarios, duchas y almacén.

Despachos adecuados para reuniones de Asociaciones de Alumnos y de Padres de Alumnos, en el caso de centros sostenidos con fondos públicos.

 

Estas son las características que nosotros podemos exigir, por Ley, para las instalaciones deportivas de centros escolares. Otra cuestión será la voluntad por parte del M.E.C. y de las Comunidades Autónomas con competencias en Educación por hacer cumplir la Ley. Lo que debemos tener claro es que hay que exigir estos mínimos, si bien es cierto que una vez finalizada la obra nuestra programación deberá ajustarse a las condiciones reales de las que disponemos.

Bajo el principio de relación con el entorno social, económico y cultural que promulga la L.O.G.S.E. (1990), parece lógico pensar que las instalaciones escolares han de estar abiertas al municipio en horario extraescolar, así como las instalaciones del municipio han de ser ofertadas al centro escolar para su utilización. En este sentido, la L.O.G.S.E. (1990), en su Disposición Adicional Decimoséptima, apartado 6, dispone que las Administraciones educativas establecerán el procedimiento para que las autoridades municipales puedan disponer de los Centros Docentes Públicos, fuera del horario lectivo, para la realización de actividades educativas, culturales, deportivas u otras de carácter social. Posteriormente, la Consejería de Educación y Ciencia establece la Orden de 26 de Junio de 1998 por la que se regula la utilización de las instalaciones de los Centros Docentes públicos no Universitarios por los municipios y otras entidades públicas o privadas.

De esta forma se pretende contribuir a una mayor relación de los Centros con el entorno social y cultural, favoreciendo la relación entre Municipio y escuela. Bajo esta concepción surge el concepto de EQUIPAMIENTO INTEGRADO (Martínez del Castillo, 1996, pp41) que hace referencia a dos significados diferenciados y/o complementarios en un mismo marco físico:

      1. "Complejo de espacios de actividad física y sus correspondientes espacios auxiliares, construido para el doble uso de la población escolar y general de su área de influencia.
      2. Complejo de espacios de actividad física y otras actividades culturales o recreativas a desarrollar en el tiempo escolar y/o en el tiempo libre".

 

Por otro lado, existe una laguna legislativa al no establecerse ningunos mínimos, ni siquiera orientaciones, sobre los equipamientos que han de presentar dichas instalaciones, así como sobre los materiales. Esta cuestión nos llama poderosamente la atención al existir estudios rigurosos, tanto con animales como con seres humanos, que demuestran cómo un medio enriquecido tiene un efecto favorecedor en el desarrollo físico y perceptivo motor (Ruiz Pérez, 1988, citado por Martínez del Castillo, 1996).

 

1.2.- PRINCIPIOS DE LA ESCUELA DE OPCIONES MÚLTIPLES

La sociedad actual demanda una serie de actividades físico-deportivas en constante evolución. Aquellos que consideramos deportes clásicos como el baloncesto, voleibol, balonmano siguen presentando un porcentaje importante de practicantes, si bien es cierto que otras prácticas vienen pujando con fuerza, como es el caso de los denominados deportes alternativos, la bicicleta, el patinaje, el aeróbic, etc. Este hecho justifica el que los espacios y equipamientos han de evitar el presentar un carácter fijo y cerrado para una sola actividad, es decir, deben poderse aplicar los Principios de la Escuela de Opciones Múltiples (Martínez del Castillo,1996):

 

Principio de Polivalencia

Bajo este principio se presenta la utilización del espacio y equipamientos con un carácter multiuso, es decir, que permita la posibilidad de usar un equipamiento simultáneamente para actividades diferentes y/o la posibilidad de practicar sucesivamente actividades distintas. El concepto opuesto sería el de especialización de un equipamiento, lo que impediría la realización de actividades diferentes a aquella para la que fue concebido.

 

Principio de Adaptabilidad

Hace referencia a la posibilidad de adaptar equipamiento y espacios a las necesidades futuras, las cuales estarán determinadas por las actividades que se llevarán a cabo.

