De las pruebas anteriormente mencionadas, se le realizó un análisis sanguíneo para descartar un tumor funcionante suprarrenal (entre otros), una ecografía abdominal y una TC para estudiar la localización y características de la masa abdominal.
El diagnóstico se basa en la sospecha clínica tras la exploración y se confirma mediante radiografías de tórax y abdomen (son características las calcificaciones), análisis de sangre en los que puede haber anemia (disminución del número de glóbulos rojos que es un signo de mal pronóstico) y determinación de la presencia en orina de derivados de la noradrenalina, dopa y dopamina (ácidos vanilmandélico (VMA) y homovanílico (HVA)) que se producen en exceso por el tumor. Estas determinaciones en la orina son útiles para el seguimiento. La ecografía, la tomografía computarizada y la arteriografía selectiva pueden ser necesarias y útiles.
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