Pestalozzi, Johann Heinrich.
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Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827). Nacido en Zurich, perdió a su padre cuando tenía cinco años. A pesar de la pobreza familiar llegó a estudiar en el colegio de humanidades o escuela latina de la Universidad de Zurich donde, como otros jóvenes suizos, descubrió a Rousseau. Siendo estudiante se sintió ya interesado por las cuestiones políticas y de reforma social, escribiendo algunos artículos breves en el periódico de la Sociedad Helvética Der Erinnener (“El Memorial”) en los que criticaba la corrupción pública y propugnaba reformas sociales y educativas. En 1767, después de un altercado con algunos notables de la ciudad, y de verse envuelto en diversas en actividades consideradas subversivas, pasó varios días en la cárcel. Pestalozzi, influido por el cristianismo práctico de los Anabaptistas y de los Hermanos Moravos contemplo, durante algún tiempo, la posibilidad de hacerse pastor, como su abuelo. Asimismo, estudió derecho, pero los escritos de Rousseau, junto con la determinación de ayudar a los pobres de las zonas rurales, le hicieron optar por el oficio de granjero. En 1769 compró una granja en Neuhof (cantón de Aargau) pero fue un fracaso económico y en 1774 montó un taller de hilado de algodón para ganar algún dinero y ayudar, empleándolos, a algunos niños pobres con el ánimo de enseñarles lectura, escritura y cálculo y de proporcionarles una instrucción religiosa y profesional tanto en el campo fabril como en el agrícola para los niños, y en jardinería y tareas domésticas para las niñas. El mismo año comenzó a redactar Diario de un padre con el fin de registrar los progresos educativos de su hijo Jacob. Ante las dificultades para sacar adelante el taller, instruyendo a los 20 niños que en él trabajaban, publicó en 1775 una Plegaria a los amigos y benefactores de la humanidad invitando a todo el mundo a participar, mediante suscripción, en el funcionamiento del mismo. En 1778 había 20 niñas y 17 niños en esta escuela, pero dos años más tarde, en 1880, todo se vino abajo al ser declarado Pestalozzi en bancarrota. Información de esta primera experiencia puede hallarse en tres obras tituladas Acerca de la educación de la juventud pobre del campo, Fragmento de la historia de la más ínfima humanidad, publicadas en 1777, y Noticias ciertas del instituto para la educación de los niños pobres del Sr. Pestalozze de 1778. Otros escritos de esta época o inmediatamente posteriores serían La velada de un solitario (1780), Memoria acerca de las leyes suntuarias (1780) y la obra que le daría más notoriedad: Leonardo y Gertrudis (1781). A ella seguirían Cristobal y Elsa (1782), donde se nos muestra a una familia de campesinos que pasaban las veladas leyendo Leonardo y Gertrudis con el fin de extraer de su lectura enseñanza morales, y una diversos artículos y ensayos así como hasta tres nuevas partes de Leonardo y Gertrudis que refundiría en una edición única en tres tomos entre 1790 y 1792. Durante estos años, además, Pestalozzi ingresaría en la orden secreta de los Iluminados y sería nombrado “ciudadano francés” en 1792 por la Asamblea Nacional francesa con cuyo motivo escribiría Sí o no, declaraciones sobre el sentimiento político de la humanidad europea por un hombre libre (1793). Asimismo, en 1797 Pestalozzi publicaría Figuras para mi abecedario y Mis investigaciones sobre la marcha de la naturaleza en el desarrollo del género humano, una obra, esta última, escrita por sugerencia de Fichte.
En 1798 Pestalozzi tuvo la oportunidad de llevar a la práctica sus ideas filantrópicas y educativas al ser nombrado director del orfelinato de Stanz para huérfanos y niños mendigos, una experiencia que sólo duraría seis meses. Poco después, en 1799, se le encargó que aplicara su método para la enseñanza de la lectura en la escuela normal de maestros de Berthoud (Burgdorf). Ante el éxito conseguido, en 1800, a los cincuenta y cuatro años, recibió el nombramiento de profesor y se le confió la dirección, en el castillo de dicha localidad suiza, de un instituto de enseñanza para que llevara a la práctica sus ideas y métodos. Dicho instituto, al que acudían alumnos gratuitos y de pago, alcanzó renombre como centro de formación educativa y experimentación, figurando entre sus visitantes Froebel y Herbart. Los años de Burgdorf (1800-1805) serían también muy productivos por lo que se refiere a la obra escrita. Su obra más importante, Cómo Gertrudis enseña a sus hijos, donde exponía su método, aparecería en 1801, y en 1803 el Manual de la madres, o instrucciones para las madres que quieren enseñar a sus hijos a observar y hablar. Primera entrega, el ABC de la intuición, o enseñanza intuitiva de las relaciones de medida y la Enseñanza intuitiva de las relaciones numéricas. En 1805 Pestalozzi y sus alumnos, previa invitación del cantón de Vaud, se trasladaron a Yverdon donde abriría un nuevo establecimiento, en el que permanecería hasta 1825, abierto a niños y niñas donde también se impartían materias propias de la educación secundaria. Los primeros años fueron de nuevo un éxito tanto en visitantes (entre ellos, Talleyrand, y madame de Staël) como en alumnos, algunos procedentes de otros países, o en alumnos en formación como maestros. No obstante, se produjeron disensiones internas y disputas personales que provocaron la decadencia del