Debido a la clínica del paciente y a que
la misma deriva tras un accidente de
tráfico lo primero que se pasa por la
cabeza es una posible hemorragia
intracraneal. Y para ello la técnica más
acorde es la TAC.
Se podría pensar en realizar una
radiografía simple craneal pero sólo en
el 40% de los casos muestra una fractura
y debido a que una posible hemorragia
pasaría desapercibida se realiza
directamente el TAC.
Entre las ventajas de la TAC se
encuentra que es una prueba rápida de
realizar, que ofrece nitidez de imágenes
que todavía no se han superado con la
resonancia magnética nuclear
como es la visualización de ganglios,
hueso, etc. y entre sus inconvenientes
se cita que la mayoría de veces es
necesario el uso de contraste
intravenoso y que al utilizar rayos X,
se reciben dosis de
radiación ionizante, que a
veces no son despreciables.
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