Ambos principios, Polivalencia y Adaptabilidad, permiten cumplir el principio de variabilidad en los grupos de alumnos y su tamaño

Por otro lado, los tres principios anteriores contribuirán a que en la concepción de espacios de actividad física se materialicen los siguientes criterios:

 

Agrupamiento en una sala de los espacios cubiertos, en una pista Polideportiva de las pistas pequeñas al aire libre, en un campo grande de los posibles campos al aire libre, y en un parque de juego los posibles espacios.

Dotación de equipamientos abatibles o móviles, y de mamparas, cortinas, redes u otros elementos separadores.

Evitar de marcajes fijos en los trazados de las líneas de juego de cada espacio y actividad.

Previsión y dotación de las oportunas aberturas y anclajes para los elementos y aparatos móviles.

 

Principio de disponibilidad de una gran posibilidad de elección de medios

Este principio permite al profesor/a adaptar la instalación a los requisitos concretos de las situaciones de enseñanza-aprendizaje que vaya a plantear. Para ello es imprescindible que disponga de los oportunos almacenes y medios de transporte del material y equipamientos. Los almacenes han de estar a la misma cota que el espacio de actividad, siendo sus puertas abatibles y dando al citado espacio.

 

Principio de integración de la escuela en diferentes actividades sociales

Hemos visto como el centro escolar ha de estar abierto al entorno. Esto es una necesidad creciente en nuestros días y como hemos expuesto incluso fomentado por la propia legislación. Por tanto, es recomendable independizar las instalaciones deportivas del resto del edificio.

 

Principio de Seguridad

Es fundamental que la instalación sea segura y tenga las condiciones higiénicas mínimas para poder llevar a cabo una práctica saludable. Estas condiciones deben ser exigidas en el proyecto de ejecución de la obra. En la gran mayoría de ocasiones nos vamos a enfrentar a una instalación ya construida; así, el conocimiento de las características ideales que deben presentarse nos servirá para valorarlas y en su caso establecer las posibles modificaciones de las mismas o bien limitar o variar la práctica de determinadas actividades físico-deportivas, incluyéndolas en nuestra Programación de Aula con las consiguientes puntualizaciones. En referencia a este principio, los elementos de la instalación deportiva que debemos analizar para conocer las condiciones de higiene y seguridad son los siguientes (Tercedor, 1994; Fernández y Merino, 1999): el entorno, las barreras arquitectónicas, la orientación, la ubicación, los anexos de las pistas, el suelo, los espacios aprovechables, accesorios; en las instalaciones deportivas cubiertas analizaremos además la iluminación y la ventilación. Existen instrumentos diseñados para la evaluación de las instalaciones deportivas de centros escolares (Tercedor, 1994; Fernández y Merino, 1999).

 

1.4.- LOS ESPACIOS FÍSICO-RECREATIVOS

Siguiendo a Martínez del Castillo (1996) los espacios físico-recreativos son aquellos espacios funcionales que han sido producidos específicamente para la actividad físico-recreativa (minigolf, rocódromos, ludotecas, parques de juego, circuitos de Cola Cao...). Estos espacios cobran un gran interés ya que en ellos se desarrolla gran parte de la actividad físico-deportiva que realiza la población en general, siendo lugar habitual de encuentro de los amantes de la forma física como medio para mantener y/o mejorar la salud. Además no debemos olvidar que estos espacios son utilizados por nuestros alumnos-as en lo que denominamos tercer tiempo pedagógico; amén de que en aquellos centros escolares próximos a este tipo de espacios, es éste un lugar donde se lleva a cabo de una forma más o menos ocasional la clase de Educación Física.

Entendemos que es prioritario un diseño de calidad de estos espacios. Además deberían estar sometidos de forma permanente a una revisión y mantenimiento que evitaría peligros absurdos.

1.4.1.- EL ESTADO DE LOS PARQUES INFANTILES COMO EJEMPLO DE ESPACIO ¿SEGURO?