instituto y, más tarde, su cierre dos años antes de su muerte que acaecería en 1827. A dichas disensiones y disputas se sumarían las críticas a la integración en el instituto, en 1819, de la escuela para niños pobres que Pestalozzi había creado en 1817 en una aldea cercana a Yverdon. Publicaciones de esta época serían Concepciones, experiencias y medios de H. P Pestalozzi para la realización de un método de educación conforme a la naturaleza humana e Informe a los padres y al público sobre el estado y la organización del establecimiento de Pestalozzi, ambas de 1807 Discurso sobre la idea de educación elemental, pronunciado en 1809 en la segunda asamblea de la “Sociedad suiza de amigos de la educación”. Y, de los dos años posteriores a la experiencia de Yverdon, retirado en Neuhof, El canto del cisne y El destino de mi vida como director de mis institutos de educación de Burgdorf e Yverdon, publicados en 1826. Sería asimismo en las tres primeras décadas del siglo XIX cuando las ideas y el método de Pestalozzi se difundirían a otros países mediante traducciones de sus obras, informes y escritos de visitantes y apoyos explícitos de relevantes pensadores como Fichte, de educadores y pedagogos como Humboldt, o de algunos gobiernos (Aldrich, Richard y Gordon, Peter (1989). Dictionary of British Educationists. London: The Woburn Press, pp. 376-377; Piaton, Georges (1989). Pestalozzi. México: Trillas; Söetard, Michel (1983). Johann Heinrich Pestalozzi. Perspectivas, XVII (4), 563-570. Sobre la difusión de las ideas y métodos de Pestalozzi en otros países, véase Ruiz Berrio, Julio; Martínez Navarro, Anastasio; García Fraile, Juan Antonio y Rabazas, Teresa (eds.) (1998). La recepción de la pedagogía pestalozziana en las sociedades latinas. Madrid: Endymion).
En 1798 Pestalozzi tuvo la oportunidad de llevar a la práctica sus ideas filantrópicas y educativas al ser nombrado director del orfelinato de Stanz para huérfanos y niños mendigos, una experiencia que sólo duraría seis meses. Poco después, en 1799, se le encargó que aplicara su método para la enseñanza de la lectura en la escuela normal de maestros de Berthoud (Burgdorf). Ante el éxito conseguido, en 1800, a los cincuenta y cuatro años, recibió el nombramiento de profesor y se le confió la dirección, en el castillo de dicha localidad suiza, de un instituto de enseñanza para que llevara a la práctica sus ideas y métodos. Dicho instituto, al que acudían alumnos gratuitos y de pago, alcanzó renombre como centro de formación educativa y experimentación, figurando entre sus visitantes Froebel y Herbart. Los años de Burgdorf (1800-1805) serían también muy productivos por lo que se refiere a la obra escrita. Su obra más importante, Cómo Gertrudis enseña a sus hijos, donde exponía su método, aparecería en 1801, y en 1803 el Manual de la madres, o instrucciones para las madres que quieren enseñar a sus hijos a observar y hablar. Primera entrega, el ABC de la intuición, o enseñanza intuitiva de las relaciones de medida y la Enseñanza intuitiva de las relaciones numéricas. En 1805 Pestalozzi y sus alumnos, previa invitación del cantón de Vaud, se trasladaron a Yverdon donde abriría un nuevo establecimiento, en el que permanecería hasta 1825, abierto a niños y niñas donde también se impartían materias propias de la educación secundaria. Los primeros años fueron de nuevo un éxito tanto en visitantes (entre ellos, Talleyrand, y madame de Staël) como en alumnos, algunos procedentes de otros países, o en alumnos en formación como maestros. No obstante, se produjeron disensiones internas y disputas personales que provocaron la decadencia del instituto y, más tarde, su cierre dos años antes de su muerte que acaecería en 1827. A dichas disensiones y disputas se sumarían las críticas a la integración en el instituto, en 1819, de la escuela para niños pobres que Pestalozzi había creado en 1817 en una aldea cercana a Yverdon. Publicaciones de esta época serían Concepciones, experiencias y medios de H. P Pestalozzi para la realización de un método de educación conforme a la naturaleza humana e Informe a los padres y al público sobre el estado y la organización del establecimiento de Pestalozzi, ambas de 1807 Discurso sobre la idea de educación elemental, pronunciado en 1809 en la segunda asamblea de la “Sociedad suiza de amigos de la educación”. Y, de los dos años posteriores a la experiencia de Yverdon, retirado en Neuhof, El canto del cisne y El destino de mi vida como director de mis institutos de educación de Burgdorf e Yverdon, publicados en 1826. Sería asimismo en las tres primeras décadas del siglo XIX cuando las ideas y el método de Pestalozzi se difundirían a otros países mediante traducciones de sus obras, informes y escritos de visitantes y apoyos explícitos de relevantes pensadores como Fichte, de educadores y pedagogos como Humboldt, o de algunos gobiernos (Aldrich, Richard y Gordon, Peter (1989). Dictionary of British Educationists. London: The Woburn Press, pp. 376-377; Piaton, Georges (1989). Pestalozzi. México: Trillas; Söetard, Michel (1983). Johann Heinrich Pestalozzi. Perspectivas, XVII (4), 563-570. Sobre la difusión de las ideas y métodos de Pestalozzi en otros países, véase Ruiz Berrio, Julio; Martínez Navarro, Anastasio; García Fraile, Juan Antonio y Rabazas, Teresa (eds.) (1998). La recepción de la pedagogía pestalozziana en las sociedades latinas. Madrid: Endymion).