Nº 13 // 27 de marzo de 2020

 
Institucional
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“Esto no es un simulacro”
 
El largo fin de semana en el que la Universidad de Murcia se convirtió en una universidad no presencial.
 
Fuente: https://pixabay.com/images/id-819371/
 
Cuando el jueves 12 de marzo de 2020 el Consejo de Dirección de ÁTICA decidió comenzar la Fase 1 del Plan de Contingencia frente a la epidemia del COVID-19, una mezcla de emoción y preocupación se extendió por ÁTICA: para este tipo de situaciones siempre nos habíamos desenvuelto en escenarios controlados, nunca nos habíamos enfrentado a un contexto real, siempre había sonado, explícita o tácitamente un conjuro mágico y tranquilizador: “esto es un simulacro”.

Sin embargo, aquel jueves, tan cercano y a la par tan lejano ahora, la consigna breve, concisa y sobrecogedora era su negación. NO era un simulacro. En apenas cuatro horas todo debía ser dispuesto para pasar de un escenario normal a uno en el que la mitad de nuestro personal estuviese trabajando desde sus hogares sin que la universidad lo notase y el resto del personal, desde ÁTICA, pudiese comprobar el funcionamiento del plan de contingencia y paliase las deficiencias que mostrasen las medidas diseñadas en los simulacros.

El viernes 13 a las 08:30 de la mañana, con pequeños tropiezos iniciales, todo funcionó: la mitad de los administradores de sistemas y base de datos teletrabajaban desde casa, las aulas de informática seguían dando servicio, aunque la mitad del personal de ÁTICA a su cargo lo hacía de forma remota. Muchos de nuestros programadores generaban código desde su hogar, bien con sus propios medios, bien mediante conexiones seguras a sus puestos de trabajo en ÁTICA. Varios operadores del Centro de Atención a Usuarios atendían el 4222 desde sus domicilios sin que nadie se diese cuenta. Todo respondía y contábamos con unos cuantos días, quizás una semana, para poder acometer todas las acciones necesarias en el caso en que se suspendiesen las clases. Luego ya veríamos cómo escalábamos los servicios en previsión de que cerrase toda la UM.

Era sólo una engañosa y momentánea calma. Sobre las 09:10 llegaba a todos los buzones de correo electrónico la resolución rectoral anunciando el cese de todas las actividades docentes presenciales y la implantación del teletrabajo en la UM a partir del lunes 16. Los plazos, inevitablemente, se acortaban y en ÁTICA nos pusimos en el peor de los escenarios: cierre total de las instalaciones UM a partir del lunes 16. Había que actuar rápido y había que actuar ya.

Se convocaron “gabinetes de crisis” en todas las Secciones y a lo largo de la mañana y durante un fin de semana frenético se decidió qué herramienta global de videoconferencia se adoptaría para la docencia virtual que se pudiese integrar rápidamente con la infraestructura de autenticación de nuestra plataforma de Aula Virtual, que diese un buen rendimiento, fuese personalizable y supusiese un coste razonable; se segmentó y rediseñó la red de comunicaciones para permitir una conexión masiva del PAS a los escritorios virtuales que permitiesen el teletrabajo sin interferir con el crítico acceso de los profesionales de ÁTICA para el mantenimiento de los sistemas y el cumplido desarrollo de la cartera de proyectos; se trabajó intensamente en desviar recursos de escritorios virtuales desde las aulas de docencia y libre acceso hacia la infraestructura de Escritorios Virtuales remotos para el uso masivo por los alumnos, en especial para las clases prácticas; se conformó un equipo de urgencia para elaborar guías de uso y videotutoriales a lo largo del fin de semana, tanto para el PDI, como para PAS y alumnos; se creó una página web de apoyo al teletrabajo; se consiguió conformar un Centro de Atención a Usuarios (CAU) totalmente remoto y distribuido en el que cada operador, desde su casa y a a través de su conexión a Internet pudiese atender de forma colaborativa, tanto al teléfono 4222, como al WhatsApp de soporte; se potenció al CAU de 8 a 25 operadores con todo el personal de soporte presencial repartido por todos los centros que ahora no podía dar soporte presencial; se adaptó la infraestructura telefónica para que tanto PAS como PDI pudiesen hacer y recibir llamadas desde el ordenador de su domicilio como si el origen o el destino fuese su teléfono de la UM.

El lunes 16 de marzo, sólo seis personas se encontraban en ÁTICA con las primeras luces de la mañana para celebrar presencialmente un último gabinete de crisis. Separados por la distancia recomendada por las autoridades sanitarias, se acordaron algunas últimas medidas de refuerzo del CAU y se abandonó el edificio. El telón se alzaba.
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