Hemos de indicar que si la institución responsable del diseño y construcción de estos espacios es el Ayuntamiento del municipio correspondiente, el cuidado, respeto y uso adecuado de los mismos es responsabilidad del ciudadano. Así las cosas, si no existe un mínimo de civismo parece impensable que estos espacios perduren en el tiempo en unas condiciones higiénicas y seguras. Hacemos aquí un llamamiento a la educación moral Y CÍVICA como tema transversal con implicaciones evidentes en esta cuestión, es decir, al menos cuando hagamos uso de estas instalaciones con nuestros alumnos-as deberemos prever el planteamiento y consecución de objetivos referentes a este tema transversal. De esta forma OCU (1994, pg2) expresa este civismo en los siguientes términos:

 

No se puede achacar a un alcalde la irresponsabilidad del propietario de un perro que lo lleva a evacuar sus necesidades junto a la zona de juegos de un parque.

No es cuestión de los concejales la insana costumbre de tirar papeles en el entorno de una papelera, sin acertar a introducirlos dentro.

No suelen ser los escasos jardineros y encargados de la limpieza las personas que se divierten, a sus 18 años, utilizando equipos pensados para un par de lustros menos.

No suelen ser los administradores públicos, en su conjunto, los responsables del vandalismo, puro y duro, que asola muchas de estas instalaciones."

 

1.4.1.1.- CONDICIONES DE UN PARQUE SEGURO

Por desgracia son numerosos los parques infantiles que no reúnen las mínimas condiciones de higiene y seguridad, resultando, en demasiadas ocasiones, ser lugares de auténtico peligro para los niños según datos de un estudio nacional llevado a cabo por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU, 1994). Sin embargo, los arquitectos, ingenieros, urbanistas o docentes conocen el derecho de los niños a jugar, siendo conscientes también de que la dedicación al juego influye sobre su calidad de vida; el juego que practica el niño supone un reto constante para él de forma que cuanto mayor sea el niño-a mayor será el riesgo que quiere afrontar (Richter, 1998). Tanto diseñadores como constructores de los parques o zonas infantiles han de conocer esta actitud ante el juego haciendo que estos espacios sean realmente un lugar seguro.

Para conocer en qué se ha de basar el diseño de parques infantiles vamos a seguir los criterios de un cuestionario, con más de 200 aspectos analizados, elaborado por el Research Institute for Consumers Affairs (RICA) y la National Playing Fields Association, (citados por OCU, 1994). Un parque seguro ha de presentar:

Un buen emplazamiento

debe estar alejado del tráfico

presentar indicativos que ofrezcan cierta seguridad al usuario: identificación del organismo responsable del mantenimiento, teléfono próximo, información sobre centros sanitarios cercanos.

El acceso ha de ser fácil y seguro

 

Diseño apropiado

entorno saludable: zonas verdes, zonas de paseo, posibilidad de practicar otros juegos deportivos, pistas para bicicletas o patines, zonas de sombra

zona mínima de uso. Debería de ser de 2 m para los aparatos estáticos (ej. tobogán) y 5 m. Para los móviles (ej. columpios)

superficie de la zona de juego. Ha de ser blanda para amortiguar una caída o un salto, sobre todo debajo y alrededor de los aparatos.

 

Equipos seguros y divertidos

utilización segura de los mismos, dentro de las "variantes" al uso que puede dar el niño.

Divertidos, que fomenten la espontaneidad y la creatividad en el uso. Resultan en este sentido ideales las estructuras multifuncionales.

 

Limpieza y mantenimiento.

Este es el auténtico talón de Aquiles de los parques de juego. los escasos recursos junto al incivismo predominante hacen de los parques de juego en demasiadas ocasiones lugares con escasa higiene y elevados desperfectos.

 

Indicaciones para controlar la visita de un niño al parque

Lo primero a considerar será las condiciones de higiene y seguridad del parque. Hay parques que no son dignos de pasar siquiera caminando por ellos. Existe una iniciativa plausible, aún en proyecto, de colocar un "banderín azul" en aquellos parques seguros e higiénicos.

Los parques han de facilitar la libre exploración de los aparatos, por tanto los riesgos han de ser evidentes al niño para evitar que le sorprendan.

