¿SE PUEDE COMPRIMIR EL AGUA?
La contestación más sencilla es que cualquier cosa
se puede comprimir.
Lo cierto, es que es mucho más fácil comprimir materia en forma gaseosa que en cualquier
otra modalidad. Los gases están compuestos de moléculas muy separadas entre sí.
En el caso de los líquidos y sólidos, los átomos y moléculas que los componen están
más o menos en contacto. Si no se acercan aún más es por la repulsión mutua de los
electrones que existen en las regiones exteriores de los átomos. Esta repulsión es una
resistencia mucho más fuerte a la compresión que el movimiento molecular en un gas.
Pensemos por un momento que vertimos cierta cantidad de agua en un recipiente rígido
abierto por arriba y que ajustamos un pistón en la abertura hasta tocar el agua. Si
empujamos el pistón hacia abajo con todas nuestras fuerzas, veremos que apenas cederá.
Por eso se dice a menudo que el agua es "incomprensible" y que no se puede
apretujar en un volumen más pequeño.
Nada de eso, Al empujar el pistón sí que comprimimos el agua, pero no lo suficiente para
medirlo. Si la presión aplicada es mucho mayor que la que pueden ejercer nuestros
músculos ,la disminución del volumen de agua, o de cualquier otro líquido o sólido,
llega a ser medible. Por ejemplo si comprimimos 100 litros de agua con una fuerza de 1.050
Kg. Por centímetro cuadrado, su volumen se contraerá a 96 litros.
Si la presión aumenta aún más, el volumen seguirá disminuyendo. Bajo tal compresión
los electrones son empujados, por así decir, cada vez más cerca del núcleo.
Si la presión se hace suficientemente grande digamos que por el peso acumulado de
muchos miles de kilómetros de materia bajo una gran fuerza gravitatoria, la
repulsión electrostática se viene abajo. Los electrones ya no se pueden mantener en
órbita alrededor del núcleo y son desplazados. La materia se reduce entonces a núcleos
atómicos desnudos y electrones volando de acá para allá en movimientos alocados.
Los núcleos son mucho más diminutos que los átomos, de manera que esta "materia
degenerada"sigue siendo en su mayor parte espacio vacío. La presión en el centro de
la Tierra o incluso de Júpiter no es suficiente para formar materia degenerada, pero en
cambio sí la hay en el centro del Sol.