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Caso 006

     
 

Autor:

 

Mª Jesús Carrillo Ramos

Grupo:

A3

 

 

Ganglio Centinela

Actualmente ante una paciente con cáncer de mama, junto al estudio preoperatorio, debe realizarse la identificación y detección del Ganglio Centinela con anestesia local, en los casos en los que está indicado.

Entre las aportaciones más significativas de la medicina nuclear en el manejo del enfermo oncológico en los últimos años se encuentra, en un lugar preeminente, la técnica de detección y localización gammagráfica del ganglio centinela, especialmente en el cáncer de mama. Los últimos estudios han demostrado que el factor pronóstico más importante para el cáncer de mama, en la actualidad, es el estado de los ganglios axilares. Su afectación disminuye hasta en un 40% la supervivencia a los 5 años de los pacientes.

El drenaje linfático mamario muestra predilección por la axila (85%), seguida por la cadena mamaria interna (35%) y los ganglios supra e infraclaviculares (17%). La atención se ha centrado sobre las metástasis ganglionares axilares, por ser las más frecuentes. Sin embargo, la detección de metástasis ganglionares en otras cadenas del drenaje mamario es también importante, y quedan muchas preguntas por resolver acerca del pronóstico y tratamiento de los pacientes con metástasis no axilares.

La linfogammagrafía de detección del Ganglio Centinela es un método sencillo y muy eficaz, con una sensibilidad superior al 95%.

Fundamentada en la teoría de la diseminación ordenada de los tumores sólidos,  según la cual el Ganglio Centinela correspondería con el primer ganglio que recibe el drenaje linfático directamente desde el tumor primario, por lo tanto es el ganglio que presenta mayor riesgo de albergar metástasis, la detección gammagráfica del ganglio centinela ha demostrado, en los diversos trabajos publicados hasta la fecha, unos excelentes resultados en cuanto a la capacidad de detección del primer ganglio de la vía de drenaje tumoral, y  pasa a ser el mejor tejido de referencia para tomar una biopsia de forma selectiva y analizarlo histopatológicamente mediante técnicas apropiadas.

La exploración se aplica en todos aquellos casos de tumor palpable T1 o T2 (preferentemente menor de 2 cm de diámetro), con ganglios axilares no palpables (N0) o bien N1 clínicos y en ausencia de extensión sistémica de la neoplasia.

En nuestro caso concreto, la paciente no muestra signos clínicos de afectación adenopática axilar (N0), de manera que tiene indicación de realización de linfogammagrafía para detección del Ganglio Centinela. Ello permitiría, a la luz de los resultados obtenidos, proponer a la paciente la actitud quirúrgica:

- Sin necesidad de realizar un vaciamiento axilar en el caso de que el ganglio centinela sea negativo.

- Con vaciamiento axilar reglado en el caso de que el ganglio centinela sea positivo.

Técnica:

Veinticuatro horas antes de la intervención quirúrgica, se inyecta 3 mCi de 99m Tc nanocoloide de albumina, por vía intratumoral, si la lesión no es palpable se realiza la punción guiada por ECO.

Posteriormente, a los 5, 30, 60 y 90 minutos de la inyección se adquieren imágenes planares en proyección anterior, utilizándose para ello una gammacámara. Si en la imagen de 90 minutos no se observa actividad sugestiva de corresponder al Ganglio Centinela obtenemos un último registro a las 4 horas post-inyección.

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