La función del profesor/padre ha de ser ayudarles a valerse por sí mismos, por tanto le enseñaremos a:

no empujarse, sobre todo, en los lugares elevados;

esperar en los toboganes antes de tirarse;

rodear los equipos en movimiento, especialmente los columpios;

evitar los resbalones y agarrarse bien en las estructuras de trepar;

cuidar de los más pequeños y no atropellarlos.

 

Comentar con los niños-as los riesgos visibles y posibles de los equipos y del parque

 

1.5.- LOS MATERIALES Y SU UTILIZACIÓN

Los materiales diseñados para la utilización durante la actividad físico-deportiva normalmente presentan un uso específico, y es éste el que le debemos atribuir durante la práctica. De no ser así estamos expuestos bien a deteriorar el material bien a provocar algún tipo de accidente nunca deseado. Entendemos la seguridad en el uso de instalaciones y materiales como un "tema transversal", es decir, ha de estar presente en cada una de nuestras sesiones. A pesar de ello, se podría plantear como unidades didácticas propias, tal y como lo desarrolla Roig (1995) para escolares de Primaria.

El tema de seguridad se puede plantear desde dos perspectivas (Busquets y cols, 1993):

  1. de forma prescriptiva, dando una serie de consejos al alumnado con vistas a la prevención, concienciación y tratamiento de diferentes aspectos sobre seguridad. Si se utiliza exclusivamente este enfoque puede provocar que el alumnado no interiorice el aprendizaje ya que no lo vivencia de forma constructiva.
  2. El segundo enfoque, que supera los puntos débiles del anterior, está basado en los siguientes objetivos:

 

Tomar conciencia de situaciones consideradas peligrosas por las consecuencias que puede tener un uso indebido del aparato o material utilizado.

Ubicar las causas del accidente, no en los objetivos o situaciones en sí, sino en su uso indebido.

Analizar e intervenir de forma autónoma en la prevención de accidentes.

Globalizar o al menos relacionar estos conocimientos con otros del resto de áreas curriculares.

Evaluar los conocimientos intentando generalizarlos para aplicarlos en diferentes contextos.

 

A continuación vamos a intentar hacer una aproximación a algunos materiales y su utilización adecuada en el ámbito de la actividad físico-deportiva:

 

Balones. En el caso de que estén diseñados para un uso múltiple no debe preocuparnos la especificidad en su utilización; sí buscaremos esta especificidad en aquellos que han sido concebidos para un solo uso (balones de voleibol, de balonmano, de fútbol,...). En cualquier caso es fundamental que organicemos la actividad cumpliendo unos mínimos de seguridad:

 

respetar un espacio de seguridad entre cada pareja o grupo que utiliza un balón. Si realizamos tareas de pase-recepción por parejas ubicar a todas con igual orientación;

establecer alguna consigna, para avisar a los compañeros, cuando un balón rueda sin control y estamos ante una tarea en la que hay saltos o desplazamientos (voleibol, baloncesto, etc.);

recordar que el bote puede ser un elemento de seguridad ya que facilita la recepción del móvil. Podemos incluir el bote intermedio para las tareas de pase-recepción de balón;

cuidar la presión de cada balón así como la limpieza y estado de los mismos.

 

Picas. Recordar que este material no ha sido diseñado para actividades como los lanzamientos o los golpeos (ya sean de balón o entre picas). Debemos enseñar la utilización correcta para cada tarea, cuidando la separación mínima entre usuarios para evitar golpes. Así, por ejemplo, si las utilizamos por parejas para trabajo de fuerza o amplitud de movimiento (flexibilidad) debemos situar siempre las manos junto a las del compañero; de esta forma evitaremos que la pica se pueda romper. En cuanto al mantenimiento debemos controlar el estado de la madera., observando si está astillada, en cuyo caso tendremos que reparar la pica o bien eliminarla de su uso.

 

Cuerdas. Es un material de grandes posibilidades de utilización. Considerar que su uso inadecuado puede provocar quemaduras en la piel producidas por rozamiento.

 

Aros. Su carácter ligero hace que sea un material con poco riesgo en su utilización, siempre y cuando no presente roturas motivadas en ocasiones por la fragilidad del material. Los de pasta o madera maciza son preferible a los aros huecos por presentar mayor resistencia que éstos.

