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Caso 011

     
 

Autor:

 

Rocío García Paredes

Carmen Hernández Martínez

Grupo:

C1

 

 

Mamografía

Esta prueba consiste en la aplicación de la técnica radiográfica a la mama. Deben realizarse cuatro proyecciones, obteniendo proyecciones craneocaudales y oblicua mediolateral de cada mama. En su realización deben considerarse importantes aspectos técnicos que influyen directamente en su sensibilidad y especificidad. Así, la compresión suficiente de la mama, el uso de una intensidad (voltaje) y un material de revelado adecuado, o la distancia focal que se utiliza son, entre otros, parámetros que se deben controlar. En la actualidad, el uso de la mamografía digital subsana gran parte de los inconvenientes y variables poco controlables con la mamografía convencional.

La utilidad fundamental de la mamografía se centra en la posibilidad de detección precoz de las lesiones malignas que, debido a su pequeño tamaño y la menor probabilidad de afectación ganglionar, tienen un mejor pronóstico. Es pues la herramienta fundamental de los actuales programas de detección precoz. Sin embargo, hay que tener presente que la mamografía no es perfecta, pues entre un 5-10% de los canceres de mama no son demostrados mediante esta exploración.

El rango de edad y la periodicidad recomendada por la Sociedad Española de Diagnostico por Imagen de la Mama (SEDIM) son las realizadas en mujeres a partir de 40 años (inclusive) y hasta los 75 años, de forma anual, adelantando la edad de inicio a 35 años para las mujeres con antecedentes familiares directos de cáncer de mama.

La mamografía es especialmente útil en pacientes mayores de 40 años y, sobre todo, en postmenopausicas, en las que la cantidad de agua que contiene la mama es menor, dando mamas menos densas y en las que la grasa permite un mejor contraste de densidades. Es poco útil en la mama densa de la mujer joven, y su utilidad es limitada en circunstancias como el embarazo debido al uso de radiaciones ionizantes. 

En conclusión, en este caso debe usarse esta prueba por ser el “gold standar” para el diagnostico precoz del cáncer de mama en mujeres mayores de 40 años como nuestra paciente.

Haz click en las imágenes para verlas ampliadas

 

Hallazgoss

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el mamograma este bien hecho, para ello nos fijamos:

-           Rotulación adecuada.

-           Verificación de los datos de la mujer.

-           Correcta técnica radiológica.

-           No evidencia de artefactos.

-           Los pezones deben quedar fuera del tejido mamario.

-           Que el mamograma represente todo el tejido mamario.

Las imágenes deben ponerse especulares a la hora de observarlas para comprobar que la distribución del tejido mamario es similar, pero nosotras no hemos podido ponerlas así para que las imágenes se aprecien bien. Según la proyección debemos fijarnos en una serie de puntos que nos indicaran su correcta realización:

-       Craneocaudal (CC): se ha practicado adecudamente cuando podamos diferenciar el musculo pectoral, y en el caso de que este no se observe, la línea posterior del pezón deberá ser igual a la obtenida en el mamograma oblicuo mediolateral o que la diferencia entre ambas sea menor de 1 cm.

-       Oblicuo mediolateral (OML): debemos observar el musculo pectoral convexo, la línea posterior del pezón (línea oblicua trazada desde la base del pezón que debe contactar con el borde del musculo pectoral) y surco inframamario.

a

Estos mamogramas están mal realizados y no son validos para el diagnóstico.

b Patrón mamario mixto, con macro y microcalcificaciones dispersas bilaterales redondeadas y puntiformes.
c Patrón mamario denso con microcalcificaciones agrupadas.
d

Patrón mamario mixto, con microcalcificaciones dispersas bilaterales vermiculares.