Efectivamente, tras un traumatismo craneoencefálico (TCE), lo primordial para valorar la repercusión sobre el contenido craneal es una buena historia clínica, acompañada de la exploración física, con un interrogatorio inicial y una evaluación de la escala de Glasgow. Tras ello, el TAC craneal es el examen inicial de elección, y se debe de realizar siempre que haya existido episodio de pérdida de conciencia. La radiografía simple de cráneo también es una prueba a valorar, pero no nos da la oportunidad de apreciar el parénquima encefálico. Además, con el TAC también es posible valorar la afectación ósea, por lo que este estará indicado en primer caso.
Indicaciones de la práctica de una TAC cerebral en los TCE:
- Puntuación en la escala de Glasgow = 15, solicitaremos TC cuando: Alteraciones de la coagulación, sospecha de intoxicación etílica, abuso de drogas, alcoholismo crónico, edad avanzada, demencia, epilepsia, patología neurológica previa, pérdida transitoria de conciencia, amnesia postraumática, cefalea persistente, náuseas y vómitos, síndrome vestibular.
- Puntuación en la escala de Glasgow < 14, siempre realizaremos TC.
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