Proporciona los nutrientes esenciales, el agua y el soporte mecánico para la producción de biomasa: cultivos, forrajes, fibras, biocombustibles, masas forestales, etc.
Es un componente esencial del ciclo hidrológico en la naturaleza: distribuye las aguas superficiales y contribuye al almacenamiento y recarga de los acuíferos.
Filtra, degrada, neutraliza e inmoviliza sustancias orgánicas e inorgánicas tóxicas, impidiendo que alcancen las aguas y el aire o que entren en la cadena alimenticia.
Proporciona al hombre materias primas: arcillas, arenas, gravas, caliza, yeso, turba, hierro, aluminio, etc.
Sirve de soporte físico de actividades humanas: viviendas, industrias, urbanizaciones, infraestructuras de transportes, conducciones enterradas, etc.
Regula el microclima al absorber la radiación solar e intervenir en la evapotranspiración del agua en la naturaleza..
Fija gases de efecto invernadero, secuestrando carbono atmosférico que queda retenido en el suelo como m.o. durante mucho tiempo y amortigua el cambio climático global.
Protege los restos arqueológicos y proporciona información sobre la evolución de las actividades humanas y de los paleoclimas.
Constituye un hábitat biológico y reserva genética al ser un medio poroso en el que viven una gran cantidad de organismos y en el que se conservan semillas (reserva de biodiversidad). Entre otras.
