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Lo
que suma |
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Por Helena Flores Álvarez
y María José Candel Romero.
Co-fundadoras de Talento STEM. |
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![Ciencia](../imagen/boletin23/ciencia.png) |
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Hay pocas cosas más inspiradoras
que hablar de mujer, ciencia y
tecnología, en el Día
Internacional de la Mujer y la
Niña en la Ciencia. Y lo es porque
es una historia de muchos
descubrimientos, de conocer vidas
silenciosas de entrega a la
ciencia y a la tecnología, de
vocaciones “ocultadas”, de
esfuerzo y superación y, por qué
no, también de injusticias.
Prácticamente una mitad de las
ideas, el conocimiento y las
contribuciones no se reflejan en
la historia de estas áreas.
La ciencia y tecnología se han
manifestado a lo largo de los
siglos como las herramientas que
pueden construir un mundo mejor,
hoy más palpable que nunca.
Probablemente todas las grandes
crisis de nuestra civilización,
las que afectan a la calidad de
vida de los ciudadanos, se han
superado con las aportaciones
científicas y tecnológicas. Los
países más avanzados y con mejor
calidad de vida son los que
apoyan, económica y socialmente,
al desarrollo de estas
disciplinas.
Las universidades son el
núcleo natural de cambio, de
transformación, de nuevas
tendencias basadas en estudios,
en ciencia y en tecnología.
Es también un lugar de ensayo,
donde conocimiento, análisis y
experimentos se unen para ofrecer
respuestas a la sociedad actual.
Son también el modelo al que la
sociedad debe mirar. La
universidad con la generación de
conocimiento, estudios, procesos,
etc. es un motor de cambio, es un
motor necesario, también, para
cambiar la vieja foto (o no tan
vieja) donde una mitad (casi el
50%) no está.
Estamos en plena
transformación digital
,que es también una transformación
económica y social. Este
proceso , que se está
produciendo dentro de la
universidad, consigue
que, todos los miembros de la
comunidad universitaria, usen la
tecnología como potente
herramienta de trabajo.Mucho
más que eso, permite evolucionar a
un nuevo modelo de organización,
donde están primero las personas,
después las organizaciones y como
herramienta la tecnología. Una
nueva forma de trabajar en la que
incorporamos lo mejor de las
ciencias para conseguir nuestros
objetivos y una sociedad mejor;
una sociedad que supera los retos
que se le presentan. Esa
transformación digital que
consigue servicios accesibles,
innovación, colaboración, gestión
del tiempo, etc. No cabe duda que,
además, hemos de mejorar en
aspectos tan importantes como
seguridad, privacidad, inclusión,
mejoras en las competencias
digitales básicas de los
ciudadanos, etc., riesgos que
hemos de afrontar como desafíos a
superar y que acompañan a
cualquier avance tecnológico.
Toda la comunidad
universitaria, hombres y
mujeres, trabajan día a día y
contribuyen a la transformación
digital no solo de la
universidad sino también de la
sociedad en general; liderando,
como siempre, la transferencia de
conocimiento e innovación, gracias
a lo cual se están superando
algunos de grandes problemas que
nos ha traído la pandemia actual.
Comprendamos esta transformación
digital, en todos los ámbitos,
como algo positivo, de mejora, que
contribuye a superar muchos
obstáculos. Seamos partícipes y
motores de ella, contribuyamos a
su mejor implementación, a
visibilizar su mejor cara. Queda
mucho por hacer.
Nuestra participación diaria, en
estos procesos, suma. Suma cuando
conocemos las bondades de la
tecnología, las utilidades y
aplicaciones en nuestra sociedad,
a educar en el uso y no en abuso
de las herramientas disponibles.
Difundir los progresos en
transformación digital de las
universidades suma; suma en la
visibilidad y en la comprensión
del papel de las disciplinas STEM
en nuestra sociedad. El papel de
la mujer en la universidad sigue
sumando, haciendo visibles
historias que, en otro tiempo,
fueron “ocultadas” y que
contribuyen a ofrecer referentes
femeninos a las niñas que serán
las mujeres del futuro.
¿Tú también sumas?
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