 

Balones medicinales. Indicados para el desarrollo de la fuerza o de la potencia. En el caso de que realicemos lanzamientos con ellos es necesario organizar al grupo de forma que evitemos "balonazos", que en este caso sí que pueden tener cierta gravedad. Evitar en cualquier caso que exista recepción directa del balón ante un lanzamiento, es decir, siempre cogeremos el balón una vez que éste ha caído al suelo.

 

Aparatos de gimnasia artística. Es fundamental cuidar la progresión de aprendizaje, ya que al ser aparatos rígidos suelen impresionar al usuario, esencialmente en las tareas de saltos. Igualmente es necesario proteger las posibles zonas de caída (no sólo la zona esperada de caída) con colchonetas auxiliares.

 

Trampolines, minitramps. Emplear estos multiplicadores de potencia del salto con calzado de gimnasia o bien descalzos. Cuidar con especial esmero las posibles zonas de caída. No debemos permitir una utilización indiscriminada por parte del alumnado de estos aparatos, ya que su utilización requiere siempre el control del profesor, y en muchas ocasiones la ayuda del mismo junto al aparato.

 

Espalderas. Es importante enseñar la prensión adecuada, siempre con la palma de la mano orientada hacia el suelo. Así mismo, en las tareas de trepa, enseñar al alumno-a que un principio fundamental durante la misma es mantener siempre tres puntos de apoyo fijos (dos pies y una mano, por ejemplo) y progresar sobre el elemento con la ayuda de un cuarto apoyo que buscará la acción de trepa. Cuidado con introducir algún segmento corporal entre los barrotes!!!. En cuanto al mantenimiento es fundamental comprobar periódicamente la solidez del anclaje de la espaldera a la pared así como el estado de los peldaños, ya que no es raro que se rompan en su totalidad o bien que se astille algún peldaño.

  

BIBLIOGRAFÍA

Busquets, M.D., Cainzos, M., Fernández, T., y otros (1993). Los temas transversales. Claves de la formación integral. Santillana, Madrid.

Dossier (1995). Parques infantiles y mobiliario urbano. Instalaciones deportivas, XI, 77: 9-33.

Durá, J. (1999). El rozamiento de los pavimentos deportivos: ¿rendimiento versus protección?. Instalaciones deportivas XXI, 15, 100: 120-122

Fernández, E., Merino, R. (1999). Evaluación de las instalaciones deportivas de los centros de enseñanza: Tidee. En Sáez, P., Tierra, J., Díaz, M. (coord.). Actas del XVII Congreso Nacional de Educación Física, Instituto Andaluz del Deporte: 229-240

Laptev, A. & Minj, A. (1981). Higiene de la cultura física y el deporte.

Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (1990)

Martínez del Castillo, J. (1996). El Real Decreto 1004/1991 y las instalaciones deportivas escolares. Criterios de interpretación, concepción y diseño. Habilidad Motríz, 8:38-50

OCU (1994). Inseguridad en los parques infantiles, OCU-compra maestra nº 165, Mayo 1994.

Orden de 26 de Junio de 1998, por la que se regula la utilización de las instalaciones de los Centros Docentes públicos no Universitarios por los municipios y otras entidades públicas o privadas (BOJA 18 de Julio de 1998)

Real Decreto 1004/ 91, de 14 de Junio, por el que se establecen los requisitos mínimos de los Centros que imparten enseñanzas de régimen general no universitarias. BOE nº 152, de 26 de Junio de 1991

Richter, J. (1998). La seguridad en los parques infantiles. instalaciones deportivas XXI, 4, 93:20-23.

Roig, R. (1995). La seguridad en Educación Física. Una propuesta para Educación Primaria. Revista Española de Educación Física y Deportes, 2, 2:24-30.

Tercedor, P. (1994). Análisis de los factores de seguridad e higiene de las instalaciones deportivas de centros escolares. En Romero, S. (coordinador). Didáctica de la Educación Física: Diseños curriculares en Primaria. Wanceulen, Sevilla.

 

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