Muralla de Carlos I

En la cima del cerro del Molinete, coronando su ladera septentrional y cimentada en parte sobre las murallas de época bárquida y romano-republicana, se ha documentado un tramo de paramento con restos de tres cubos artilleros perteneciente a la muralla que defendió Cartagena en época del emperador Carlos I, conocida popularmente, como la Muralla del Deán, pues las obras de construcción fueron dirigidas por Sebastián Clavijo, deán y proveedor de armas de Cartagena.

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A comienzos del siglo XVI, Cartagena se convirtió en una importante base naval y militar en el contexto de la política mediterránea de la Monarquía Hispánica. La ciudad experimentó un notable desarrollo demográfico y urbano que se tradujo en la necesidad de construir una fortificación acorde a su importancia. Tras diversos proyectos y la ejecución de obras parciales, en 1541 el emperador Carlos I arribó a Cartagena procedente de Argel y se implicó personalmente en el diseño de una muralla jalonada por varios cubos artilleros. Las obras se iniciaron en 1543 y no llegaron a concluirse al paralizarse un año después.

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Tal y como reflejan los diseños y planimetrías de la época, las cortinas se construyeron con cimentaciones corridas y escalonadas de argamasa, sobre las que descansan el zócalo de mampostería y los alzados de tapial calicastrado recubiertos con mortero. Los cubos artilleros están construidos con tapia de hormigón y mampostería. La técnica constructiva empleada en el cubo oriental evidencia que fue reformado al objeto de hacerlo más resistente a hipotéticos impactos y a las vibraciones producidas por los disparos de las piezas de artillería desplegadas en su casamata. Este turrión fue amortizado en 1570 para construir el denominado Baluarte de la Serreta de la muralla promovida por Felipe II.

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