Renograma isotópico con 99mTC-MAG3 y administración de furosemida
Junto a la ecografía, el renograma isotópico constituye el dúo de pruebas de imagen más útiles en el período postrasplante. Esta prueba dinámica permite valorar la perfusión, actividad del parénquima renal y la excreción, por tanto, su principal finalidad es el estudio de la función global renal, convirtiéndose así en una prueba utilísima en la diferenciación de las múltiples complicaciones del trasplante.
Los diversos trazadores que podemos emplear en su realización destacan:
- Trazadores eliminados por filtración glomerular: 99mTc-DTPA.
- Trazadores eliminados por secreción tubular: 99mTc-MAG3.
- Trazadores captados por las células parietales tubulares: 99mTc-DMSA.
De todos ellos, el indicado en los estudios renales dinámicos es el 99mTc-MAG3, pues posee mayor tasa de excreción renal y por ende presenta un patrón más fisiológico.
En base a la captación y excreción del trazador, el renograma permite trazar una curva de actividad o curva renográfica que nos describe los diversos aspectos de la función renal. De esta forma tendremos:
- Fase vascular: reflejo de la llegada del trazador por vía sanguínea (arteria renal) y, por consiguiente, valora la perfusión. En condiciones normales muestra un ascenso rápido que se extiende hasta los 30-40 segundos.
- Fase de captación: muestra la incorporación y tránsito intraparenquimatoso del trazador. En esta fase comienza la eliminación, pero como sigue llegando radiofármaco a través de la sangre, el balance de entrada es positivo y justifica que la actividad renal siga aumentando hasta alcanzar un pico máximo alrededor de los 3-5 minutos. En este caso el ascenso de la curva es más lento que en la fase anterior.
- Fase de eliminación: predomina ya la excreción renal. En condiciones normales, la curva disminuye rápidamente y al finalizar el estudio, a los 20-30 minutos, se sitúa en valores inferiores al 20% del pico de la curva.
